Ajoblanco con ajo negro

Llevamos un buen tiempo intentando buscar la excusa perfecta para experimentar con los ajos negros. Es bien sabido que el ajo tiene unas propiedades fant¨¢sticas para nuestro organismo, pero unas p¨¦simas aportaciones para nuestra socializaci¨®n, como sabr¨¢ cualquiera que tenga un compa?ero de trabajo aficionado a a?adirlo en crudo a su men¨² diario. Por no hablar de c¨®mo puede llegar a sentar a esos est¨®magos delicados que empiezan a triplicar su tiempo de digesti¨®n solo con olerlo.

Esos momentos tan refrescantes de reflujo ajero post-alioli o salteado de champis con tres dientes de ajo y perejil que nos hacen pasar unas tardes la mar de pl¨¢cidas, muy cercanas a los ataques de ira de Daenerys de la Tormenta de Juego de Tronos, pueden evitarse en gran parte gracias al ajo negro.

El famoso ajo negro no es m¨¢s que ajo normal, fermentado durante un porr¨®n de d¨ªas a una temperatura controlada. Finalizado el proceso, su aroma dista mucho del ajo original y se acerca al regaliz, con una curiosa textura espachurrada y untuosa y un color negro intenso y nacarado.

Esta vez os proponemos una revisi¨®n del ajoblanco pero sin ajo blanco, lo que viene siendo una crema de almendra con un toque de regaliz gracias a una suave crema que potenciaremos en color con tinta de calamar congelada, que no aporta sabores pero si mucho color. Os quedar¨¢ una joya de crema digna de Vegan Black Metal Chef, (aunque no podr¨¢ com¨¦rsela ya que la tinta viene de un animalito).

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