El ¨²ltimo amor de Wallis Simpson o la siniestra relaci¨®n con la abogada que la protegi¨® al final de sus d¨ªas
Se publica en Espa?a por primera vez ¡®?ltimas noticias de la duquesa¡¯, la cr¨®nica de los a?os ag¨®nicos de la duquesa de Windsor escrita por Caroline Blackwood
Tras enviudar de Eduardo VIII en 1972, extra?ada de Estados Unidos donde ya no le quedaban familiares y apestada en Inglaterra, donde la casa real siempre la responsabiliz¨® de la abdicaci¨®n de aquel aspirante a rey que simpatizaba con Hitler (personaje al que ella empez¨® a detestar despu¨¦s de que la dejase fuera de la reuni¨®n que mantuvo con su esposo en la visita de la pareja a la Alemania nazi), Wallis Simpson se qued¨® viviendo sola en el palacio del Bois de Boulogne que el Gobierno franc¨¦s les hab¨ªa cedido gratis y libre de impuestos a ella y al duque de Windsor. Todo el que intent¨® penetrar en su mundo a partir de ese momento se encontr¨® con la feroz resistencia de una mujer llamada Suzanne Blum, que hab¨ªa sido abogada de gigantes de Hollywood como Charles Chaplin, Jack Warner, Darryl Zanuck o Walt Disney y ahora no solo se hab¨ªa convertido en la representante legal de Simpson sino tambi¨¦n en la cancerbera de su intimidad (en aras de la salud de la duquesa le prohib¨ªa ver a sus antiguas amigas) y la guardiana de su fortuna, que no era peque?a, pues pose¨ªa la legendaria colecci¨®n de joyas que le hab¨ªa ido regalando su esposo ¡ªalgunas de las cuales hab¨ªan pertenecido a la reina Alejandra¡ª am¨¦n de propiedades por valor de cinco millones de libras de la ¨¦poca (seg¨²n las estimaciones que hizo en su d¨ªa lord Mountbatten, el ¨²nico miembro de la corona que se comunicaba con Wallis).
La muralla creada por Blum en torno a su clienta, de cuyo verdadero estado de salud nadie sab¨ªa nada, parec¨ªa impenetrable hasta que en 1980 The Sunday Times le encarg¨® a la escritora y arist¨®crata Caroline Blackwood la dificil¨ªsima tarea de intentar derribarla. El verdadero resultado de aquel encargo period¨ªstico no vio la luz hasta quince a?os despu¨¦s, cuando falleci¨® la letrada y se public¨® en Inglaterra ?ltimas noticias de la duquesa, en el que se refleja el triste ocaso de una mujer paranoica (Simpson) atrapada en las redes de otra pose¨ªda por delirios de grandeza (Blum). Ahora la editorial Alba acaba de traducirlo al espa?ol por primera vez.
La autora del libro, Blackwood, hab¨ªa sido una aut¨¦ntica leyenda en la alta sociedad brit¨¢nica, no solo por su ascendencia ¡ªsu padre, el marqu¨¦s Basil Blackwood, formaba parte del c¨ªrculo que Evelyn Waughn hab¨ªa retratado en Retorno a Brideshead; su madre, Maureen Guinness, era una de las cuatro herederas Guinness¡ª sino tambi¨¦n por su espectacular belleza, pero sobre todo por su desprecio de las convenciones propias de su clase social: bebedora empedernida, se relacionaba con la baja estofa con la misma soltura que con los lores y se cas¨® tres veces; la primera con un joven Lucian Freud, al que nunca lleg¨® a interesarle tanto su propia esposa como el amigo de ambos, Francis Bacon. La mordaz Blackwood gozaba de una posici¨®n social suficientemente elevada como para ir cercando a Blum a trav¨¦s de sus contactos privilegiados y despu¨¦s relatar los penosos d¨ªas finales de la duquesa de Windsor con la profundidad, la iron¨ªa y la riqueza que requer¨ªa una biograf¨ªa tan compleja.
?Qui¨¦n sino ella pod¨ªa sentarse una tarde entera con lady Diana Mosley, una de las legendarias hermanas Mitford, casada con el l¨ªder de los fascistas brit¨¢nicos (y defensora de las ideas nazis) hasta el final de sus d¨ªas para sonsacarle detalles sobre la adicci¨®n al vodka de Wallis y el veto de Blum a esta sustancia en el palacio de Bois de Boulogne? Solo alguien con la agenda de Blackwood pod¨ªa conseguir audiencia con Brinsley Plunkey, antigua amiga de la duquesa y a la saz¨®n t¨ªa carnal suya y sonsacarle informaci¨®n sobre las extra?as costumbres de Jimmy Donahue, el amante de m¨¢s larga duraci¨®n de Wallis, al que le gustaba provocar al servicio en las cenas de alto copete poniendo su pene en las bandejas de comida. O visitar a la Marquesa de Casa Maury, amante del duque de Windsor durante quince a?os, quien le explic¨® que ¡°el duque hab¨ªa vivido en una violenta rebeld¨ªa contra su padre: si le gustaba tanto bailar era porque a su padre le molestaba¡±.
En esa rebeld¨ªa, cuyos ecos recuerdan inevitablemente a la huida de Enrique y Meghan, est¨¢ la explicaci¨®n a la aventura rom¨¢ntica que convirti¨® a los duques de Windsor en dos perversos forajidos, adictos al lujo. La periodista consigui¨® finalmente y tras muchas tentativas entrevistar a la letrada Suzanne Blum varias veces: al hacerlo descubri¨® a una anciana de la misma edad de Wallis Simpson absolutamente obsesionada con restaurar la imagen p¨²blica de su clienta, y a una clienta completamente aislada en un mundo de brumas y recuerdos, sometida a los dictados de su defensora, quien nunca m¨¢s dej¨® que la prensa la fotografiara. Tal era la devoci¨®n que la autora sugiere que entre ellas dos hab¨ªa en realidad una relaci¨®n amorosa. Sin restarle importancia ni gravedad a los vergonzosos contactos de los Windsor con el nazismo ni convertir la biograf¨ªa de la duquesa en un paneg¨ªrico, Caroline Blackwood abord¨® con compasi¨®n los momentos finales de una mujer que ten¨ªa p¨¢nico a morir sola.
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