Patricia Highsmith: ¡°Estoy hecha de dos apetitos: amor y pensamiento¡±
Ingeniosa, obsesiva, incorrecta, antisemita. Los diarios de Patricia Highsmith retratan la cara m¨¢s ¨ªntima de la escritora
11 de enero, 1941
Compr¨¦ entradas para el homenaje a Lenin en el Madison Square Garden el lunes por la noche. Dos, para Arthur y para m¨ª. Lo de la Librer¨ªa de los Trabajadores fue divertido ayer. Estuvo Madre Bloor firmando su libro a los habituales. Hab¨ªa cola para comprar entradas para lo de Lenin, y todo el mundo sonre¨ªa, como si estuvieran en una fotograf¨ªa de propaganda. Va. [Virginia] me ha llamado a las 7.30. Me he puesto muy contenta. He quedado con ella en Rocco¡¯s a las 9, con Jack, un chico gay, y Curtis y Jean, dos chicas gais. Hemos ido al Jumble Shop, etc¨¦tera. Cervezas y martinis, y ahora estoy borracha. ??Pero Va. me ha besado!! ??Yo la he besado dos, tres, cuatro, cinco veces en el ba?o de mujeres del Jumble e incluso en la acera!! ?La acera! Jack es muy dulce y a Va. le gustar¨ªa acostarse con ¨¦l, pero antes le gustar¨ªa hacer un viaje conmigo alg¨²n fin de semana. Me quiere. Siempre me querr¨¢. Eso me ha dicho, y sus actos lo confirman.
15 de enero, 1941
Quer¨ªa empezar Anna Kar¨¦nina, pero tengo un libro nuevo, El poder sovi¨¦tico [de Hewlett Johnson], encima de la mesa, bien bonito: ??C¨®mo va a leer uno Anna Kar¨¦nina con los tiempos que corren?! ?Ay, estoy so?ando! Me gustar¨ªa viajar a Rusia con [Babs] B. Estos d¨ªas no volver¨¢n. Soy exactamente como una persona en 1917 en Am¨¦rica. ?Qu¨¦ deber¨ªa haber le¨ªdo? Nada salvo textos sobre la guerra. Todo lo dem¨¢s es evasi¨®n.
22-2-41
Quiero dejar por escrito lo m¨¢s exquisito en revelaciones sofisticadas: la emoci¨®n, la inenarrablemente dichosa sensaci¨®n de ser amada. Amar sin ser correspondida es un privilegio. So?ar y esperar una dicha que el para¨ªso apenas igualar¨ªa, pero en cambio, saberse amada, o¨ªrlo de otros labios: eso s¨ª que es el para¨ªso. (?O si no es el para¨ªso, dices, qu¨¦date con tu viejo para¨ªso y vete al cuerno!).
3-3-41
No se me ocurren grandes escritores, ni pensadores ni inventores que fueran c¨¦lebres borrachos. Poe, claro. Pero la bruma rosada de la ebriedad es singularmente poco productiva; f¨¦rtil en apariencia al principio, pero llevas las ideas a la pr¨¢ctica concreta y se desvanecen cual burbujas de jab¨®n.
14 de abril, 1941
Estoy hambrienta de literatura, de libros, del mismo modo que mi cuerpo estaba hambriento hace uno o dos meses. Estoy hecha de dos apetitos: amor y pensamiento. Entre ambos, pueden llevarme a cualquier parte, ya sabes.
28-4-41
Tener un autom¨®vil es como tener tu propia mujer. Son un gasto tremendo y te dan muchas preocupaciones, pero una vez lo has tenido, ya no quieres pasar sin uno.
8-7-41
Nada empuja a una mujer, ni a un hombre, a vigilar su aspecto personal como frente a los enemigos. Nunca sabe cu¨¢ndo o d¨®nde se los encontrar¨¢, pero siempre debe ir con sus mejores galas.
21-12-41
El acto sexual deber¨ªa hacerse o bien presa de una intensa pasi¨®n o bien con el mejor sentido del humor. La t¨¦cnica es una cuesti¨®n de imaginaci¨®n y de consideraci¨®n solo por la otra persona; un talento que nunca se observa en los hombres.
23 de marzo, 1942
He descubierto en este mismo instante por qu¨¦ escribir este diario me resulta necesario. Ha sido la ¨²nica vez, unos pocos minutos, en que segu¨ªa estando en el presente. Me calma durante unos momentos, adem¨¢s de aclarar asuntos que de otra manera seguir¨ªan a la deriva en mi cabeza.
31-10-44
Los jud¨ªos: ?por qu¨¦ les encuentro alg¨²n defecto sistem¨¢ticamente? Me desagradan por su mera conciencia de ser jud¨ªos (ninguno puede carecer de esta conciencia) y me desagradan las numeros¨ªsimas, numeros¨ªsimas manifestaciones contradictorias de esta conciencia. Los cristianos los han empujado a ser conscientes de ser jud¨ªos. Por lo tanto, en cierto sentido, puesto que soy cristiana, deber¨ªa odiarme.
3 de mayo, 1945
Hitler ha muerto, y su muerte no fue la de un h¨¦roe, como se pensaba. Se quit¨® la vida. Con G?ring. Mussolini tambi¨¦n ha muerto esta semana: ?los tres ¡ªF. D. R., Mussolini y Hitler¡ª muertos en dos semanas! He le¨ªdo acerca de las atrocidades en Alemania (en casa de Rosalind). ?El pa¨ªs est¨¢ inundado de horrores alemanes! ?Tambi¨¦n hay fotograf¨ªas!
10 de febrero, 1951
Esta noche, he ido a Carolle¡¯s con Lyne, el falso club nocturno de lesbianas cerca de los Campos El¨ªseos, que seg¨²n dice L. era uno de los garitos preferidos de Peggy Fears. He visto el final del espect¨¢culo de Balenciaga. Preciosas damiselas con fant¨¢sticos trajes de noche. Lyne debe de gastarse unos 350.000 francos en vestidos ¡ªpor lo general, dos¡ª sin otro motivo que la cortes¨ªa, y luego se los regala a alguien que los pueda llevar en Am¨¦rica.
19-4-63
La continuaci¨®n de McCarthy. Est¨¢n temblando hombres fuertes: temen perder su reputaci¨®n y perder su trabajo. Tienen miedo, por lo tanto, no plantan cara. Analog¨ªa con la situaci¨®n de Hitler. Hab¨ªa hombres temerosos de perder la vida, no solo el trabajo y la reputaci¨®n. El caso es que nadie plant¨® cara hasta que ya era muy tarde. Estuvo muy cerca de pasar lo mismo en Am¨¦rica. Se trata de dos formas de miedo, nada m¨¢s. ?Es toda naci¨®n capaz de un miedo semejante? Hitler ten¨ªa a los jud¨ªos para odiar, Am¨¦rica a los comunistas. El odio, creado de forma tan artificial en ambos casos, es como la inyecci¨®n de un virus cancer¨ªgeno a la poblaci¨®n. Tuvimos y todav¨ªa tenemos ese virus, igual que los alemanes todav¨ªa tienen el suyo.
26-1-70
?C¨®mo se desvanece el idealismo pol¨ªtico cuando va tocando a su fin la mediana edad! A los veinte y treinta, ten¨ªa sentido boicotear pa¨ªses apestosos (como Espa?a entonces, como Grecia ahora). Ahora me encuentro con que R. C. [Rosalind Constable] y yo nos planteamos ir de crucero en verano de 1971 a Grecia.
22-5-70
Si no atino a ver el final de un cuento o una novela, no tiene sentido empezarlo.
14-5-73
El matrimonio es la manera m¨¢s f¨¢cil de eludir acostarse con un hombre.
25-11-73
La Gran Novela Americana tratar¨¢ sobre la traici¨®n de la esperanza americana. Lo magn¨ªfico de Am¨¦rica hasta hoy es que el idealismo sigue presente. Hemos abierto el pa¨ªs a toda clase de gente, de todas las razas, y todos ten¨ªan o tienen esperanza, todav¨ªa. Am¨¦rica est¨¢ madurando, se vuelve m¨¢s c¨ªnica. Sin embargo, no es b¨¢sicamente c¨ªnica. Am¨¦rica necesita siempre un l¨ªder idealista, incluso si corre el riesgo de ser ingenuo, como George Washington (a quien Gore Vidal consideraba t¨ªmido), Woodrow Wilson, J. F. Kennedy, F. D. R., cauteloso, pero idealista a su manera. Es un sine qua non para Am¨¦rica. Y ya se ve que Nixon es precisamente lo opuesto, Estados Unidos est¨¢ sufriendo un prolongado acceso de acidez estomacal, una necesidad irreprimible de vomitar.
28-6-74
Visita de Wim Wenders (productor, alem¨¢n, vive en M¨²nich) y Peter Handke, escritor austriaco. Los dos, de unos 30, me parece, 1,80 de estatura. Wim, callado, taciturno al principio. Labios rojos, tensi¨®n baja, seg¨²n dice. Nada de caf¨¦ despu¨¦s de cenar, una copita. Al final, ha hablado en concreto de El amigo americano, diciendo que se convert¨ªa en la historia de Jonathan, debido a la muerte inminente, y a que sencillamente desempe?aba m¨¢s acci¨®n en el libro. Peter tiene el rostro terso de una chica. Su cuerpo podr¨ªa ser m¨¢s femenino, no obstante, de lo que es. Le gustaba el tequila. Se ha separado de su esposa y tiene la custodia de su hija Amina, de 5 a?os. Trabaja 2 meses al a?o. Dice que en Alemania no hay tradici¨®n de agentes literarios, que los escritores est¨¢n ¡°aparte¡± de la sociedad. Cierto; tambi¨¦n en Estados Unidos. Qu¨¦ cara tan fr¨¢gil tiene, en mi opini¨®n. Cenamos en el Chaland Qui Passe. Chez moi frambuesas, fotograf¨ªas. Wim ha contado que conoc¨ªa a un dibujante de vi?etas que se suicid¨® y Wim lo atribuye a que el hombre estaba insatisfecho consigo mismo porque era un mero dibujante de vi?etas.
Peter ha dicho: ¡°Cuando empiezo cualquiera de tus libros, tengo la sensaci¨®n de que adoras la vida, de que quieres vivir¡±. (?Qu¨¦ bonito!) Me han tra¨ªdo una bola genial en [un] pedestal: una bola de unos cinco cent¨ªmetros de di¨¢metro, negra y transparente, regalo de Jeanne Moreau.
18-9-83
Barcelona. Una hermosa vista desde el avi¨®n a la llegada: la ciudad parece bronceada y llana, bordeada por el mar azul (es un d¨ªa soleado de sept.), y como un mapa de superficie a la antigua usanza. A una le viene a la cabeza Col¨®n zarpando. Nos reciben Jorge Herralde y su amiga Lali: Anagrama, una editorial. Nos acompa?an a San Sebasti¨¢n en un avi¨®n de dos h¨¦lices, que vuela bajo; la vista por la ventanilla son monta?as de color gris y verde oscuro durante kil¨®metros, que a todas luces no se usan para el cultivo. ?Cu¨¢nta tierra desperdiciada! Hay pocos pueblos y muy separados. Me han advertido de que [San Sebasti¨¢n] es un balneario o una ciudad tur¨ªstica. Pero es mucho m¨¢s grande de lo que hab¨ªa pensado, con una zona antigua a la orilla del mar, las calles muy peque?as para que pasen coches. Restaurantes bastante caros. La gente tiene segundas residencias aqu¨ª. Bien vestidos. Hace calor. ?El segundo d¨ªa me fijo en Julian Symons en el vest¨ªbulo! ¡°Rueda de prensa¡± sorpresa en lo que se supone que son c¨®cteles. Preguntas muy est¨²pidas de los de televisi¨®n: ¡°?Por qu¨¦ decidi¨® escribir ficci¨®n de detectives?¡±. Solo un joven espa?ol de jersey rojo en San Sebasti¨¢n plante¨® preguntas brillantes para la televisi¨®n. El Prado: pude ir dos veces. La primera vez, sub¨ª a la segunda planta para reunirme con el director, que me recibi¨® cordialmente y me pidi¨® que firmara el enorme libro de visitas en su despacho. Su secretaria me acompa?¨® luego (tambi¨¦n Marianne) a las salas de Vel¨¢zquez. La gente est¨¢ muy contenta con la mayor apertura del Gobierno socialista, pero temen un golpe de Estado militar.
[Sin fecha]
Madrid: la chica de la tesis. Quedamos una tarde a las 4, yo llegu¨¦ tarde, claro, porque un almuerzo con 10 no empieza hasta las 2.30, pero le envi¨¦ un mensaje al hotel. Estos estudiantes que est¨¢n escribiendo su tesis intentan hacer de mi escritura una disciplina organizada o una ciencia, y tengo la sensaci¨®n de que se decepcionan cuando les cuento mis ideas, y que por tanto mis pensamientos y procesos surgen de la nada. Le firm¨¦ un libro, elogi¨¦ la pluma que ella insisti¨® en regalarme. Estoy escribiendo con ella ahora, una estilogr¨¢fica roja y amarilla, como un payaso. Julian Symons: ten¨ªa unos comentarios bien preparados sobre los objetivos de Dashiell Hammett, en San Sebasti¨¢n. 13 hombres, y yo, incluido Sam Fuller, parlanch¨ªn, fumador de puros, en el papel del vejete izquierdista. Estaba con ¨¦l su esposa izquierdista alemana, de 39 a?os. Me otorgaron una placa de madera con el mapa del Pa¨ªs Vasco en metal, pues mis libros fueron los m¨¢s vendidos en la ¨²ltima feria del libro.
27-11-92
Sobre ir de visita a Texas, falta algo: es Europa, es el mundo lo que falta.
6-10-93
Hay monjes ¡ª?los cartujos?¡ª que duermen en su ata¨²d, por lo visto como preparaci¨®n para la muerte, pensando en ella con frecuencia noche y d¨ªa. ?Yo prefiero el elemento sorpresa! Uno sigue con su vida como siempre, entonces la muerte llega quiz¨¢ de s¨²bito, quiz¨¢ por medio de una enfermedad de dos semanas. En este sentido, la muerte es m¨¢s como la vida, impredecible.
¡®Diarios y cuadernos 1941-1995¡ä. Patricia Highsmith. Traducci¨®n de Eduardo Iriarte Go?i. Anagrama, 2022. 1.256 p¨¢ginas. 34,90 euros. Se publica el 31 de agosto.
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