Norman Foster: hay un arquitecto en el mundo que lo dibuja absolutamente todo
El libro ¡®Norman Foster Sketchbooks 1975¨C2020¡ä muestra al universo creativo del prestigioso arquitecto brit¨¢nico y descubre a un personaje que usa el dibujo no solo para crear edificios, sino tambi¨¦n para comunicarse con sus colegas o buscar soluciones para que el carrito en el que sirven el desayuno en los hoteles sea m¨¢s eficiente
Alguien dijo una vez que, si preguntas algo a Norman Foster (M¨¢nchester, 1935), ¨¦l te responder¨¢ con un dibujo. Para Foster, el l¨¢piz es mucho m¨¢s que la herramienta de trabajo b¨¢sica del arquitecto: es el medio que le permite dar salida a una creatividad desbordante que no entiende de l¨ªmites. Arquitectura, por supuesto, pero tambi¨¦n mobiliario, ropa, libros e incluso m¨¢quinas voladoras unipersonales. Todo cuanto le rodea es susceptible de dise?o y reflexi¨®n en sus inseparables cuadernos de dibujo. ¡°A¨²n sigo experimentando el mismo placer t¨¢ctil de trazar una l¨ªnea sobre el papel y abrir as¨ª una cueva de Aladino llena de ideas¡±, ha declarado el arquitecto.
La pasi¨®n de Foster por el dibujo comenz¨® cuando solo era un ni?o. Sus cuadernos de primaria muestran un torre¨®n normando, una mansi¨®n medieval o una construcci¨®n de entramado de madera del siglo XVI dibujados con una precisi¨®n anal¨ªtica y una madurez t¨¦cnica que contrastan con la ingenua caligraf¨ªa infantil que los acompa?a. Junto a uno de esos dibujos, un profesor escribi¨®: ¡°Un cuaderno excelente, Norman. Sigue as¨ª¡±.
Y vaya si sigui¨®. Hoy se conservan en el archivo de la Norman Foster Foundation, con sede en Madrid, m¨¢s de 1.200 cuadernos de dibujos, el legado gr¨¢fico de una vida entregada a la arquitectura y al dise?o. Una parte de esos croquis (y tambi¨¦n una parte de esa vida) puede disfrutarse ahora en Norman Foster Sketchbooks 1975¨C2020, un libro fascinante que nos lleva al universo creativo de una de las mentes m¨¢s estimulantes del panorama arquitect¨®nico mundial. Dise?ado por Ivorypress, la prestigiosa editorial que dirige Elena Ochoa Foster, este t¨ªtulo sirve como avanzadilla de una recopilaci¨®n de varios vol¨²menes que ir¨¢n presentando el trabajo de Norman Foster d¨¦cada a d¨¦cada.
Jorge Sainz (Madrid, 1955) ha sido el encargado de recopilar esta primera selecci¨®n de m¨¢s de medio millar de dibujos. Traductor, doctor arquitecto, editor y profesor titular de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, ha revisado todos y cada uno de los cuadernos para luego hacer algo que para Foster ¡°habr¨ªa sido imposible¡±: escoger y descartar dibujos. ¡°Tras revisar los m¨¢s de mil cuadernos archivados, constat¨¦ que hab¨ªa mucho material in¨¦dito, porque casi siempre eran dibujos de las fases iniciales de los proyectos; de hecho, el propio Foster me dijo que no recordaba muchos de ellos¡±, nos comenta Sainz.
El croquis siempre se ha asociado con el mito del arquitecto como genio creativo. Se dice que J?rn Utzon gan¨® el concurso de la ¨®pera de S¨ªdney gracias a un boceto r¨¢pido que, casi por casualidad, se salv¨® del mont¨®n de los descalificados. A sus 85 a?os, Foster no cree demasiado en esas leyendas, como deja claro en esta cita: ¡°Siento un saludable escepticismo por ese supuesto momento eureka en el que un garabato instant¨¢neo en una servilleta da lugar a un dise?o definitivo. El croquis que parece un deslumbrante destello de imaginaci¨®n lo m¨¢s probable es que sea fruto de una inmersi¨®n total en los problemas durante un tiempo. Cuando finalmente se logra que todas las piezas del rompecabezas de un proyecto encajen en su sitio, hay cierta sensaci¨®n de inevitabilidad¡±.
En ese sentido observar sus dibujos nos ayuda a entender la evoluci¨®n y todo el trabajo que hay detr¨¢s de edificios ic¨®nicos en la carrera del arquitecto brit¨¢nico, como el Sainsbury Centre (1974-1978), el Banco de Hong Kong y Shangh¨¢i (1979-1986), la Torre de Collserola (1990-1992), la renovaci¨®n del Reichstag (1992-1999), el Ayuntamiento de Londres (1998-2002), el viaducto de Millau (2001-2004) o la torre del 30 St. Mary Axe (2001-2004), conocida popularmente como The Gherkin (El Pepinillo).
En el caso de uno de sus ¨²ltimos y m¨¢s medi¨¢ticos proyectos, el Apple Park en Cupertino, los cuadernos de Foster muestran reflexiones acerca del paisaje californiano y diagramas conceptuales en los que compara el tama?o del edificio con forma de anillo con un iPhone ampliado 3.300 veces. Tambi¨¦n revelan conversaciones con Steve Jobs antes de su fallecimiento en 2011. Imaginar a estos dos titanes del dise?o encerrados en una habitaci¨®n, hablando y dibujando concienzudamente, pone la piel de gallina.
Posiblemente lo m¨¢s interesante de los cuadernos de este arquitecto es que no solo hablan de arquitectura. La incansable curiosidad de Foster por entender c¨®mo funciona el mundo a su alrededor encuentra respuesta en el papel y el l¨¢piz (a veces, pocas, en tinta o rotulador de colores). Sus dibujos son un gui?o contempor¨¢neo a los c¨®dices de Leonardo Da Vinci, ambos zurdos. Foster tambi¨¦n comparte con el pol¨ªmata renacentista su fervor maquinista y la pasi¨®n por hacer volar al ser humano. Recuerda que el primer dibujo que hizo cuando era un ni?o fue ¡°una enorme m¨¢quina voladora que surcaba los cielos¡±. Hoy es un piloto experimentado que imagina prototipos de planeadores, helic¨®pteros, avionetas, reactores y, m¨¢s recientemente, drones. Entre sus dibujos se incluye el dise?o del interior de la cabina de un avi¨®n desarrollado con todo lujo de detalles, que incluso presenta diferentes muestras del acabado de color del cuero para el tapizado de los asientos.
Foster no solo dibuja artefactos que vuelan; tambi¨¦n bicicletas, autom¨®viles, trineos, apisonadoras e incluso tanques. Sus cuadernos contienen apuntes para el dise?o de sillas, sillones, sof¨¢s, tumbonas, camas, l¨¢mparas, flexos, estanter¨ªas, barandillas, picaportes, lavabos, inodoros y grifos. Tambi¨¦n hay gafas, relojes, ¨²tiles de aseo, bolsas de viaje, vajillas, cubiertos, navajas multiuso, l¨¢pices, bol¨ªgrafos, camisetas, sudaderas, ch¨¢ndales y hasta un carrito para llevar el desayuno que separa claramente la zona de los alimentos fr¨ªos de los calientes.
Jorge Sainz nos aclara: ¡°Foster dise?a objetos porque le interesa mucho la calidad del entorno cotidiano, tanto el dom¨¦stico como el laboral. Cuando est¨¢ de vacaciones, dibuja la tumbona de la playa; y cuando piensa en su trabajo, dibuja la silla y la mesa que le gustar¨ªa tener en su despacho¡±. Son dibujos ¨¢giles, los de alguien que piensa a la misma velocidad que desliza el l¨¢piz, llenos de flechas y anotaciones, que nos presentan a una persona obsesionada con el orden y el dise?o. Sus cuadernos son ¡°el equivalente de un estudio port¨¢til¡±, toda una oficina. Adem¨¢s de dibujos, encontramos guiones para discursos y conferencias, recordatorios para su complicada agenda laboral y hasta el borrador para el anuncio de una oferta de trabajo (¡°excelente salario y perspectiva de futuro¡±).
¡°Norman Foster utiliza sus cuadernos como un verdadero registro de toda su actividad creativa, pero tambi¨¦n de sus vivencias personales¡±, comenta Jorge Sainz. De hecho, cuando Foster no est¨¢ trabajando, sigue dibujando. Cuando est¨¢ de viaje, en sus cuadernos aparecen mapas de sus excursiones, itinerarios por pistas de esqu¨ª, mesas llenas de comida y bebida en las que describe con sumo detalle cada producto a su alcance y dibujos de edificios que visita y le resultan interesantes (la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, del Edificio Castelar de Rafael de la Hoz en Madrid, e incluso dibuja una escultura perfectamente acotada de Chillida Leku).
Llama la atenci¨®n una nota para Jean Nouvel, escrita en octubre de 1995 desde un taxi de Par¨ªs camino del aeropuerto, en la que felicita al arquitecto franc¨¦s sobre el entonces reci¨¦n terminado edificio de la Fundaci¨®n Cartier. ¡°?FABULOSO, MAGN?FICO, ENHORABUENA!¡±, escribe en may¨²sculas. ¡°Al taxista tambi¨¦n le encanta tu edificio¡±, apunta como despedida. ¡°Para Foster¡±, apunta Sainz, ¡°los cuadernos son tambi¨¦n un medio de comunicaci¨®n con otras personas, no solo sus colaboradores del estudio profesional, sino tambi¨¦n amigos y familiares. De hecho, hay algunas notas, con una letra distinta, que muestran que los cuadernos eran el mejor sitio para dejarle un mensaje: siempre lo iba a ver¡±. La pasi¨®n de Foster por los cuadernos era bien conocida entre sus allegados. Un ejemplo de ello es el cuaderno 26-01, fechado en marzo de 1978, un regalo navide?o de sus amigos Tony y Pat, que le escribieron como dedicatoria: ¡°Un cuaderno en blanco para un nuevo proyecto.¡±
Norman Foster Sketchbooks 1975¨C2020 refleja 45 a?os de una vida que transcurre a trav¨¦s del dibujo. Estos croquis, adem¨¢s de satisfacer nuestro esp¨ªritu m¨¢s voyeur, nos ense?an que absolutamente todo en nuestro entorno es objeto de dise?o y que puede y debe ser mejorado. ¡°Todo el mundo tiene su idea del infierno¡±, escribe Foster en el pr¨®logo, ¡°para m¨ª ser¨ªa no poder coger un l¨¢piz¡±.
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