Desaparecer durante seis meses: el reto con el que algunos ¡®influencers¡¯ quieren recuperar la hombr¨ªa
La ¨²ltima ocurrencia entre gur¨²s y apologetas de la masculinidad cl¨¢sica consiste en huir de todo y desconectarse durante una ¨¦poca. Un impulso, en realidad, antiguo, documentado y recurrente en literatura
Dejarlo todo y desaparecer. Sin dec¨ªrselo a nadie. Sin que nadie sepa a d¨®nde has ido. ?Qui¨¦n no ha fantaseado alguna vez con ello? Hay una larga historia de desapariciones voluntarias, tanto en la realidad como en la ficci¨®n. Es digno de recordar el relato de Wakefield, el protagonista del cuento hom¨®nimo de Nathaniel Hawthorne, que un buen d¨ªa se marcha de su casa y se esfuma durante m¨¢s de 20 a?os. Lo curioso es que en ese tiempo se muda a una calle de distancia de su antiguo hogar, desde donde observa al mundo avanzar sin ¨¦l. Cuando vuelve a casa, en un d¨ªa cualquiera, la narraci¨®n se interrumpe. Lo que viene despu¨¦s lo tenemos que imaginar o contrastar con casos reales. Y no hay mejor momento que este porque, desde hace algunos meses, desaparecer est¨¢ de moda.
¡°Cada uno de nosotros sabe que, por su propia cuenta, nunca cometer¨ªa semejante locura y, sin embargo, intuye que cualquier otro podr¨ªa hacerlo¡±, expresa el narrador del cuento de Hawthorne sobre el acto de desaparecer. En el caso que nos ocupa, el ¡°cualquier otro¡± es casi siempre un hombre, normalmente joven, normalmente seducido por el discurso de alg¨²n gur¨² de la productividad y el desarrollo personal. Las reglas del juego var¨ªan muy poco y son claras: ¡°desaparece durante seis meses y vuelve con una versi¨®n mejorada de ti mismo¡±.
La red a trav¨¦s de la cual se ha propagado este reto es tan discreta como extensa. El examen de algunos posts publicados en X permite esbozar un primer borrador de los principios fundamentales de este movimiento. ?Por qu¨¦ desaparecer? ¡°La vida es abrumadora, y mejora de esta manera¡±, asegura @HombreReal96 (actualmente renombrado como @N0ticiasFutb0ll), que el pasado 3 de julio public¨® un hilo con el encabezado ¡°Desaparece durante seis meses, haz esto y progresa diez a?os en tu vida¡±. ?Qu¨¦ hacer al desaparecer? Varias cosas. Algunas las hacen tambi¨¦n los no desaparecidos como leer, hacer deporte, pasear por el campo o abandonar las drogas, en el caso de que las consuman. Otras requieren un grado mayor de absentismo y compromiso con la ocultaci¨®n como ¡°visualizar la vida al menos 10 minutos al d¨ªa¡±, o perder a casi todos tus amigos. Tres o cuatro son suficientes, defiende @HombreReal96. ¡°Nunca deber¨ªas confiar en alguien con demasiados amigos¡±.
Te¨®ricamente, para desaparecer no se necesita nada m¨¢s que la voluntad de hacerlo. Pero una vez desaparecido, como bien sab¨ªa el personaje del cuento de Hawthorne, hace falta un sitio a donde ir. Matt Gray, que en X se presenta como CEO de una empresa de autoayuda y tiene m¨¢s de 230.000 seguidores, sugiere prolongar la ausencia hasta haberse vuelto irreconocible y aboga por un retiro en la naturaleza. Afirma: ¡°No regreses como eras, sino en lo que te has convertido¡±. El instinto de transformaci¨®n de estos ermita?os modernos ha demostrado ser implacable. Masculine Ego (otro coach que afirma poder cambiar tu vida y con casi 240.000 seguidores) conf¨ªa en llevar una vida feliz y privilegiada al volver de su retiro. Entretanto dejar¨¢ el porno, se despertar¨¢ a las 4:30 de la ma?ana, dejar¨¢ al az¨²car y no saldr¨¢ de casa sin dinero y efectivo (estar oficialmente desaparecido no implica necesariamente estar encerrado en el domicilio).
M¨¢s de alguno pensar¨¢ que desaparecer es cosa de ricos y privilegiados. Vivir sin m¨®vil, sin redes sociales, y sin tener que ir a la oficina no est¨¢ al alcance de cualquiera. Despedirse del mundo tiene un precio, y un bloguero apodado RK.KE ha calculado cu¨¢l es. Lo primero que hay que sacrificar son los amigos y los familiares. Para ello, recomienda apoyarse en un ¡°cronograma establecido¡± y mantener la sobriedad. ¡°Al emborracharse, corre el riesgo de delatarse a s¨ª mismo antes incluso de haber comenzado¡±, advierte. Tras saldar todas las deudas, llega el momento de cambiar de nombre, de vestuario, de apariencia; elegir, en definitiva, cu¨¢l ser¨¢ tu nueva vida. Cuando ya est¨¢ casi todo listo, recomienda destruir toda la documentaci¨®n antigua. ¡°Esto no supondr¨¢ una gran diferencia desde el punto de vista legal, pero le ayudar¨¢ a dejar atr¨¢s psicol¨®gicamente su vida pasada¡±, sugiere. El post concluye con una reflexi¨®n amarga sobre si vale la pena desaparecer, ya que el desaparecido nunca podr¨¢ volver a dormir tranquilo, sin el temor a ser descubierto. ¡°?Espero que haya valido la pena!¡±, finaliza.
Hay quien sostiene que este movimiento (?cruce del capitalismo tard¨ªo con el surrealismo parisino de los a?os veinte?) es en realidad una tonter¨ªa. ¡°Un meme¡±, dice Charles Miller, en un post colgado en la plataforma de Elon Musk. Nada habr¨ªa que a?adir a esta opini¨®n si, en el mismo post, este usuario no terminara reconociendo que ha practicado la desaparici¨®n semestral en tres ocasiones, y que en todas ellas ha obtenido ¡°un progreso demencial¡±. Y no es el ¨²nico. Un hilo de Reddit puso en discusi¨®n la efectividad de esta medida, y los comentarios no pod¨ªan ser m¨¢s favorables. ¡°Desaparec¨ª, reaparec¨ª y me prepar¨¦ para desaparecer de nuevo, realmente me funciona¡±, declara un usuario. ¡°Hice esto durante aproximadamente un a?o y, honestamente, todav¨ªa contin¨²a. T¨¦cnicamente, sigo desaparecido¡±, confiesa otro. Tambi¨¦n los hay menos entusiastas. El forastero nihilista (mote en reddit de un declarado connoisseur de esta pr¨¢ctica) admite los peligros de una vida extremadamente social, aunque desaconseja convertirse en un ermita?o: ¡°No necesitas sacrificar algo por completo para obtener lo otro¡±.
Muchos de los que ahora se animan a ¡°borrarse del mapa¡± lo hacen motivados por recuperar cierta idea de masculinidad que se a?ora en ciertos c¨ªrculos de derechas y subculturas de Internet: el hombre fuerte y viril capaz de enfrentarse a la naturaleza. Una narrativa que recuerda a la de la subcultura incel, hombres que son ¡°involuntariamente c¨¦libes¡± y aspiran a superar su condici¨®n convirti¨¦ndose en presuntos ¡°machos alfa¡±: reconstrucci¨®n frente a deconstrucci¨®n, sin olvidar nunca el dinero: estos hombres quieren volver renovados, pero ricos. Sus h¨¦roroes pueden ser son los ascetas, pero tambi¨¦n Warren Buffet. Prometen que pueden ayudarte a ganar dinero monetizando tu audiencia en redes. Citan a Jordan Peterson. Perpet¨²an las fantas¨ªas criptobro, los apasionados de las criptomonedas que han forjado su propia mitolog¨ªa de autocompromiso, reclusi¨®n y crecimiento.
Sin embargo, su idea de desaparecer para regresar no es en absoluto nueva. Jes¨²s se march¨® al desierto a pasar un ayuno de 40 d¨ªas y 40 noches. Mucho antes que ¨¦l, en el siglo VI a.C., el pr¨ªncipe Siddhartha Gautama abandon¨® su vida de riqueza y se retir¨® del mundo para buscar la iluminaci¨®n espiritual, para convertirse en el Buda. ?No desaparecieron, como indica el reto, para volver como una versi¨®n mejorada de s¨ª mismos? Este no es el ¨²nico punto en com¨²n entre la comunidad incel-criptobro y las tradiciones de la Antig¨¹edad. Un r¨¢pido vistazo en Amazon a la lista de los libros m¨¢s vendidos de filosof¨ªa revela hasta qu¨¦ punto el pensamiento estoico ha calado en la mente de muchos j¨®venes, que han encontrado en Marco Aurelio (sus Meditaciones es lo m¨¢s vendido en el momento de publicaci¨®n de este art¨ªculo) o S¨¦neca sus principales referentes.
Los que ya desaparecieron antes
El escritor Enrique Vila-Matas ha tratado extensamente el tema de la desaparici¨®n en sus libros. El protagonista de su novela Doctor Pasavento quiere desaparecer, y en Bartleby y compa?¨ªa se recopila la experiencia de autores que se negaron a escribir, que en muchos casos signific¨® terminar esfum¨¢ndose. J.D Salinger lo hizo, despu¨¦s del ¨¦xito masivo y la inusitada atenci¨®n que recibi¨® su novela El guardi¨¢n entre el centeno. Algo parecido le ocurri¨® al espa?ol Rafael S¨¢nchez Ferlosio, que despu¨¦s de ganar en 1956 el premio Nadal con El Jarama, decidi¨® encerrarse en su casa a estudiar gram¨¢tica y consumir anfetaminas, huyendo del ¡°grotesco papel¨®n de literato¡±. Hay decenas de ejemplos; desde Thomas Pynchon, al que apenas se le conoce una fotograf¨ªa de joven, hasta la escritora Patricia Highsmith, que, como bien se revela en sus diarios, termin¨® presa de un esp¨ªritu mis¨¢ntropo.
Pero en el coraz¨®n de casi toda desaparici¨®n hay un anhelo de regreso. Especialmente en el de este tipo de hombre que busca todo lo contrario a ser olvidado. Los miembros de esta nueva comunidad esperan retornar musculosos, llenos de autoconfianza y con una segunda fuente de ingresos. En ning¨²n caso contemplan el anonimato permanente. Al regresar, muchos de ellos no solo se sienten m¨¢s empoderados, sino que est¨¢n listos para transmitir a otros hombres las virtudes de ser un fantasma. Tom Denning, hoy un emprendedor de ¨¦xito, tuvo la suerte de desaparecer a tiempo cuando ten¨ªa 20 a?os. Lo cuenta en su blog personal, en el que adem¨¢s anima a los dem¨¢s a seguir su camino: ¡°Si est¨¢s cansado de quedarte al margen y listo para comenzar a patear traseros en la vida, has venido al lugar correcto¡±. Al final de su texto, te pide que compres sus libros. Desaparecer no es barato.
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