Roc¨ªo M¨¢rquez: ¡°He pasado a?os intentando justificarlo todo, ahora me parece genial lo que opinen¡±
¡®Tercer Cielo¡¯, el nuevo trabajo de la cantaora, es uno de los discos de flamenco m¨¢s importantes en a?os. Su integraci¨®n de la electr¨®nica no es ¡®trendy¡¯ ni cosm¨¦tica, sino contundente
Roc¨ªo M¨¢rquez (Huelva, 37 a?os) es una de las cantaoras m¨¢s cultas de su generaci¨®n. Empez¨® a cantar siendo ni?a, conoce el repertorio cl¨¢sico al dedillo y es doctora cum laude con una tesis sobre t¨¦cnica vocal. Sin embargo, asegura que todo ese conocimiento ser¨ªa est¨¦ril sin una peculiaridad fisiol¨®gica. ¡°Somatizo muy r¨¢pido, para bien y para mal¡±, explica. ¡°Cuando empiezo a ponerle vallas al campo, cuando uso el conocimiento para ponerme losas encima, lo noto porque de repente hago actuaciones de mierda, salgo del escenario y me digo: ¡®Por aqu¨ª, no¡±.
Asegura que empez¨® a fiarse de su intuici¨®n a ra¨ªz de su primera crisis creativa, tras ganar, a los 23 a?os, la L¨¢mpara Minera del Festival de Cante de Las Minas, el templo del flamenco ortodoxo. ¡°La L¨¢mpara me abri¨® muchas puertas y estoy muy agradecida, pero me pas¨¦ un a?o entero repitiendo los mismos cantes. ?Respiraba en los mismos puntos! Ten¨ªa la sensaci¨®n de que me daba al play, y es algo que no le deseo a nadie. Con el tiempo, me he dado cuenta de que nadie me dijo que tuviera que hacerlo as¨ª, la responsabilidad fue solo m¨ªa, pero lleg¨® un momento en que no pod¨ªa ni respirar. Y decid¨ª que as¨ª, no¡±.
El nuevo trabajo de M¨¢rquez ilustra cu¨¢l fue la salida a aquella crisis: flexibilizar, dialogar y experimentar. Se llama Tercer Cielo y lo ha creado al alim¨®n con Bronquio, el nombre art¨ªstico del m¨²sico y productor jerezano Santiago Gonzalo. Parte de la cr¨ªtica lo ha saludado ya como uno de los discos de flamenco m¨¢s importantes en a?os. Su integraci¨®n de la electr¨®nica no es trendy ni cosm¨¦tica, sino contundente: un intento de hacer electr¨®nica como quien hace flamenco, y viceversa. ¡°No hemos ca¨ªdo en lugares comunes, y creo que es porque ambos tenemos perfiles curiosos en nuestros gremios¡±, explica Gonzalo. ¡°Ponernos de acuerdo para componer fue muy f¨¢cil, pero para la mezcla hizo falta encontrar un punto com¨²n. Lo hemos logrado gracias al respeto mutuo y las ganas de abrirnos a lo desconocido¡±.
En Tercer cielo, un sonido denso, compacto y sugerente demuestra que consenso no siempre es igual a tibieza. Por ejemplo, no es habitual escuchar la voz de M¨¢rquez distorsionada por una barricada de filtros. ¡°Yo no me pongo ni reverb en el monitor, para que me entiendas, Me gusta que se oiga hasta la fricci¨®n de la cuerda¡±, explica, aludiendo a las herramientas de ingenier¨ªa sonora que a?aden profundidad y eco a la grabaci¨®n. En Tercer cielo hay reverb y sintetizadores, pero tambi¨¦n cantes antiguos que ilustran la faceta erudita de una artista que ha grabado desde canciones cl¨¢sicas con guitarra y caj¨®n (Visto en el jueves, 2019) hasta un ejercicio feminista de minimalismo sin guitarras (Firmamento, de 2017, con Ra¨¹l Refree) y varias colaboraciones con especialistas en el Renacimiento y el Barroco, profundizando en la etimolog¨ªa del flamenco como quien busca las fuentes del Nilo.
Es ah¨ª donde emerge la estudiosa. ¡°Hasta los a?os treinta se estuvieron creando melod¨ªas nuevas¡±, explica. ¡°En los 50 a?os anteriores hubo una explosi¨®n creativa en que los flamencos estuvieron inmersos en la creaci¨®n. La preocupaci¨®n por estructurar, hacer esquemas y ver qu¨¦ rama del ¨¢rbol falta vino despu¨¦s¡±. Cita como ejemplo la debla, un cante que sirve de base para Grande, uno de los temas del ¨¢lbum. ¡°La debla es un cante con un origen muy definido, pero como es un cante a palo seco [sin instrumentaci¨®n] se suele decir que es de los m¨¢s antiguos, y ah¨ª se monta un mito maravilloso, porque el flamenco est¨¢ en parte hecho de pura fantas¨ªa. ?Por qu¨¦ no seguirle el juego a esa fantas¨ªa y esa paradoja, si es lo que nos flipa a todos?¡±, apunta.
¡°Me hace gracia cuando se describe nuestro trabajo como una renovaci¨®n, porque me parecen pr¨¢cticas m¨¢s antiguas que la de empaquetar¡±. ?Siguen quit¨¢ndole el sue?o las cr¨ªticas de los ortodoxos? ¡°Yo, afortunadamente, siento que esa p¨¢gina ya la he pasado. Me he pasado a?os intentando justificarlo todo, pero ahora me parece genial lo que opine todo el mundo. Igual que yo quiero libertad para hacer lo que yo quiera, tambi¨¦n quiero que todo el mundo se exprese libremente¡±.
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