¡°Fuimos pioneros cuando el country no molaba¡±: Beyonc¨¦, remezclas y festivales marcan el regreso del sonido norteamericano
La m¨²sica campestre por excelencia ha experimentado una sorprendente mutaci¨®n durante este siglo en el que ha encontrado un extra?o compa?ero de viaje: la cultura digital
Un escueto biquini met¨¢lico, una chaqueta torera y un aparatoso sombrero vaquero negro son las credenciales est¨¦ticas que presenta Beyonc¨¦ en su ¨²ltimo single. Y no, no es un farol: la Reina B se asoma al country en un Texas Hold¡¯em que, con sus casi 240 millones de reproducciones en Spotify confirma que el country vuelve con fuerza.
Con los sonidos urbanos de origen latino alcanzando su madurez como sonido del momento de la ¨²ltima d¨¦cada, el hip hop en perenne estado de gracia y el pop-rock de toda la vida asentado en un discreto segundo plano del que no parece que vaya a salir muy pronto, quedan pocos candidatos a ser la tendencia musical de moda en los meses que vienen. Si hacemos caso a lo que pasa en Instagram (y, en menor medida en Tiktok), el country parece ser el nuevo viejo sonido en disfrutar de una segunda juventud, en la que rostros y demograf¨ªas no asociadas habitualmente al canon de este sonido marcan la diferencia.
As¨ª, si es cierto que Beyonc¨¦ ha tardado lo suyo en homenajear sus ra¨ªces, no lo es menos que su carrera est¨¢ plagada de gui?os est¨¦ticos a la cultura cowboy. Otros distinguidos referentes de estilo afroamericanos como Pharrell Williams, que dio un ba?o de ra¨ªces norteamericanas a la colecci¨®n oto?o-invierno 2024 de Lois Vuitton o Dapper Dan, que llen¨® de detalles country a su colaboraci¨®n con Gap, en la que el tejido vaquero era el rey. La inclusi¨®n de rostros y demograf¨ªas poco habituales en la tradici¨®n country ha sido una constante en casi todo lo que haya resonado a nivel global dentro de este g¨¦nero. A finales de 2018, el rapero Lil Nas X debutaba con Old town road, que tomaba un sampler instrumental de Nine Inch Nails para construir una canci¨®n rematada por un videoclip en la que el artista luc¨ªa toda una serie de trajes de cowboy, tanto a lomos de un caballo como en un sal¨®n de baile.
A Lil Nas X le sacaron su canci¨®n del listado Hot Country del Billboard norteamericano pese a que enrol¨® al veterano Billy Ray Cirus en una remezcla. La canci¨®n acab¨® siendo un gran ¨¦xito igualmente que cubri¨® de premios y lanz¨® su carrera. Menos viral fue el ¨¦xito de Orville Peck, misterioso crooner canadiense que sube al escenario elegantemente vestido de vaquero de fantas¨ªa y con el rostro cubierto por una m¨¢scara como la del Llanero Solitario con flecos. El sudafricano Daniel Pitout, bater¨ªa del grupo punk N¨¹ Sensae, es quien se esconde bajo la m¨¢scara del celebrado cowboy gay, cuyo disco de debut Pony, cargado de homenajes a Waylon Jennings o Tammy Wynette, fue una de las sensaciones indies de 2019. Y aunque durante este siglo el ¨¦xito ha sido el constante para un nutrido grupo de artistas femeninas country encabezadas por la abiertamente lesbiana Brandi Carlile, nombres como Sierra Ferrell, Nikki Lane o Whitney Rose han sabido a?adir esa sensibilidad indie que quiz¨¢s faltaba al g¨¦nero.
¡°Yo comparar¨ªa lo que pasa ahora hora con el country con lo que sucedi¨® aqu¨ª durante los ¨²ltimos a?os, en los que el flamenco se ha integrado dentro de tendencias m¨¢s amplias de m¨²sica. Ahora, en Estados Unidos, ves a artistas punk que se ponen sombreros de vaquero. Es una vuelta a las ra¨ªces propias¡±, cuenta Marta Garc¨ªa, booker agent de Heart of Gold, la promotora espa?ola m¨¢s comprometida con la programaci¨®n de artistas de country y americana en nuestro pa¨ªs y promotores del festival Huercasa Country Festival de Riaza, principal cita espa?ola de este g¨¦nero musical. Garc¨ªa sostiene que, pese a que el country y la americana siguen siendo nichos en nuestro pa¨ªs, s¨ª se aprecia un mayor inter¨¦s de p¨²blico m¨¢s joven. ¡°Artistas como Nikki Lake o Sierra Ferrell atraen a un p¨²blico mucho m¨¢s joven de la media¡±, cuenta.
Unir p¨²blicos con pedigr¨ª country con otros que quiz¨¢s nunca hab¨ªan pensado que el g¨¦nero tuviese espacio para ellos lleva siendo desde 2007 la obsesi¨®n de David Wrangler, responsable de Vinyl Ranch, el espacio creativo que se ha propuesto (y est¨¢ consiguiendo) transformar la imagen del country en el siglo XXI. ¡°Mi marca vende una perspectiva alternativa de la m¨²sica country, algo as¨ª como un Supreme meets Wrangler, un giro warholiano en la remezcla de la iconograf¨ªa m¨¢s americana del cowboy en el Salvaje Oeste que es Internet¡±, asegura el director creativo de un concepto que, tras tres lustros, se ha asentado como referente en esa nueva sensibilidad de las ra¨ªces americanas.
David Wrangler cre¨® Vinyl Ranch en 2007 en Houston (Texas), la zona cero de la cultura del vaquero urbano de finales de los a?os setenta. Es esta figura, la del urban cowboy, la que le ha obsesionado desde sus inicios. Quiz¨¢s tambi¨¦n la clave del ¨¦xito de una marca que no para de crecer. Educado en una familia de m¨²sicos, un joven Wrangler se fogue¨® como DJ en bares gais y clubes rave en los primeros a?os de la d¨¦cada de los 2000 antes de dar a luz la marca Vinyl Ranch. ¡°En un vuelo nocturno de Tulsa a Houston conoc¨ª al cowboy urbano original, Mickey Gilley, del famoso club nocturno Gilley¡¯s, que dio su bendici¨®n personal a mi visi¨®n¡±.
Esta experiencia sirvi¨® como pistoletazo de salida para una marca que incluye fiestas, remixes, una marca de ropa y una filosof¨ªa vital que vive principalmente en redes sociales a trav¨¦s de memes y unos c¨®digos de comunicaci¨®n con un pie en la tradici¨®n del country y otra en la cultura de internet. ¡°Puedo afirmar con total seguridad que hemos redefinido y reajustado las normas de la cultura de la m¨²sica country, dando cabida al nacimiento y la normalizaci¨®n de nuevas subculturas en la m¨²sica, la moda y el pensamiento. Es incre¨ªble ver c¨®mo algunos de los grandes nombres de la cultura pop calcan, toman prestado o roban cosas que hemos creado¡±, asegura David Wrangler.
Lo cierto es que su alter ego en la mesa de mezclas, Disko Cowboy, ha conseguido con su mezcla desprejuiciada de cl¨¢sicos del country y cultura de club atraer a un p¨²blico ansioso de novedad sin que el aficionado al two-step de toda la vida se espante. Su ¨²ltimo lanzamiento, una versi¨®n de That don¡¯t impress me much de Shania Twain junto a French Horn Rebellion y Kaitlin Butts, es el resumen perfecto de su propuesta. Solo hace falta pasarse por las cuentas de Instagram y Tiktok de festivales especializados como Stagecoach o Gulf Coast Jam ofrecen una experiencia m¨¢s cercana a la meca del postureo que es el Coachella que a la solemnidad que se espera de un evento donde suena m¨²sica tradicional.
¡°Crec¨ª yendo a salas de baile y clubes de m¨²sica country en Texas, y el DJ siempre sab¨ªa que ten¨ªa que atender a todos los p¨²blicos de la sala sin dejar de lado la m¨²sica country. Pod¨ªas escuchar el ¨²ltimo single de Alan Jackson, una canci¨®n de rap popular y quiz¨¢ el Electric Slide o una remezcla country en la misma hora y la pista de baile no se vaciaba¡±, recuerda Wrangler. Es por ello, cree, que algunos festivales reflejan en la actualidad este esp¨ªritu en su programaci¨®n ¡°con un cartel centrado en una mezcla de country popular contempor¨¢neo, actuaciones cl¨¢sicas, nuevas promesas del indie, artistas de fusi¨®n y DJs¡±.
Wrangler asegura que el country se encuentra en un momento de cambio que propicia su crecimiento. ¡°Por una parte est¨¢ Nashville, y luego todo lo dem¨¢s. La m¨²sica country generada desde all¨ª es como un producto de Colgate o Nabisco: dise?ada para parecer y sonar bien, pero quiz¨¢ carente de autenticidad, arte o sustancia¡±, afirma. Parece, concluye, ¡°que un amplio sector de los aficionados se rebela contra la industria y opta por gastar su dinero en artistas como Zach Bryan y Tyler Childers, que no tienen ¨¦xitos en las radios pop country, sino que se basan en controlar su propia narrativa y crear seguidores de base¡±.
David Wrangler responde a esta entrevista mientras cierra los detalles de la adquisici¨®n de su primer club nocturno. Este en¨¦rgico texano est¨¢ tan convencido de su visi¨®n, que esta acaba resultando sorprendentemente contagiosa. ¡°Si acabas de llegar al country en 2024¡å, apunta, ¡°es posible que no te des cuenta de que el merchandising de sus artistas no era muy vanguardista ni emocionante hasta que nosotros nos pusimos manos a la obra. Lo mismo ocurre con el contenido digital: nuestros memes country est¨¢n por todas partes¡±, asegura. Y remata, con orgullo, en lo que es para el la joya de la corona de Vinyl Ranch: las experiencias. ¡°Las fiestas y los eventos musicales que producimos nacen del esp¨ªritu de la cultura rave y la actitud punk. Una gran discogr¨¢fica no tiene gente en plantilla que pueda replicar ese esp¨ªritu, pero seguro que puede calcarlo. Cada vez que miro el tel¨¦fono aparece una nueva fiesta country organizada por un gigante como Live Nation u otro promotor que quiere sacar provecho de una tendencia de la que fuimos pioneros cuando el country no molaba¡±.
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