A favor o en contra: ?qu¨¦ futuro le espera al bid¨¦?
Este sanitario que levant¨® pasiones entre emperadores y nobles europeos se debate entre su desaparici¨®n o la evoluci¨®n hacia nuevas f¨®rmulas que permitan mantener su uso higi¨¦nico en menos metros cuadrados
Pocos elementos del hogar han generado tanta controversia como el bid¨¦. En un mundo donde las microcasas abundan ¨Cexisten casi 170.000 hogares por debajo de los 30 metros cuadrados, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica¨C y cada cent¨ªmetro de suelo es oro, se impone la funcionalidad sobre la tradici¨®n¡ O no. El bid¨¦ se ha convertido en la excepci¨®n.
Discernir su futuro y evoluci¨®n ha sido el objetivo de los di¨¢logos impulsados por Geberit, la marca de soluciones para el ba?o, durante la ¨²ltima edici¨®n de Casa Decor. En la actualidad, seg¨²n datos que recoge la firma de productos sanitarios, a pesar de que el 60% de los hogares espa?oles sigue contando con un bid¨¦ la tendencia en los ¨²ltimos a?os va en descenso debido a la falta de espacio y el gasto que conlleva. ¡°Nos encontramos en un contexto socioecon¨®mico en el que las viviendas cada vez son m¨¢s peque?as. Para hacer frente a esta situaci¨®n los espacios deben ser m¨¢s flexibles y aprovechar al m¨¢ximo cada metro cuadrado. Por ello elementos como el bid¨¦ est¨¢n siendo eliminados en las viviendas ya que su uso no es imprescindible en la domesticidad actual. Si quieren pervivir, tendr¨¢n que ofrecer alternativas a su uso actual o evolucionar¡±, apunt¨® el arquitecto Kiko Fuentes-Lojo durante la charla que ofreci¨® en la feria de dise?o e interiorismo.
Aunque todo apunta a su desaparici¨®n, no est¨¢ del todo claro que ese vaya a ser su desenlace. En la provincia de Zamora, por ejemplo, es obligatorio por ley incorporar este sanitario en nuevas construcciones y reformas de vivienda. Adem¨¢s, cuenta con grandes defensores entre profesionales del interiorismo. Es el caso de Ver¨®nica Montijano, fundadora del estudio valenciano VM y fan ac¨¦rrima del tradicional bid¨¦. En 2023, Montijano realiz¨® un manifiesto a favor de su funci¨®n higi¨¦nica con el objetivo de impedir que desaparezca por completo. Aunque reconoce que su futuro es incierto por su desuso, la interiorista insiste en que es uno de los mejores inventos de la historia y deber¨ªa encontrarse en todas las casas. ¡°Sigue habiendo un colectivo que quiere mantenerlo y utilizarlo, que no quiere que desaparezca y busca alternativas en el caso de que no tengan espacio para el mismo¡±. Para la tambi¨¦n interiorista Virginia S¨¢nchez, en cambio, no es un sanitario que goce de muy buena salud a nivel est¨¦tico. ¡°El bid¨¦ es un elemento que ocupa un espacio que se podr¨ªa utilizar para otras cosas y no aporta una gran est¨¦tica¡±, se?ala.
Sin embargo, antes de estar condenado al ostracismo, el bid¨¦ goz¨® de gran popularidad en la corte de Versalles. Los primeros escritos sobre su existencia se remontan a las memorias del Marqu¨¦s de Argenson, ministro de Luis XV, cuando Madame de Prie dio audiencia al noble montada sobre uno de ellos para lavar in situ sus partes ¨ªntimas. Con or¨ªgenes inciertos que podr¨ªan remontarse a la Edad Media, su nombre original bidet hace alusi¨®n, en franc¨¦s, a un caballo de tama?o peque?o que usaba la nobleza para pasear. Este vocablo representa la manera en que una persona se sienta al usarlo, parecida a montar un caballo. Fabricado en loza o porcelana, fue concebido para facilitar la higiene de genitales y pies cuando el ba?o completo no era posible, algo frecuente en aquellos d¨ªas.
El bid¨¦ fue considerado durante mucho tiempo un m¨¦todo anticonceptivo (de dudosa efectividad) entre prostitutas que lo usaban para limpiarse tras las relaciones sexuales y evitar as¨ª enfermedades y embarazos no deseados. Esto caus¨® la desaprobaci¨®n de la iglesia, que lo ve¨ªa como un instrumento que favorec¨ªa la promiscuidad. Entre las cortes europeas, sin embargo, el artilugio gan¨® fama entre las regentes, como Mar¨ªa Carolina de Austria, Reina de N¨¢poles y Sicilia, que encarg¨® un bid¨¦ para su ba?o personal en el Palacio Real de Caserta; o la propia Maria Antonieta, pionera de nuevas pr¨¢cticas de higiene que cont¨® con uno de ellos en sus aposentos.
Pero si hablamos de un personaje hist¨®rico que defendiera su uso a capa y espada ese fue Napole¨®n Bonaparte. Durante las campa?as militares que lider¨®, el emperador sol¨ªa llevar su propio bid¨¦ port¨¢til para usarlo tras cabalgar y se negaba a prescindir de ¨¦l incluso en plena contienda. M¨¢s tarde, entre los enseres que acompa?aron su exilio en la isla de Santa Elena no falt¨® el artilugio en un inusual color rojo. Tanto lo apreciaba que se lo dej¨® en herencia a su hijo.
En 1800 el bid¨¦ incorpor¨® una bomba manual que lanzaba el agua de forma ascendente y se almacenaba despu¨¦s en un dep¨®sito. Con la invenci¨®n de la ducha a comienzos del siglo XIX su uso decay¨® aunque termin¨® por convertirse en un elemento cotidiano de muchas casas con la llegada del agua corriente. Tras la Segunda Guerra Mundial se difundi¨® masivamente en Oriente Medio y pa¨ªses de Europa como Grecia, Espa?a o Portugal, en algunos, incluso fue obligatoria su instalaci¨®n en los ba?os durante d¨¦cadas. En Italia, adem¨¢s, se cre¨ªa que tener uno en casa llamaba a la buena suerte y la prosperidad, y en pa¨ªses como Argentina y Turqu¨ªa a¨²n se considera un signo de refinamiento y estatus, adem¨¢s de se?al de higiene.
En la actualidad, el cl¨¢sico bid¨¦ ha dado lugar a modelos m¨¢s evolucionados inspirados en los inodoros inteligentes de Jap¨®n, que ofrecen desde una temperatura agradable a luz nocturna o agua a presi¨®n. Modelos como el inodoro-bid¨¦ AquaClean de Geberit, que ofrece ambas funciones, dejan de ser un elemento de alta gama solo para hoteles de cinco estrellas y ganan terreno en los espacios privados. ¡°Nuestra misi¨®n es democratizar el inodoro-bid¨¦ y conseguir que su penetraci¨®n actual del uno por ciento en los hogares espa?oles se triplique en el plazo de cinco a?os y se convierta en un must en las viviendas¡±, explican en la marca. En su cat¨¢logo cuentan con Alba, un modelo por debajo de 1.000 euros, el coste aproximado de las dos piezas en cualquier reforma.
Virginia S¨¢nchez coincide en que el futuro del bid¨¦ estar¨ªa en esa direcci¨®n. ¡°Con soluciones compactas como los inodoros-bid¨¦ que nos den m¨¢s usos, conviertes dos elementos en uno sin tener que sacrificar espacio. Adem¨¢s, son bastante m¨¢s ecol¨®gicos porque reducen el uso de agua, tienes agua caliente inmediata, resultan m¨¢s c¨®modos para personas con movilidad reducida y edad avanzada y una soluci¨®n muy vers¨¢til porque incluso los puedes regular en altura. Es la mejor manera de sacarle partido a un sanitario¡±. Parece que queda bid¨¦ para rato.
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