Gu¨ªa para hacer cada d¨ªa una ensaladilla distinta
Aunque ya no la podamos llamar ¡®rusa¡¯ seg¨²n la receta can¨®nica, con estos trucos de cocineros y expertos es posible no repetir combinaci¨®n en toda la temporada
?Qu¨¦ hace ¡®rusa¡¯ a la ensaladilla rusa? O m¨¢s bien, ?qu¨¦ hace ¡®rusa¡¯ a la ensaladilla espa?ola? Pocos platos de nuestra gastronom¨ªa son tan bastardos en origen como este apa?o de despensa y frigor¨ªfico, de difusa inspiraci¨®n moscovita, al que adoptamos como putativo durante el siglo pasado y al que, despu¨¦s de d¨¦cadas de afici¨®n y manoseo, solo podemos encontrarle dos protagonistas inevitables: la patata y la mayonesa. Sin ellas, no hay Rusia, como sin nieve no hay Siberia.
Todo lo dem¨¢s, sea at¨²n, pimiento, aceituna, huevo, camar¨®n o guisante chuchurr¨ªo, ni responde al origen de la hipot¨¦tica receta ni se puede abanderar como canon o arquetipo. Os pong¨¢is como os pong¨¢is: la ensaladilla se compone de patata, mayonesa y lo que a ti te d¨¦ la gana a?adir. La RAE la define como ¡°ensalada de patata, guisantes, zanahoria y huevo cocido, mezclados con at¨²n u otros ingredientes, que se sirve fr¨ªa y aderezada con mahonesa¡±, pero la RAE tambi¨¦n dice que la paella es un ¡°plato de arroz seco, con carne, pescado, mariscos, legumbres, etc.¡± O sea que la RAE, con la comida, da indicaciones m¨¢s que reglas. ¡°Manolete, si no sabes torear, ?pa qu¨¦ te metes?¡±
Existe en Andaluc¨ªa un Observatorio de la Ensaladilla Rusa, pero su entusiasmo es inversamente proporcional al ¨¦xito, e incluso la l¨®gica de su vigilancia. En cada zona de nuestro pa¨ªs la ensaladilla cambia de vestimenta con una libertad que no podemos sino aplaudir. En cada bar y cada restaurante la adaptan para distinguirse del vecino, conscientes de que pocos condumios nos despiertan tanta afici¨®n, sobre todo en verano, como este bol que presuntamente vino del fr¨ªo. La ensaladilla crea afici¨®n: la preparamos en casa como t¨¢per indispensable para la playa o la piscina, acudimos a las barras a zampar nuestras favoritas, cuyas f¨®rmulas se guardan bajo cancela. V¨¦ase Las Palomas, en C¨¢diz, cuyo propietario traspas¨® el bar junto con su receta secreta.
A fin de que no repitas dos ensaladillas iguales durante esta temporada, hemos llamado a algunos chefs y hemos husmeado en las cartas de otros para reunir una colecci¨®n de herej¨ªas sobre la receta m¨¢s consensuada, la que Mikel L¨®pez Iturriaga nos ense?¨® como base. Os proponemos blasfemar a gusto, partiendo de los exitosos experimentos de las mejores tascas, establecimientos de lujo, periodistas gastron¨®micos y otros profesionales colaterales del buen comer.
Asar las patatas
La ensaladilla es un homenaje a la patata. De su calidad y cocinado depende nuestro ¨¦xito final. Pero parece que parte de Espa?a tiene un problema, que se?ala Mar¨ªa Nicolau en Cocina o barbarie: ¡°No sabemos cocinar patatas. No lo digo yo, lo dicen las etiquetas de las mallas y las estanter¨ªas del supermercado, que nos dirigen con las anteojeras de los burros hacia las patatas que son para hervir o las de fre¨ªr, no vayamos a marearnos con demasiada informaci¨®n¡±.
Si la patata te queda mal, todo el bol estar¨¢ mal, as¨ª que inf¨®rmate sobre los tipos m¨¢s comunes, para elegir con tiento una que contenga poca agua. Normalmente se cuecen, mejor enteras y con piel, decidiendo despu¨¦s si cortarlas en dados o aplastarlas. Pero aqu¨ª va el primer truco si quieres conseguir un sabor concentrado: ¨¢salas, para que no cojan m¨¢s agua de la que ya llevan.
Pedro Antonio Noriega, del restaurante asturiano Castro Gaiteru, usa desde hace 10 a?os la variedad ¨¢gata, que asa con piel durante una hora a 180?, las pela una vez reposadas, y las roc¨ªa con aceite, sal y vinagre de Jerez de 12 a?os. Luego a?ade la mayonesa Hellmann¡¯s ¡ªporque la sirve a temperatura ambiente, y la casera no aguantar¨ªa en barra¡ª, m¨¢s aceitunas manzanilla picadas y pimientos del piquillo confitados. Remata decorando con piparras encurtidas y ventresca de bonito. En este v¨ªdeo te explica el proceso, con el que gan¨® el quinto Campeonato Nacional de Ensaladilla que cada a?o organiza el congreso San Sebasti¨¢n Gastronomika.
Tambi¨¦n asan las patatas en Arrocer¨ªa Balear, ganadora de otro concurso, en este caso organizado por la Asociaci¨®n de Cocineros y Reposteros de Madrid (ACYRE). Usa la variedad Monalisa, tambi¨¦n con mucho almid¨®n y poca agua. Pedro nos da una instrucci¨®n final: ¡°No machaques demasiado la patata al emplatarla, y si la pones en un molde, no aprietes: la clave es la cremosidad que consigues con el asado y la mayonesa, y para mantenerla, la mezcla tiene que contener aire¡±.
Cocer las patatas, pero con caldo
En Becerrita, Sevilla, le contaron a Mikel L¨®pez Iturriaga que aprovechan el agua donde cuecen las gambas para hervir las patatas, que de esta forma heredan parte del sabor marino. Puedes probar con tus propios caldos ¡ªseg¨²n lo que vayas a poner luego a la mezcla¡ª, pero una advertencia en la que coinciden todos los chefs consultados: deja reposar las patatas hasta que est¨¦n templadas, para entonces, a¨²n calientes, pelarlas y ali?arlas, o mezclarlas con la mayonesa: de esa forma seguir¨¢n empap¨¢ndose mejor de los ali?os.
Mayonesa con varios aceites o tuneada
El consenso popular se inclina por la mayonesa suave, con huevo y aceite de girasol. Fiel a nuestro esp¨ªritu her¨¦tico, te proponemos combinar aceites para aumentar el car¨¢cter, un recurso bastante extendido en hosteler¨ªa. Carles Abell¨¢n, de Tapas 24, en Barcelona, gan¨® el primer concurso de Gastronomika usando AOVE, girasol y el aceite de las latas de at¨²n; si quieres m¨¢s potencia, puedes volcar tambi¨¦n el aceite de una lata de anchoas.
Otro truco es aderezar la mayonesa con unas gotas del caldo de los encurtidos que vayas a utilizar, en lugar de ponerle lim¨®n o vinagre, pero ojo con las proporciones, o la cosa se te ir¨¢ de las manos, que las salmueras las carga el diablo. La mayonesa acepta mil tuneos m¨¢s all¨¢ del aceite: puedes triturarla con alcaparras, mezclarla con una cucharada de mostaza o con wasabi, como hace Frank P¨¦rez en el Salazogue de Oviedo.
En Balausta, M¨¢laga, mezclan la mayonesa con el coral de los langostinos: puedes hacer algo parecido en casa tostando en aceite las cabezas y carcasas de gambas o langostinos (y flambeando con co?ac, que no le ir¨¢ mal). Cubres con agua, hierves 20 minutos, trituras todo, lo cuelas, y reduces el caldo hasta que se convierta en jugo: esa esencia naranja har¨¢ de la mayonesa algo superlativo.
Jugo de piparras
Los encurtidos, que algunos fans consideran imprescindibles y otros, abominaci¨®n, pueden utilizarse con m¨¢s imaginaci¨®n que una simple picada. Muchos cocineros optan por elaborar un jugo o una salsa de piparras, caso de Daniel Moreno, del restaurante Tragat¨¢ de Ronda (M¨¢laga). Haciendo una versi¨®n muy simplificada de su receta su receta, tritura 100 gramos de piparras encurtidas ¡ªsin el ped¨²nculo¡ª con la misma cantidad de su jugo,100 mililitros de aceite de girasol y sal.
En Tragat¨¢ mezclan su jugo de piparras con una mayonesa casera. En Mercado y Verm¨², de Zaragoza, la ponen sola: pintan con ella sus gloriosas bolas de ensaladilla y, si te descuidas, tambi¨¦n te comes sola. La han bautizado ¡°Pipa-rusa¡±. En el madrie?o Uskar, rizando el rizo, las piparras se convierten en espuma, y en este v¨ªdeo, Gipsy Chef te propone una forma ultra sencilla de hacerla.
Una de pulpo
?Sigue siendo rusa la ensaladilla si la enredas con un cefal¨®podo? Por supuesto. En este PCUS mandas t¨². Si te atreves, puedes gastarte una pasta insensata en un tent¨¢culo ya envasado, o aprender a preparar pulpo fresco y sacarle un partido que lo flipas (solo con el caldo de la cocci¨®n tendr¨¢s para varios arroces y pucheros). El pulpo es un ingrediente cada vez m¨¢s extendido en el cosmos ensaladillero. En AlNorte, en Barcelona, sustancia una ensaladilla con patata, zanahoria, aceitunas rellenas de anchoa y piparras. Un truco para galleguizar esta ensaladilla sacr¨ªlega es, am¨¦n del molusco, a?adir piment¨®n de la Vera a las patatas antes de mezclarlas con la mayonesa.
Crust¨¢ceos fritos
Pueden aparecer como decoraci¨®n o de tapadillo en la mezcla, y son recomendables si te gusta la ensaladilla con mordiente. En el malague?o Balausta usan gambita frita con harina de garbanzos, que potencia el crujiente todav¨ªa m¨¢s. En Latasia de Madrid, camarones fritos y en muchos bares el sur, colas de dec¨¢podos fritas. Yo a veces confito al ajillo los langostinos despac¨ªsimo, con abundante cayena, y los coloco encima de la ensaladilla con ese aceitico divino incluido.
Huevas
Aqu¨ª ya nos ponemos un poco pijo-oce¨¢nicos: en Latasia y Salazogue les gusta a?adir Tobiko, esas huevas de pez volador que habr¨¢s visto coronando alg¨²n bocado japon¨¦s. En La Tasquita de Enfrente, Juanjo L¨®pez prefiere las huevas de trucha: t¨² ver¨¢s de qu¨¦ presupuesto dispones, qu¨¦ sabores te convencen y si la fantas¨ªa de bolitas encaja en tu concepci¨®n de Rusia.
Una paloma o una marinera
La ensaladilla se sirve en Salamanca sobre una corteza de trigo, o ¡°cuero¡±, que hace de recipiente en la mano y de crujiente en la boca. El truco de la paloma es fre¨ªr la corteza en abundante aceite muy caliente y dejarla reposar sobre un papel. As¨ª la sirven en la mitad de los bares salmantinos, pero tambi¨¦n fuera de la provincia, caso del Miga Cana madrile?o.
Otra variante menos castiza, y de distinto sabor, es sustituir el cuero por un pan de gambas oriental, o si prefieres algo m¨¢s vegetariano, por cortezas de quinoa. El chef Josean Merino, del Perretxico utiliza de base una corteza que llama ¡®talochip¡¯, que usa en varios pintxos y cuya receta custodia con celo, as¨ª que puedes inventar otro soporte ruso seg¨²n tu entendimiento. Por supuesto, si conoces las marineras de Murcia ¡ªque al igual que la paloma, es tapa local por antonomasia¡ª puedes colocar tu versi¨®n de la ensaladilla sobre una rosquilla crujiente y coronarla con una anchoa tutipl¨¦n; para convertirlo en marinero, cambia la anchoa por un boquer¨®n en vinagre.
Bonito mejor
Aqu¨ª vamos a ser breves porque no admitimos discusi¨®n: la ensaladilla rusa est¨¢ siempre m¨¢s rica con bonito de lata que con at¨²n; sea ventresca, tronco o migas. A igualdad de calidades, el bonito en conserva juega en otra liga, en un mar superior. Ni siquiera vamos a apoyar esta sentencia en cocineros famosos, a pod¨¦is dejar en los comentarios al art¨ªculo vuestros improperios. Ah, y un consejo abierto: el bonito o el at¨²n se pueden utilizar frescos, como el salm¨®n.
El jam¨®n
Si estamos hablando de un plato de falso gentilicio, ?c¨®mo no vamos a poder espa?olizar la ensaladilla con jam¨®n? ?Se pueden usar guisantes pero no jam¨®n?, ?qu¨¦ l¨®gica tiene eso? En su Tragabuches de Marbella, Dani Garc¨ªa espolvorea con virutas de ib¨¦rico sobre su ensaladilla hasta cubrirla por completo. En La Cosmopolita de M¨¢laga, Dani Carnero coloca el jam¨®n en dados. El consejo en este caso es obvio: usa un jam¨®n bueno. Su grasa har¨¢ el resto.
?Con salchicha de frankfurt?
Vamos a encender el cabreo de los sacerdotes ensaladilleros hasta la combusti¨®n de sus cerebros: en la Bodega Balmes de Barcelona hacen una buen¨ªsima ensaladilla, pero ofrecen otra que m¨¢s parece un perrito caliente emplatado: salchicha frankfurt, pepinillos, mostaza y mahonesa. O sea, una ensalada rusa y a la vez alemana (o b¨¢vara); un luto por la batalla de Stalingrado. En Balmes la llaman brava, como las papas, porque le a?aden picante. S¨ªrvela en casa adaptada y tus hijos te amar¨¢n fuertemente.
Los huevos
Si est¨¢s cansado de ponerlos duros, troceados o rayados, p¨¢sate a la moda de fre¨ªrlos. Te avala de nuevo Dani Garc¨ªa, que en este v¨ªdeo usa huevos de codorniz fritos, chile y ajo tostado; ah¨ª es n¨¢. Ya puestos, puedes probar tambi¨¦n con un huevo poch¨¦. ¡°A qui¨¦n le importa lo que yo haga¡±.
?Es necesaria la zanahoria?
La omnipresente zanahoria gana bastante si la pones cruda, principalmente, porque las de supermercado no tienen mucho m¨¢s sabor que el pl¨¢stico en el que vienen envueltas, y porque las de huerta est¨¢n ricas reci¨¦n cogidas. Adem¨¢s, en crudo ganas crujiente para tu ensaladilla. Tambi¨¦n puedes asarla con media naranja, o confitarla con especias, pero a m¨ª, personalmente, siempre me sobra: no hemos encontrado grandes innovaciones entre los cocineros c¨¦lebres con esta umbel¨ªfera.
Otras verduras y hortalizas
Dejamos para el final el pimiento, las jud¨ªas verdes, la cebolla y otras verduras, hortalizas o frutas con las que puedes aventurarte, y para las que todos los profesionales advierten la misma consideraci¨®n que con la patata: ojo con el agua. Cualquier planta que a?adas demasiado hervida, que no quede al dente, anegar¨¢ tu ensaladilla.
Carlos Gallego, del restaurante asturiano Los Llaureles, prepara una ¡®Oda a la ensaladilla¡¯ en la que despliega m¨¢s de una decena de ingredientes y t¨¦cnicas, una aut¨¦ntica exploraci¨®n de combinaciones locas que adem¨¢s est¨¢ riqu¨ªsima. Cebolleta y nabo encurtidos, gominola de remolacha, calabaza confitada en curry, crema de aguacate. Carlos convoca verduras y frutas, pero, como se ve, alej¨¢ndolas siempre de la humedad. Tambi¨¦n usa patata cocida y en polvo, infusionada en leche. Pepinillo, alcaparra y aceituna gordal triturada y texturizada. Mostaza en verde y mostaza en grano. Sardina marinada. Yuca frita y un crujiente de wonton.
Esa receta, en s¨ª misma, es un evangelio ap¨®crifo que resume la gu¨ªa que te proponemos aqu¨ª para, combinando cada d¨ªa seg¨²n tu humor, bailar sobre la tumba de los integristas y no preparar nunca la misma ensaladilla. As¨ª que adelante, pecador; y viva la Rusia espa?ola.
Unos precedentes, cuanto menos, confusos
La ensaladilla primigenia del chef Lucien Olivier, popularizada en el restaurante Hermitage durante el siglo XIX, amalgamaba un despropósito de ingredientes: carne de urogallo, perdiz o venado, caviar, alcaparras, caldo en gelatina, colas de cangrejo, lengua de ternera, huevos cocidos, patatas y mayonesa. Lucien solo pudo improvisar tamaño comistrajo, es imposible planificar semejante insensatez de plato.
Si nos vamos a su precedente más inmediato, la ensalada rusa que el chef anglo-italiano Charles Elmé Francatelli consignó en el recetario The Modern Cook, nos encontramos que contenía langosta, anchoas, atún, cangrejo, langostinos, aceitunas, alcaparras, mayonesa…, pero sin patatas. Sin Rusia. Sin magia. Podemos concluir que nunca, jamás, ha existido una ensaladilla rusa. De hecho, cada vez que alguien prepara una, inventa de nuevo la ensaladilla rusa. Así que siéntete libre con estos consejos de encontrar la tuya, y de defenderla ante cualquier integrista.
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