Ha llegado la hora de hablar del mobiliario franc¨¦s de los ochenta
El anticuario Paul Bourdet es uno de los primeros que se han atrevido a especializarse en las radicales creaciones de Starck, Szekely o el escen¨®grafo Bob Wilson
¡°Dicen que hacen falta 30 a?os para redescubrir una e?poca, y ya se han cumplido¡±, explica Paul Bourdet cuando le preguntamos por los motivos que le han llevado a dedicar su galeri?a (19 Rue Gue?ne?gaud, Pari?s) al mobiliario de los ochenta. Este joven marchante asegura que no recuerda un momento de su vida en que no quisiera ser anticuario, y que aterrizo? en la de?cada prodigiosa tras analizar sus posibilidades. ¡°Empec¨¦ a trabajar en una galer¨ªa y me di cuenta de que el mercado de los a?os cincuenta, que hab¨ªa sido mi pasi¨®n, ya estaba muy ocupado, era muy caro y estaba muy visto¡±, afirma. ¡°As¨ª que me propuse encontrar un periodo olvidado que pudiera ser tan prometedor como el art d¨¦co, y comenc¨¦ a recorrer el siglo XX de forma cronol¨®gica. Entonces me di cuenta de que lo pr¨®ximo ser¨ªan los a?os ochenta. Compr¨¦ libros, me document¨¦ y en 2015, con 21 a?os, compr¨¦ mi primera pieza¡±.
Aquella primera pieza, curiosamente, fue una silla de Philippe Starck producida en 1982 por la firma barcelonesa Disform. Despue?s vinieron otras. Hab¨ªa que aprovechar. ¡°En ese momento el mobiliario franc¨¦s de los a?os ochenta nos interesaba a muy pocos, y era posible adquirir piezas importantes por algunos cientos de euros¡±, apunta. Sin embargo, la clave no fue solo la rentabilidad, sino algo m¨¢s dif¨ªcil de describir. ¡°Empece? a vivir con estas piezas y me di cuenta ra?pidamente de que, adema?s de su intere?s histo?rico, teni?an un aura¡±.
Y en la bu?squeda de ese aura ha concentrado Bourdet sus esfuerzos. Contaba recientemente en una publicacio?n en Instagram que en una ocasio?n un taxista le pregunto? si la la?mpara Easylight (Starck, 1979) que llevaba bajo el brazo era una espada la?ser de La guerra de las galaxias. Pero ane?cdotas asi? son una excepcio?n. El sector arde. ¡°El disen?o de los an?os ochenta tiene una particularidad interesante¡±, explica. ¡°Emplea los avances te?cnicos modernos sin cerrar la puerta ni al ornamento ni a los estilos precedentes. Pone al disen?ador en una posicio?n de creador, casi artista, y no de te?cnico. Adema?s, los ochenta integran mucha poesi?a y fantasi?a¡±.
En ese magma creativo, Bourdet tiene sus favoritos. ¡°Philippe Starck es la piedra angular de esa ¨¦poca y de la galer¨ªa, y pasar¨¢ a la historia como uno de los genios del siglo XX. Tambi¨¦n me interesan mucho Jean-Michel Wilmotte, Martin Szekely y las producciones de la Galerie N¨¦otu, que eran lo m¨¢s en su ¨¦poca. Y tengo debilidad por las creaciones de Bob Wilson, que es m¨¢s conocido como director de escena teatral, pero dise?¨® asientos preciosos para sus decorados, con un enfoque ¨²nico¡±.
En esta reivindicacio?n, Bourdet ha sido un adelantado a su tiempo, pero sabe que la competencia viene pisando fuerte. ¡°Ahora el reto es seguir aqui?, comprando piezas, al pie del can?¨®n¡±. Y sin dormirse en los laureles; a fin de cuentas, los titanes de los ochenta no fueron nost¨¢lgicos, sino creadores de su tiempo. ¡°No soy nost¨¢lgico y defiendo a estos creadores precisamente porque estaban a la ¨²ltima en su ¨¦poca, as¨ª que tambi¨¦n yo me intereso por la m¨ªa¡±. De ah¨ª procede, cuenta, uno de sus nuevos proyectos: ¡°La galer¨ªa va a editar su primer objeto contempor¨¢neo en exclusividad, la l¨¢mpara 90? del dise?ador Maxime Louis-Courcier. Es otro oficio con otras problem¨¢ticas, pero igual de apasionante¡±.
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