Contra la plaga de las mal llamadas bebidas energ¨¦ticas

Imag¨ªnate que un adolescente de 13 a?os entra en un bar y pide dos tazas de caf¨¦ bien cargadas y quince sobres de az¨²car ¨C75 gramos¨C. Imagina que se mete la mezcla entre pecho y espalda. Quiz¨¢, al cabo de un rato, el chaval repita la operaci¨®n. Ahora, piensa en c¨®mo le sentar¨¢ la masiva ingesta de cafe¨ªna y az¨²car.

La imagen ¨Cque tomo prestada de este art¨ªculo¨C parece exagerada e improbable y sin embargo sucede a diario. El 68 % de los adolescentes y uno de cada cinco ni?os con edades comprendidas entre los 3 y los 10 a?os son consumidores habituales de bebidas ¡®energ¨¦ticas¡¯, lo que significa que toman dos litros al mes. S¨ª, has le¨ªdo bien: dos litros al mes, entre los 3 y los 10 a?os.

Por desgracia, lo anterior no es una distop¨ªa inventada por el que escribe, son datos recogidos en 2013 por la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA), m¨¢xima autoridad europea en temas de alimentaci¨®n. Y por si fuera poco, la mayor empresa de refrescos del mundo, Coca-Cola, lanza ahora su propia marca.

Las mal llamadas bebidas ¡°energ¨¦ticas¡±, a las que mejor deber¨ªamos referirnos como "agentes nerviosos bebibles", son una plaga inadvertida que afecta a ni?os y ni?as desde los 3 a?os. ¡°Los datos son bastante alarmantes, ya que el consumo de estas bebidas est¨¢ desaconsejado a ni?os y adolescentes y el consumo tan elevado en estas edades tiene que preocuparnos¡±, opina Mireia Termes, dietista y nutricionista del Hospital Sant Joan de D¨¦u de Barcelona.

Su composici¨®n, que no satisface ninguna necesidad nutricional, suele sumar 32 miligramos de cafe¨ªna y 15 de az¨²car por cada 100 mililitros. Seg¨²n la EFSA un adolescente de 13 a?os, con un peso medio de 47 kilos, no deber¨ªa consumir m¨¢s de 147 miligramos de cafe¨ªna al d¨ªa y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda reducir la ingesta diaria de az¨²car libre a 25 gramos. As¨ª, con una lata de medio litro, el formato m¨¢s extendido, una persona de esa edad estar¨ªa superando en una sola ingesta las cantidades diarias m¨¢ximas de cafe¨ªna y triplicando las de az¨²car libre.

Los peligros de las bebidas energ¨¦ticas

Seg¨²n Termes, ¡°hay estudios que relacionan su consumo con trastornos del estado de ¨¢nimo, alteraciones del comportamiento, diabetes e hipertensi¨®n arterial, problemas dentales y empeoramiento de otras patolog¨ªas base como el asma o enfermedades card¨ªacas¡±.

Para el nutricionista Julio Basulto, estas bebidas encierran otros peligros de car¨¢cter muy grave: ¡°En primer lugar, son una bomba de cafe¨ªna, un ni?o que las beba se pondr¨¢ nervioso, tendr¨¢ problemas de concentraci¨®n, padecer¨¢ de insomnio y todo eso se traduce en fracaso escolar¡±.

En cuanto a la cantidad de az¨²car, Basulto declara que ¡°tienen mucho m¨¢s az¨²car que los refrescos, que ya es decir, y eso aumenta el riesgo de caries y obesidad y desequilibra la dieta¡±.

Seg¨²n el nutricionista, la definici¨®n de bebida "energ¨¦tica"es un peligro en s¨ª misma: ¡°La han inventado los fabricantes, pero el concepto no aparece en ning¨²n c¨®digo alimentario. La EFSA lo considera enga?oso y proh¨ªbe que esas bebidas se atribuyan la capacidad de energizar. Te ponen nervioso, pero estar nervioso no es lo mismo que tener energ¨ªa: una cosa es temblar y otra es subir una monta?a¡±.

Basulto tambi¨¦n se?ala una falsa sensaci¨®n de seguridad. A este prop¨®sito, declara que ¡°un reciente estudio realizado en Alemania relaciona el consumo de estas bebidas con una mayor predisposici¨®n a asumir conductas temerarias¡±. Adem¨¢s, este estudio las relaciona con el consumo de ciertas drogas, aspecto que confirmar¨ªa el Informe sobre Alcohol, Drogas y Tabaco 2017 realizado por el Observatorio Espa?ol de las Drogas y las Adicciones.

Por ¨²ltimo, ¨Caunque por orden de importancia tal vez deber¨ªa aparecer en primer lugar ¨C, Julio Basulto se?ala el peligro de mezclar estas bebidas con alcohol: ¡°Inducen a beber m¨¢s, lo que aumenta el riesgo de coma et¨ªlico. ?Por qu¨¦? Porque el alcohol tiene un efecto depresor del sistema nervioso central, provoca un sue?o o cansancio que lleva a dejar de beber, y las bebidas energ¨¦ticas enmascaran ese efecto¡±.

Sobre los riesgos de mezclar las bebidas ¡°energ¨¦ticas¡± con alcohol, tambi¨¦n advierte en este v¨ªdeo Abel Marin¨¦, catedr¨¢tico em¨¦rito del Departamento de Nutrici¨®n y Bromatolog¨ªa de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona: ¡°Su ingesta no compensa en absoluto los efectos del consumo del alcohol en la coordinaci¨®n motora y esto es muy importante, porque hay gente que toma, sobre todo j¨®venes, estas bebidas creyendo que habiendo tomado algo de alcohol podr¨¢n conducir y no, creer¨¢n que podr¨¢n conducir, con lo cual ser¨¢n mucho m¨¢s peligroso¡±.

Por cierto, si eres adulto no te conf¨ªes: un estudio publicado en 2015 en el Journal of the American Medical Association (JAMA) se?ala que tambi¨¦n son perjudiciales para tu coraz¨®n.

La ¨²ltima en llegar no es mejor que el resto

En este contexto, Coca-Cola acaba de lanzar Energy, una bebida cargada de falsa energ¨ªa que competir¨¢ con Red Bull, Burn o Monster (aunque la multinacional tambi¨¦n participa en las dos ¨²ltimas). Desde su p¨¢gina web, la marca se dirige por igual a gente que est¨¢ estudiando -j¨®venes- y trabajando, y declara que su p¨®cima no contiene taurina, como si eso la hiciera m¨¢s conveniente.

Seg¨²n Basulto, ¡°nuestro cuerpo genera y metaboliza taurina cuando lo necesita. La que se ingiere no hace nada. De hecho, no tiene ning¨²n efecto nocivo¡±. Pero a?ade: ¡°Hay varios investigadores que dicen que el efecto de mezclar taurina, vitaminas y guaran¨¢ es impredecible¡±.?A pesar de carecer de taurina, esta bebida no es muy diferente del resto. La proporci¨®n de cafe¨ªna ¨C32 mg por cada 100 ml¨C y az¨²car ¨C10,3 g por cada 100 ml¨C es parecida al de sus competidoras. Eso s¨ª, venden una versi¨®n ¡°sin¡±.

Esther Morillas, directora de Marketing de Coca-Cola Iberia, ha declarado a EL PA?S que con un sabor parecido al del refresco rojo se elimina "la barrera que lleva a algunos consumidores a no entrar en la categor¨ªa¡±, objetivo nada deseable desde el punto de vista de la salud de sus usuarios. Rafael Urrialde, director de Nutrici¨®n de Coca-Cola, asegura que esta bebida se comunicar¨¢ exclusivamente a mayores de edad. "Concretamente nos dirigimos a adultos entre 20 y 29 a?os, que en un momento determinado quiere una alternativa a un caf¨¦ o que quiere tomar una bebida energ¨¦tica".

?Qu¨¦ podemos hacer?

El auge de las bebidas energ¨¦ticas nos ha cogido desprevenidos como sociedad. Son relativamente nuevas en el mercado, suelen confundirse con bebidas isot¨®nicas o para deportistas ¨Cno tienen nada que ver¨C, los padres y madres no tienen demasiada informaci¨®n al respecto y se comercializan dirigidas a los m¨¢s j¨®venes ¨Cprecisamente a quienes m¨¢s perjudican¨C, es decir, pasan inadvertidas a los adultos.

Sin embargo, en casa podemos tomar medidas. La dietista y nutricionista Mireia Termes nos da los siguientes consejos: ¡°Es muy importante que no tengamos estos productos en casa y que expliquemos a nuestros hijos e hijas por qu¨¦ no las compramos. Adem¨¢s, es muy importante que las madres y los padres eliminen estas bebidas de su alimentaci¨®n habitual y no solo para dar ejemplo, sino tambi¨¦n por el efecto negativo que comportan en su salud¡±.

La responsabilidad de informar y etiquetar claramente ser¨ªa de los fabricantes pero, claro, ?a?adir¨¢n en su etiqueta alg¨²n tipo de mensaje para disuadir a los adolescentes de su consumo? ?Retirar¨¢n la publicidad del horario infantil? Por ahora, no.

Urge una mayor regulaci¨®n de este tipo de bebidas. Empezando por el nombre ¨Calgo que da energ¨ªa aparentemente es bueno¨C, siguiendo por programas de salud que expliquen los riesgos de tomar estas bebidas a los m¨¢s j¨®venes y continuando con un mayor control sobre su venta. En Lituania y Letonia la venta a menores est¨¢ prohibida desde 2014 y 2016, respectivamente. ?Cu¨¢nto tardar¨¢ Espa?a en seguir su ejemplo? Esperemos que el Gobierno act¨²e con toda la energ¨ªa necesaria para dar alas a una regulaci¨®n cuanto antes.