El activismo de la salud mental crece con la pandemia: ¡°No nos falla el cerebro, nos falla el sistema¡±
La poblaci¨®n ha sido puesta a prueba en el ¨²ltimo a?o con un confinamiento y una crisis econ¨®mica y sanitaria sin precedentes. Como resultado, colectivos como ¡®Orgullo Loco¡¯, pol¨ªticos y profesionales de la psicolog¨ªa y la psiquiatr¨ªa piden que se preste m¨¢s atenci¨®n a la ansiedad y el estr¨¦s y se cambien sus tratamientos
A finales de la semana pasada, la estrella de Twitch Ibai Llanos lanzaba un llamamiento a trav¨¦s de sus redes. ¡°Cuidad siempre vuestra salud mental. Pedid ayuda a la gente que os rodea y acudid a un profesional. S¨¦ que a veces es complicado o da verg¨¹enza buscar ayuda y contar los problemas, pero hay momentos donde es totalmente necesario¡±. Casi al mismo tiempo, el debate pol¨ªtico nacional se centraba en el proyecto de ley de salud mental de Unidas Podemos, en el que se fijan como objetivos principales acabar con el estigma que rodea estas enfermedades y garantizar su atenci¨®n p¨²blica. Pocos d¨ªas antes, el 29 de mayo, miles de personas en todo el pa¨ªs salieron a la calle para celebrar el Orgullo Loco, reivindicando el derecho a la salud mental y denunciando la vulneraci¨®n sistem¨¢tica de los derechos de las personas psiquiatrizadas.
Este estallido popular y medi¨¢tico no es casual. Desde el inicio de la pandemia, la preocupaci¨®n por los problemas de salud mental ha ido subiendo de intensidad. Los datos sobre el aumento de este tipo de patolog¨ªas, especialmente entre los m¨¢s j¨®venes ¨Dlas urgencias pedi¨¢tricas por consultas psiqui¨¢tricas han crecido un 50% en el ¨²ltimo a?o¨D han expuesto las deficiencias del sistema p¨²blico de atenci¨®n: Espa?a cuenta con tan solo seis psic¨®logos por cada 100.000 habitantes, aunque hay zonas como Galicia o Andaluc¨ªa donde esta cifra es todav¨ªa m¨¢s baja.
La gravedad de estos datos ha hecho que el debate pol¨ªtico se centre precisamente en la urgencia de aumentar los recursos, mejorar los servicios de salud mental y normalizar trastornos como la depresi¨®n o la ansiedad. ?Pero qu¨¦ significa normalizar estos problemas? ?Basta con aumentar las ratios de profesionales en psicolog¨ªa y psiquiatr¨ªa para conseguir una sociedad m¨¢s sana? Muchas de las reivindicaciones populares que llevan a?os haci¨¦ndose desde asociaciones, grupos de apoyo y colectivos activistas exigen que, adem¨¢s de aumentar los recursos y desestigmatizar todas las enfermedades mentales, se cuestione tambi¨¦n el modelo psiqui¨¢trico que predomina en las instituciones p¨²blicas y privadas; que se atienda de forma m¨¢s activa a los condicionantes sociales de la salud mental; que se ponga fin a la vulneraci¨®n de los derechos de las personas psiquiatrizadas y que se despliegue un sistema fuerte de protecci¨®n social y laboral para las personas diagnosticadas.
Cuestionar la mirada biom¨¦dica
¡°Si ves que todo el mundo est¨¢ encerrado en casa, con una crisis econ¨®mica m¨¢s la de covid, con mucha incertidumbre, y la gente empieza a desarrollar problemas alimentarios o de ansiedad, no es porque a todo el mundo le haya fallado de repente el cerebro; lo que ha fallado ha sido el sistema¡±. F¨¢tima Massoud, activista de Orgullo Loco Madrid, explica con este ejemplo la importancia de ampliar un poco la mirada sobre la salud mental. Massoud recuerda que ya el a?o pasado, ¡°en el D¨ªa Internacional de la Salud Mental, la OMS recomendaba destinar m¨¢s recursos. Es el discurso hegem¨®nico: faltan recursos. Y es verdad que en el Estado Espa?ol se dedica muy poco dinero [seg¨²n datos publicados en EL PA?S, solo un 5,5% del gasto sanitario] pero el problema no son solo los recursos, sino la necesidad de un cambio de modelo y de paradigma, en el que se intenten ver los problemas de salud mental y el sufrimiento ps¨ªquico desde una perspectiva que no sea tan biom¨¦dica y en la que no se vulneren los derechos humanos¡±.
En el manifiesto que publicaron para la convocatoria del D¨ªa del Orgullo Loco, se hac¨ªa ¨¦nfasis en la necesidad de cuestionar unas pr¨¢cticas psiqui¨¢tricas que, seg¨²n ellos, contribuyen a la cronificaci¨®n de los trastornos y la medicalizaci¨®n del sufrimiento. ¡°Reivindicamos que la salud mental sea una prioridad pol¨ªtica, porque las consecuencias de las condiciones materiales, producto de un sistema capitalista, se patologizan, y as¨ª se medica el estr¨¦s laboral en vez de mejorar las condiciones de trabajo¡±, afirma el manifiesto. Apoy¨¢ndose en los informes del Relator Especial de la ONU, reclaman que las crisis de salud mental como la que tenemos ahora no se gestionen desde una perspectiva patol¨®gica, como trastornos individuales, ¡°sino c¨®mo crisis de los obst¨¢culos sociales que impiden el ejercicio de los derechos individuales¡±.
Massoud explica que bajo el modelo biom¨¦dico los tratamientos psiqui¨¢tricos muchas veces terminan con la administraci¨®n de f¨¢rmacos para equilibrar qu¨ªmicamente al paciente, sin atender a la realidad social y econ¨®mica que puede estar en el origen de su malestar. ¡°La ansiedad tiene mucho que ver con el estr¨¦s de la vida que llevamos, que no sabes qu¨¦ va a ser de ti ma?ana, no sabes si te van a echar del trabajo, no puedes pagar un piso en una gran ciudad. El problema de la medicaci¨®n es que es un parche. A veces es necesaria: un ansiol¨ªtico puede ser ¨²til en un momento determinado, por ejemplo, porque llevas d¨ªas sin dormir; el problema est¨¢ en que te acostumbren y te digan que tienes que dormirte siempre con benzodiacepinas, un f¨¢rmaco que en Espa?a se receta mucho en atenci¨®n primaria.¡±
En este mismo sentido se expresa Fran Calvo, doctor en psicolog¨ªa y profesor de la Universidad de Girona, que se ha especializado en la prevenci¨®n de problemas de salud mental para personas en riesgo de exclusi¨®n social extrema. Destaca que a pesar de que, oficialmente, las instituciones trabajan con un modelo que llaman biopsicosocial, en la pr¨¢ctica ¡°hay pocos coordinadores o directores de servicios de salud mental que vengan del ¨¢mbito social, mayoritariamente son psic¨®logos o psiquiatras¡±. Para Calvo, esto hace que ¡°se patologicen determinadas conductas reactivas a una situaci¨®n social. Por ejemplo, se puede calificar que una persona est¨¢ teniendo una reacci¨®n estresante a un movimiento migratorio, y tiene miedo a lo que pueda pasar, a la incertidumbre, o se puede decir que se trata de un trastorno adaptativo y se le receten benzodiazepinas para dormir¡±.
Machismo y racismo en los diagn¨®sticos
El trabajo activista de colectivos como Orgullo Loco se centra en denunciar algunas de las pr¨¢cticas cotidianas en el actual sistema psiqui¨¢trico: ingresos involuntarios, contenciones mec¨¢nicas, medicaci¨®n forzosa o aislamientos prolongados. Para Massoud este es el principal reto de presente y de futuro de la salud mental en nuestro pa¨ªs: ¡°Que se respeten los derechos humanos en las plantas de salud mental, y tambi¨¦n en los hospitales psiqui¨¢tricos privados y en los centros de larga estancia y en todo lo que sean centros de salud mental. El relator de la ONU hizo un estudio y lo consider¨® tortura, no es que lo digamos nosotras. Es una cuesti¨®n de derechos humanos, derecho europeo y derechos constitucionales¡±. Esta situaci¨®n tambi¨¦n se ha agravado con la pandemia. Orgullo Loco ha habilitado una web para recoger y difundir testimonios de este tipo de violencias psiqui¨¢tricas, donde se narran formas de coacci¨®n y castigo ocurridos durante la pandemia como negar el acceso de los internos a sus recursos econ¨®micos o privar de tabaco a los fumadores.
Massoud se?ala otros problemas asociados con este modelo de internamiento, que, para ellos, tienen que ver con los sesgos patriarcales y racistas. ¡°La psiquiatr¨ªa siempre ha servido como una herramienta de control de las mujeres. En los ingresos se nota mucho que se nos penaliza m¨¢s la ira y la agresividad: a una mujer con la misma agresividad que un hombre se la ata antes, se le ejerce violencia antes, porque se considera que las mujeres debemos ser sumisas y serenas¡±. Contin¨²a: ¡°En el trastorno l¨ªmite de personalidad, que muchas veces se diagnostica porque los s¨ªntomas son muy parecidos a los de una mujer que ha recibido violencia machista, se disfrazaba el maltrato sugiriendo que era la mujer la que estaba enferma¡±.
La psiquiatrizaci¨®n de las personas migrantes tambi¨¦n es uno de los principales puntos de denuncia, especialmente en relaci¨®n a los internamientos en CIE y centros de menores. A este respecto, Fran Calvo apunta que no tiene sentido diagnosticar a la mayor¨ªa de los internos con un trastorno adaptativo, cuando las causas de su malestar deben buscarse en las condiciones materiales: ¡°Es una forma de hacer que responde a la incapacidad de intervenir de una forma m¨¢s preventiva, m¨¢s social, dotando de recursos, aumentando el sistema de protecci¨®n de tipo social, dando m¨¢s oportunidades laborales para el desarrollo¡±.
Calvo, que ha publicado diversos estudios acad¨¦micos sobre la salud mental de las personas migrantes en situaci¨®n de sinhogarismo, se?ala que las dificultades de acceso al sistema p¨²blico de salud son determinantes. Desde la crisis de 2008 ha habido variaciones en la legislaci¨®n, pero en la mayor¨ªa de casos ¡°a la poblaci¨®n migrada solo se les atend¨ªa como urgencia. Las urgencias psiqui¨¢tricas se activan cuando una persona est¨¢ descompensada y es un peligro para s¨ª misma o para los otros. Si est¨¢ a punto de suicidarse, lo atender¨¢n; si est¨¢ con un brote psic¨®tico, se lo llevan y lo compensan; pero despu¨¦s no se puede ir m¨¢s all¨¢¡±.
Calvo se?ala que uno de los principales retos de futuro es el de ¡°intentar reducir los ingresos hospitalarios de personas con patolog¨ªas mentales graves¡±, y hacerlo a trav¨¦s de modelos de intervenci¨®n comunitaria, que tambi¨¦n tengan en cuenta los procesos de reinserci¨®n social y laboral. Aunque desconf¨ªa del concepto de ¡°normalizar¡±, s¨ª que se?ala que el silenciamiento y el estigma que pesa sobre la salud mental sigue siendo uno de los principales escollos a superar. ¡°Cuando una persona tiene una diabetes de tipo 2, por ejemplo, adquirida por los malos h¨¢bitos, por el sedentarismo o una mala alimentaci¨®n, el juicio que hace la poblaci¨®n general no es especialmente significativo¡±.
El profesor lo compara con el estigma que pesa sobre alguien que sufre alcoholismo o adicci¨®n a la hero¨ªna: ¡°Muchas patolog¨ªas relacionadas con la salud mental tienen que ver con las dificultades de adaptaci¨®n a un medio hostil, incluidos tambi¨¦n los trastornos por consumo de sustancias, que son tambi¨¦n enfermedades mentales. Sobre estas personas pesa una culpabilizaci¨®n por no haber sido capaces de resistirse a las presiones del medio hostil; y esta parte del estima es muy importante, porque se responsabiliza a la persona de su enfermedad, cosa que no pasa con otras patolog¨ªas¡±.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram, o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.