Las casas de vacaciones, un quebradero de cabeza para las familias reales europeas
Felipe de B¨¦lgica es el ¨²ltimo monarca en el punto de mira por la adquisici¨®n de una vivienda de recreo que no ha hecho p¨²blica. Los ¡®royals¡¯ de Holanda o Dinamarca han pasado por situaciones similares
En Espa?a es costumbre que la familia real pase sus vacaciones en Marivent, un palacete situado en la isla de Mallorca. Al menos durante unos d¨ªas al a?o, el Rey, su esposa y sus hijas (y normalmente tambi¨¦n su madre, la reina Sof¨ªa) pasan unos d¨ªas en Baleares, descansando y tambi¨¦n con algunos actos en una agenda que no es oficial pero s¨ª se ha ido llenando durante los ¨²ltimos a?os de muchos actos informales seguidos de cerca por la prensa. Despu¨¦s, suelen pasar unos d¨ªas en un destino desconocido de forma privada.
Esa no suele ser la forma de actuar del resto de familias reales europeas. Aunque realicen alg¨²n posado veraniego, los miembros m¨¢s s¨¦nior de la realeza suelen desplazarse a residencias privadas y fuera de sus pa¨ªses de origen donde buscan intimidad, tranquilidad y poder recibir con seguridad y calma a amigos y familiares. Sin embargo, esas casas suelen dar problemas: por los pa¨ªses en los que est¨¢n ubicadas, por su construcci¨®n, o simplemente por la ¨¦poca elegida por los monarcas para viajar.
Los ¨²ltimos en enfrentarse a una pol¨¦mica por este asunto han sido los reyes de los belgas, Felipe y Matilde. Hace a?os que el matrimonio y sus cuatro hijos pasan sus vacaciones en la isla de Yeu, un peque?o territorio en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico situado en las costas entre Nantes y La Rochelle. Sin embargo, hasta hace pocos d¨ªas no se sab¨ªa que tambi¨¦n pose¨ªan una propiedad en la misma, algo que se ha descubierto por algo tan nimio como 10 metros cuadrados.
Porque 10 metros de m¨¢s era lo que ped¨ªan los reyes poder ampliar su casa, como ha desvelado el medio France-Ouest. La casa de Yeu no es un palacete de grandes proporciones, sino una casa campestre en un estado bastante ruinoso. Las leyes de la isla permiten que todos sus propietarios ampl¨ªen sus propiedades hasta en 30 metros, tomando algo del terreno boscoso que las rodea, pero el rey quer¨ªa 40 metros para poder construir un anexo para sus guardaespaldas. En realidad, el permiso no lo ha pedido oficialmente Felipe de B¨¦lgica, sino que lo ha hecho bajo el pseud¨®nimo de Philippe Legrande (literalmente ¡°Felipe el Grande¡±), y ha argumentado la excepcionalidad de esos 10 metros extra como ¡°por el inter¨¦s general¡±: en este caso se busca garantizar su seguridad.
Esta peque?a pelea ha subido de nivel y ya no lo lleva el Ayuntamiento, sino la prefectura, como explica el medio belga SoirMag. Al llevarlo ante el consejo municipal, varios vecinos y cargos pol¨ªticos han visto que esa petici¨®n son un privilegio para el rey por ser quien es. Y por ello se ha sabido tambi¨¦n que la familia real ten¨ªa una casa en el lugar desde 2019. Fue en agosto de 2020 cuando solicitaron el permiso de ampliaci¨®n.
Algo similar les ocurri¨® en el a?o 2012 a los entonces flamantes reyes de los Pa¨ªses Bajos. M¨¢xima y Guillermo se hab¨ªan hecho en abril de 2011 con una villa de lujo de 4.000 metros cuadrados en Kranidi, en pleno Peloponeso, una operaci¨®n de 4,5 millones de euros que no gust¨® demasiado al pueblo holand¨¦s. Pero las complicaciones llegaron un a?o despu¨¦s de la compra, cuando quisieron ampliarla con un embarcadero, un peque?o puerto privado que requer¨ªa vallados y la construcci¨®n de un edificio para los guardias de seguridad. Los permisos son especialmente dif¨ªciles de conseguir al tratarse de un terreno protegido, algo que irrit¨® especialmente a la poblaci¨®n de la zona. El argumento para esa ampliaci¨®n era la seguridad, y hasta el primer ministro tuvo que dar explicaciones por ello. En 2014 la casa griega volvi¨® a estar en la palestra por la compra de un terreno colindante tasado en 35.000 euros por 460.000 y que fue el ministerio holand¨¦s de Justicia quien gestion¨® la operaci¨®n.
Guillermo y M¨¢xima eran reincidentes, aunque el episodio griego no fue tan complicado como el de la casa que se estaban construyendo en Mozambique en 2009. Entonces pagaron parte de esa mansi¨®n en Machangulo, al sur del pa¨ªs, a un agente inmobiliario que ten¨ªa una cuenta en el para¨ªso fiscal de Jersey. Ellos cumplieron con todos los impuestos, pero el enorme derroche en plena crisis econ¨®mica, los gastos de seguridad que implicaba los viajes a ?frica desde Europa y la complicada inversi¨®n acab¨® desmoralizando a los entonces pr¨ªncipes, que finalmente decidieron venderla por un precio simb¨®lico.
Hace menos tiempo han estado en el punto de mira los pr¨ªncipes herederos de Dinamarca, Federico y Mary. Hace ahora un a?o, en enero de 2020, ambos explicaron que sus cuatro hijos, los pr¨ªncipes Christian, Isabella, Vincent y Josephine, iban a pasar doce semanas en el internado suizo Lemania-Verbier International School y que su madre estar¨ªa cerca de ellos. Su lugar de residencia: una casa que hab¨ªan comprado una d¨¦cada atr¨¢s y de la que no hab¨ªan informado. La casa real lo consider¨® un ¡°asunto privado¡±, pero la izquierda danesa sac¨® los colores a la instituci¨®n por no haber dado cuenta de la operaci¨®n, pero tambi¨¦n por alquiler la casa cuando ellos no estaban en ella y embolsarse la cantidad que sacaban.
Al parecer, y seg¨²n el diario dan¨¦s Ekstra Bladet, los herederos ped¨ªan una renta de ¡°entre 4.000 y 11.600 de euros [al cambio de las coronas danesas], que se embolsaban libres de impuestos, cuando reciben, adem¨¢s, casi tres millones de euros del erario p¨²blico¡±. Finalmente la casa real decidi¨® que la pareja dejar¨ªa de cobrar el alquiler de la finca.
Una jugada similar a la que hicieron Haakon y Mette Marit de Noruega, que hace tambi¨¦n un a?o anunciaron que pon¨ªan en alquiler una de sus casas, solo que en este caso era un apartamento colindante con el suyo propio de Asker, en Skaugum, a 20 kil¨®metros de Oslo, y sito en el mismo edificio, por lo que los arrendatarios gozar¨ªan de protecci¨®n 24 horas. La finca donde estaba la vivienda hab¨ªa sido un regalo de los reyes Harald y Sonia y por la vivienda en alquiler, de 287 metros cuadrados, ped¨ªan 2.700 euros mensuales. Al ser una propiedad privada, la pol¨¦mica se esfum¨® r¨¢pidamente. El problema hab¨ªa llegado cuatro a?os antes, en 2016, cuando Haakon tuvo que pedir perd¨®n por alquilar cinco de las viviendas de ese complejo ilegalmente, sin los permisos municipales, y embolsarse 155.000 euros.
M¨¢s recientemente tambi¨¦n han tenido problemas con el cambio de su lugar de residencia los grandes duques de Luxemburgo, en el punto de mira desde hace un a?o tras la publicaci¨®n del informe Waringo que pon¨ªa en entredicho las malas pr¨¢cticas de la pareja (sobre todo de la gran duquesa, Mar¨ªa Teresa) con sus empleados. Por si no hab¨ªa sido bastante con ese disgusto, hace unas semanas fueron criticados por haber pasado las vacaciones de Navidad en Biarritz, algo que en plena pandemia se consider¨® poco ejemplar.
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