Chus Bur¨¦s: ¡°Hay gente que en vez de una joya prefiere llevar un cheque encima¡±
Iconoclasta, sin pelos en la lengua, 40 a?os despu¨¦s de su deb¨² en el Cibeles que alumbr¨® la est¨¦tica de La Movida sigue sin ser profeta en su tierra pero no le importa porque sus clientes internacionales, grandes coleccionistas de arte, s¨ª le entienden
Si los genios son incomprendidos, Chus Bur¨¦s (Barcelona, 1964) cumple con el requisito, desde que realiz¨® sus primeras joyas con materiales reciclados muy a finales de los a?os setenta en los que Barcelona ya se asomaba a la vanguardia mientras Madrid a¨²n esperaba a que llegase La Movida hasta hoy, que recupera el esp¨ªritu inicial de sus creaciones con una exposici¨®n Fr¨¢gil (que estar¨¢ en el Centro de Arte de Alcobendas hasta el 11 de septiembre). Este dise?ador de joyas, que vivi¨® su momento de mayor popularidad cuando Almod¨®var le encarg¨® la ic¨®nica horquilla de la pel¨ªcula Matador, sigue trabajando para minor¨ªas selectas. Sus clientas compran sus joyas en los mismos circuitos y con las mismas premisas que los grandes coleccionistas. Quiz¨¢ por eso su casa en pleno barrio de Salamanca, en la que vive desde hace 30 a?os y donde nos recibe, parece una galer¨ªa de arte.
?Por qu¨¦ abandon¨® la vanguardia barcelonesa a la que pertenec¨ªa para venirse a Madrid?
En la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez una de sus preocupaciones era la reconversi¨®n de la industria. Los socialistas pensaron que una forma de impulsar al textil era desde la base, desde la creatividad. Si los dise?adores vend¨ªan, las f¨¢bricas corr¨ªan metros. En ese contexto conoc¨ª en Ibiza a Manuel Pi?a, que me invit¨® a hacerle las joyas para un desfile en lo que antes era el museo de arte contempor¨¢neo, hoy Museo del Traje. Le hice una colecci¨®n con papeles y materiales diversos de reciclaje que eran un disparate¡ Los otros dise?adores iban con perlas y yo con aquella locura. Despu¨¦s, en el c¨®ctel, nunca lo olvidar¨¦, hab¨ªa gente fumando al lado de los picassos, de los mir¨®s, yo alucinaba. Encontr¨¦ que Madrid era una ciudad aut¨¦ntica, salvaje, sin pretensiones, que era todo y nada. Adem¨¢s si ven¨ªas de Barcelona tienes mucho trabajo hecho. Se le tiene mucho respeto a los catalanes y en Catalu?a acababa de llegar Jordi Pujol y aterriz¨® como una boina gris. La escena vanguardista en la que yo me mov¨ªa hab¨ªa desaparecido.
?Le llamaban para quejarse?
No, cuando volv¨ªa a Barcelona me dec¨ªan: ¡°?C¨®mo puedes vivir en Madrid, que las calles son de tierra y la gente tira al suelo de los bares las cabezas de las gambas y las c¨¢scaras de los mejillones?¡±. Le llegu¨¦ a proponer a un amigo arquitecto que por qu¨¦ no hac¨ªamos una alfombra de cabezas de gambas y mejillones. Me fascinaba Madrid.
?Sigue siendo as¨ª de excitante Madrid?
Bueno, es que entonces todav¨ªa no ten¨ªamos pasado y todav¨ªa no sab¨ªamos c¨®mo funcionaba aquella locura de tanto salir y entrar. Se mezclaba la noche con el d¨ªa, con la creatividad, con todo. Yo era un grand¨ªsimo anfitri¨®n, esta casa era la sede de las fiestas, un d¨ªa hac¨ªamos todo con bombillas naranjas, otro con pa?uelos verdes¡ No ten¨ªamos una referencia ni nadie que nos dijese: ¡°Cuidado con salir mucho con esa persona, con gastar mucho dinero, con las drogas, que van a pasar factura¡±.
?Usted cu¨¢ndo se dio cuenta de eso?
Quiz¨¢ en los noventa. A m¨ª eso me asust¨® un poco porque vi que era un remolino que si me dejaba arrastrar¡
?No le lleg¨® a arrastrar?
Yo te dir¨ªa que no, del todo no. Gracias a mi cultura catalana era de esos que al d¨ªa siguiente trabajaba. Por eso a¨²n me critican mis rivales.
Una de las piezas m¨¢s impresionantes de la exposici¨®n es un collar que cubre el cuerpo sobre el que se puede leer una frase de Pasolini: ¡°Adulto? mai¡± [?Adulto? Jam¨¢s] ?Por qu¨¦?
Porque ser joven tiene que ver con el deseo de sorprenderte siempre, de conocer a gente nueva, de confiar. El inter¨¦s y la curiosidad por todo no se aprende ni en las mejores familias ni en las mejores universidades. Por ejemplo, a m¨ª me preguntan mucho por qu¨¦ las espa?olas no llevan mis dise?os.
?Y por qu¨¦ las espa?olas no llevan sus dise?os?
Porque muchas no son nada curiosas. No hay cultura del adorno del cuerpo. Mucha gente prefiere llevar encima algo que sea como un cheque a una joya con valor por su creatividad. Mis clientas de Par¨ªs me dicen siempre: nosotras buscamos ante todo originalidad. Les da igual que esto sea de oro, de platino o de pl¨¢stico. Aqu¨ª no. Aqu¨ª haces una cosa de pl¨¢stico y te la tiran a la cara. Una cosa es la clase y otra la ostentaci¨®n absurda.
Ahora en Madrid hay much¨ªsimos nuevos inversores latinoamericanos, ?suponen una nueva oportunidad de negocio para usted?
Las latinas que me visitan en Madrid ya las ten¨ªa en Nueva York, pero s¨ª, noto mucha efervescencia. Es el inter¨¦s de la presidenta de la Comunidad, quiere convertir Madrid en una ciudad que aglutine a los cerebrines latinos.
?Cu¨¢l es la colaboraci¨®n que le permiti¨® dar un mayor salto cualitativo en su carrera?
Quiz¨¢ la que hice con Louise Bourgeois. Trabajar con artistas tan importantes me ha dado acceso a c¨ªrculos de coleccionistas que, independiente del metal o el material con el que trabajes, quieren piezas exclusivas. No quieren encontrarse con alguien que lleve el mismo collar, como le pas¨® a la Reina el otro d¨ªa.
?Y su colecci¨®n peor recibida?
Pues un industrial catal¨¢n me encarg¨® una colecci¨®n que cre¨¦ con metales preciosos, unos huesos muy finos con cabujones en los f¨¦mures. Me ech¨® de su despacho y luego decid¨ª producirla a trav¨¦s de mi propio estudio y a¨²n hoy la sigo vendiendo. Desde el a?o 1987.
?A qu¨¦ espa?ola se imagina con sus joyas?
A Tita Thyssen, en un momento dado, aunque yo soy m¨¢s de mujeres de arquitectos. Lady Foster me tiene mucho cari?o, tiene varias piezas m¨ªas, admira mucho mis dise?os. El otro d¨ªa en un evento privado en la Bienal de Venecia hablaba de m¨ª maravillas a todo el mundo, cosa que le agradezco much¨ªsimo.
?Cu¨¢l es el encargo m¨¢s raro que ha recibido?
Hace muchos a?os, un gran coleccionista de arte espa?ol me encarg¨® un piercing para las partes pudendas de su novia. Le hice un candado en oro blanco. Cuando le llev¨¦ el encargo le di tambi¨¦n una llave y le dije que hab¨ªa dejado otras siete por ciudades de toda Europa. Fue divertid¨ªsimo.
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