Guiso expr¨¦s de garbanzos, alcachofas y bacalao

Hay d¨ªas en los que te apetece un guiso sabroso pero no tienes tiempo de arrancar unas legumbres de cero, otros en los que tienes invitados a comer y prefieres pasar el rato con ellos tomando el vermut que en la cocina; y otros en los que te apetece descubrir nuevos usos para cosas que habitualmente te comes tal cual, como las alcachofas en aceite. La receta de hoy sirve para todos estos supuestos y alguno m¨¢s, queda buen¨ªsima sin apenas esfuerzo y no har¨¢ torcer el morrito a todos los que creen que es demasiado trabajo comer pescado si este tiene alguna espina (y no me refiero solo a los ni?os, que conozco a m¨¢s de uno y una que se comen el pan con corteza desde 1986 y siguen con el mismo ¡°mimim¨ª¡±).

Si las cocochas -o kokotxas, en euskera- son desaladas, cuidado con el punto de sal, ya que este no tiene un consenso universal ni nada que se le parezca (sobre todo si las compras desaladas de bacalader¨ªa). Recomiendo probar una puntita para saber el punto de saz¨®n que tienen -t¨¦cnicamente no est¨¢s comiendo pescado crudo, la sal ya lo ha cocinado previamente- para saber si est¨¢ bien o es demasiado. Si es un poco excesivo puedes compensarlo a?adiendo menos sal -o ninguna- al resto del guiso; si crees que ni con esas, d¨¦jalas unas horas en abundante agua fr¨ªa en la nevera.

Las alcachofas en aceite son un producto que me encanta por varios motivos: el primero y m¨¢s evidente, porque me encantan las alcachofas; el segundo porque dentro de sus versiones en conserva suelen ser las que llevan menos ¨¢cido c¨ªtrico y por tanto respetan m¨¢s el sabor de esta hortaliza y tercero porque a veces llevan hierbecillas que adem¨¢s lo potencian para bien. Comerlas directamente del tarro -o pas¨¢ndolas antes a un plato si no est¨¢s por romanizar- es una opci¨®n de lo m¨¢s satisfactoria, pero tambi¨¦n se les puede sacar partido en bocadillos, tostadas, ensaladas, platos de pasta o guisos, como el que proponemos hoy.

No teng¨¢is reparos en usar el l¨ªquido de conserva en el que vienen los garbanzos: b¨¢sicamente lleva su agua de cocci¨®n -con la prote¨ªna que han dejado durante la misma, algo muy interesante para conseguir r¨¢pidamente una textura ligada en un guiso r¨¢pido-, sal, un aditivo que sirve para que no se oscurezcan y aunque tenga como nombre ¡°secuestrante¡± es completamente seguro y alg¨²n conservante eventual (igual de seguro). Nada de esto aporta ning¨²n sabor al agua de los garbanzos, as¨ª que no deber¨ªais notar su presencia (algo que s¨ª pasa con el igual de inocuo pero algo m¨¢s detectable ¨¢cido c¨ªtrico).

La cantidad de l¨ªquido que lleva este guiso es completamente al gusto de quien la vaya a tomar; y este, en mi caso, depende mucho de la temperatura que haga. Como el d¨ªa que lo prepar¨¦ todav¨ªa hac¨ªa bastante calor no lo hice en modo flotante, sino que el l¨ªquido es espeso y queda por debajo del nivel de la legumbre. Para hacerlo m¨¢s caldoso pod¨¦is a?adir un poco de agua en cualquier momento -es muy sabroso, no os prepup¨¦is porque pierda un pel¨ªn de fuerza- o m¨¢s vino al principio. No pong¨¢is vino en cualquier momento porque el riesgo de que no se evapore el alcohol y no est¨¦ rico es alto (o de que tengas que esperar a que lo haga y se te pasen las cocochas, algo que tampoco queremos).

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