La banda Mujeres: ¡°Por fin parece que est¨¢ llegando nuestro momento. Solo hemos esperado 16 a?os¡±
El grupo de rock barcelon¨¦s lanza ¡®Desde flores y entra?as¡¯, un disco ¡°centrado en las emociones¡±, y disfruta del buen momento de la m¨²sica de guitarras con una gira que le llevar¨¢ por salas de toda Espa?a
El m¨¦todo del grupo Mujeres para componer canciones se basa, cuenta el tr¨ªo, en rellenar la ¡°especie de tarareo flotante¡± con que empiezan a construirlas. ¡°Primero est¨¢ el traje del lenguaje, la fon¨¦tica, la sonoridad. Y luego ya le ponemos la sem¨¢ntica y el sentido¡±, describe el bajista Pol Rodellar (42 a?os). En ocasiones hay palabras que entran m¨¢s veces de la cuenta porque siempre encajan bien: el cantante y guitarrista Yago Alcover (39) se percat¨®, revisando las letras, de que hab¨ªan repetido demasiados adverbios acabados en ¡°mente¡± en un disco. Las palabras que m¨¢s repetir¨¢n los integrantes de la banda, todos barceloneses, durante esta entrevista ser¨¢n ¡°azar¡± y ¡°azaroso¡±, algo quiz¨¢ llamativo en una banda al filo de lo estajanovista que lleva en marcha desde 2007, menos abonada a la suerte que a la pujanza. ¡°El proceso es como el de un collage. Las letras son di¨¢fanas, pero la manera en que se manifiestan es muy azarosa¡±, dice, por ejemplo, Alcover. El bater¨ªa Arnau Sanz (39) desarrolla: ¡°En el local es donde mejor sale. Nos gustaban mucho Los Saicos porque ten¨ªan siempre ese tipo de frases muy claras y potentes. No piensas en nada, de pronto Pol grita ¡®?No puedo m¨¢s, no puedo m¨¢s!¡¯ y ah¨ª tienes la frase¡±. ¡°Estaba pidiendo ayuda y ellos hicieron una canci¨®n¡±, bromea lac¨®nico el aludido.
No puedo m¨¢s es una de las 17 canciones que conforman Desde flores y entra?as, el ¨²ltimo disco de Mujeres, que edita Sonido Muchacho y se public¨® el pasado 6 de octubre. Un nuevo paso adelante, en t¨¦rminos de sonido y tambi¨¦n de estilo, para una banda de evoluci¨®n poco previsible, aunque no por ello incoherente. En sus primeros discos, Mujeres era un grupo garajero que cantaba en ingl¨¦s. Ahora se definen abiertamente como pop rock (aunque sin dejar de lado distorsiones ni ruidismos) y hacen letras en espa?ol desde que, una vez m¨¢s, el azar les alumbrase el camino.
¡°Me acuerdo perfectamente de una noche en Madrid, en la sala El Sol. Fue tocar Vivir sin ti y la gente empez¨® a cantar, nos impresion¨® mucho, se vino todo el mundo arriba¡±, rememora Yago Alcover. ¡°Hasta entonces hac¨ªamos canciones en castellano de manera muy testimonial. Sent¨ªamos que quedaba caricaturesco, como con un aire de pastiche nost¨¢lgico, de volver al yey¨¦. En ingl¨¦s parece que todo tiene m¨¢s rigor¡±. El pop, en cualquier caso, siempre estuvo ah¨ª. ¡°El garage que escuch¨¢bamos cuando empezamos miraba m¨¢s a lo que estaba pasando en Estados Unidos, a grupos tipo Black Lips, Jacuzzi Boys o Reigning Sound, y no tanto al de los ochenta, que no era tan mel¨®dico. Lo que hac¨ªan estas bandas contempor¨¢neas era m¨¢s pop¡±, cuenta Arnau Sanz. Las letras son un trabajo colectivo, si bien las melod¨ªas suelen correr a cuenta de Alcover. ¡°Y creo que es muy bueno en eso¡±, a?ade Sanz ri¨¦ndose antes de concluir: ¡°por algo le llamamos El Jilguero¡±.
Aunque en el corte Temporal sentimental, del ¨²ltimo disco, la banda realice una aseveraci¨®n del calibre de ¡°Lo bueno que nos merecemos jam¨¢s superar¨¢ lo malo que nos merecemos¡±, Mujeres no tratan de encubrir ning¨²n deprimente fatalismo bajo sus melod¨ªas. ¡°Hay gente que dice que nuestras letras hablan de destrucci¨®n personal, sobre todo tras Siento muerte [su disco de 2020], pero m¨¢s bien nos movemos en la tragicomedia, en tomarnos el desastre con humor¡±, aclara el cantante. ¡°Lo que m¨¢s gracia nos hace son las contradicciones o las paradojas, intentarte prometer cosas que luego no cumples¡±. No tienen, ciertamente, muchos motivos para agachar la cabeza ahora: el grupo reconoce vivir una etapa comercial ¡°buena¡±, en la que han podido dejar en pausa las actividades profesionales que compaginaban ¨CYago es profesor de universidad, Pol periodista y dise?ador y Arnau autor de c¨®mics¨C y llenar su agenda con varias decenas de conciertos hasta, al menos, abril de 2024. ¡°Por fin parece que nuestro momento est¨¢ llegando¡±, se destensa el vocalista sobre un sill¨®n de la sede de Sonido Muchacho en Madrid, donde tiene lugar el encuentro. ¡°Solo hemos esperado 16 a?os¡±, apostilla Pol Rodellar.
Ambicioso en cuanto a instrumentaci¨®n y producci¨®n, donde, igual que en Un sentimiento importante (2017) y Siento muerte, repite Sergio P¨¦rez (del d¨²o Svper), Mujeres define Desde flores y entra?as como ¡°el disco m¨¢s centrado en las emociones¡± de su carrera, ¡°y tal vez el que las mira m¨¢s diferente¡±. Un desasosiego plasmado en las composiciones y en su ejecuci¨®n, en una delgada l¨ªnea entre la crudeza del sonido y la refinaci¨®n de ciertos arreglos o detalles, donde el teclado tiene mucha m¨¢s presencia. Por momentos, como un punk delicado. ¡°El propio t¨ªtulo ya habla de un vaciado, as¨ª como el hecho de que contenga 17 canciones¡±, explica Rodellar. ¡°Es un canto a expresarse, a contar los problemas, abrazarlos y aceptarlos como parte de ti, un intento de romper clich¨¦s y no tener miedo a ense?ar los sentimientos, ni a mostrar o expresar las emociones¡±. Mujeres: nuevas masculinidades.
¡°Sin duda, la connotaci¨®n que ten¨ªa nuestro nombre cuando nos fundamos hace 16 a?os era distinta¡±, dice con seriedad Alcover, sobre la posibilidad de que una banda llamada Mujeres suene a chanza en tiempos donde hay m¨¢s preocupaci¨®n por la representatividad femenina en la m¨²sica. ¡°En principio, nos distanciamos un poco de cualquier problema que pueda haber con esto. No le hemos dado nunca mucha importancia y tampoco nos parece que nadie se haya molestado, m¨¢s all¨¢ de preguntarnos por pura curiosidad. Es verdad que hay gente que asume cosas que no son, pero no lo elegimos para hacer ninguna broma¡±. Arnau Sanz agrega: ¡°En su momento, la gente nos comentaba ¡®Hostias, Mujeres mola mucho, ?c¨®mo es que no estaba pillado? ?C¨®mo se le hab¨ªa ocurrido a nadie antes?¡¯. Simplemente nos gustaba el sonido de la jota y la erre juntas, cuando montas un grupo eliges el que tiene m¨¢s sonoridad. En ese momento nos pareci¨® que el mejor era ese, igual que al d¨ªa siguiente podr¨ªa haber sido cualquier otro¡±. S¨ª, lo han adivinado. ¡°Es un poco el azar¡±.
El regreso del rock
Un factor que ha contribuido a que las canciones de Mujeres alcancen mayor proyecci¨®n es el paulatino regreso al mainstream y renovaci¨®n juvenil de la m¨²sica de guitarras. ¡°En Madrid surgi¨® toda esta escena de Axolotes Mexicanos, Carolina Durante, Cari?o, La Paloma o Aiko el Grupo y nos pusieron en el mismo saco¡±, reflexiona Sanz. ¡°Y s¨ª que nos sentimos cerca de esa manera de hacer y de entender el pop de guitarras. Es curioso, porque cuando empezamos nos cost¨® nuestros seis o siete a?os venir a Madrid con la tranquilidad de saber que tendr¨ªamos p¨²blico. Antes de la explosi¨®n de la m¨²sica urbana, en Barcelona la escena estaba mucho m¨¢s viva, conectada con ciudades como Oviedo o Valencia, mientras que en Madrid hab¨ªa un indie que se estaba quedando viejo. Ahora en Barcelona nos ven como un grupo veterano, mientras que en Madrid sentimos que se genera una euforia m¨¢s grande, como si fu¨¦semos de aqu¨ª¡±, cree, por su parte, Alcolver. Los citados Carolina Durante y Cari?o formaron parte de su EP colaborativo Rock y amistad en 2021; mientras que Aiko el Grupo cuenta en su ¨²ltimo disco, Me est¨¢n apuntando con un arma (publicado el mismo viernes que Entre flores y entra?as), con una canci¨®n junto a Mujeres.
¡°Lo bueno de la m¨²sica de guitarras, que no sean grupos de gente muy tocona, es que ves a los grupos en directo y piensas ¡®Creo que puedo hacerlo¡¯. Nosotros empezamos as¨ª, viendo a grupos de hardcore mel¨®dico o punk como NOFX, aunque ellos sean un poco m¨¢s complicados. Te dabas cuenta, sin ir m¨¢s lejos, de que la bater¨ªa hac¨ªa todo el rato lo mismo¡±, dice el percusionista. ¡°Ahora habr¨¢ muchos y muchas j¨®venes que, gracias a las chicas de Aiko el Grupo, pidan una guitarra por Navidad. Porque ven que es divertido y accesible¡±. ¡°Bueno, la m¨²sica urbana tambi¨¦n es f¨¢cil. Es ponerse una base y cantar¡±, objeta Pol Rodellar. ¡°Pero siempre va a molar m¨¢s colgarte una guitarra y salir al escenario¡±, zanja el debate Sanz. ¡°Es como m¨¢s fantasioso ver al colega saliendo ah¨ª con el ampli a enchufarse. Hace parecer que lo que propones tiene m¨¢s peso, sin querer desmerecer al hip hop o al rap ni mucho menos¡±.
Los propios Mujeres se presentan a s¨ª mismos antes como m¨²sicos aficionados, que aprenden de lo que les gusta, que como formados profesionales. ¡°Arnau en este disco ha aprendido que las canciones se estructuran en partes¡±, le pincha el bajista Pol Rodellar. ¡°Yo he seguido siempre la voz de Yago. Cuando ¨¦l sube, yo cambio, hago redoble o lo que sea. Ellos me dicen ¡®No, esto est¨¢ a la mitad de la rueda de acordes¡¯. Pero mira, ?que me detenga la polic¨ªa del rock! Las matem¨¢ticas no fallan, si haces un n¨²mero par de golpes da igual cu¨¢ntos sean¡±, argumenta el acusado.
El contrapunto al estado de forma de la escena lo pone, en la animada conversaci¨®n, el complejo ecosistema de la m¨²sica en directo, las malas pr¨¢cticas de algunos actores y la com¨²nmente percibida como burbuja de festivales. ¡°Hay grandes lobbies de los espect¨¢culos que, adem¨¢s de festivales, controlan algunos recintos tochos. Yago y yo fuimos falsos sold-out de un concierto que dio en Barcelona un grupo extranjero que luego se ha contratado mucho en festivales¡±, relata Arnau. ¡°Era un concierto de una de estas grandes promotoras que mandan sobre el pastel de las giras y los paquetes de festivales¡±, contin¨²a su compa?ero. ¡°Se colg¨® un sold-out cuando solo se hab¨ªan vendido 60 entradas. ?Qui¨¦n puede hacer eso? Quien luego tiene la capacidad de regir el mercado entero y dictar c¨®mo se vende. Esta es una realidad de la que se habla poco. Dices que tal grupo vale m¨¢s porque est¨¢ llenando salas de 300, as¨ª que pides 10.000 euros. Despu¨¦s, pides 20.000. Y as¨ª sucesivamente¡±.
Tambi¨¦n se lamentan de que los festivales, el aumento de la competencia con carteles cada vez m¨¢s grandes o el ascenso artificial de los cach¨¦s ¡°generen unas expectativas que luego no tienen por qu¨¦ cumplirse¡±. ¡°Se pervierte un poco el sistema, transmite la idea equivocada de que solo est¨¢s funcionando si est¨¢s tocando en espacios muy grandes y haciendo sold-outs todo el rato, como si ese fuera el orden en el que las cosas van bien¡±, abunda Alcover. ¡°Como si no tuviera ning¨²n valor el que hagas una gira llenando salas peque?as en todo el pa¨ªs, que no es nada f¨¢cil. No es f¨¢cil vender en Almer¨ªa, por ejemplo. Se valora tocar en un pabell¨®n de Madrid, aunque en realidad sea estad¨ªsticamente m¨¢s sencillo agotar entradas ah¨ª¡±. ¡°No agotar entradas no es ning¨²n fracaso. Ir a un sitio y que vengan 20 personas es lo normal¡±, retoma Sanz. ¡°Pero hay que ir a los sitios y hay que hacer salas, porque el d¨ªa en que los festivales peten, que petar¨¢n, habr¨¢ grupos que solo se muevan ah¨ª que no tendr¨¢n ese p¨²blico fiel o las salas tendr¨¢n todo lleno con quienes hemos seguido girando. Es importante no dejarse contaminar con esta idea capitalista del dinero, el ¨¦xito y la fama. La gente, si t¨² insistes, te va a apoyar. Para m¨ª, el ¨¦xito es que sigamos tocando despu¨¦s de tantos a?os y siendo amigos¡±.
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