Tomates rellenos de quinua y encurtidos

El verano es el mejor momento para consumir el tomate fresco en todas sus posibilidades, lo que significa casi infinitas, porque es una delicia desde en su forma m¨¢s minimalista -con un chorrito de buen aceite y sal- hasta en ensaladas de fantas¨ªa donde se mezcla con todo tipo de ingredientes. Lechugas y otras hojas verdes, frutas como el mango, el albaricoque, la ciruela o el melocot¨®n, encurtidos que elevan su dulzura a la estratosfera y cereales que se empapan de su juguillo a modo de sabrosa salsa.

La temporada del tomate de verano -tambi¨¦n los hay de invierno, como el raf- suele ir de junio a octubre, aunque algunas variedades tard¨ªas y generosas, como el rosa de Barbastro pueden alargarse un poco m¨¢s. Para la receta de hoy nos decantaremos por el tomate de bola, una variedad de forma redondeada que nos facilitar¨¢ la tarea del vaciado -y posterior relleno- al que lo vamos a someter.

Nuestra propuesta es bien sencilla porque creemos firmemente que un buen tomate merece todo el protagonismo, pero sobre ella se pueden hacer much¨ªsimas variaciones. Por ejemplo, cambiar la quinua por arroz, bulgur o cusc¨²s, a?adirle un poco de bonito, sardinas en lata o trocitos de de queso curado, adem¨¢s de hierbas arom¨¢ticas como la albahaca o la menta.

Si queremos rematar los tomates con algo que les sirva de tapa -en lugar de usar la que traen de serie-, podemos optar por una lasca de buen jam¨®n, un par de piparras que lo alegren, un filete de anchoa o de boquer¨®n (o uno de cada, a modo de matrimonio) o una rodaja de queso fresco. En lugar de comernos el coco pensando qu¨¦ hemos hecho mal para que nos haya sobrado relleno -nota: siempre sobra relleno- lo usaremos como base para estabilizar nuestros tomates, y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria (y al final de todo, nos lo comemos).