Philip Roth, alabado escritor y cuestionado por su obsesi¨®n por el sexo y su fama de mis¨®gino
Considerado uno de los grandes narradores americanos del siglo XX, una nueva biograf¨ªa indaga en su lado oscuro, sus miedos y su relaci¨®n con las mujeres
La directora Isabel Coixet, que dirigi¨® Elegy, una pel¨ªcula basada en una obra de Philip Roth ya cont¨® en El Pa¨ªs Semanal en noviembre de 2019, algunas peculiaridades sobre su encuentro con el escritor en los meses previos al rodaje. En aquella entrevista que mantuvieron en el estudio anexo a su magn¨ªfica casa en el Estado de Nueva York no faltaron los elogios sentidos de la realizadora hacia el escritor. Eran sinceros, pero Coixet explic¨® que tambi¨¦n los hab¨ªa ensayado porque los agentes del que ha sido considerado como uno de los grandes narradores americanos del siglo XX le hab¨ªan advertido que no escatimara elogios y que no se le ocurriera alabar a otro escritor en su presencia.
Coixet escribi¨® entonces sobre el autor estadounidense: ¡°Me le¨ªste tu libro. Tres veces. Te parabas en alg¨²n p¨¢rrafo que te gustaba especialmente y me dec¨ªas: ¡®?No es esto magn¨ªfico?¡¯. (...) Siempre te deten¨ªas en la escena cuando Consuela, la protagonista de El animal moribundo, le mord¨ªa la polla al profesor Kepesh. Hac¨ªas un ruido extra?o con los dientes, me mirabas como esperando que me escandalizara. Me preguntabas c¨®mo iba a rodar esa escena¡±.
En unas cuantas frases se retrataban la grandeza y los abismos de un escritor que adem¨¢s de eso era persona y cultivaba lados oscuros. Ahora, casi tres a?os despu¨¦s de su muerte, ocurrida en mayo de 2018, una nueva biograf¨ªa que ver¨¢ la luz el 6 de abril incide en esas otras aristas de Roth que van m¨¢s all¨¢ de libros como El lamento de Portnoy o la trilog¨ªa formada por Pastoral americana (1997), Me cas¨¦ con un comunista (1998) y La mancha humana (2000). La nueva biograf¨ªa, firmada por Blake Bailey, Philip Roth: The Biography, ha recibido elogiosas cr¨ªticas de peri¨®dicos brit¨¢nicos como The Times y hace que este medio plantee la pregunta de si ha habido alguna vez alg¨²n escritor en la historia de las letras americanas m¨¢s sexualizado que Roth. Y la respuesta del diario brit¨¢nico es contundente: ¡°Roth hace que John Updike y Saul Bellow parezcan recatados¡±.
El libro cuenta que el primer d¨ªa que el escritor visit¨® Londres en 1958 fue a ver la piedra Rosetta y los m¨¢rmoles de Elgin en el Museo Brit¨¢nico y despu¨¦s encamin¨® sus pasos hacia el Soho para buscar los servicios de una prostituta. Tambi¨¦n que cuando dio clases en la Universidad de Pennsylvania los estudiantes que se inscribieron tarde en su seminario, donde hab¨ªa un exceso de solicitudes, terminaron siendo valorados para la selecci¨®n tanto por su aspecto f¨ªsico como por sus dotes intelectuales. Otro detalle sobre su personalidad se deja entrever al relatar que durante su larga relaci¨®n con la actriz Claire Bloom, con quien termin¨® cas¨¢ndose en 1990 y de quien se separ¨® en 1994, Roth le dijo en un determinado momento que debido a sus problemas card¨ªacos su relaci¨®n deber¨ªa ser casta a partir de aquel momento. Pero que en realidad ¨¦l no pudo aceptar la impotencia como condici¨®n permanente en su vida, dej¨® de tomar todos los betabloqueantes y manten¨ªa relaciones sexuales con al menos dos mujeres, pero le ocultaba su decisi¨®n a quien era su pareja.
Blake Bailey tambi¨¦n se?ala en su biograf¨ªa que Roth disfrutaba ejerciendo el papel de Pigmali¨®n con sus amigas, indic¨¢ndoles qu¨¦ leer, c¨®mo hablar o comportarse y que a medida que ¨¦l fue envejeciendo sus amantes se volv¨ªan cada vez m¨¢s j¨®venes. Lleg¨® a vanagloriarse de sus conquistas con frases como ¡°yo ten¨ªa 40 y ella 19¡±, cuando recordaba la aventura que tuvo con una de sus estudiantes de la Universidad de Pennsylvania. Un patr¨®n que se repiti¨® con la escritora Lisa Halliday que se convirti¨® en su amante cuando ¨¦l ten¨ªa 69 a?os y ella 25. Se conocieron cuando ella trabajaba en la agencia literaria Wylie, y era la responsable de los asuntos del escritor, y cuando su relaci¨®n se acab¨® se convirti¨® en una amistad a prueba de bombas. De hecho en la primera novela de Hallyday, Asimetr¨ªa, una de sus partes narra la aventura entre una joven (Alice) que trabaja en el mundo editorial y un afamado autor, eterno aspirante al Nobel (Ezra Blazer), y Roth se mostr¨® encantado con la publicaci¨®n.
Seg¨²n su bi¨®grafo, a Roth en la vida privada o se le amaba o se le odiaba. Por ejemplo Mia Farrow, con quien tuvo un breve romance, le defendi¨® a capa y espada. Como lo hicieron muchas de sus amantes que terminaron por convertirse en amigas. Pero no ocurri¨® lo mismo con las dos mujeres que fueron sus esposas, que en distintos momentos hicieron p¨²blicos espeluznantes relatos de dos matrimonios realmente desastrosos.
Su primera mujer fue Maggio Martinson. ?l mantuvo que estaba intentando romper con ella en 1959 cuando le enga?¨® diciendo que estaba embarazada. Roth consinti¨® en casarse siempre y cuando abortara. Se divorciaron en 1963 despu¨¦s de cuatro a?os que calificaron de ¡°histri¨®nicamente infelices¡±. La relaci¨®n con su segunda esposa, Claire Bloom, dur¨® 14 a?os y cuando lleg¨® el divorcio en 1993 ¨¦l la acus¨® de ¡°trato cruel e inhumano¡±. Ella cont¨® su versi¨®n en 1996 en unas memorias centradas en su relaci¨®n que fueron muy poco halagadoras para Roth, Leaving a Doll¡¯s House (Abandonando una casa de mu?ecas). Le retrat¨® como ego¨ªsta, manipulador, vicioso, ad¨²ltero y un mis¨®gino que retrataba en sus obras a las mujeres como manipuladoras o sumisas y muy pocas veces cre¨ªbles. Una visi¨®n, que seg¨²n los cr¨ªticos, mejor¨® en sus ¨²ltimas novelas aunque en ellas nunca mengu¨® su obsesi¨®n por el ego masculino.
La vida de Philip Roth transcurri¨® as¨ª, en lucha: pele¨® por ser considerado un novelista serio y no un fan¨¢tico del sexo ¨Dtem¨¢tica presente en muchos de sus libros¨D, luch¨® contra sus cr¨ªticos, sus exesposas y contra su propia decadencia f¨ªsica. Tambi¨¦n contra el miedo de no ser capaz de escribir la siguiente novela. E incluso luch¨® por engrandecer su imagen contrarrestando cr¨ªticas con entrevistas pactadas o indicando a bi¨®grafos con qu¨¦ viejos amigos suyos deb¨ªan hablar con preguntas que ¨¦l mismo preparaba. No consigui¨® el Nobel de Literatura pero s¨ª ser considerado uno de los grandes escritores del siglo XX. Las dudas sobre su calidad como persona o sobre los miedos que le atenazaban quedaron para la esfera privada.
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