Viaje al centro del terror del franquismo con el cante de Roc¨ªo M¨¢rquez
La cantaora onubense y el poeta Antonio Manuel Rodr¨ªguez hilvanan la pel¨ªcula ¡®La verdad que la tierra esconde¡¯, que documenta la reciente apertura de la gran fosa com¨²n sevillana de Pico Reja
La voz de la cantaora Roc¨ªo M¨¢rquez (Huelva, 36 a?os) mece y abriga mientras va cantando: ¡°No s¨¦ vivir sin saber / no vivo sin prueba¡±. Es el descarnado arranque de Pico Reja, la verdad que la tierra esconde, una sobrecogedora pel¨ªcula que documenta los trabajos de apertura de la fosa com¨²n localizada en el cementerio de San Fernando de Sevilla, en 2017. Los hallazgos pronostican que se devolver¨¢n a la superficie los cuerpos de m¨¢s de 2.000 v¨ªctimas civiles de la represi¨®n franquista. Considerada ya, a pesar de no haber concluido a¨²n la excavaci¨®n, como una de las m¨¢s grandes de Europa, tanto por su extensi¨®n como por el n¨²mero de v¨ªctimas que alberga, Pico Reja aparece abierta en canal a lo largo de todo el metraje, mostrando su entra?a de vidas aniquiladas: esqueletos amontonados, cr¨¢neos perforados por tiros certeros y huesos a¨²n atados a cuerdas y grilletes.
La cineasta Remedios Malv¨¢rez, que ha dirigido esta pel¨ªcula junto a Arturo And¨²jar, lo explica as¨ª: ¡°La tierra tiene un protagonismo fundamental, porque es la que nos va descubriendo qu¨¦ sucedi¨® y por qu¨¦ se escondi¨® y se tap¨®¡±. Ella reivindica este trabajo como ¡°una historia de presente¡±, porque ¡°no es un documental hist¨®rico¡±. ¡°Es ahora cuando se est¨¢ abriendo la fosa¡± ¡ªapostilla And¨²jar¡ª, ¡°est¨¢ ah¨ª, de plena actualidad, y es ahora tambi¨¦n cuando tomamos conciencia de que conocemos lo que ocurri¨® en Alemania, Italia, Argentina y Chile, pero no hemos sabido nunca lo que sucedi¨® a 100 metros de nuestras casas. Eso genera mucha frustraci¨®n, mucha rabia¡±.
Pico Reja, que se estrena en cines comerciales el viernes 17 de junio, recoge testimonios de los familiares directos de las v¨ªctimas que se buscan actualmente en esta fosa com¨²n, entre ellas, toda la corporaci¨®n del Ayuntamiento de Sevilla durante el fugaz gobierno de la Rep¨²blica en la ciudad.
Mar¨ªa Luisa Hern¨¢ndez Portales, nieta de Francisco Portales Casamar, un simple empleado del consistorio de la ciudad fusilado, asegura en un momento del documental: ¡°En el verano del 36, la escabechina de cargos p¨²blicos fue brutal. Y a los que no asesinaron en ese momento fue porque no los encontraron; y tuvieron que marcharse al exilio o bien pasar mucho tiempo en prisi¨®n cuando los alcanzaron. Esa fue la historia de todos los miembros de los partidos de izquierdas, sus simpatizantes y sus familias¡±. En los d¨ªas previos a su muerte, Casamar estuvo preso en la c¨¢rcel de La Ranilla, otro de los escenarios fantasmales, junto con la fosa, por los que se pasean Malv¨¢rez y And¨²jar. No-lugares que pueblan la pel¨ªcula y que salen ahora tambi¨¦n a la luz, a los que se suman, imprescindibles para dar testimonio de la matanza, campos de concentraci¨®n como La Corchuela, en la cercana localidad de Dos Hermanas, y el com¨²nmente llamado Canal de los Presos o Canal del Bajo Guadalquivir, una obra hidr¨¢ulica de gran envergadura, con 159 kil¨®metros ¡ªhasta los l¨ªmites de C¨¢diz y C¨®rdoba¡ª, que se construy¨® en un alt¨ªsimo porcentaje con presos pol¨ªticos recluidos en ese campo. La mayor¨ªa acabar¨ªan siendo fusilados.
Horacio Hermoso Serra, hijo de Horacio Hermoso Ara¨²jo, ¨²ltimo alcalde republicano de Sevilla, cuenta: ¡°Lo que yo no podr¨¦ olvidar nunca, ni perdonar, mientras est¨¦ en el mundo, es la tortura que le aplicaron a mi padre. Porque fusilar se sab¨ªa que lo iban a fusilar, pero es que estuvo 15 noches preso escuchando su nombre en una lista fat¨ªdica, cada d¨ªa, pero sin saber realmente si le hab¨ªa o no le hab¨ªa tocado¡±. Hermoso tiene 90 a?os y participa en el documental con una lucidez deslumbrante, precisa en datos, nombres y fechas, pero tambi¨¦n colmada de emoci¨®n: ¡°Al d¨ªa siguiente del asesinato de mi padre, tampoco lo olvidar¨¦, se present¨® en mi casa el hermano de mi madre para darle el p¨¦same; y lo hizo, ante mi espanto de ni?o, vestido de falangista. Esa imagen en ese momento explic¨® Sevilla: todo el mundo se volvi¨® del bando sublevado¡±.
Efectivamente, Sevilla fue la primera ciudad en la que triunf¨® el golpe militar, con una d¨¦bil resistencia en algunos barrios que dur¨® apenas una semana. Por eso sorprende m¨¢s que, a pesar de la capitulaci¨®n, las tropas de ?frica entraran en tromba en la ciudad y comenzaran a detener a gente sin freno, ¡°a llenar c¨¢rceles, cines, teatros, barcos, con presos que eran personas civiles. Se llenan las fosas de hombres, mujeres, tambi¨¦n de ni?os, que es poblaci¨®n civil¡±, narra Mar¨ªa Luisa Hern¨¢ndez, que es tajante: ¡°En Sevilla no hay guerra, en Sevilla hay exterminio, por eso hay que llamarlo genocidio, porque en Pico Reja hay miles y miles de personas enterradas¡±.
Aun as¨ª, Remedios Malv¨¢rez sostiene que una de las premisas a la hora de abordar este trabajo audiovisual, huyendo de tentaciones maniqueas, fue no aprovecharse del dolor ajeno, ¡°no hacer herida sobre la herida¡±. ¡°Por encima de adoctrinar¡±, a?ade, ¡°hemos querido aportar informaci¨®n: la ignorancia en una democracia es un peligro y una amenaza¡±. La cineasta recupera una frase pronunciada por uno de los participantes en el documental para explicar este desconocimiento: ¡°El miedo llev¨® al silencio, y el silencio llev¨® al olvido¡±.
Pero a pesar del horror que subyace bajo los 700 metros cuadrados de Pico Reja, el documental abre una ventana por la que se vislumbra un oasis: el que recrean la cantaora onubense Roc¨ªo M¨¢rquez y el poeta Antonio Manuel Rodr¨ªguez, que van hilvanando la narraci¨®n mientras escenifican el proceso de composici¨®n de la Nana a medias que va poniendo m¨²sica a la pel¨ªcula. ¡°No es una nana para dormir, es una nana para despertar¡±, asegura la artista, para quien Pico Reja, la verdad que la tierra esconde ¡°tiene algo que es muy com¨²n en el flamenco: la importancia de la memoria combinada con el presente¡±.
Andaluc¨ªa fue uno de los territorios m¨¢s castigados por la represi¨®n franquista. Se cometieron m¨¢s de 50.000 fusilamientos, cerca de un tercio de las v¨ªctimas espa?olas, y hubo m¨¢s desaparecidos que los que sufrieron Argentina y Chile juntos durante sus dictaduras militares. Las fosas del Cementerio Municipal de Sevilla alojan m¨¢s de 14.000 cuerpos, de los que est¨¢n documentados m¨¢s de 4.500 represaliados. Una de las arque¨®logas que prestan su voz en Pico Reja asegura: ¡°Es imposible trabajar aqu¨ª y salir indemne¡±.
Babelia
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