David Lynch cen¨® aqu¨ª: el m¨ªtico club parisino Silencio abre sucursal en Ibiza
El promotor franc¨¦s exporta a la isla el concepto del m¨ªtico club parisino que cre¨® junto a David Lynch con el objetivo de refrescar la oferta art¨ªstica y gastron¨®mica durante todo el a?o
El a?o pasado el cineasta estadounidense David Lynch apenas pis¨® Par¨ªs por culpa de la pandemia. Sus viajes a Europa son habituales porque en la capital francesa residen algunos de los productores de sus pel¨ªculas. Siempre que Lynch aterriza en la ciudad aprovecha para programar eventos en Silencio, uno de los clubes nocturnos de referencia en la escena cultural francesa actual y que ¨¦l mismo dise?¨® hace ya 10 a?os. Pero detr¨¢s del ¨¦xito de este negocio, pionero en mezclar en horario nocturno cultura, m¨²sica y arte, se encuentra el empresario franc¨¦s Arnaud Frisch, un habitual de los ambientes art¨ªsticos parisinos que comenz¨® su carrera hace 25 a?os como promotor y programador en el mundo de la m¨²sica electr¨®nica y que regenta actualmente siete empresas culturales en la capital francesa.
A principios de los 2000, el negocio de la m¨²sica electr¨®nica despegaba y, a medida que fue evolucionando, Frisch vari¨® sus objetivos para impulsar en Par¨ªs lo que conceb¨ªa en su cabeza como un lugar de encuentro para los miembros del mundo art¨ªstico franc¨¦s, una especie de club donde mezclar la cultura y la m¨²sica en horarios poco habituales para el gran p¨²blico. Entonces lleg¨® el ¨¦xito. En 2011 inaugur¨® de la mano del director de cine David Lynch el club Silencio, local de culto ubicado en el 142 de la Rue de Montmartre que rinde homenaje al que el cineasta retrata en su famosa cinta Mulholland drive. Un local subterr¨¢neo concebido con el objetivo de reinventar la vida nocturna parisiense y convertirse en el lugar de encuentro de personajes del mundo del cine, la cultura y la arquitectura. Para Frisch la intenci¨®n era ¡°ofrecer un contenido cultural¡± a las personas que trabajan en el mundo de las artes ¡°para que se pudieran encontrar entre ellos¡± sorteando el cierre durante la noche de los lugares m¨¢s institucionales ¡°como museos o galer¨ªas¡±.
Silencio Par¨ªs comenz¨® enfocado en el cine, pero se expandi¨® r¨¢pidamente por muchos otros ¨¢mbitos. Frisch se asoci¨® con museos y entidades culturales para programar en el local, donde los artistas menos conocidos tienen la oportunidad de mostrarse sin las cortapisas temporales y la anticipaci¨®n que conlleva exponer en un museo. El ¨¦xito de la idea le llev¨® a abrir un a?o despu¨¦s Wanderlust, tambi¨¦n concebido como club, restaurante y espacio art¨ªstico en el muelle de Austerlitz a orillas del Sena. Con una enorme terraza en el edificio de la Ciudad de la Moda y el Dise?o, la programaci¨®n nocturna de Wanderlust var¨ªa desde el hip hop a la electr¨®nica. El ansia de emprender no se qued¨® ah¨ª y en 2019 inaugur¨® en un antiguo cine el restaurante Beau Regard. Una antigua sala de proyecciones en Saint Germain des Pr¨¦s sirvi¨® al empresario para incluir una oferta de cine independiente y de restauraci¨®n al tiempo que inaugur¨® otro club en el interior del Th¨¦atre du Chatelet. Una carrera empresarial que la pandemia no ha frenado.
En noviembre pasado, cuando Francia decret¨® el cierre de la vida p¨²blica, Frisch se escap¨® a Ibiza para pasar el invierno. Durante esos meses de par¨®n estuvo madurando una idea que desemboc¨® en junio en la inauguraci¨®n de El Silencio, la sucursal de playa ibicenca del m¨ªtico club parisino. ¡°El Silencio Ibiza es un concepto algo m¨¢s relajado que el de Silencio Par¨ªs, porque estamos en la playa, aunque el equipo creativo y la direcci¨®n art¨ªstica es la misma¡±, cuenta el empresario en el reci¨¦n inaugurado beach house de cala Mol¨ª, en el que quiere impulsar un punto de encuentro global para artistas y amantes de la cultura donde mostrar y disfrutar el arte. Por lo pronto preside la entrada del local un colorido montaje de la artista catalana Miranda Makaroff que se inspir¨® en el encuentro que tuvo con un pulpo en aguas de Formentera para elaborar la obra. Frisch est¨¢ seguro de que en el futuro llegar¨¢n m¨¢s iniciativas, como la que est¨¢ cerrando con la francesa Claire Laffut, pero que, como todo en pandemia, est¨¢ sujeto a la evoluci¨®n de la situaci¨®n sanitaria.
Como en sus otros negocios, en este la gastronom¨ªa tambi¨¦n act¨²a como un elemento m¨¢s de la oferta cultural de Silencio, que ha viajado en forma de pop up a citas como Art Basel en Miami, el Festival de Cine de Cannes o la Bienal de Berl¨ªn. En El Silencio Ibiza lo hace de la mano del chef Jean Imbert, cocinero de nueva generaci¨®n, elegido recientemente para sustituir al internacionalmente reconocido Alain Ducasse al frente de los fogones del hist¨®rico Plaza Ath¨¦nn¨¦ de Par¨ªs. ¡°Jean es amigo de fot¨®grafos, socio de artistas como Pharrell Williams, ha cocinado para estrellas como Madonna. Hace un a?o le invitamos para colaborar en el Festival de Cine de Cannes y cuando me decid¨ª a abrir el local fue en quien pens¨¦¡±. Cree que Imbert pertenece a una generaci¨®n que ha cambiado el mundo de la cocina francesa, que ha democratizado la cocina del pa¨ªs con una forma de hacer que presta menos atenci¨®n a la t¨¦cnica can¨®nica y se centra m¨¢s en el producto. Una generaci¨®n que ha propiciado ¡°un cambio radical¡±, seg¨²n dice, en la cocina francesa.
El producto local tiene cabida en la carta del amplio restaurante, situado sobre la misma arena de la playa. A las dos del mediod¨ªa est¨¢ plagado de visitantes extranjeros; grupos de amigos de mediana edad, parejas y algunas familias. La oferta incluye uno de los platos m¨¢s conocidos de Imbert, el conocido como aguacate de Jean, relleno de dos yemas de huevo maceradas en una salsa del chef y frito en panko ¡ªun pan rallado japon¨¦s¡ª a un precio de 19 euros o varios platos de arroz, pescados del d¨ªa o carnes que van de los 29 a los 42 euros. De la carta de cocteler¨ªa se encarga Diego Cabrera, fundador de Salm¨®n Gur¨² ¡ªelegida mejor cocteler¨ªa de Espa?a en los premios FIBAR 2020 ¡ª que ofrece los combinados a 13 euros, precios habituales en la oferta de la isla.
El espacio tambi¨¦n es lo opuesto a su hom¨®logo parisino. Los tonos oscuros del local franc¨¦s quedan fuera del beach house, donde la luz y el mar que lo rodea son parte esencial de una propuesta llena de madera y palma. El estudio de arquitectura mallorqu¨ªn Moredesing, con sede tambi¨¦n en Ibiza, se ha encargado de un proyecto que pretende evocar la cala Mol¨ª de los a?os setenta bajo la premisa de devolver la naturaleza al lugar y borrar todo lo anterior. ¡°La intenci¨®n era trabajar con arquitectos que conozcan la isla y su historia. Que la respeten y lo sepan transmitir. Hemos querido ser respetuosos con la esencia local, empleando materiales de la zona, incluyendo la vegetaci¨®n local en el entorno¡± explica Frisch sentado en una de las sillas de madera. La tarde en cala Mol¨ª tambi¨¦n tiene un sonido diferente. Arman Naf¨¦ei, conocido por su producci¨®n musical en el hotel Chateau Marmont de Los ?ngeles, es el director de ambiente y el encargado de dise?ar la oferta musical del lugar, que apuesta por una regresi¨®n a los a?os setenta e incluye parte del esp¨ªritu musical original de las islas ¡°reajustando la m¨²sica al atardecer para tener una banda sonora para la puesta de sol¡±.
Dice Frisch que estos meses en la isla le han servido para reflexionar. Aterriz¨® por primera vez en Ibiza hace 20 a?os para visitar a un grupo de amigos del mundo del cine que estaban pasando las vacaciones de verano. Las playas, el c¨ªrculo de conocidos del mundo de las artes francesas que frecuentaba la isla y las reminiscencias hippies de un lugar que despuntaba por un turismo cosmopolita le llevaron a repetir a?o tras a?o. Con siete negocios en marcha en Francia, entre restaurantes, cines y clubes, tiene que viajar con frecuencia a Par¨ªs para supervisarlos, aunque hay algo que tiene claro: ¡°Me encantar¨ªa poder pasar m¨¢s tiempo en Ibiza¡±.
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