Contra el esnobismo vegetal: c¨®mo Burle Marx introdujo la modernidad en el jard¨ªn brasile?o
El poder narrativo de las plantaciones tropicales de Roberto Burle Marx, de cuya muerte se cumplen 30 a?os, revolucion¨® el dise?o paisaj¨ªstico a mediados del siglo XX. Su obra redefini¨® el paisaje urbano, la cultura y la identidad brasile?as gracias a la defensa de la flora aut¨®ctona
A pesar de ser el pa¨ªs con la mayor diversidad de flora del planeta ¨Ccuenta con 50.000 especies¨C, la riqueza vegetal nativa de Brasil fue durante a?os denostada por su clase alta. A principios del siglo XX, los jardines brasile?os imitaban el paisajismo europeo y las plantas se importaban del viejo continente. Mientras que las especies propias eran consideradas malas hierbas, la ¨¦lite cultivaba rosas y geranios y manten¨ªa los setos impecablemente recortados como signo de estatus.
En 1928, un jovenc¨ªsimo Roberto Burle Marx viaj¨® desde su Brasil natal a Alemania. Durante su estancia para tratar sus problemas de vista, estudi¨® m¨²sica y pintura, asisti¨® a la ¨®pera y al teatro, visit¨® museos y galer¨ªas de arte y entr¨® en contacto con la obra de artistas europeos de vanguardia como Van Gogh, Picasso y Paul Klee. En una de sus clases de apuntes del natural visit¨® el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Dahlem, en Berl¨ªn, uno de los primeros en incorporar la moda de las estufas calientes para aclimatar especies tropicales. Fue as¨ª, bajo los invernaderos alemanes, pincel en mano, donde Burle Marx descubri¨® su fascinaci¨®n por la flora brasile?a, apenas conocida para ¨¦l, pese a su afici¨®n desde ni?o a la jardiner¨ªa. A?os m¨¢s tarde, ser¨ªa pionero a la hora de introducir plantas nativas en el dise?o de jardines en Brasil, acabando as¨ª con d¨¦cadas de esnobismo vegetal.
Al regresar a su pa¨ªs, en 1930, Marx se matricul¨® en la Escola Nacional de Belas Artes de R¨ªo, dirigida por el que acabar¨¢ siendo su mentor, Lucio Costa. El arquitecto viv¨ªa en la misma calle que los Burle Marx y conoc¨ªa el jard¨ªn familiar cuidado por Roberto. En 1932 le propuso hacerse cargo de su primer proyecto como paisajista: el jard¨ªn de la Casa Schwartz.
El primer encargo importante de Burle Marx fue el jard¨ªn del Ministerio de Educaci¨®n y Salud en R¨ªo de Janeiro (1938), un proyecto que le brind¨® la oportunidad de colaborar con Le Corbusier y Oscar Niemeyer, con el que acabar¨ªa forjando un fruct¨ªfero v¨ªnculo. Sobre las cubiertas del edificio, plasm¨® un sinuoso trazado de manchas ameboides para ser visto desde las plantas superiores. Ese movimiento org¨¢nico, unido a la reivindicaci¨®n de las especies nativas, signific¨® un hito rupturista en el paisajismo brasile?o que anunciaba el concepto de jard¨ªn tropical moderno.
Jardines sobre lienzo
La traza de los jardines de Burle Marx revela su afinidad por el arte abstracto, en particular por el trabajo de Arp, Calder, L¨¦ger o Mir¨®. Sus reconocibles planos son aut¨¦nticas obras de arte en s¨ª mismos. As¨ª lo quiso celebrar el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1991, con una exposici¨®n individual sobre la obra del brasile?o que, todav¨ªa hoy, es la ¨²nica que el MoMA ha dedicado a un paisajista.
El inter¨¦s por la naturaleza impregna todas las formas de arte que cultiv¨® Burle Marx. Aunque la historia le reconoce como el paisajista m¨¢s influyente de Brasil, fue un destacado artista multidisciplinar: pint¨® sobre lienzo, teji¨® tapices, realiz¨® grabados, azulejos, esculturas y joyer¨ªa. El color, la luz y la textura, as¨ª como las formas org¨¢nicas, eran primordiales en todas las t¨¦cnicas y soportes con los que experiment¨®. El propio Burle Marx se consideraba principalmente pintor, tal y como ¨¦l mismo reconoc¨ªa: ¡°El paisajismo no es m¨¢s que el m¨¦todo que he encontrado para organizar y componer mis dibujos y pinturas, utilizando materiales menos convencionales¡±.
En sus 60 a?os de carrera, en los que dise?¨® cerca de 3.000 jardines (no todos se ejecutaron), adem¨¢s de numerosos proyectos residenciales, Burle Marx ide¨® una ingente cantidad de parques y plazas p¨²blicas. En 1943, Oscar Niemeyer le invit¨® a intervenir en su nuevo complejo de edificios sociales y culturales en Pampulha. El conjunto arquitect¨®nico, dispuesto en torno a un gran lago artificial y salpicado de jardines, es hoy Patrimonio de la Humanidad. A esto le seguir¨ªan en 1953 su dise?o para el Parque Ibirapuera en S?o Paulo, una sucesi¨®n de 14 jardines (que finalmente no se llevaron a cabo) en di¨¢logo con los edificios de exhibici¨®n de Niemeyer.
Activismo tropical
Su trabajo en el Parque de Arax¨¢ (1943), en el estado de Minas Gerais, le permiti¨® colaborar con el bot¨¢nico Henrique Lahmeyer de Mello Barreto. El trabajo con Barreto fue decisivo en la carrera de Burle Marx. Juntos realizaron m¨²ltiples expediciones de recolecci¨®n por todo el estado, con el fin de estudiar las plantas en su lugar de origen antes de aplicarlas a sus proyectos. A partir de entonces, sus viajes bot¨¢nicos por todo Brasil no cesaron. Durante 40 a?os de estudio descubri¨® 37 especies hasta entonces no identificadas y hoy muy habituales en jardines e interiores. Muchas de ellas incluyen en su denominaci¨®n cient¨ªfica el nombre latinizado de su descubridor: burle marxii.
¡°Estos misterios, estas fuerzas de la naturaleza, son mis dioses. Cuando ya no tenga la curiosidad de perseguirlos, seguramente morir¨¦¡±, declaraba Burle Marx en una entrevista a Los Angeles Times en 1969. Su ah¨ªnco en la celebraci¨®n de la exuberancia de la flora brasile?a convirti¨® la biodiversidad en un elemento clave de la modernidad de Brasil. No obstante, la incorporaci¨®n de estas especies a sus proyectos no fue sencilla. Previamente tuvo que cultivar en sus propios viveros unas especies que por aquella ¨¦poca solo se encontraban en la selva.
Su activismo no le impidi¨® proyectar jardines para edificios residenciales y viviendas de lujo con Rino Levi, para complejos p¨²blicos de vivienda social con Eduardo Kneese de Mello y con Affonso Eduardo Reidy, para el famoso conjunto residencial do Pedregulho en R¨ªo de Janeiro (1951). El t¨¢ndem Burle Marx - Reidy en R¨ªo alcanz¨® su culmen con los jardines geom¨¦tricos para el Museu de Arte Moderna en 1956 y el Parque do Flamengo (1965).
Las olas de Copacabana
Quiz¨¢s la obra m¨¢s mainstream de Burle Marx es su intervenci¨®n en el Paseo de Copacabana (1970) junto al arquitecto Haruyoshi Ono y el paisajista Jose Tabacow. Los cuatro kil¨®metros de pavimento ondulado que recorren la Avenida Atl¨¢ntica de R¨ªo, en paralelo a la m¨ªtica playa de Copacabana, son una de las postales m¨¢s ic¨®nicas de la ciudad y la principal zona de esparcimiento para la sociedad carioca. Aqu¨ª, el paisajista antepuso al peat¨®n en detrimento de los coches e incluso de la vegetaci¨®n. Gran parte de la superficie de este paseo est¨¢ cubierta por mosaicos. Adem¨¢s del famoso empedrado, inspirado en el urbanismo portugu¨¦s, al otro lado del asfalto se extiende una composici¨®n abstracta dise?ada por Burle Marx.
Una d¨¦cada despu¨¦s, concebir¨ªa uno de los proyectos mas representativos de su estilo: la Fazenda Vargem Grande. En esta antigua hacienda productora de caf¨¦, Burle Marx aprovech¨® las terrazas, canales de riego y muros de contenci¨®n existentes para crear un jard¨ªn donde el agua es el elemento central del dise?o.
Aunque la mayor¨ªa de sus jardines se levantaron en Brasil, su obra tambi¨¦n cruz¨® fronteras y se puede ver en Venezuela, en el Parque del Este de Caracas y el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Maracaibo o en Par¨ªs, en los patios de la sede de la UNESCO. Tras la demolici¨®n de su proyecto para el Biscayne Boulevard de Miami, el ¨²nico trabajo de Burle Marx que perdura en Estados Unidos es el Cascade Garden en Longwood Gardens, Pensilvania.
El Sitio Roberto Burle Marx
¡°Ya he decidido el lugar de mi tumba: en el Sitio, bajo un ¨¢rbol frondoso. Quiero convertirme en un ¨¢rbol donde cada dedo tendr¨¢ una hermosa floraci¨®n y sentir¨¦ el viento, la tormenta y los rel¨¢mpagos ilumin¨¢ndome¡±. As¨ª se refer¨ªa Burle Marx a la finca donde el artista pas¨® los ¨²ltimos 20 a?os de su vida. Una extensi¨®n de 60 hect¨¢reas en Barra de Guaratiba, a las afueras de R¨ªo, que acab¨® convirti¨¦ndose en su jard¨ªn experimental y su obra m¨¢s personal.
En Sitio, Burle Marx recibi¨® la visita de Le Corbusier, Frank Lloyd Wright o Walter Gropius; pero all¨ª, sobre todo, reuni¨® una extraordinaria colecci¨®n bot¨¢nica de m¨¢s de 3.500 especies de plantas tropicales recolectadas en sus expediciones por todo Brasil. Este laboratorio del paisaje alberga la muestra m¨¢s representativa de plantas brasile?as nativas, junto con numerosos espec¨ªmenes raros de flora tropical de India, Filipinas o Sud¨¢frica. Entre la exuberancia destacan sus colecciones de bromelias, heliconias, orqu¨ªdeas, amarilis, alocasias, palmeras y nen¨²fares.
¡°Soy simplemente un coleccionista de plantas¡±, repet¨ªa Burle Marx. Aqu¨ª estudi¨® el comportamiento y el potencial de las especies que luego aplicar¨ªa en los jardines. Sitio tambi¨¦n fue la sede de su causa prof¨¦tica contra la destrucci¨®n agr¨ªcola de los h¨¢bitats tropicales de su tierra natal. 30 a?os despu¨¦s de su muerte, el proyecto vital de Burle Marx es hoy Patrimonio Mundial por la Unesco.
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