?Vale 4.000 euros un jersey de lana? Por qu¨¦ el punto puede llegar a ser prohibitivo (y una inversi¨®n)
Firmas de lujo refinan sus t¨¦cnicas y materiales, nuevas marcas reivindican m¨¦todos artesanales y la mezcla de texturas y grosores en una sola prenda revolucionan (y encarecen) lo que hasta ahora cre¨ªamos que era un simple su¨¦ter
Hay un ejercicio de voyeurismo muy habitual para cualquier aficionado a la moda que consiste en entrar en la tienda online de cualquier marca de lujo ¨Co en una multimarca¨C y ordenar todos los productos disponibles de mayor a menor precio. Los primeros puestos, en el pr¨ºt ¨¤ porter de las grandes firmas, siempre son para las prendas de piel, los abrigos y los acabados artesanales como el bordado o las aplicaciones de materiales valiosos. Pero, desde hace a?os, justo despu¨¦s viene el punto.
Por ejemplo: un c¨¢rdigan de lana de Celine (3.900 euros), un jersey de ochos de cachemir de Loro Piana (3.450 euros) o una chaqueta de Brunello Cucinelli (alrededor de 3.000 euros). En ocasiones la escasez o el valor de los materiales explica parte del precio ¨Ccachemir o angora¨C pero en otros la descripci¨®n de la prenda menciona simplemente la lana como ingrediente principal. Las formas tambi¨¦n var¨ªan: firmas como Prada o Loewe se han apuntado a la vertiente m¨¢s lujosa de esta categor¨ªa, con t¨¦cnicas como la intarsia ¨Cuna suerte de patchwork texturizado que mezcla distintos colores y grosores en una misma prenda¨C o los colores llamativos y los acabados at¨ªpicos de The Elder Statesman, una firma especializada en cachemir que ha irrumpido en gigantes del comercio online como Mr Porter con jers¨¦is con precios entre 800 y 3.000 euros.
El punto est¨¢ de moda: aunque pocas marcas han prescindido a lo largo de las d¨¦cadas de este material ¨C?qui¨¦n no produce un jersey de cuello redondo, una rebeca o una bufanda?¨C, en las ¨²ltimas temporadas ha ganado enteros en las colecciones. Firmas j¨®venes, como la italiana Federico Cina o la espa?ola Alled¨CMartinez, se han hecho un hueco en la industria con reinterpretaciones originales de prendas cl¨¢sicas. Incluso aunque, como comentaba Alled-Martinez a ICON, en ocasiones tengan que renunciar a ellas porque, en una ¨¦poca en que parece que cualquier tejido y prenda se puede confeccionar al instante en cualquier parte del mundo, producir punto sigue siendo insistentemente caro.
Los motivos los explica John Eccles, profesor de la Escuela de Fashion del Istituto Europeo di Design de Madrid, especialista en dise?o textil de punto y dise?o de textil plano. Para dise?ar y producir punto, hay que ocuparse de la selecci¨®n del hilo, de la galga (el tama?o de la aguja y de la m¨¢quina, que resulta en puntos abiertos y ligeros, o r¨ªgidos y compactos), del tipo de puntada y de la construcci¨®n de la prenda. Por ejemplo, hay m¨¢quinas que ya tienen incorporado el patr¨®n de la prenda, por lo que se teje directamente sin necesidad de costuras.
¡°Est¨¢ claro que en dise?o de punto hay que tener en cuenta muchas cosas. Todas las anteriores requieren m¨¢s procesos y algunas pueden tener que desarrollarse a mano; lo que significa que los precios de la prenda pueden aumentar. El incremento puede ser tal que el producto final no sea comercialmente viable para el mercado. As¨ª que, en cierta medida, puede entrar en juego el papel del gestor de producto¡±, explica.
Un ejemplo pr¨¢ctico: la firma italiana Missoni ha sido durante d¨¦cadas especialista en crear prendas de punto con intrincados motivos, colores y detalles que solo se pod¨ªan lograr gracias a m¨¢quinas desarrolladas especialmente para ellos. De ah¨ª que, aunque algunos de sus iconos, como los motivos en zigzag, hayan sido copiados por otros dise?adores, sus prendas cl¨¢sicas siguen ganando adeptos y cotizan al alza en las tiendas de segunda mano.
Son irreplicables, igual que lo eran los jers¨¦is de lana con los que Elsa Schiaparelli dio sus primeros pasos en la moda de los a?os veinte, y que ahora ocupan un lugar destacado en las vitrinas de la exposici¨®n monogr¨¢fica que le dedica el Museo de Artes Decorativas de Par¨ªs: la clave de su ¨¦xito eran sus motivos en trampantojo, pero tambi¨¦n el punto que tej¨ªa a mano una tejedora armenia exclusivamente para ella, y que ninguno de sus competidores pod¨ªa hacer. Lo mismo sucede con los jers¨¦is marineros de la casa normanda Saint James, que data de 1889 y que Francia considera como patrimonio inmaterial.
Dominar estas t¨¦cnicas no es en absoluto sencillo. Desde IED Madrid, el director de la escuela de moda, Eduardo Garc¨ªa, confirma que ¡°las ense?anzas de perfil t¨¦cnico espec¨ªfico son altamente demandadas en la industria de la moda¡± y destaca que, en los ¨²ltimos meses, la escuela madrile?a ha apostado por ¡°ampliar la maquinaria, los contenidos y los procesos vinculados al punto para que nuestros estudiantes tengan un conocimiento con el que puedan acceder al tipo de puestos que la industria reclama¡±. Parece ser que, en efecto, es una demanda del propio sector: para la publicaci¨®n especializada Business of Fashion, los dise?adores de punto son el perfil m¨¢s codiciado en un momento en que la ropa c¨®moda y deportiva gana enteros en el negocio.
Pero el precio del punto no solo deriva de los procesos necesarios para producirlo, sino tambi¨¦n de algo mucho m¨¢s fundamental: el propio material. Entre dos jers¨¦is con un patr¨®n similar, uno elaborado de fibras sint¨¦ticas o materiales naturales procesados, y uno exclusivamente confeccionado con fibras naturales tratadas de modo respetuoso, puede haber hasta 3.000 euros de diferencia. Hablamos de lujo, as¨ª que los procesos no explican del todo el precio ¨Clas firmas de lujo tienen precios elevados en ocasiones porque as¨ª lo exige su posicionamiento de marca y su sentido de la exclusividad¨C, pero s¨ª gran parte de ¨¦l. Yolanda Est¨¦vez y Pedro Castellanos, dos empresarios gallegos fundadores de Knitbrary, una singular firma de punto de lujo producido artesanalmente entre Galicia y Per¨², venden sus jers¨¦is para hombre a partir de 800 euros.
Pero aqu¨ª no hablamos de procesos industriales, sino de algo mucho m¨¢s antiguo: las labores de punto a mano, con aguja o con telares artesanales y muy peque?os, que hacen en colaboraci¨®n con un taller en Per¨² y en el que cada prenda, con solo materiales de calidad y te?ida individualmente con tintes naturales, se elabora bajo pedido o para una reducida red de puntos de venta. Su posici¨®n les da un conocimiento profundo del sector. ¡°La demanda de hilados 100% naturales, aunque est¨¢ creciendo, es baja y por eso mismo existe poca oferta. Un hilado 100% natural tiene un precio bastante m¨¢s elevado que el del que se ha mezclado con fibras sint¨¦ticas. Tambi¨¦n existen diferencias dentro de los propios hilados 100% naturales, no es lo mismo un hilado 100% vicu?a, del que se produce muy poca cantidad al a?o ya que la poblaci¨®n de vicu?as, una especie protegida y salvaje, es muy peque?a, que el hilado 100% cachemir, donde existe una sobreexplotaci¨®n importante¡±.
De ah¨ª que el aprovisionamiento de fibras naturales se haya convertido, en los ¨²ltimos a?os, en un campo de batalla. El cachemir es el nuevo petr¨®leo y, tal y como comentan los fundadores de Knitbrary, su demanda da lugar a fen¨®menos tan pol¨¦micos como la degradaci¨®n de Mongolia, cuya producci¨®n de cachemir se ha multiplicado de forma vertiginosa en la ¨²ltima d¨¦cada para abastecer al n¨²mero creciente de marcas que lo incluyen en su repertorio. De ah¨ª la disparidad de precios.
En origen, el cachemir era un material casi legendario cuya obtenci¨®n revest¨ªa rasgos m¨ªticos. En ciertas zonas de Mongolia, las cabras de Cachemira pastan entre espinos en los que quedan prendidos mechones de lana. Eran estos mechones los que, recolectados por los pastores, popularizaron el cachemir como un material extraordinario y escaso. Estas fibras, largas y desprendidas de forma natural del pelaje de los animales, son las m¨¢s resistentes y, tejidas del modo adecuado, proporcionan mucho calor con un peso m¨ªnimo: son las famosas pashminas, vaporosas y casi transparentes, que fueron uno de los primeros productos elaborados con este material. Hoy, sin embargo, es posible encontrar jers¨¦is de cachemir en grandes cadenas de moda asequible por precios que rondan los cien euros. El material es el mismo, pero cambian los procesos; por ejemplo, el cachemir esquilado es m¨¢s fr¨¢gil y de peor calidad que el peinado, es decir, el que se obtiene peinando manualmente a las cabras para que se desprendan naturalmente de las fibras.
Para sobrevivir en un mercado tan salvaje y liberalizado como el de las piedras preciosas o los metales necesarios para producir dispositivos electr¨®nicos, algunas marcas f¨ªan parte de su estrategia a estructuras verticales, que implican que la misma empresa se encarga de la cr¨ªa y pastoreo de las cabras, el esquilado, el hilado de las fibras y la confecci¨®n y comercializaci¨®n de las prendas. La italiana Zegna es pionera en este campo; desde hace a?os cuenta con reba?os propios en distintas zonas del mundo, y en los ¨²ltimos tiempos ha llevado a cabo movimientos estrat¨¦gicos para asegurarse el suministro. Por un lado, en julio de 2019 adquiri¨® Dondi, una f¨¢brica especializada en punto de calidad. Por otro, este a?o ha lanzado Oasi Cashmere, una firma cuyo nombre remite a Oasi Zegna, la reserva natural protegida por la firma en Trivero (Italia), y que aspira a lograr la trazabilidad absoluta de todo su cachemir en 2024. Sus jers¨¦is minimalistas en tonos neutros, elaborados en cachemir, cuentan con un c¨®digo QR que permite al usuario trazar su historia y su precio de venta al p¨²blico est¨¢ en torno a los mil euros. La colecci¨®n tambi¨¦n incluye sobrecamisas, pantalones y chaquetas que revelan el zeitgeist en el que adquieren sentido: ya desde antes de la pandemia la demanda de sastrer¨ªa ¨Cuna de las especialidades de Zegna desde siempre¨C hab¨ªa deca¨ªdo a favor de prendas de punto, c¨®modas y f¨¢ciles de llevar, que recuerdan a la ropa deportiva pero con cortes sofisticados y materiales de lujo.
No es el ¨²nico caso. Chanel cuenta con una f¨¢brica de cachemir en Escocia para satisfacer la demanda de sus colecciones m¨¢s lujosas, y marcas italianas como Loro Piana y Brunello Cucinelli se han hecho un hueco en el mercado gracias a prendas de punto sencillas y extremadamente lujosas. Loro Piana cuenta con la legitimidad de los pioneros, puesto que fue una de las primeras empresas en especializarse en este material en una ¨¦poca en que las grandes firmas prefer¨ªan apostar por los vaqueros y los logos. Brunello Cucinelli f¨ªa su legitimidad a un imaginario muy particular, que tiene que ver con las condiciones laborales de los empleados de Solomeo, el pueblo medieval que el empresario ha restaurado para instalar all¨ª una suerte de ed¨¦n neoartesanal que sonar¨ªa casi como un proyecto del socialismo ut¨®pico ¨Co una materializaci¨®n de la teolog¨ªa de Santo Tom¨¢s de Aquino, de la que Cucinelli se declara admirador¨C si no fuese porque sus lujos¨ªsimas prendas son las m¨¢s codiciadas por un p¨²blico que valora su dise?o discreto y relato humanista.
Es en esa esfera donde reside parte del magnetismo del punto. Los fundadores de Knitbrary aluden a esa atracci¨®n inmaterial que producen sus prendas. ¡°El punto es nuestra raz¨®n de ser, y no solo el punto, sino el punto trabajado de una determinada forma, mimando y cuidando mucho el proceso y respetando los tiempos del trabajo manual¡±, explican. ¡°Para nosotros las piezas de punto est¨¢n muy vinculadas a las emociones, desde que nacen hasta que las vivimos. Creamos piezas honestas y ¨²nicas preservando un legado, una herencia cultural. Nuestros clientes son sensibles al trabajo artesanal, a la historia que hay detr¨¢s de cada una de nuestras piezas. Valoran la calidad, la dedicaci¨®n y la belleza de la imperfecci¨®n. Buscan piezas responsables con las que puedan establecer un v¨ªnculo emocional a lo largo del tiempo¡±.
Tal vez ese v¨ªnculo afectivo, ligado a la artesan¨ªa y a materiales que evocan la calidez de lo dom¨¦stico, explique mejor que toda la geopol¨ªtica del mundo por qu¨¦ el punto se ha convertido en la fibra m¨¢s deseada en el coraz¨®n de un sector que, a pesar de lo que se suele pensar, no solo vive de logos, zapatillas y bolsos.
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