Dios y diamantes: lo que Kendrick Lamar nos quiso decir a trav¨¦s de su corona de espinas
El artefacto de 137 quilates es el resultado de un proyecto que ha supuesto diez meses y m¨¢s de 1.300 horas de trabajo a cuatro de sus artesanos en el norte de Italia
La ¨²ltima edici¨®n de Glastonbury, la primera despu¨¦s de dos a?os de cancelaciones debido a la pandemia, no ser¨¢ recordada por una actuaci¨®n, sino por un objeto. En el primer directo de su nueva gira, el rapero Kendrick Lamar apareci¨® en el escenario con una corona de espinas resplandeciente gracias a, como descubrir¨ªamos poco despu¨¦s, los 8.000 microdiamantes incrustados en ella. Se trataba de la misma que adorna la cabeza del artista en la portada de su nuevo disco, Mr. Morale & The Big Steppers, y que tambi¨¦n hab¨ªa llevado en su actuaci¨®n en el desfile de Louis Vuitton en la Semana de la Moda Masculina de Par¨ªs apenas seis d¨ªas antes. Sin embargo, la cita en el festival brit¨¢nico fue el momento elegido para desvelar su origen y el proceso de creaci¨®n de un complemento que tiene tanto de simb¨®lico como de revelador.
Un d¨ªa despu¨¦s de su concierto, la firma Tiffany & Co explicaba en un comunicado que esa corona era el resultado de una colaboraci¨®n con el m¨²sico, un proyecto que ha supuesto diez meses y m¨¢s de 1.300 horas de trabajo a cuatro de sus artesanos en el norte de Italia. Sobre una base de titanio con 50 espinas se engastaron en pav¨¦ las 8.000 piedras, que suman un total de 137 quilates. Pese a que no se ha desvelado el precio de esta pieza, ¨²nica y creada en exclusiva para el artista, varios medios la valoran en una cantidad cercana al mill¨®n y medio de d¨®lares.
Lamar y su m¨¢nager y colaborador Dave Free presentaron este proyecto a Tiffany el a?o pasado, con un broche creado por el dise?ador de joyas Jean Schlumberger en 1947 como inspiraci¨®n. Seg¨²n la firma, que recientemente hab¨ªa elegido a Jay-Z y Beyonc¨¦ como imagen de su campa?a About Love, la pieza final es ¡°una met¨¢fora del coraje art¨ªstico, la humildad y la perseverancia¡±. Su significado, sin embargo, es mucho m¨¢s complejo.
De chico de barrio a mes¨ªas del pueblo
La corona de Lamar marca, tanto en la forma como en el fondo, una nueva etapa en su representaci¨®n ante el mundo. Desde su debut en 2011, el artista de Compton (Los ?ngeles) hab¨ªa mantenido una postura comedida en cuanto a la ostentaci¨®n y el lujo, end¨¦micos en la escena del rap. ¡°30 conciertos al mes y a¨²n as¨ª no me compraba un Lexus¡±, rapeaba en su canci¨®n Fear, de 2017, recordando la ¨¦poca en la que comenzaba a convertirse en una estrella internacional con su disco Good Kid, M.A.A.D City en 2012. Frente a la sobreexposici¨®n y el uso del lujo como reivindicaci¨®n del ¨¦xito, Lamar ha mantenido un perfil bajo en su representaci¨®n ante el mundo. No utiliza apenas redes sociales, no se prodiga en eventos y apenas menciona a firmas de moda en sus composiciones, a diferencia de gran parte de sus coet¨¢neos.
Esa diferenciaci¨®n con respecto al rap actual ha sido, parad¨®jicamente, lo que ha impulsado a Lamar a conseguir un impacto cultural mucho mayor que el de otros compa?eros de generaci¨®n. Mientras Drake acumulaba n¨²meros uno en las listas de ventas, ¨¦l se convert¨ªa en el primer m¨²sico de rap en recibir un Premio Pulitzer, en 2018. Incluso antes de eso, el productor Pharrell Williams lo hab¨ªa definido como ¡°el Bob Dylan de nuestra era¡±. La comparaci¨®n no parec¨ªa exagerada: a su habilidad dispensando rimas, Lamar a?ade una especial profundidad como letrista, reflejando con autocr¨ªtica y crudeza la experiencia de ser afroamericano. Tambi¨¦n como Dylan, el peso de su mito se ha ido acumulando sobre sus hombros hasta que se ha convertido en una evidencia.
¡°Idolatran y alaban tu nombre en toda la naci¨®n¡±, canta Lamar en Crown (¡°corona¡±), una de las canciones de Mr. Morale & The Big Steppers, la misma en cuyo estribillo repite sin cesar ¡°no puedes complacer a todo el mundo¡±. Tras publicar DAMN., su cuarto disco, hab¨ªa alcanzado un estatus que trascend¨ªa al de una estrella de m¨²sica popular, convirti¨¦ndose en una suerte de or¨¢culo moral para el p¨²blico afroamericano. El silencio posterior en el que se refugi¨® no hizo sino acrecentarlo. Una pausa de cinco a?os apenas rota por alguna colaboraci¨®n y la banda sonora de la pel¨ªcula de Marvel Black Panther en los que, supimos despu¨¦s, Lamar hab¨ªa sido padre en dos ocasiones y hab¨ªa sufrido un bloqueo creativo.
M¨¢rtires del ghetto
La apropiaci¨®n de la imaginer¨ªa cristiana no es, desde luego, algo nuevo en la m¨²sica popular. Madonna supo ver su poder provocador en el videoclip de Like a Virgin, y en su gira Live to Tell incluy¨® un segmento en el que cantaba en una cruz portando una corona de espinas. El rap, sin embargo, ha estado ligado de una forma diferente a estos s¨ªmbolos. Desde Tupac Shakur, cuyo dibujo crucificado aparec¨ªa en la portada de su ¨¢lbum The Don Killuminati: The 7 Day Theory a Nas, que recurri¨® a esa misma imagen en el videoclip de Hate Me Now, las estrellas del g¨¦nero han explotado esa conexi¨®n, comparando su trascendencia a la de las figuras religiosas al mismo tiempo que hac¨ªan referencia a su condici¨®n de m¨¢rtires surgidos de los entornos menos favorecidos de la sociedad estadounidense.
Kanye West, quien tampoco dud¨® en usar la corona de espinas en la ¨¦poca que lanz¨® su tema Jesus Walks, es quiz¨¢s uno de los artistas que m¨¢s ha recurrido a las referencias religiosas. De autoproclamarse un dios en I Am a God ha pasado a publicar discos muy influidos por el gospel como Jesus Is King. Kendrick Lamar, en cuyas letras hab¨ªa mostrado ya sus creencias religiosas, ha decidido dar un paso m¨¢s expl¨ªcito.
¡°La corona es una representaci¨®n de la filosof¨ªa del barrio contada desde una perspectiva juvenil asumible¡±, ha explicado Dave Free, una de las personas m¨¢s cercanas a Lamar. El rapero fue m¨¢s simb¨®lico en su directo de Glastonbury. ¡°Llevo esto en representaci¨®n, para que no os olvid¨¦is de uno de los mayores profetas que ha existido nunca. Vamos a continuar a dar lo mejor de nosotros para avanzar a su imagen y semejanza¡±, exhort¨® a la audiencia, justo antes de lanzar un alegato un tanto opaco contra la derogaci¨®n del derecho al aborto en EE UU: ¡°Si te juzgan, juzgan a Cristo. Que Dios acompa?e a los derechos de las mujeres¡±. Como simbolismo final, la actuaci¨®n termin¨® con sangre cay¨¦ndole desde las espinas.
Esta nueva etapa m¨ªstica de Lamar llega tambi¨¦n en un momento en el que su carrera parece llegar a un momento crucial. Por un lado, su imagen de faro comienza a presentar grietas por primera vez. Pese a recibir cr¨ªticas mayoritariamente positivas, Mr. Morale & The Big Steppers es su primer disco que contiene decisiones cuestionables que parte del p¨²blico le ha reprochado. Por un lado, la inclusi¨®n en varios de sus temas del rapero Kodak Black, condenado por cargos de agresi¨®n sexual. Por otro, la sensaci¨®n de que no termina de conectar con una audiencia m¨¢s joven, como demuestran los reproches que le vali¨® Auntie Diaries, bienintencionada canci¨®n en la que trata la experiencia de su t¨ªo trans, pero en la que no se refiere a ¨¦l con el g¨¦nero con el que se identifica.
Mr. Morale & The Big Steppers tambi¨¦n fue anunciado como el ¨²ltimo disco de Lamar para TDE, su discogr¨¢fica de siempre. Antes hab¨ªa lanzado pgLang, descrita como una compa?¨ªa multidisciplinar para producir proyectos art¨ªsticos diversos. Esos movimientos y ciertos mensajes del ¨¢lbum hacen pensar en que est¨¢ emprendiendo el camino que han seguido muchos de sus antecesores en el rap, pasando de artistas a entrepreneurs. Sus decisiones est¨¦ticas tambi¨¦n muestran contradicciones aparentes: rechaza su papel de referente (¡°Kendrick te hizo pensar en ello, pero ¨¦l no es tu salvador¡±, canta en Saviour) a la vez que usa la imaginar¨ªa de un profeta. La clave, quiz¨¢s, est¨¦ en el concepto de m¨¢rtir al que alude la corona de espinas: Lamar est¨¢ sufriendo por nuestros pecados antes de abandonar definitivamente la forma en la que lo conocemos.
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