¡®Drag¡¯ a los 85: Maisie Trollette, la transformista m¨¢s veterana de Gran Breta?a, se niega a jubilarse
Un nuevo documental recoge la trayectoria de David Raven, quien sobrevivi¨® a los nazis, a la Guerra Fr¨ªa y la persecuci¨®n al colectivo LGTBI y todav¨ªa canta en escenarios a d¨ªa de hoy
David Raven (Cornualles, 1933) es, en apariencia, uno de los muchos jubilados que han elegido la ciudad de Brighton, en el sur de Inglaterra, para su retiro. A sus 85 a?os camina ligeramente encorvado y se mueve con una mezcla de vacilaci¨®n y determinaci¨®n. Pero Raven no est¨¢ jubilado. Cada cierto tiempo ¡ªno hace tanto, casi cada noche¡ª coge sus vestidos, sus tacones y sus pelucas y se convierte temporalmente en la gran artista drag Maisie Trollette.
Desde la aparici¨®n de Drag Race y su infinidad de spin offs y franquicias internacionales, el drag ha salido de los peque?os escenarios de los bares de ambiente y saltado al mundo: con grandes giras como la de Trixie Mattel y Katya Zamolodchikova ¨Crecibidas en salas y teatros antes reservados a artistas m¨¢s ortodoxos¨C, o casos como el de Violet Chachki o Bimini Bon Boulash ¨Cque ha participado en campa?as para Gaultier y editoriales de moda para Vogue¨C, el transformismo ha salido de los m¨¢rgenes de la cultura pop para ponerse en el centro, bajo el foco, ba?ado en una p¨¢tina de respetabilidad y refinamiento que era casi imposible imaginar hace solo una d¨¦cada.

Es en este contexto en el que el cineasta Lee Cooper enmarca su documental Maisie. ¡°Cuando me embarqu¨¦ en este proyecto pens¨¦ que ser¨ªa la vida de Maisie Trollette. Lamentablemente, hay muy pocas im¨¢genes de archivo de aquellos tiempos, ya que la escena LGTBI era clandestina. A¨²n era ilegal practicar lo que llamaban ¡®actos homosexuales¡¯ en los tiempos en los que David empez¨®¡±, explica para ICON. Cooper se refiere a la Ley de Delitos Sexuales de 1967, que legaliz¨® las relaciones consentidas entre hombres mayores de 21 a?os en Inglaterra y Gales (Escocia e Irlanda del Norte se unir¨ªan poco despu¨¦s). Fue el fin de la ley que castig¨® p¨²blica e irreparablemente a Oscar Wilde, a finales del s. XIX, o al matem¨¢tico Alan Turing en los a?os cincuenta del siglo XX. En ese entorno tan hostil, el drag era un grito de libertad.

En Navidad, en Reino Unido, existe la tradici¨®n de representar obras musicales c¨®micas: las llaman pantomimes. Las pantos siguen una pauta y suelen estar basadas en historias conocidas, como Aladino o Cenicienta. En la f¨®rmula est¨¢ el ¨¦xito: hay persecuciones, humor f¨ªsico y, lo que nos ocupa, panto dames. Los papeles de panto dame son roles femeninos representados siempre por hombres. Son personajes matriarcales, a menudo antag¨®nicos y revestidos de una dignidad c¨®mica que es imposible no relacionar con el drag.
Maisie visit¨® Brighton por primera vez gracias al circuito panto: el productor televisivo John Nathan-Turner (famoso por encabezar la producci¨®n de Doctor Who entre 1980 y 1989) la llam¨® a ella y a su amigo James Court, con quien formaba un d¨²o llamado The Trollettes, para representar a las ¡°hermanas feas¡±. La ciudad termin¨® convirti¨¦ndose en su hogar. David y su pareja, Don Coull, decidieron comprar una peque?a casa de hu¨¦spedes e instalarse all¨ª definitivamente. Desde 1973, Maisie no ha faltado a una sola edici¨®n del Brighton Pride.
¡°Pronto nos dimos cuenta de que nuestra historia ser¨ªa un d¨ªa en la vida de Maisie Trollette, y David muy generosamente nos permiti¨® acceder a todos los aspectos de su vida¡±, cuenta Cooper, quien decidi¨® explorar la historia de Maisie a trav¨¦s de su presente. ¡°Eso evolucion¨® a lo que espero que se haya convertido en una historia m¨¢s importante, ya que nos permiti¨® explorar las dificultades de envejecer en el colectivo LGTBI¡±.
Hoy, Maisie sigue actuando en el bar Legends de Brighton. Lo hace menos a menudo, canta menos canciones y aparece sentada en un taburete con zapatos planos, pero a sus 85 a?os es la artista drag ¨Cno le gusta el t¨¦rmino drag queen¨C de mayor edad que queda en Gran Breta?a. Su n¨²mero es vodevilesco, un poco a la antigua usanza: canta en vivo canciones de otro tiempo, bromea con su audiencia y no le da importancia a la perfecci¨®n del maquillaje. ¡°Tiro mi maquillaje al aire y me pongo debajo, y como caiga¡±, bromea David en el documental.
¡°Creo que hay espacio para todo tipo de int¨¦rpretes drag¡±, cuenta el director hablando acerca del contraste que hay entre el estilo de show de Maisie y otras artistas de su generaci¨®n y la est¨¦tica superproducida de las antiguas alumnas de Drag Race. Pero no hay antagonismo. ¡°Gracias a la popularidad de RuPaul, ha emergido tambi¨¦n el antiguo estilo pantomime del drag de Maisie. Ella canta en vivo y creo que esa interacci¨®n con la audiencia siempre tendr¨¢ un espacio en la escena¡±.
La pel¨ªcula tambi¨¦n representa el lado menos glamuroso de la vida de David. Fuera de sus actuaciones casi no hay rastro de Maisie. Hay un hombre que atiende a su jard¨ªn, quiz¨¢ con cierta dificultad, pero con esmero. En su nevera hay una nota que le recuerda tomarse la medicaci¨®n para la memoria. Pero mientras rastrilla el c¨¦sped de su peque?o jard¨ªn ingl¨¦s, bromea diciendo: ¡°Nadie pensar¨ªa que la caseta de mi jard¨ªn est¨¢ llena de vestidos de lentejuelas¡±.

Miss Jason, artista drag y amigo de David, le acompa?a en su d¨ªa a d¨ªa. Le ayuda con la casa y el jard¨ªn y tambi¨¦n a preparar sus shows. Le habla con cari?o pero tambi¨¦n con el descaro propio de una transformista: con esa mezcla de ternura y familiaridad con la que una hija habla a su madre. Al principio del film hablan acerca de la visita de Darcelle XV, la transformista en activo de mayor edad seg¨²n el Libro Guinness. Para celebrar el 85 cumplea?os de David ¨CMaisie tiene solo 50 a?os¨C ambas decanas del transformismo se encontrar¨¢n en el escenario de Legends.
La conversaci¨®n entre los dos artistas es cordial, pero son muy distintos. Darcelle es due?a de su propio local y act¨²a cinco noches a la semana; Maisie parece estar m¨¢s c¨®moda en su papel de mentora y matriarca que se prodiga cuanto puede, ni m¨¢s ni menos. David siempre se refiere a s¨ª mismo por su nombre legal, y Maisie es un personaje; Darcelle es siempre Darcelle, montada o no. Darcelle se considera una drag queen, mientras que David puntualiza que ¨¦l es un artista drag.
La pel¨ªcula trata sobre Maisie, pero es imposible hablar de Maisie sin hablar de David, y es imposible entender a David sin conocer su historia. David vivi¨® muchos de los dramas que han marcado la historia del colectivo LGTB y de los hombres homosexuales en particular: la persecuci¨®n, el VIH, la exclusi¨®n social. A trav¨¦s del drag, Maisie consegu¨ªa hacer olvidar lo peor del d¨ªa a d¨ªa a un colectivo oprimido. En ¨²ltima instancia, Maisie es una pel¨ªcula alegre. ¡°Hay muchas historias de salida del armario incre¨ªbles representadas en el cine, pero rara vez vemos el otro lado¡±. Ese otro lado que el film representa de forma fiel, pero optimista: ¡°Era importante, a pesar de explorar algunos temas profundos, que fuese una pieza de celebraci¨®n y no otra historia de trauma LGTB¡±, afirma el director.
Hoy David tiene 85 a?os y sigue actuando. Hay mucho que celebrar.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.