John Lynch, el irland¨¦s salvaje: ¡°Algunos dejan de beber cuando notan que les sienta mal el alcohol, yo hac¨ªa lo contrario¡±

Como buen hijo de cat¨®lico norirland¨¦s, John Lynch (Coventry, 1961) se alegra de que Francia haya eliminado a Inglaterra en el Mundial. Esta entrevista se realiza un d¨ªa despu¨¦s de que la Argentina de Messi haya sellado su pase a la final. Est¨¢ de paso por Madrid para promocionar el estreno de la segunda temporada de The Head (HBO Max), un thriller creado por Ran Tellem, dirigida por el espa?ol Jorge Dorado y producida por The Mediapro Studio. El actor est¨¢ preocupado por saber si en el hotel donde est¨¢ alojado podr¨¢ ver la segunda semifinal, que se disputa esta misma noche. La ver¨¢ con sus amigos, pero no probar¨¢ ni una gota de alcohol. Lleva 20 a?os sobrio. Lo dej¨® poco despu¨¦s de protagonizar y coescribir el biopic de George Best, uno de los mejores futbolistas brit¨¢nicos de la historia que tambi¨¦n padeci¨® serios problemas con la bebida.

Lynch frecuentaba muchos bares, pero nunca si estaban en un barrio con mayor¨ªa protestante. No era bienvenido. Fueron muchos a?os de meterse en la piel de miembros o simpatizantes del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA). Desde Paul Hill (uno de los Cuatro de Guildford) en El nombre del padre (1993), hasta Bobby Sands (que falleci¨® en 1981 haciendo una huelga de hambre en la prisi¨®n de Maze) en El nombre del hijo (1996). Era el rostro no oficial del sufrimiento nacionalista irland¨¦s, y se siente orgulloso de ello. ¡°Fue mi contribuci¨®n a la causa¡±, explica. ¡°Eran pel¨ªculas que hablaban de la realidad que viv¨ªa, del miedo que sent¨ª desde que ten¨ªa nueve a?os y llevaba a nuestro barrio el ej¨¦rcito brit¨¢nico¡±.

Lo que vivi¨® en su infancia determin¨® toda su carrera. Su padre y su madre se conocieron en Inglaterra. Ella emigraba de Italia y ¨¦l de Irlanda del Norte. Se enamoraron, tuvieron hijos y en 1969 recogieron sus cosas para instalarse definitivamente en el infierno, que en aquellos a?os se llamaba Irlanda del Norte. Dentro de todo lo malo escogieron lo peor. Se mudaron al sur del condado de Armagh, que entonces era la regi¨®n m¨¢s militarizada de toda Europa occidental, debido a la fuerte presencia de efectivos del IRA Provisional. Estaban en la frontera. En mitad del camino que separa Dubl¨ªn y Belfast, que entonces era una de las ciudades m¨¢s peligrosas del mundo. Los protestantes irlandeses eran partidarios de permanecer en el Reino Unido, y los cat¨®licos peleaban por la independencia.

Lynch se crio en una familia cat¨®lica. Entre las barricadas y el olor a gasolina de los c¨®cteles molotov. Como el ni?o con el que Kenneth Branagh retrata su infancia en Belfast. Cuenta que su propio abuelo perteneci¨® al IRA. ¡°La tensi¨®n pol¨ªtica estaba en las calles y en casa, no hab¨ªa manera de escapar¡±. El ej¨¦rcito brit¨¢nico no era bienvenido en su ciudad. Desde peque?o aprendi¨® a estar en constante alerta, a sospechar de todo el mundo. ¡°Cada d¨ªa, cuando ten¨ªa 10 u 11 a?os, hac¨ªa un recorrido m¨¢s largo de lo normal al salir del colegio para evitar cruzarme con la polic¨ªa brit¨¢nica. Procuraba evitar la carretera por todos los medios¡±. ¡°Lo ¨²nico que ten¨ªamos claro¡±, dice, ¡°es que el ej¨¦rcito brit¨¢nico no era nuestra gente¡±.

Empapado de este sentimiento nacionalista, no extra?a que diese sus primeros pasos como actor haciendo papeles en irland¨¦s, animado por un profesor del instituto. Su primera gran oportunidad le lleg¨® con solo 22 a?os, sin ni siquiera haber terminado su formaci¨®n en la escuela de arte dram¨¢tico de Londres. Protagoniz¨® Cal (Pat O?Connor, 1984), la historia de un joven del IRA que se enamora de Marcella (Helen Mirren), una mujer cat¨®lica, cuyo marido, un polic¨ªa protestante, hab¨ªa sido asesinado un a?o antes a manos del grupo terrorista.

Encaj¨® perfectamente en el papel. Tanto que en los siguientes a?os lo ir¨ªa repitiendo en sucesivas pel¨ªculas con ligeras variaciones. Ayud¨® su rostro atormentado, y los a?os de preparaci¨®n en el paisaje oscuro y b¨¦lico de Irlanda del Norte. Asegura que tuvo muchas dudas antes de aceptar la tarea de interpretar a Bobby Sands, uno de los grandes s¨ªmbolos del movimiento nacionalista irland¨¦s, que falleci¨® en prisi¨®n tras 66 d¨ªas sin comer. ¡°Hab¨ªa pasado muy poco tiempo desde que muri¨® haciendo huelga de hambre, y pens¨¦ que si sal¨ªa mal, mucha gente podr¨ªa sentirse ofendida¡±, comenta.

Grandes directores como Jim Sheridan, Neil Jordan o Ken Loach se acercaron al conflicto norirland¨¦s, dejando por el camino pel¨ªculas muy notables. Lynch tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de ellos, y tambi¨¦n con Daniel Day-Lewis, ganador de tres premios Oscar. ¡°Cuando trabajas con ¨¦l te das cuenta de por qu¨¦ es uno de los actores m¨¢s grandes de la historia del cine¡±. Recuerda que antes de empezar el rodaje de En el nombre del padre, Jim Sherindan les cit¨® en un bar para comentar algunos detalles de ¨²ltima hora. ¡°Ya hab¨ªa visto a Daniel unas cuantas veces antes de ese encuentro, aunque todav¨ªa no ¨¦ramos amigos¡±, comenta. ¡°Apareci¨® en el bar hablando con su acento natural, de Londres. Una semana despu¨¦s le volv¨ª a ver para el inicio del rodaje, y de pronto me encontr¨¦ con una persona que ten¨ªa un perfecto acento del oeste de Belfast. Y as¨ª sigui¨® durante todo el rodaje. Nunca he visto un compromiso igual en toda mi carrera como actor¡±.

La reputaci¨®n de Lynch, en cambio, fue puesta en tela de juicio por muchos productores durante los a?os que m¨¢s afectado estuvo por su adicci¨®n al alcohol. Sus problemas con la bebida empezaron desde que era muy joven. ¡°Hay gente que deja de beber cuando nota que le sienta mal el alcohol. Yo hac¨ªa b¨¢sicamente lo contrario¡±. Hubo problemas en algunos rodajes. Insultos a productores y comportamientos violentos. ¡°Primero el hombre toma un trago, despu¨¦s el trago toma al hombre¡±, se?ala.

Nadie quer¨ªa trabajar con ¨¦l. ¡°En ese momento estaba arrinconado¡±. Fue justo despu¨¦s de terminar el biopic de Best, que ¨¦l hab¨ªa pagado de su propio bolsillo. Empez¨® a indagar en su enfermedad. Logr¨® dejar de beber y se propuso enderezar su vida. No ten¨ªa ninguna oferta encima de la mesa. Record¨® que desde peque?o le hab¨ªa gustado la literatura, y decidi¨® sentarse a escribir. ¡°Utilic¨¦ la escritura no como terapia, sino como una forma de ser honesto conmigo mismo¡±. Los cinco primeros meses ¡°fueron terribles¡±, no le sal¨ªa nada. Sigui¨® insistiendo y de pronto se encontr¨® con una historia. ¡°Termin¨¦ de escribir la novela y se la mand¨¦ a un editor en Dubl¨ªn¡±. La respuesta fue positiva. El libro, Torn Water, se public¨® en 2005, y obtuvo buenas cr¨ªticas. ¡°Si tuviera que elegir el momento m¨¢s importante de toda mi carrera, me quedar¨ªa con el d¨ªa en el que lleg¨® la primera copia del libro a mi casa¡±, comenta.

Ya va por su cuarta novela. Vive en Niza, con su esposa Christine. No olvida los a?os oscuros que vivi¨® en Irlanda del Norte, y se alegra de haber dejado atr¨¢s los a?os de violencia. ¡°El 98% de los irlandeses est¨¢n convencidos de que el ¨²nico camino es el di¨¢logo¡±, asegura.

Su ¨²ltimo proyecto es la serie The Head, con producci¨®n y direcci¨®n espa?olas. Arthur Wilde, el personaje al que interpreta, es uno de los pocos supervivientes de la anterior temporada que se ha mantenido para dar continuidad a los nuevos cap¨ªtulos. Han cambiado el centro de investigaciones en la Ant¨¢rtida ¡ªdonde se desarrolla la primera parte de la trama¡ª por un barco en alta mar. Mantienen los escenarios claustrof¨®bicos, que en su mayor parte han sido grabados en Espa?a.

Tiene a sus espaldas una s¨®lida carrera cinematogr¨¢fica, m¨¢s como secundario imprescindible que como gran protagonista. En la serie La caza (2013), protagonizada por Gillian Anderson, interpret¨® a Jim Burns, un jefe de polic¨ªa atormentado en busca de un asesino en serie en las calles de Belfast. ¡°El escritor de la serie utiliz¨® muy bien esas sombras en las que crec¨ª y de las que trat¨¦ de escapar. Irlanda del Norte est¨¢ empezando a superar lo que ha sucedido, y de esa sombra de muerte emerge este asesino en serie. Es totalmente cre¨ªble que la ciudad pueda engendrar a alguien como ¨¦l¡±.

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