?C¨®mo mat¨® Juan Carlos I a su hermano? Un documental reaviva el inter¨¦s por la misteriosa muerte de Alfonso de Borb¨®n
V¨ªctor Manuel de Saboya, hijo del ¨²ltimo rey de Italia y amigo de la infancia del rey em¨¦rito, revela c¨®mo fue testigo del homicidio involuntario del hijo peque?o de los condes de Barcelona. ¡°No le dispar¨® directamente, sino a trav¨¦s del armario. Yo estuve all¨ª. Fue un accidente al 100%¡±, asegura el pr¨ªncipe italiano en un nueva docuserie de Netflix
29 de marzo de 1956. La familia real espa?ola, entonces en el exilio, asiste a la misa matutina del Jueves Santo y comulga en la iglesia de San Antonio, en Estoril (Portugal). Tras un ligero almuerzo, el conde de Barcelona y Juan Carlos acompa?an al infante Alfonso a una competici¨®n en el Club de Golf de la ciudad lusa. Pese al mal tiempo, el joven de 14 a?os, el hijo favorito de su padre, gana la semifinal. Los Borbones regresan a su casa, llamada Villa Giralda. A las seis de la tarde acuden a una misa vespertina y vuelven al hogar. Un par de horas despu¨¦s, a las ocho y media de la noche, el m¨¦dico familiar, el doctor Joaqu¨ªn Abreu Loureiro, llega con prisa para atender a Alfonsito. Loureiro certifica que el ni?o ha muerto por una herida de bala en la cabeza. Al parecer, Juanito, de 18 a?os, y Alfonso estaban practicando su punter¨ªa con un peque?o rev¨®lver de calibre 22 en el cuarto de juegos del primer piso cuando el arma se dispar¨®. Nadie sabe exactamente qu¨¦ paso.
¡°El silencio m¨¢s absoluto rodear¨¢ los detalles del funesto acontecimiento: la escena del drama se mantiene como un misterio y solo puede ser objeto de hip¨®tesis¡±, explica Laurence Debray, bi¨®grafa autorizada del rey em¨¦rito, en su libro Juan Carlos de Espa?a. La biograf¨ªa m¨¢s actual del rey (2014). Hay hasta cinco versiones distintas sobre lo que ocurri¨® aquella noche. El historiador brit¨¢nico e hispanista Paul Preston las recoge en su libro Juan Carlos, el rey de un pueblo (2003). El viernes 30 de marzo, el dictador Francisco Franco orden¨® que la embajada espa?ola en Lisboa emitiera el siguiente comunicado: ¡°Mientras su Alteza el infante Alfonso limpiaba un rev¨®lver aquella noche con su hermano, se dispar¨® un tiro que le alcanz¨® la frente y le mat¨® en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, despu¨¦s de que el infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual hab¨ªa recibido la santa comuni¨®n¡±. La prensa italiana public¨® una versi¨®n muy diferente, afirmando que Juan Carlos sosten¨ªa el arma y que su dedo estaba en el gatillo cuando se dispar¨® el tiro mortal. En su autobiograf¨ªa, la condesa de Barcelona ni niega ni confirma que Juanito sosten¨ªa la pistola, pero s¨ª contradice el relato oficial del franquismo. M¨¢s adelante revelar¨ªa a su modista, Josefina Carolo, que su hijo mayor apunt¨® en broma y, sin percatarse de que el arma estaba cargada, apret¨® el gatillo.
El rey em¨¦rito cont¨® una versi¨®n similar a la de su madre a un amigo portugu¨¦s, Bernardo Arnoso, pero a?adi¨® un matiz. Seg¨²n ¨¦l, la bala hab¨ªa rebotado en una pared e impactado en el rostro de su hermano peque?o. La infanta Pilar, hermana del monarca, habr¨ªa contado otra historia a la escritora griega Helena Matheopoulos: que Alfonsito hab¨ªa abandonado la habitaci¨®n para buscar algo de comer para Juan Carlos y para ¨¦l. Al volver con las manos ocupadas, empuj¨® la puerta con el hombro. La puerta golpe¨® el brazo de su hermano. Juan Carlos apret¨® el gatillo involuntariamente justo cuando la cabeza de Alfonso aparec¨ªa por la puerta.
Hay muchas variantes de la misma historia, pero todos los testimonios coinciden en algo: que los condes de Barcelona subieron corriendo al cuarto de juegos donde se encontraba el infante en medio de un charco de sangre, que don Juan trat¨® de reanimar a su hijo y que el ni?o muri¨® en sus brazos. El conde de Barcelona cubri¨® el cuerpo con una bandera de Espa?a y, seg¨²n Antonio Eraso, amigo de Alfonsito, se volvi¨® hacia Juan Carlos y le dijo: ¡°J¨²rame que no fue a prop¨®sito¡±.
Desde hace unos d¨ªas hay una nueva versi¨®n, revelada por un miembro de la realeza europea. ¡°Yo estuve all¨ª. Est¨¢bamos en el exilio y sol¨ªamos disparar a tarros y botellas en la playa de Cascais. Juanito la arm¨® gorda. Le dispar¨® a su hermano y lo mat¨®¡±, recuerda el pr¨ªncipe V¨ªctor Manuel de Saboya, hijo del ¨²ltimo rey de Italia, en el nuevo documental El pr¨ªncipe que nunca rein¨®. ¡°No le dispar¨® directamente, sino a trav¨¦s del armario. Estuve all¨ª. Fue un accidente. Al 100%, ?vale? Escond¨ª mi arma. Si no, habr¨ªan dicho que hab¨ªa sido culpa m¨ªa. Despu¨¦s de eso, lo llam¨® Franco. ¡®Juanito, vente inmediatamente conmigo a Espa?a¡¯. Franco dijo: ¡®Lo convertir¨¦ en rey¡±, explica Saboya en la docuserie dirigida por Beatrice Borromeo Casiraghi, que acaba de estrenarse en Netflix.
En 1978, V¨ªctor Manuel protagoniz¨® un episodio similar. Fue acusado de homicidio involuntario y posteriormente, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, absuelto. El pr¨ªncipe, amigo de la infancia del rey em¨¦rito, hizo parte de su fortuna ejerciendo de intermediario entre empresas italianas de material b¨¦lico y el ¨²ltimo sha de Persia. En 2004, termin¨® a los pu?etazos con Amadeo de Aosta, otro pretendiente al trono de Italia, en la boda de Felipe VI y la reina Letizia. En 2006, admiti¨® haber cobrado y pagado sobornos para lograr licencias de m¨¢quinas de juego en torno al casino de Campione d¡¯Italia, un enclave italiano en Suiza, aunque luego fue absuelto.
La ausencia de investigaci¨®n judicial sobre la muerte de Alfonso de Borb¨®n y Borb¨®n lleva casi siete d¨¦cadas generando todo tipo de especulaciones. Las declaraciones de V¨ªctor Manuel de Saboya no han hecho m¨¢s que reavivar el inter¨¦s en el caso. Al infante no se le practic¨® una autopsia. Tampoco hubo diligencias policiales para esclarecer las circunstancias de su fallecimiento. El ni?o fue enterrado en el cementerio de Cascais el 31 de marzo de 1956. Tras la ceremonia, Juan de Borb¨®n cogi¨® la pistola que hab¨ªa matado a su hijo y la tir¨® al mar. Hubo rumores contradictorios acerca del origen del arma. Seg¨²n algunos, hab¨ªa sido un regalo de Franco a Alfonsito, aunque eso ser¨ªa improbable porque, tal como cuenta Paul Preston en su libro, el infante detestaba al dictador y se refer¨ªa a ¨¦l como ¡°el enano¡± o ¡°el sapo¡±. Seg¨²n otros, la pistola se la hab¨ªan regalado a Juan Carlos en la Academia Militar de Zaragoza.
El suceso de aquel 29 de marzo tuvo consecuencias nefastas para los Borbones. Menos de 48 horas despu¨¦s del incidente, el conde de Barcelona orden¨® a su hijo mayor que volviera inmediatamente a Espa?a. Juan Carlos I se volvi¨® un hombre solitario y hura?o, atormentado por la muerte de su hermano. No ayud¨® que Franco permitiera al Ministerio de Educaci¨®n aprobar la publicaci¨®n y uso para bachillerato de un libro de texto titulado La moral cat¨®lica, que utilizaba el incidente para estudiar los l¨ªmites de la culpabilidad personal. La condesa de Barcelona cay¨® en una depresi¨®n y tuvo que ser ingresada en una cl¨ªnica. Su marido qued¨® debilitado ante su gran rival, Franco. El dictador utiliz¨® la tragedia familiar para socavar el ¨¢nimo del aspirante al trono. Cuando don Juan y Franco se encontraron en 1960, este ¨²ltimo justific¨® mantenerlo lejos de Espa?a diciendo que la familia Borb¨®n era ¡°desgraciada¡±.
Al final, Franco aprovech¨® la muerte de Alfonsito para poner fin a cualquier aspiraci¨®n de don Juan al trono. Juanito fue, a partir de ese momento, el ¨²nico candidato posible para suceder al dictador, el ¨²nico capaz de restaurar la monarqu¨ªa en Espa?a. Como explica Rafael Borr¨¤s en su libro El rey de los rojos (2005), la muerte del infante ¡°priv¨® al conde de Barcelona, desde el punto de vista del legitimismo din¨¢stico, de un hipot¨¦tico sustituto para el caso de que el pr¨ªncipe de Asturias aceptara ser el sucesor del general Franco, contra la voluntad paterna, de acuerdo con la Ley de Sucesi¨®n y al margen de la l¨ªnea sucesoria ¡®normal¡±. Como bien se?ala Paul Preston en su biograf¨ªa del rey em¨¦rito, de haber vivido Alfonso, su mera existencia habr¨ªa condicionado el comportamiento posterior de Juan Carlos en la lucha entre su padre y Franco.
El padre de Felipe VI nunca ha querido hablar p¨²blicamente sobre este episodio de su vida. ¡°Para sobrevivir, pone en marcha un mecanismo de defensa psicol¨®gica cl¨¢sico: dividir los problemas. El pasado pertenece ya a una vida anterior. El tema doloroso queda as¨ª evitado y oculto¡±, explic¨® la psiquiatra francesa Sylvie Angel a Laurence Debray, bi¨®grafa del monarca, en su libro Juan Carlos de Espa?a. La biograf¨ªa m¨¢s actual del rey (2014). ¡°El secreto, sin embargo, puede llegar a ser una carga m¨¢s pesada a¨²n¡±, a?ad¨ªa Angel.
Corinna Larsen, examante del monarca, habl¨® en un podcast sobre lo que siente el padre de Felipe VI cuando recuerda la muerte de su hermano. ¡°Creo que, en el fondo de su alma y de su cabeza, ¨¦l siente una gran culpa. Tiene pesadillas al respecto¡±, desvel¨® Larsen hace unos meses. ¡°Me dec¨ªa que su hermano menor era el realmente brillante, el guapo, el mejor jugador de golf, el hijo favorito de sus padres. Juan Carlos es muy disl¨¦xico y, a pesar de ser zurdo, lo obligaron a escribir con la mano derecha. Se vio obligado a obedecer. Sent¨ªa que su hermano menor era realmente la luz que brillaba en la familia¡±, explic¨® la compa?era sentimental del ex jefe del Estado. Casi 70 a?os despu¨¦s, el fantasma de Alfonsito sigue persiguiendo a Juan Carlos I.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.