?Hasta cu¨¢ndo se puede comer algo si su fecha de consumo preferente ha vencido?
Entender la diferencia entre fecha de caducidad y consumo preferente, as¨ª como saber qu¨¦ alimentos tienen excepciones y cu¨¢les no, es fundamental para evitar las intoxicaciones y el desperdicio alimentario
La escena no es original. Desesperada porque no has podido hacer la compra, f¨ªas toda tu vida a la bandeja de lasa?a preparada que se te ocurri¨® comprar hace unas semanas. Cierras los ojos mientras quitas el film transparente en un intento de negar la realidad, tratando de no ver lo que ya sabes, que su fecha de caducidad ya qued¨® en el pasado. Lo hueles, pruebas un poquito y decides que bueno, que vale, que adelante. Pues te la est¨¢s jugando, amiga. Por suerte, no siempre es as¨ª: hay alimentos que tienen una segunda vida, aunque se te hayan quedado olvidados en el fondo de la despensa y te los puedes comer pasada la fecha. Eso s¨ª, hay que saber cu¨¢les son para que no acabes en la cama de un hospital enganchada a la bolsa de suero, jurando no volver a comer nada nunca jam¨¢s.
No entender las fechas nos hace tirar comida
Seg¨²n un estudio llevado a cabo por la Comisi¨®n Europea en 2018, un 10% de los alimentos que tiramos a la basura acaban en el contenedor porque no entendemos la informaci¨®n que nos indica la etiqueta. Los autores de la investigaci¨®n concluyen que este desperdicio podr¨ªa reducirse si se abordasen varios frentes relacionados con las fechas que aparecen en los envases. Centr¨¢ndose en los consumidores, se insiste en que una condici¨®n fundamental es que seamos capaces de distinguir entre caducidad y consumo preferente (?t¨² lo tienes claro?).
Otras cuestiones a abordar se escapan de nuestro alcance y se dirigen directamente a la industria. Aqu¨ª hago un inciso: la vida ¨²til de un alimento la determina la industria alimentaria que lo fabrica, y tambi¨¦n decide si se usa la f¨®rmula ¡°fecha de caducidad¡± o ¡°consumo preferente¡±. Esto puede resultarnos sorprendente, pero es l¨®gico: la industria es la que conoce la materia prima con la que trabaja, los procesos, los equipos y materiales, y la que, teniendo todo esto en cuenta y bas¨¢ndose en datos cient¨ªficos y pruebas de vida ¨²til, puede hacer los c¨¢lculos de cu¨¢l ser¨¢ la duraci¨®n estimada del alimento. Salvo excepciones muy contadas, como es el caso del huevo en el que la normativa indica que se debe indicar ¡°fecha de consumo preferente¡± y que debe establecerse 28 d¨ªas despu¨¦s de la puesta, para la inmensa mayor¨ªa de los alimentos la fecha elegida est¨¢ en manos del fabricante.
La parte de la industria
Entonces, seg¨²n este estudio, ?qu¨¦ podr¨ªa hacer la industria alimentaria para que no tiremos tantos alimentos por motivos relacionados con la fecha que aparece en la etiqueta? Lo primero y m¨¢s obvio es que las fechas no solo deben estar presentes, sino tambi¨¦n ser claras y legibles. Obligarnos a hacer juegos de manos con los envases d¨¢ndoles vueltas como si trat¨¢semos de resolver un cubo de Rubik, cuando solo estamos buscando en qu¨¦ pliegue imposible est¨¢ la fecha de duraci¨®n m¨ªnima no parece la forma m¨¢s sencilla de facilitarnos la informaci¨®n.
Otra recomendaci¨®n es que la fecha indicada se establezca bas¨¢ndose exclusivamente en criterios de calidad y seguridad alimentaria, y no en otros como el marketing, y utilizar las fechas de caducidad -en lugar de las de ¡°consumo preferente¡±- solo cuando realmente hay razones de seguridad alimentaria que as¨ª lo indiquen. No pensemos (siempre) mal. A una parte (mala) de la industria le puede interesar que la vida ¨²til reflejada en la etiqueta sea m¨¢s corta que la real para que haya mayor rotaci¨®n de sus productos. Pero la industria alimentaria es heterog¨¦nea en mil aspectos: tama?o (y recursos), materias primas o procesos, y no todos los fabricantes tienen capacidad para hacer complejos estudios de vida ¨²til, as¨ª que apuestan por ser conservadores y acortar esos plazos o mantener los que se han usado ¡°de toda la vida¡± para evitar riesgos.
Para abordar este frente y echar una mano a la industria, la EFSA ha publicado una opini¨®n cient¨ªfica con pautas para que se pueda hacer una valoraci¨®n del riesgo m¨¢s precisa con un ¨¢rbol de decisiones para que se elija correctamente el tipo de fecha -caducidad o consumo preferente- en algunos productos, y otro estudio para orientar sobre la informaci¨®n que se debe facilitar al consumidor sobre la conservaci¨®n del alimento.
Tambi¨¦n se prev¨¦ hacer una revisi¨®n de la normativa que regula la informaci¨®n alimentaria ofrecida al consumidor para intentar corregir la confusi¨®n entre ¡°consumo preferente¡± y ¡°caducidad¡±, aunque se esperaba tener noticias a finales de 2022 y todav¨ªa no hay novedades al respecto. As¨ª que mientras esperamos tranquiiiiiiiilamente a que Europa se pronuncie, desde El Comidista vamos a hacer gala de nuestra vocaci¨®n de servicio p¨²blico y te vamos a contar todo lo que tienes que saber sobre las fechas que aparecen en los envases y cu¨¢ndo puedes comer algo pasado de fecha sin jugarte la vida a la ruleta rusa.
?Pero es que hay dos tipos de fechas?
Es posible que est¨¦s tan perdido como Biden en una convenci¨®n internacional y ni te hayas dado cuenta de que hay dos formas distintas de expresar la vida ¨²til de un alimento. Repasito r¨¢pido. Por una parte, tenemos la ¡°fecha de caducidad¡± que se utiliza con alimentos que microbiol¨®gicamente son muy perecederos. Aqu¨ª nos ponemos serias porque ya no nos habla de la calidad, sino de la seguridad: efectivamente, si te lo comes pasado ese plazo -que suele ser corto, generalmente unos d¨ªas- puedes sufrir una toxinfecci¨®n alimentaria.
Te la encuentras en loncheados, ensaladas en bolsa lavada, carne y pescado envasado, boller¨ªa rellena o platos preparados listos para comer. Si ha pasado la fecha de caducidad no hay duda posible: NO TE LO COMAS. ¡°?Y se ha pasado la ¡°fecha de caducidad¡± pero huele bien, sabe estupendamente y tiene buen aspecto?¡± Lamento much¨ªsimo decirte que en alimentos que llevan fecha de caducidad no es un indicativo de que el alimento est¨¦ en buen estado. Si lleva fecha de caducidad no puedes fiarte de tus sentidos.
Esto se debe a que nos encontramos con dos tipos de microorganismos que pueden contaminar los alimentos; microorganismos alterantes, que deterioran el producto y hacen que aparezcan esos sabores, colores o aspecto an¨®malos -que son muy ¨²tiles porque te hacen rechazar el alimento sin mirar atr¨¢s-; y microorganismos pat¨®genos, que son los que nos pueden producir esas toxinfecciones alimentarias, ya sea porque nos comemos el microorganismo vivo o porque ingerimos las toxinas que ha ido dejando en el alimento, pero no tienen por qu¨¦ cambiar en absoluto las propiedades organol¨¦pticas del alimento. S¨ª, los pat¨®genos son traicioneros y mezquinos. Es lo que ocurre con la famosa Salmonella, la tristemente conocida Listeria o las toxinas de Bacillus cereus: la tortilla, el salm¨®n ahumado o el arroz est¨¢n bien cargaditos de bacterias o de toxinas, pero tu paladar es incapaz de detectarlo, ?saben de muerte! (a veces, literalmente).
Por otro lado, la fecha de duraci¨®n m¨ªnima es equivalente a lo que llamamos fecha de consumo preferente. Se indica mediante la expresi¨®n ¡°consumir preferentemente antes de¡¡± y va seguido del d¨ªa y el mes si el producto dura menos de tres meses, del mes y el a?o si dura entre tres y 18 meses y solo del a?o si dura m¨¢s de 18 meses.
Se utiliza en alimentos que son estables y se relaciona con la calidad del alimento, es decir, el plazo en el que el alimento conserva sus propiedades (textura, aroma, sabor, olor) siempre que se haya almacenado bien. Es la que te encuentras en alimentos congelados, latas y botes, galletas, gran parte de la boller¨ªa (salvo la que tiene rellenos), pan envasado, leche o bebidas vegetales con tratamiento UHT, etc¨¦tera.
A efectos pr¨¢cticos esto se traduce en que puedes comerte el alimento pasada esa fecha sin que corras riesgo de sufrir una intoxicaci¨®n alimentaria (a ver, tampoco nos pasemos, hablamos de exceder la fecha un plazo razonable, m¨¢s abajo te hablo de ello). S¨ª, las galletas pueden estar m¨¢s blandengues y es posible que las alcachofas congeladas est¨¦n un poquito tiesas, pero no vas a morirte si les hincas el diente.
Caducidad secundaria: la tercera en discordia
Sobra decir que la duraci¨®n que se indica en la etiqueta solo sirve mientras el alimento est¨¦ cerrado, ?verdad? Una vez que se abre el bote, el bl¨ªster, el brick o lo que sea nos olvidamos de esa fecha. No vaya a ser que, como en la lata pone que las sardinillas tienen marcado 2028 como consumo preferente, pienses que ese es el tiempo que te van a durar las que te han sobrado de la ensalada de hoy.
S¨ª, por si ten¨ªamos poco con dos tipos distintos de fechas, tenemos todav¨ªa otra m¨¢s para complicar el panorama: la caducidad secundaria. Es la que nos indica lo que dura el alimento una vez abierto el envase. Te la encuentras con f¨®rmulas como ¡°una vez abierto conservar en el frigor¨ªfico y consumir en un plazo de tres d¨ªas¡±. No es obligatorio que el fabricante la ponga, as¨ª que, si no dice nada, ten en mente que la mayor¨ªa de los alimentos abiertos te van a durar unos tres o cuatro d¨ªas en la nevera.
?Cu¨¢l es el plazo para comerte algo ¡°pasado de fecha¡±?
Insistimos de nuevo: esto solo es aplicable a los alimentos que llevan ¡°consumo preferente¡±. Ni se te ocurra hacerlo con los que llevan ¡°fecha de caducidad¡±.
Antes de hablar de plazos concretos, vayamos a los requisitos imprescindibles para poder aprovechar un alimento ¡°caducado¡±. En el documento cient¨ªfico de la EFSA Orientaciones sobre el marcado de la fecha y la informaci¨®n alimentaria relacionada se establecen varias condiciones:
- Comprobar que el envase no est¨¢ da?ado ni abierto.
- Asegurarnos que se ha conservado adecuadamente (por ejemplo, si es un alimento congelado no debe haber superado los -18?C).
- Verificar sus propiedades organol¨¦pticas: ?AQU? S?! En los alimentos que llevan fecha de consumo preferente s¨ª que debemos examinar su olor, sabor, textura, aspecto. Ante la m¨ªnima alteraci¨®n, fuera con ¨¦l.
Si todo lo anterior se cumple, ya podemos empezar a mirar el calendario. Las referencias que tenemos al respecto son sobre todo las que estudian las condiciones que se deben cumplir en las donaciones de alimentos como este documento de la Comisi¨®n Europea sobre redistribuci¨®n de alimentos, que recoge las recomendaciones de la Agencia Belga de Seguridad Alimentaria, o el Redistribution labelling guide de la Agencia de Seguridad Alimentaria de Reino Unido. Tambi¨¦n la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria ha publicado unos plazos orientativos. Siendo conservadores, estar¨ªamos hablando de:
- Hasta un a?o pasada la fecha: pasta seca, arroz, legumbres secas, productos en lata o bote esterilizados (pescados, legumbres, hortalizas¡), mermelada, preparados en polvo bajos en grasa (caf¨¦ soluble, gelatina¡), caf¨¦, t¨¦, sal, az¨²car, harina, alimentos poco grasos ultracongelados (en congelador de 4*), chocolate en tableta.
- Hasta tres meses pasada la fecha: salsas envasadas, pasta seca rellena, galletas, cereales, pan tostado, agua y bebidas refrescantes con az¨²car, preparados en polvo con grasa (sopas instant¨¢neas, leche en polvo -esto no se aplica a la leche de f¨®rmula infantil-), margarina y mantequilla, aceite, quesos madurados, golosinas rellenas, salsas, leche y otras bebidas UHT, alimentos congelados en general, snacks tipo patatas fritas, chocolate relleno y bombones, jam¨®n curado y embutido curado no loncheado.
- Hasta un mes: bebidas refrescantes sin az¨²car, boller¨ªa sin relleno como magdalenas, loncheados de embutidos curado y jam¨®n curado.
- Hasta 15 d¨ªas: yogur.
- Hasta una semana: pan de molde.
Hora de hacer repaso a la despensa. Te doy un truco infalible: si tiene la etiqueta del precio pegada y est¨¢ en pesetas, es el momento de tirarlo. Y como norma general en cuanto a seguridad alimentaria: ante la duda, ?a la basura! Que el desperdicio alimentario se combate con planificaci¨®n -comprar lo que vayas a comer, cocinar cantidades adecuadas- y trucos de organizaci¨®n como colocar hacia adelante lo que ya ten¨ªas en la despensa y poner detr¨¢s lo que acabas de comprar, reaprovechar las sobras o congelar etiquetando la fecha, pero nunca corriendo riesgos.
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