Kraftwerk, los cuatro tipos que sin cantar ni bailar ni tocar en directo han sido m¨¢s influyentes que los Beatles
El grupo electr¨®nico alem¨¢n inicia este lunes una nueva gira que los traer¨¢ por cinco ciudades espa?olas para recordar a las nuevas generaciones que hasta el Motomami Tour no ser¨ªa posible sin lo que ellos hicieron hace casi 50 a?os
Cuando el a?o pasado arranc¨® la gira de Motomami, de Rosal¨ªa, mucha gente se ech¨® las manos a la cabeza diciendo que aquello no era un concierto en directo, ya que no se ve¨ªa en el escenario a ning¨²n m¨²sico tocando nada. Cuando Daft Punk aparecieron ocultando su identidad bajo unos cascos y sin saber qu¨¦ hac¨ªan exactamente en sus conciertos, m¨¢s de uno se aventur¨® a pensar que bajo esos disfraces de robot podr¨ªa estar cualquiera, simplemente haciendo el parip¨¦, y que, como una franquicia del tipo Cirque du Soleil, podr¨ªa haber giras simult¨¢neas de Daft Punk en diferentes lugares del mundo al mismo tiempo y el espectador no encontrar¨ªa diferencia entre unas y otras.
El concepto, la idea, era m¨¢s importante que los m¨²sicos que estuvieran detr¨¢s. Cuando se comenzaron a generalizar los conciertos de m¨²sica electr¨®nica en los que solo se ve una mesa, un ordenador port¨¢til y una persona mir¨¢ndolo y manipul¨¢ndolo con cara de concentraci¨®n, con m¨¢s aspecto de oficinista que de estrella del pop, gran parte del p¨²blico predijo un fraude al no tener nunca la certeza de si aquella persona estaba haciendo algo musical o estaba revisando su correo electr¨®nico.
Pero, a quien haya visto alguna vez un concierto de Kraftwerk, nada de esto le resultar¨¢ extra?o. Todo ya estaba inventado o anticipado desde los a?os setenta del siglo pasado por unos visionarios procedentes de Dusseldorf (Alemania) que rompieron todos los esquemas preconcebidos y allanaron el camino para que centenares, miles, tal vez millones de artistas posteriores, lo tuvieran m¨¢s f¨¢cil. Si hay un consenso en la m¨²sica popular que apunta a que The Beatles ha sido el grupo m¨¢s influyente de la historia, esa idea solo ha sido refutada por quienes piensan que Kraftwerk, con m¨¢s de 50 a?os en activo, poseen una importancia superior. Los de Liverpool innovaron sobre algo que ya se estaba haciendo, mientras que los de Dusseldorf rompieron con todo lo que exist¨ªa antes y crearon algo completamente nuevo.
Una prueba: circula en Youtube un v¨ªdeo datado en 1970 en el que los dos miembros fundadores de la banda alemana, Ralf H¨¹tter y Florian Schneider (fallecido en 2020), emiten unos desconcertantes ruidos con una bater¨ªa que suena como una caja de ritmos y una especie de guitarra-teclado con efectos indefinibles mientras que el at¨®nito p¨²blico observa o aplaude pregunt¨¢ndose, probablemente, qu¨¦ demonios era eso, incluso sin tener claro si molaba o no. Era solo el comienzo.
Cuando salieron de gira fuera de Alemania por primera vez, en 1975, Kraftwerk ya era un cuarteto ¡ªcompletado por Karl Bartos y Wolfgang Fl¨¹r¡ª que utilizaba solamente instrumentos electr¨®nicos, mientras que las voces eran procesadas por un sintetizador denominado Vocoder. Pocos lo comprendieron en su momento, como demuestran algunas de las cr¨®nicas que se publicaron de sus conciertos. Un ejemplo: en 1976, el periodista brit¨¢nico Barry Miles, tras verlos en la sala Roundhouse de Londres, titul¨® as¨ª su cr¨ªtica para la revista Melody Maker: ¡°Vuestros padres lucharon en la guerra para salvaros de esto¡±.
Pero otras mentes m¨¢s abiertas les rindieron pleites¨ªa autom¨¢ticamente. Fue el caso de David Bowie, quien, adem¨¢s, contribuy¨® a popularizar a la banda. ¡°Bowie sol¨ªa decirle a todo el mundo que ¨¦ramos su grupo favorito y, a mediados de los setenta, la prensa de rock se aferraba a cada palabra que sal¨ªa de su boca¡±, declar¨® Ralf H¨¹tter a la revista Mojo. El autor de Ziggy Stardust descubri¨® la m¨²sica electr¨®nica gracias a Autobahn (1974), el cuarto ¨¢lbum de Kraftwerk, y siempre reconoci¨® que el influjo de ellos fue un acicate para emprender su etapa berlinesa. H¨¹tter y Scheneider le devolvieron el favor rindi¨¦ndole homenaje en la letra de Trans-Europe Express (1977), que dec¨ªa ¡°de estaci¨®n en estaci¨®n y de regreso a Dusseldorf, nos reunimos con Iggy Pop y David Bowie¡±. La explosi¨®n punk y, sobre todo, la del post-punk, cambiaron el clima cultural y lo hicieron m¨¢s receptivo para acoger a los de D¨¹sseldorf. Desde entonces, su influencia no ha dejado de crecer.
De concepto visionario a pieza de museo
¡°El cambio de paradigma que represent¨® su m¨²sica es similar al que puede propiciar la Inteligencia Artificial en estos momentos¡±, afirma Luis Lles, cr¨ªtico musical y ex director del Festival Periferias de Huesca. ¡°Sacar la experimentaci¨®n electr¨®nica del terreno inh¨®spito de la m¨²sica cl¨¢sica contempor¨¢nea en el que se encontraba para llevarla al territorio del pop fue revolucionario y derrib¨® muchos esquemas. Todo ello por no hablar de la mastod¨®ntica influencia que Kraftwerk ha tenido en todo lo que ha venido despu¨¦s: el synth pop, los nuevos rom¨¢nticos, el electro, el house el techno y cualquier corriente electr¨®nica surgida a partir de los ochenta. Y a ello hay que a?adir la fascinaci¨®n creada por su imagen conceptual: el hombre-m¨¢quina, el mutante hombre-robot, el hombre bi¨®nico; de alguna forma, una concepci¨®n visionaria muy adelantada a su ¨¦poca¡±.
Realmente la ¨¦poca que marca el canon kraftwerkiano, el que atesora su mayor influjo, se puede comprimir en siete a?os: los transcurridos entre el citado Autobahn, Radio-Activity (1975), Trans-Europe Express (1977), The Man-Machine (1978) y Computer World (1981). Su caudal creativo en el estudio (otro mito, el de su base de operaciones, denominada Kling Klang, y cuya localizaci¨®n siempre han mantenido en secreto) era impresionante, pero la banda se mostraba mucho m¨¢s reacia a tocar en directo. Un factor clave eran las dificultades tecnol¨®gicas con las que se encontraban para hacerlo. En su gira de 1981 ¡ªque pas¨® por el Palau Blaugrana de Barcelona, su primera vez en Espa?a¡ª tuvieron que llevar su estudio pieza por pieza para poder reproducir su sonido. Luego grabar¨ªan dos ¨¢lbumes m¨¢s, que evidenciaban una decadencia compositiva: Electric Caf¨¦ en 1986, y Tour de France Soundtracks en 2003. En realidad, obtuvo mucha m¨¢s relevancia su primer ¨¢lbum en directo: Minimum-Maximum, que se public¨® en 2005 con aclamaci¨®n de la cr¨ªtica especializada. Y tambi¨¦n marcaba un cambio importante en la filosof¨ªa del grupo: ¡°En los a?os setenta, Kraftwerk era el hombre manejando la m¨¢quina, y no una pieza de museo¡±, declaraba recientemente H¨¹tter, quien siempre ha definido a su proyecto como un concepto multimedia y no un mero grupo de m¨²sica.
En los ¨²ltimos 20 a?os, Kraftwerk no ha dejado de tocar en directo por todo el mundo, sin publicar material nuevo. Celebran su legado pero, al tiempo, lo reinventan ligeramente con las nuevas tecnolog¨ªas, incluido el concepto 3D que llevan desde hace unos a?os. El p¨²blico no es muy consciente de lo que hacen en directo pero, seg¨²n ellos, hay cierta manipulaci¨®n manual y siempre se transforman un poco las canciones sobre la marcha, aunque el mayor trabajo est¨¢ verdaderamente en los visuales. Su formaci¨®n actual la lidera H¨¹tter a la voz y sintetizadores (el ¨²nico superviviente desde los inicios del grupo, con 76 a?os) junto a Henning Schmitz, que se encarga de los teclados y efectos sonoros, y dos t¨¦cnicos de v¨ªdeo en directo: Falk Grieffenhagen y Georg Bongartz.
Lo de la pieza de museo, por cierto, no es un eufemismo. En 2004, Kraftwerk tocaron al completo sus ocho ¨²ltimos ¨¢lbumes, desde Autobahn en adelante, uno cada noche y en orden cronol¨®gico, en la Tate Modern de Londres. En 2012 hicieron lo propio en el MoMA de Nueva York y, en 2019, en el Guggenheim de Bilbao. Eso lo han ido alternando con su show en 3D, que reproduce, b¨¢sicamente, el mismo repertorio de Minimum-Maximum, y que desarrollan en festivales y grandes recintos.
El ritual de lo habitual frente a la maldici¨®n de la creatividad
¡°Parece una especie de maldici¨®n. No s¨¦ a qu¨¦ se debe exactamente, pero por alguna extra?a raz¨®n la creatividad de la gran mayor¨ªa de los artistas de la m¨²sica electr¨®nica se agota pronto¡±, reflexiona Luis Lles. ¡°No hay carreras tan longevas como las que se dan en el pop o el rock. Jeff Mills o Alva Noto, que siguen sacando buenos y abundantes discos, ser¨ªan excepciones, pero Kraftwerk, desde luego, no lo es. Resulta dif¨ªcil creer que vayan a sacar material nuevo. Ir a verles en directo ahora mismo supone, m¨¢s que nada, un ritual. Ni siquiera a nivel visual han evolucionado mucho en los ¨²ltimos a?os, salvo el detalle de las gafas 3D, y el hecho de que sus giras se hayan vuelto tan frecuentes ¨²ltimamente, con solo Ralf al frente de la nave y con miembros intercambiables, aunque eso encaje muy bien en su filosof¨ªa sevillasonal, no me acaba de convencer. Siempre pens¨¦ que ir a un concierto de Kraftwerk era algo muy especial y exclusivo. Sin querer sonar elitista, el que se haya convertido en algo normal y habitual creo que le quita atractivo. S¨ª, desde hace ya unos a?os sus conciertos son una especie de autocelebraci¨®n de su enorme herencia, pero sin la excitaci¨®n que produce el esperar algo nuevo¡±, a?ade este especialista en m¨²sica electr¨®nica, que los ha visto en directo siete veces.
La mejor, dice, fue en el Teatro Municipal Miguel Fleta, en Zaragoza, en 1991, en la segunda gira que los tra¨ªa por Espa?a despu¨¦s de aquel m¨ªtico paso por Barcelona 10 a?os antes. ¡°Tambi¨¦n fue especialmente emocionante la primera vez que actuaron en el S¨®nar, en 1998, porque signific¨® el reconocimiento ¡°oficial¡± a la brutal influencia que han tenido en el universo de la m¨²sica electr¨®nica¡±, rememora.
¡°Ready made¡±, de nuevo en Espa?a
Esta nueva gira europea, eso s¨ª, ofrecer¨¢ la posibilidad de ver a esa pieza de museo descontextualizada en otros lugares hist¨®ricos, casi como aliens ca¨ªdos de una nave espacial a modo de renovaci¨®n del dada¨ªsmo. Estar¨¢n, por ejemplo, en la Acr¨®polis de Atenas, en el Trinity College de Dublin o en un anfiteatro de Florencia, adem¨¢s de en la Plaza de Espa?a de Sevilla (Ic¨®nica Fest, este lunes 3 de julio), el 21 de julio actuar¨¢n en el Pantano de Lanuza, en el Festival Pirineos Sur; el 26 en el Alicante Summer Festival, el 27 en el Universal Music Festival (en el Teatro Real de Madrid, que, recordemos, hace 22 a?os se neg¨® a que tocara Bj?rk por resultar demasiado moderna), y el 29 estar¨¢n en los Jardines de Terramar en Sitges.
Es inevitable finalizar pregunt¨¢ndole a Lles, que tambi¨¦n fue director de Pirineos Sur, por el paso de Kraftwerk por el festival. ¡°La posibilidad de verlos en el pantano de Lanuza, rodeados de monta?as, creo que va a ser un momento m¨¢gico. Es sacar a Kraftwerk de su contexto y colocarles en lo que, en principio, parece el escenario m¨¢s antit¨¦tico respecto a lo que representan: el grupo futurista de los hombres-m¨¢quina tocando en la naturaleza m¨¢s primigenia. Lo m¨¢s artificial en el medio m¨¢s natural. Pero, al fin y al cabo, tiene su coherencia. Kraftwerk siempre dijeron que la m¨²sica que hac¨ªan era el folclore del futuro. Ten¨ªan que acabar tocando en un festival que onde¨® desde sus inicios la bandera de las m¨²sicas del mundo y de ra¨ªz¡±.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.