Anna Wintour rompi¨® su amistad con el director creativo de ¡®Vogue¡¯ por ¡°viejo, gordo y poco ¡®cool¡±
Andr¨¦ Leon Talley, ¨ªntimo de la directora de la revista, afirma en sus memorias que la editora es una mujer fr¨ªa y que se mueve ¨²nicamente por el inter¨¦s
Andr¨¦ Leon Talley, a sus 70 a?os, es uno de los hombres m¨¢s poderosos del mundo de la moda, uno de esos conocedores de los secretos que con tanto af¨¢n se guardan en los pasillos de las revistas desde hace medio siglo. Sin embargo, est¨¢ dispuesto a contarlos todos, y lo va a hacer muy pronto. Tanto que ha decidido adelantarlos. El que ha sido director creativo de la revista Vogue en Estados Unidos ha escrito un libro de memorias y la expectaci¨®n ha sido tal que ha acelerado su fecha de publicaci¨®n, que iba a ser en septiembre, y la ha situado el 19 de mayo.
El libro se llama The Chiffon Trenches, que podr¨ªa traducirse como Las trincheras del chif¨®n (un tejido suave y ligero), aunque el t¨ªtulo hace un juego de palabras con el t¨¦rmino trench, que significa a la vez gabardina y trinchera. Podr¨¢ adquirirse en las pr¨®ximas semanas, pero ya hay jugosos adelantos al respecto. Sobre todo los que tienen que ver con Anna Wintour, directora de la publicaci¨®n estadounidense desde hace 32 a?os y uno de los principales nombres de la moda mundial. Sin embargo, no es tan grande para Talley, que no la deja en absoluto bien parada.
El carism¨¢tico Talley cuenta en sus memorias que Wintour cont¨® con ¨¦l en su primera etapa en Estados Unidos, a principios de los ochenta, y tambi¨¦n cuando regres¨® al pa¨ªs, a Vogue, tras pasar unos a?os en Reino Unido, su pa¨ªs natal. Ella fue quien le llev¨® a la revista en 1988 y le nombr¨® director creativo, convirti¨¦ndole en el hombre negro que hab¨ªa llegado a un puesto m¨¢s alto en la industria de la moda. Entonces ¨¦l ya era una persona poderosa en la industria, buen amigo de dise?adores como Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld, y el cargo le dio a¨²n m¨¢s capacidad de actuaci¨®n, tal y como explica el adelanto de las memorias publicado por el diario Daily Mail.
Sin embargo, pese a que Wintour le hab¨ªa nombrado y ten¨ªa que reportarle a ella directamente, la comunicaci¨®n no era f¨¢cil. Cuenta que las reuniones no duraban m¨¢s de ocho minutos, y que 15 ya supon¨ªa ¡°que hab¨ªa pasado algo grave¡±. De hecho, la primera vez que salieron a almorzar juntos, recuerda Talley, regresaron a la oficina antes de que llegara el primer plato. Seg¨²n el periodista, los cocineros de ese restaurante seguramente ni pusieron la comida en los platos, porque ya sab¨ªan lo que sol¨ªa pasar cuando ella acud¨ªa al local: que se quedaba sin servir.
Para ¨¦l, el retrato que en 2006 hac¨ªa la pel¨ªcula El diablo viste de Prada, cuyo personaje central ¡ªinterpretado por Meryl Streep¡ª est¨¢ supuestamente inspirado en Wintour, tiene algunos matices: nadie va tirando por ah¨ª los abrigos, ni usa un lenguaje vulgar, ni por supuesto acude al trabajo borracho. Pero s¨ª cuenta que una de los dos asistentes de Wintour acude cada ma?ana a su casa con una copia de ese ¡°gran libro¡± que es el prototipo de la revista y le lleva flores, regalos y ropa limpia que le han mandado previamente a la tintorer¨ªa.
La relaci¨®n entre Wintour y Talley se ha estropeado a lo largo de los ¨²ltimos a?os, especialmente desde primavera de 2018, cuando no contaron con ¨¦l para sus cl¨¢sicas entrevistas a pie de alfombra roja en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York. Seg¨²n cuenta, la brit¨¢nica le hab¨ªa dejado de lado porque se hab¨ªa vuelto, escribe, ¡°demasiado viejo, demasiado gordo, demasiado poco cool para Anna Wintour¡±. ¡°Despu¨¦s de d¨¦cadas de lealtad y amistad, Anna deber¨ªa haber tenido la decencia y amabilidad de llamarme, o de enviarme un correo electr¨®nico, dici¨¦ndome: ¡¯Andr¨¦, creo que lo hemos hecho genial con tus entrevistas, pero vamos a probar algo nuevo¡±, cuenta, dolido. ¡°Lo habr¨ªa aceptado, comprendido, porque nada dura para siempre. Algo de humanidad... no, ella no es capaz. Anna ha sido durante a?os la mujer m¨¢s importante de mi universo", cuenta, lamentando que ahora le haya ¡°tirado al cubo de la basura¡±.
En una serie de duras palabras, Talley dice que hay ¡°una interminable lista¡± de escritores, modelos y estilistas a los que ha decidido ¡°arrojar a una pila de andrajos deshilachados durante su poderoso mandato¡±. Seg¨²n ¨¦l, Wintour ¡°es inmune a todo aquel que no sea gente famosa y poderosa que puebla las p¨¢ginas de Vogue. De forma despiadada, ha forjado sus amistades de la gente m¨¢s importante en cada uno de sus campos: Serena Williams, Roger Federer, los Clooney... Esos son sus amigos, y yo ya no tengo valor para ella¡±.
Cuenta Talley que su amistad con Wintour hab¨ªa pasado por momentos de crisis despu¨¦s de que ella dejara de darle los encargos principales de la publicaci¨®n (el primero fue, en 1989, una entrevista a Madonna), pero que se reconciliaron cuando la madre de la directora muri¨® y ¨¦l viaj¨® a Londres para consolarla. Entonces un d¨ªa Wintour le dijo: ¡°Deber¨ªas ir al gimnasio¡±, por lo que ¨¦l contrat¨® un entrenador personal e hizo dieta (¡°solamente com¨ªa repollo cocido¡±), pero no le funcion¨®. As¨ª que la directora decidi¨® mandarle a un centro especializado en p¨¦rdida de peso y deporte, en la que perdi¨® 25 kilos. Volvi¨® a recuperarlos y pas¨® tres veces por esa cl¨ªnica, ¡°en una batalla contra una dieta yoy¨® que hace tiempo comprend¨ª que jam¨¢s ganar¨ªa¡±.
Talley tambi¨¦n critica el podcast que lanz¨® en 2016 con Vogue y en el que entrevist¨®, con ¨¦xito, a grandes dise?adores y personajes del mundillo, de Kim Kardashian a Tom Ford. Cuenta que le pagaban 500 d¨®lares por episodio, ¡°migajas¡±. ¡°Solo en ir en coche a la oficina me gasto m¨¢s¡±, contaba ¨¦l. ¡°De un d¨ªa a otro el podcast se acab¨® sin explicaci¨®n y ella jam¨¢s me dijo una palabra al respecto, pese a preguntarle¡±. Seg¨²n cuenta, habl¨® con el director de Vanity Fair y vio que le pasaba lo mismo. ¡°Un d¨ªa me trata como un colega, como un buen amigo; al d¨ªa siguiente, como si no me conociera¡±, le cont¨®.
¡°A d¨ªa de hoy¡±, escribe Talley, ¡°me encantar¨ªa que me dijera algo humano y sincero. Tengo grandes cicatrices emocionales y psicol¨®gicas de mi relaci¨®n con esta mujer tan imponente e influyente. Ella adora a sus dos hijos, estoy seguro de que ser¨¢ la mejor abuela del mundo, pero hay tantas personas que han trabajado para ella y han sufrido grandes cicatrices emocionales... La lista es interminable¡±.
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