Los peores platos de nuestra vida: as¨ª fracasamos en la cocina
De las lentejas en el techo al volc¨¢n afrodis¨ªaco de arroz, el equipo de El Comidista y otros miembros del mundillo gastron¨®mico confiesan sus mayores atentados contra la buena comida. Que de los desastres tambi¨¦n se aprende
Digo yo que Coppola antes de grabar El Padrino perpetrar¨ªa alg¨²n v¨ªdeo m¨¢s propio de una boda cutre de pueblo. O que Bernini dejar¨ªa algunos bloques de m¨¢rmol que ni para una encimera. El error forma parte del aprendizaje, y en el ¨¢mbito culinario esta m¨¢xima tambi¨¦n queda patente. ¡°Sabes cocinar cuando entiendes los procesos: qu¨¦ sucede dentro de una sart¨¦n, una olla o un horno. Pero eso lo aprendes cort¨¢ndote, quemando un plato o haciendo mal un sofrito¡±, comenta el periodista David Remart¨ªnez.
Para demostrar que todos nacemos con una torta ins¨ªpida, plana y fea debajo del brazo -los primeros panes suelen salir regular-, hemos preguntado a diferentes miembros del mundillo gastron¨®mico sobre los peores platos que han cocinado. Sopas quemadas, lentejas que tocan techo, marisco al aguachirri o arepas con textura de chicle: el repertorio de cat¨¢strofes culinarias es bastante variado. Porque en esto de los fogones, cuantas m¨¢s veces pifias una receta, m¨¢s cerca est¨¢s de la perfecci¨®n. Qu¨¦ mejor, por tanto, que tomarse con humor los fallos que cometemos por el camino.
Batallas contra las lentejas
Hace solo unas semanas publicamos una receta infalible para preparar unas lentejas que bien le habr¨ªa valido conocer a varios de los expertos consultados. Porque este cl¨¢sico de las casas espa?olas hizo que a David Remart¨ªnez se le pusiera la tensi¨®n en 21/10 cuando se fue a estudiar Periodismo a Salamanca con 18 a?os: ¡°Compr¨¦ todos los ingredientes con receta de mi madre: ech¨¦ chorizo, morcilla, tocino, carcasa de pollo, espinazo de cerdo¡ Deb¨ª mezclar la de las lentejas con la del cocido para que saliera lo m¨¢s suculento posible¡±. Pero el problema no lo tuvo con los ingredientes, no: ¡°Lo met¨ª todo en la olla a presi¨®n -nunca hab¨ªa usado una- y, cuando empez¨® a girar el pitorro, me asust¨¦ y lo quit¨¦. Sali¨® un g¨¦iser de lentejas que lleg¨® hasta el techo¡±, relata David. ¡°No recuerdo ni si llegu¨¦ a terminar las lentejas o tir¨¦ el emplasto: solo me acuerdo de mi cara mirando el techo y pregunt¨¢ndome d¨®nde estaba mi inteligencia¡±.
Tambi¨¦n tiene su particular trauma con este plato Antonio Hern¨¢ndez Rodicio, creador de la web El goloso en llamas: ¡°Hay quien sostiene que hay problemas de comunicaci¨®n intergeneracional. Puede ser, porque la primera vez que puse lentejas estofadas en mi tierna juventud fue con la receta que me cont¨® mi abuela¡±. Pero no debieron de entenderse muy bien, porque Antonio las cubri¨® de aceite en vez de con agua. ¡°Estaban incomibles, eso es cierto, aunque tambi¨¦n lo es que yo solo salv¨¦ aquel mal a?o de ventas del sector del aceite de oliva¡±, asegura Hern¨¢ndez Rodicio. Menos mal que no ha hecho esto mismo recientemente, porque se tendr¨ªa que haber hipotecado hasta 2056 por lo menos.
No acaban ah¨ª las historias de cocinillas a los que venci¨® esta legumbre alguna vez. Salva Moreno, periodista gastron¨®mico de Gurm¨¦ C¨¢diz, cuenta que hace a?os hizo unas lentejas en casa y que le salieron de maravilla. ¡°Incluso una sobrina m¨ªa que por entonces era muy peque?a dijo que le hab¨ªan encantado¡±, dice Salva, que a?ade: ¡°Despu¨¦s de aquello la que por entonces era mi mujer propuso que se las hiciera a mis suegros¡±. Claro, en aquel momento Salva sinti¨® m¨¢s presi¨®n que la olla de David. ?Y qu¨¦ pas¨®? Obvio: desastre culinario. ¡°No s¨¦ qu¨¦ ocurri¨®, si la proporci¨®n -acostumbraba a cocinar para dos- o qu¨¦ s¨¦ yo, pero me salieron asquerosas. Los comentarios no fueron los m¨¢s positivos, la verdad, aunque debo decir que desde entonces he mejorado¡±.
Tortilla alcoh¨®lica y sopa quemada
Patricia Tablado, responsable de las redes comidistas, quer¨ªa hacer una tortilla, as¨ª que decidi¨® utilizar el aceite de aquella botella con lacito azul que le hab¨ªan regalado. Hab¨ªa un problema: no era aceite. ¡°Despu¨¦s de un tiempo en el fuego vi que no hab¨ªa manera de que se calentase. Adem¨¢s ol¨ªa un poco a lim¨®n y las patatas ni bull¨ªan ni tull¨ªan. Claro: estaba intentando fre¨ªr las patatas en un mar de limoncello casero¡±, declara Patricia. ¡°No est¨¢ en mi top tres de mejores tortillas, desde luego¡±, reconoce.
Tiene otra cat¨¢strofe m¨¢s: ¡°Estaba intentando hacer una sopa de garbanzos, una receta que literalmente es para cerebros de ¨ªdem, y puse agua, ech¨¦ todos los ingredientes y me fui a hacer movidas de madre¡±. ¡°Cuando volv¨ª una hora despu¨¦s, me encontr¨¦ el infierno de Dante en mi olla: se hab¨ªa evaporado el agua y se hab¨ªa formado una costra de garbanzos quemados en el fondo. ?Quiz¨¢ puse demasiado fuerte el fuego? Tal vez. Lo ¨²nico seguro es que nos quedamos sin comida para el d¨ªa siguiente¡±, relata Tablado mientras intenta desincrustar, dos a?os despu¨¦s, los ¨²ltimos restos que quedan en el perol.
Un brioche vegano... y repugnante
Ib¨¢n Yarza, el gu¨ªa espiritual de los panarras, el dal¨¢i lama de la harina, el cham¨¢n de la hogaza, tambi¨¦n ha cometido alg¨²n delito culinario: ¡°Estaba preparando un libro y quer¨ªa hacer una receta nueva que enfocara el brioche de otra manera, sin usar productos de origen animal, con un aire verde y m¨¢s ligero¡±. Una idea genial que para nada hac¨ªa presagiar lo que vendr¨ªa despu¨¦s. ¡°En lugar de mantequilla, se me ocurri¨® usar aguacate, que tiene grasa y una textura cremosa, ideal para la miga jugosa de un brioche. En vez de huevo, como aporte proteico para la miga se me ocurri¨® usar un tofu blando, confiando en que el resultado fuera esponjoso¡±, describe Ib¨¢n. ¡°He de decir que con el tiempo he aprendido a hacer un brioche sin animalicos espectacular, pero aquel engendro fue la cosa m¨¢s repugnante que he probado en mi vida¡±, reconoce el autor de Pan paso a paso. Remata: ¡°A¨²n se me ponen los pelos como escarrrrrpias al recordarlo. ?Qu¨¦ asco! Es algo que me persigue en mis noches m¨¢s oscuras¡±.
Gambas a la diabla del demonio
¡°Cat¨¢strofes en mi cocina ha habido muchas: nunca olvidar¨¦ los peores rollitos vietnamitas al vapor de la historia, cuyo envoltorio era tan pegajoso en boca que form¨® una nueva dentadura s¨®lida de masa a una de las comensales que llevaba aparato¡±, rememora Mikel L¨®pez Iturriaga, al que le faltaron seis asignaturas para sacarse Odontolog¨ªa. ¡°Pero por contar algo m¨¢s reciente, destacar¨ªa un atentado contra un cl¨¢sico mexicano, las gambas a la diabla, que perpetr¨¦ en una cena con amigos el a?o pasado¡±, apunta Mikel, nombrado persona non grata en el pa¨ªs norteamericano desde entonces. ¡°Segu¨ª m¨¢s o menos una receta del libro M¨¦xico. Gastronom¨ªa, pero el resultado no recordaba en absoluto al delicioso plato de marisco picante que yo recordaba: una salsa triste aguachada con regusto a tomate demasiado frito en la que flotaban unos camarones que podr¨ªan haber sido criados en tierra o en aire, porque a mar no sab¨ªan¡±, describe. ¡°Quiz¨¢ usar langostinos congelados y hacer lo que me sali¨® del aguacate en determinados pasos no ayud¨®. Por supuesto se los ech¨¦ igual a mis invitados, que no s¨¦ si por educaci¨®n o por falta de criterio se los comieron sin rechistar¡±.
El volc¨¢n afrodis¨ªaco color butano
¡°Cuando era estudiante quer¨ªa ligar con una t¨ªa que era muy friki y la invit¨¦ a mi casa a cenar. Busqu¨¦ en el libro Cuentos, recetas y otros afrodis¨ªacos, de Isabel Allende, encontr¨¦ una que se llamaba arroz a la llamarada del amor, y del tir¨®n pens¨¦: ¡®Esto se lo preparo yo, que seguro que le va a encantar¡¯¡±, narra M¨®nica Cabo, chef y propietaria del bar AlNorte, situado en Barcelona. Tiene m¨¦rito preparar un plato con semejante nombre, la verdad. ¡°Era un arroz que iba con nata, queso rallado¡ La imagen era como una especie de cr¨¢ter del que sal¨ªa algo raro. Me parec¨ªa una fantas¨ªa, as¨ª que decid¨ª echarle colorante para que el arroz saliera rojo pasi¨®n¡±, cuenta M¨®nica. Pero el tono que obtuvo no era el deseado: se acercaba m¨¢s bien al naranja butano. ¡°La elaboraci¨®n llevaba adem¨¢s co?ac para flambearlo, la conocida ¡®llamarada del amor¡¯, as¨ª que le ech¨¦ un chupito y le met¨ª fuego. El arroz, sinceramente, estaba incomestible, pero al menos nos echamos unas risas¡±.
M?LTIPLES PLACERES
— Querer Leer (@PoderLeer) August 6, 2018
Por si leer y comer no fueran suficiente gozo, Isabel Allende a?ade el erotismo en ¡°Afrodita: cuentos, recetas y otros afrodis¨ªacos¡±. Obra que celebra la sensualidad y la alegr¨ªa y nos despierta el apetito. ?Te gustar¨ªa leerla? ?Te la prestamos! #PoderLeer pic.twitter.com/rsDVarO3gi
All i pobre salm¨®n
Un d¨ªa de hace algunos a?os me levant¨¦ yo con ganas de preparar una receta de Clara P¨¦rez Villal¨®n que hab¨ªamos publicado recientemente en El Comidista, el all i pebre de salm¨®n. Compr¨¦ un buen lomo de este pescado, me puse a guisar y comet¨ª el gran fallo de pensar que eso de las cantidades, bueno, tampoco hay que seguirlo tan a rajatabla. Me pas¨¦ con el piment¨®n. Y con el agua. El resultado final era deprimente: trozos de salm¨®n nadando -como si no hubiese tenido suficiente en vida, el pobrecito- en una charca de color poco apetecible y sabor repulsivo. Lo ¨²nico positivo que me llev¨¦ de aquello fue que a los dos d¨ªas me nombraron hijo adoptivo de La Vera.
Coliflor cerebral
¡°En 2008 pens¨¦ en preparar coliflor con bechamel, una receta que siempre me sale bien, para Webos Fritos, que por entonces solo ten¨ªa un a?o de vida¡±, comenta Susana P¨¦rez, fundadora de dicha web. ¡°Se me ocurri¨® cocerla entera, y adem¨¢s de no dejarla al dente, se me pas¨® un pel¨ªn. Una vez servida en el plato, me qued¨® una presentaci¨®n espantosa, parec¨ªa algo as¨ª como un cerebro guisado con bechamel¡±, describe esta gastr¨®noma, que contin¨²a: ¡°Mi fot¨®grafo y marido se neg¨® a publicar eso y ha quedado guardado en el ba¨²l de los recuerdos¡±. Hasta hoy, claro, porque Susana nos ha cedido en exclusiva la imagen de aquellos sesos vegetales (que hemos puesto, como no pod¨ªa ser de otra forma, de foto principal de este art¨ªculo).
Piel de burrata acuosa
¡°Gracias a Luc, mi quesero de cabecera, durante el confinamiento me vi en casa con un kilo de algo que llam¨® ¡®piel de burrata¡¯, como la capa que la recubre pero en grueso y como de -sin exagerar- un metro cuadrado cuando la abr¨ªas, que parec¨ªa una piscina infantil Toy en la que cab¨ªan tres ni?os c¨®modamente¡±, recuerda M¨°nica Escudero. Seg¨²n cuenta la editora jefa comidister, decidi¨® usarla para separar las capas de un pastel de verduras gigante con, entre otros ingredientes, bastante calabac¨ªn (confinamiento, recordemos). ¡°A los 15 minutos de estar en el horno entre el queso y las verduras aquello pas¨® a soltar m¨¢s agua que Isla Fantas¨ªa, y tuve que irla achicando cada 10 minutos durante el tiempo que dur¨® la cocci¨®n, que si no recuerdo mal fueron unos 200 a?os porque el agua no dejaba que las verduras quedaran melosas y el queso de arriba crujiente, como yo quer¨ªa¡±, dice M¨°nica. ¡°Al final, si le quitabas la capa de queso de en medio, que estaba como un neum¨¢tico de tractor, estaba hasta bueno¡±.
Arepas chiclosas
¡°Una resacosa ma?ana no ten¨ªa pan para desayunar, as¨ª que tir¨¦ de harina de ma¨ªz, que siempre tengo en casa para preparar arepas cuando se dan este tipo de situaciones¡±, narra el periodista Carlos Orqu¨ªn. ¡°La cosa es que ese d¨ªa me quedaba muy poca harina. Y busqu¨¦ un plan C fat¨ªdico: usar un bote que hab¨ªa en la despensa de almid¨®n de patata o no s¨¦ qu¨¦ c*** era. Pensaba que saldr¨ªa una arepa as¨ª como m¨¢s fina, m¨¢s suave, pero no¡±, dice Orqu¨ªn. En su lugar sali¨® una pasta muy viscosa, ¡°bastante similar a fluidos nasales¡±: ¡°Se ve que la ratio harina de ma¨ªz/f¨¦cula estaba muy poco equilibrada y la tortilla/engendro ten¨ªa una textura realmente horrorosa. No serv¨ªa ni para llevarla a una cena de amigos de tem¨¢tica Halloween¡±. ¡°Era un h¨ªbrido entre gacha miga cruda, mochi sabor nada y chicle insalubre que no ten¨ªa arreglo ninguno. Mi entorno m¨¢s cercano tuvo la suerte de que me pillara solo y no lo compart¨ª con nadie, para bien de todos¡±, remata Carlos, que acaba de encargar dos pal¨¦s de harina de ma¨ªz por si acaso.
?Y t¨², cu¨¢l es el peor plato que has cocinado en tu vida? Si quieres puedes contarnos tu historia en el bloque de comentarios o en redes sociales con el hashtag #MiPeorPlato. Agradeceremos, por supuesto, que adjuntes fotograf¨ªas del desastre.
Sigue a El Comidista en TikTok, Instagram, X, Facebook o Youtube.