Sopa de n¨ªscalos y patata con picada de avellanas

Las sopas de patata, a medio camino entre el estofado ligerito y el caldo contundente, tienen algo humilde y a la vez reconfortante que me hace pensar en la comida que preparar¨ªa si viviera en la monta?a y tuviera que apa?arme con lo que hubiera (y encima comer fabulosamente bien). Un caldo sabroso, unas especias, un poco de embutido seco cortado fino, alg¨²n fruto seco o unas legumbres cocidas pueden rematar la jugada que convierta una noche de nevera vac¨ªa en una placentera cena.

Esta versi¨®n utiliza los n¨ªscalos no solo como acompa?amiento, sino tambi¨¦n para darle m¨¢s enjundia al l¨ªquido base cuando trituremos en ¨¦l la mitad de las mismas. Lo ¨²nico que tenemos que saber hacer para que este plato sea un ¨¦xito es dominar el arte de chascar las patatas: cortar cada trocito solo un poco y, con un giro r¨¢pido del cuchillo, desgarrar el resto para que el almid¨®n campe a sus anchas y le aporte cuerpo al caldo.

He utilizado esta seta porque est¨¢ de temporada y no est¨¢ especialmente cara -adem¨¢s, como las vamos a picar se pueden usar las que se compran en trozos, que son todav¨ªa m¨¢s econ¨®micas-, pero podr¨ªamos cambiarlas por champi?ones, cebolla, puerro, zanahoria, chiriv¨ªa, pimiento o casi cualquier otra hortaliza. He sido parca con las especias para respetar el sabor de las setas y porque la picada final ya les da ese caracter¨ªstico sabor de seta con ajo y perejil, pero si us¨¢is otros ingredientes pod¨¦is jugar con cualquier semilla o sabor a?adido que cre¨¢is que le puede ir bien.

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