Ana Blanco, el valor m¨¢s seguro de TVE desde hace 30 a?os
La presentadora es uno de los rostros m¨¢s conocidos de la pantalla, pero ha logrado mantener blindada su privacidad
De manera inevitable, pensar en Ana Blanco es imaginar el escenario de cualquier hogar espa?ol con una familia sentada a la mesa para comer escuchando una voz de fondo narrando la informaci¨®n de ese d¨ªa. Si uno se adentra m¨¢s en ese imaginario, ver¨¢ que esa voz procede de una mujer sentada de manera impecable y hablando con un tono simple y llano sobre la ¨²ltima medida tomada por el Gobierno de turno, la operaci¨®n salida de tr¨¢fico antes de un fin de semana festivo o el descubrimiento de un grupo de cient¨ªficos espa?oles en plena pandemia de coronavirus. Porque su imagen, la de Ana Blanco, es desde hace 30 a?os el esp¨ªritu vivo de la televisi¨®n p¨²blica.
Esa televisi¨®n a la que lleg¨® por casualidad. Nacida en Portugalete, Bizkaia, en 1961, Blanco es licenciada en Pedagog¨ªa. Se adentr¨® en el mundo del periodismo gracias a una amiga que trabajaba en la radio. Sus primeros pasos fueron en las ondas bilba¨ªnas, pero r¨¢pidamente dio el salto a la capital y, tras unos a?os en Telemadrid, en 1990 fich¨® por TVE, donde ha sabido ganarse la familiaridad de todos los hogares espa?oles hasta convertirse en un rostro cotidiano.
Comenz¨® en el telediario del fin de semana y despu¨¦s vinieron las noticias de La 2 y las distintas ediciones de los informativos diarios, TD-1 y TD-2. Admite que el horario de noche no le convence en exceso y se siente m¨¢s c¨®moda dando las noticias del mediod¨ªa. Ha tenido como compa?eros a Mat¨ªas Prats, Jes¨²s ?lvarez, Alfredo Urdaci, Ernesto S¨¢enz de Buruaga o incluso la reina Letizia en su etapa como periodista, con quien no hab¨ªa mucha afinidad, seg¨²n cuentan las malas lenguas. Seg¨²n Daniel Forcada y Alberto Lardi¨¦s revelan en el libro La corte de Felipe VI: amigos, enemigos y validos, Blanco se llev¨® una reprimenda por hablar despectivamente de Letizia durante una reuni¨®n en la que la actual reina de Espa?a no estaba presente. Ella nunca se ha pronunciado al respecto y tampoco lo har¨¢, pues la presentadora es poco dada al chisme.
Su rigor y profesionalidad han hecho de ella un referente en el mundo del periodismo. Quienes han trabajado a su lado destacan su sencillez y naturalidad. Tambi¨¦n su prudencia y su, tal vez, obsesi¨®n por el control. ¡°Est¨¢ muy implicada, no es un simple busto parlante. Le gusta manejar todos los temas que va a tratar en los informativos y antes de comenzar dedica tiempo a ir redactor por redactor para saber de qu¨¦ se va a hablar exactamente¡±, cuenta gente de su entorno laboral. Su solvencia y credibilidad la ha demostrado en cada especial que la cadena p¨²blica ha organizado con motivo de noticias de ¨²ltima hora, debates pol¨ªticos, noches electorales¡ Quiz¨¢ uno de los momentos m¨¢s complicados que ha vivido fue el que posiblemente sea el telediario m¨¢s largo de la historia del canal, el del 11 de septiembre de 2001, con el atentado a las Torres Gemelas. Algunos de los compa?eros que trabajaron con ella aquel d¨ªa destacan la capacidad de Blanco de ¡°establecer sentido a lo que estaba ocurriendo solo con un dato¡±.
Pese a ser uno de los rostros televisivos m¨¢s conocidos, es muy discreta con su vida privada, que blinda ante ajenos. Apenas concede entrevistas y fuera de TVE se deja ver en contadas ocasiones, la mayor¨ªa de las veces cuando va a recoger alg¨²n premio. A lo largo de su trayectoria profesional ha sido galardonada con la Antena de Oro, el premio ATV a la mejor comunicadora de informativos, el Ondas como mejor presentadora, el Micr¨®fono de Oro y la insignia de Caballero de la Orden Nacional del M¨¦rito de la Embajada de Francia en Espa?a. Casada con el periodista, abogado y tambi¨¦n vasco Juan Carlos Bolland, la pareja no ha tenido hijos. Cuando no trabajan, suelen escaparse al norte para estar cerca de la familia y del mar. Ambos son unos apasionados del golf, deporte que practican a menudo, y les gusta disfrutar de sus amigos durante su tiempo libre.
De lunes a viernes, Ana Blanco saluda impert¨¦rrita a los telespectadores que la observan desde el otro lado del televisor casi como un miembro m¨¢s de la familia. Parece que ni el tiempo ¡ªni los telediarios¡ª pasan por ella. En las tres d¨¦cadas que el pr¨®ximo septiembre cumple la periodista al frente de los informativos de TVE, apenas han cambiado ni su estilo period¨ªstico ni tampoco su estilo a secas. El mismo peinado de media melena casta?a y recta que cae sobre los hombros y las mismas americanas o trajes de un solo color que solo han variado al son de la moda espa?ola. Y su eterna media sonrisa que llega a agrandar en contadas ocasiones, como cuando hace cinco a?os sus compa?eros le sorprendieron con un v¨ªdeo sorpresa al final del informativo como homenaje a su 25? aniversario en la cadena p¨²blica. Ante el reconocimiento, Blanco solo pudo mirar a la c¨¢mara y dar las gracias a los espectadores por dejarle ¡°llegar a sus casas cada d¨ªa¡±. Con la misma dulzura nada impostada que asoma a su rostro cuando da una noticia alegre. Igual que ese humor t¨ªmido del que dan fe muchos de sus compa?eros, como el propio Jes¨²s ?lvarez, quien contaba hace un lustro a este peri¨®dico ¡°la asombrosa capacidad de encaje¡± que Blanco tiene para los chascarrillos que a menudo le soltaba en directo, sin que nada est¨¦ preparado.
Considerada como una verdadera superviviente que ha resistido a cinco Gobiernos y a otros tantos cambios en la direcci¨®n de la cadena p¨²blica ¡ª¡°en TVE est¨¢ todo muy politizado pero nadie sabr¨ªa atribuirle ning¨²n partido pol¨ªtico¡±, aseguran desde su entorno¡ª, Ana Blanco se dej¨® llevar por primera vez en antena hace unos meses, durante el debate electoral. Ejerc¨ªa de moderadora junto a Vicente Vall¨¦s y para presentar el bloque de las propuestas sobre las medidas de igualdad, se dirigi¨® a los cinco participantes, Pedro S¨¢nchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal: ¡°No hay ninguna mujer en este debate. Esta foto no es igualdad¡±. Ana Blanco se llev¨® la ovaci¨®n (a trav¨¦s de las redes sociales) de todo el p¨²blico. Una vez m¨¢s.
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