¡°Ser padre con canas es m¨¢s guay que no serlo¡±: el disfrute y el dilema del padre cuarent¨®n hoy
La tensi¨®n entre dejar ir una parte de uno mismo al abrazar la paternidad y el deseo de mantener la propia esencia persigue a aquellos que se plantean qu¨¦ supone asumir esa responsabilidad en 2023
¡°He conocido a hombres que ejercen la paternidad con lucidez, humor y humildad, pero tambi¨¦n he visto a amigos queridos, que parec¨ªan tener el coraz¨®n bien puesto, alejarse de sus hijos para entregarse a la recuperaci¨®n desesperada y caricaturesca de su juventud. Y tambi¨¦n abundan quienes enfrentan la pulsi¨®n de la muerte agobiando a los ni?os a punta de misiones y dec¨¢logos, con la expl¨ªcita o velada intenci¨®n de prolongar a costa de ellos sus sue?os interrumpidos. Lo que me impresiona, en cualquier caso, es la ausencia casi absoluta de una tradici¨®n¡±, escribe el chileno Alejandro Zambra (45 a?os) en Literatura infantil. De sus palabras emerge una pregunta: ?acaso no existen unas m¨¢ximas que den forma a las bases de una dad culture en 2023? Al fin y al cabo, los padres boomers se enfrentaban tambi¨¦n a la tensi¨®n entre volcarse en la familia y mantener un espacio mental y temporal para uno mismo.
Andr¨¦s Neuman (46), autor de la novela Umbilical, con el tema de la paternidad en el centro, opina, preguntado por ICON, que existen dos estereotipos a la hora de afrontar la crianza. ¡°Uno es el del modelo iluminado, el que parece haber visto la luz y que tras ser padre, tira su yo anterior. Comprendo este modelo hasta cierto punto, sobre todo al comienzo de la paternidad, cuando no reconoces ni tu vida, ni tu cuerpo, y tu rutina se ve revolucionada de tal modo que es tentador pensar que no eres el mismo. Sin embargo, hay que hacer un esfuerzo para distinguir la log¨ªstica diaria de lo que es tu persona, que incluye tus recuerdos, tu manera de ser anterior, tus lo que has hecho¡ Todo eso est¨¢ actuando en ese presente ca¨®tico y se va a transmitir en la crianza¡±, reflexiona. ¡°Luego est¨¢ el estereotipo de ¡®a m¨ª un hijo no me va a cambiar¡¯. Uno niega el pasado y el otro, la realidad, y cuando hay una revoluci¨®n en el presente, hay cosas que en efecto cambian para siempre¡±, describe.
El escritor pone de ejemplo el caso del tenista Rafa Nadal (37), quien, ante la pregunta de si la paternidad le afectar¨ªa, lo neg¨® con profunda convicci¨®n. ¡°?Fue decir eso y no poder ni jugar! No ha visto que quiz¨¢s la dificultad para recuperarse de las lesiones no tiene que ver solo con la edad, sino a que ya no descansa como antes porque es padre, por lo que su energ¨ªa mental ya no est¨¢ solo en pegarle a la pelota. Los dos estereotipos tienen en com¨²n la negaci¨®n. Creo que un punto medio entre ambas sobreactuaciones se parece m¨¢s a lo que te pasa realmente¡±, dice Neuman, que, como padre, afirma sentirse m¨¢s bien disc¨ªpulo de su hijo.
El dise?ador Xavier Gallego (41), vicepresidente de brand marketing en MycoWorks, reconoce a ICON haber tenido en ocasiones problemas para gestionar su papel de padre y tener una vida activa en la que viajar, disfrutar del arte y conocer gente. ¡°Nada que con algo de terapia no se pueda superar, ?eh? En ocasiones tienes que ajustarte, porque vienes de tener un control total de las 24 horas de tu d¨ªa a d¨ªa. [Cuando somos padres] Por primera vez los hombres, que solemos ser moralmente m¨¢s ego¨ªstas, queremos morir antes que otra persona. Ellas se sienten m¨¢s importantes durante los primeros a?os de vida [de los ni?os], mientras que nosotros estamos como desenchufados. De repente, tus hijos empiezan a darte ciertas reacciones humanas, como una sonrisa, y ah¨ª ves que tu vida ya no ser¨¢ igual. Tus prioridades cambian¡±, sostiene. Neuman observa que, al haber una conciencia mortal de por medio, el amor se intensifica: ¡°Secretamente todos los d¨ªas me despido de mi hijo, por si acaso. Siento que no hay tiempo que perder y eso es algo que, de alg¨²n modo, me ha regalado mi hijo. No tienes tiempo para un mont¨®n de cosas, pero est¨¢s jugando, a su vez, todo el d¨ªa. Es esa sensaci¨®n de no tener tiempo y estar todo el d¨ªa jugando, atendiendo rabietas, cambiando pa?ales¡ Pasa a formar parte de una coreograf¨ªa l¨²dica¡±.
?El fin de la f¨¢brica de baile?
Al hablar de abandonar o desplazar una parcela de uno mismo, resulta complicado no pensar en salir de fiesta o en ir a esos festivales musicales que, a veces, suponen un soplo de aire fresco para padres agotados. Algunos acuden con sus hijos a estas citas, que cada vez ofrecen m¨¢s facilidades al p¨²blico familiar: por ejemplo, carritos con cojines para que los beb¨¦s descansen sirvi¨¦ndose de cascos antirruido. Giras de artistas como Robe han incorporado estas opciones, mientras que el festival Mad Cool, que se celebra en Madrid del 6 al 8 de julio, permite la entrada gratuita a menores de 0 a 8 a?os. ?Hasta qu¨¦ punto, por tanto, la paternidad supone ese game over que anuncia Alejandro Zambra en Poeta chileno cuando sentencia ¡°ser padre consiste en dejarse ganar hasta el d¨ªa en que la derrota sea verdadera¡±?
¡°Me temo que eso [la necesidad de salir de fiesta] es lo m¨¢s duro de criar ni?as¡±, dice a ICON Johann Wald (44), productor de Radio Primavera Sound y presentador. ¡°Hasta dentro de unos cuatro a?os no volver¨¦ a esa rutina maravillosa de quedar por la tarde-noche a enredar y decir idioteces con amigos. Y es deprimente, porque seg¨²n te haces adulto, la franja entre las siete y las once de la noche es la franja del placer, de tomar la ca?a... Conoces a gente nueva de modo pasajero, que siempre es refrescante, luego te vas a cenar a uno de esos sitios donde almacenan buen g¨¦nero, quiz¨¢s te dejas llevar luego por un c¨®ctel. Pero despu¨¦s, esa franja m¨¢gica se convierte en la franja en la que hay que ba?ar, dar de cenar y acostar a las criaturas cada d¨ªa y, aunque puedas negociar una noche al mes con tu pareja, tu cuerpo pide m¨¢s frecuencia. Al no recibirla, puede asomar la depresi¨®n. Pero bueno, todo vuelve, me aseguran otros padres¡±.
¡°Es que el no-padre no existe¡±, arguye, por su parte, Xavier Gallego. ¡°Lo que mola es ser padre e ir a tomar unas copas, ir a un concierto y poder compartirlo. Cuando voy a un concierto, de hecho, pienso en mi pareja y en mi hija, Nico. Siempre soy padre. Ser padre con canas es m¨¢s guay que no ser padre y no tener canas. En el caso de que queramos hacer algo, avisamos de las salidas con tiempo. Hay que ajustarlo, dentro de una estructura¡±.
Andr¨¦s Neuman asegura que, a los 40 a?os, hay ciertas ansiedades que ya no est¨¢n relacionadas con salir: ¡°Ya tengo claro que por la noche no se tienen grandes epifan¨ªas. Pienso seguir saliendo, pero lo que m¨¢s me preocupa ahora no es irme m¨¢s de copas, sino cu¨¢ntos a?os conviviremos en el mundo mi hijo y yo. Frente a esas preocupaciones, lo otro est¨¢ en un justo segundo plano¡±.
Una nueva generaci¨®n de padres
?Qu¨¦ ocurre en el momento en el que, de repente, un padre se sorprende actuando como su padre hizo con ¨¦l en el pasado? ?Hay una reconciliaci¨®n paternofilial o un rechazo a esas similitudes? ¡°Empec¨¦ a ver el reflejo de mi padre en m¨ª antes de que nacieran mis hijas, y afortunadamente era un se?or con mucho flow, as¨ª que no ha sido el trauma que quiz¨¢s otros s¨ª han sufrido¡±, responde Johann Wald. ¡°Al igual que mi padre, las he tenido a una edad en la que me resiento mucho de agacharme a recoger la pelotita, pero hago los esfuerzos que tocan. Es el coste de haber vivido tanto tiempo a mis anchas¡±. Xavier Gallego s¨ª ha notado una gran desconexi¨®n entre c¨®mo reacciona ¨¦l y c¨®mo lo hac¨ªa su padre, por ejemplo, ante una pataleta: ¡°Te das cuenta de que eres padre, de que tu hija es como lo eras t¨² a su edad, y te fascina a la vez que no entiendes c¨®mo reaccionaba tu padre en esas situaciones, aunque tengo la empat¨ªa del tiempo de la ¨¦poca. Hay un cambio brutal, en tan solo una generaci¨®n, de c¨®mo afrontar la paternidad y la disciplina, si es que esta existe¡±.
¡°Se puede ser feliz, inferior, brillante o idiota con o sin hijos. Tener o no tenerlos no garantiza nada, pero mi generaci¨®n ha tendido a tener criaturas tarde, y este es un dato importante, porque antes los padres lo eran a los 20 a?os y hab¨ªa mayor preocupaci¨®n por perder el trabajo, al estar comenzando la vida laboral¡±, matiza Andr¨¦s Neuman.
El ?mito? del padre milenial infantil
Hay quien piensa que los nuevos padres, como generaci¨®n en s¨ª misma, se est¨¢n demostrando incapaces de alejarse de su propia infancia, como se refleja en su amor por los videojuegos, los c¨®mics y tantos otros placeres tradicionalmente ligados a etapas tempranas de la vida. Wald est¨¢ de acuerdo con esta afirmaci¨®n. ¡°Para bien o para mal, pertenezco a una generaci¨®n de viej¨®venes que a¨²n nos creemos Los Goonies y lloramos como magdalenas cuando un actor de nuestra infancia recibe un Oscar. Afortunadamente, existen cosas como Studio Ghibli, que hacen pel¨ªculas m¨¢s sofisticadas para ver con mis hijas que Peppa Pig, que es una pesada, o La Patrulla Canina, que es muy poco estimulante. Cuento los d¨ªas para ponerles Hora de aventuras¡±, declara.
Gallego cree que lo ideal es seguir siendo tal y como se es, si bien admite que, en realidad, poder hacerlo es un privilegio: ¡°No se nos juzga tanto, tenemos m¨¢s flexibilidad, podemos ser nosotros mismos, jugamos a videojuegos cuando tenemos que hacerlo, salimos de fiesta cuando nos apetece y estamos m¨¢s presentes. El mundo est¨¢ avanzando hacia la igualdad de g¨¦nero, y esto est¨¢ ayudando a que se ajuste el modelo de familia, lo que favorece que tengas m¨¢s tiempo para hacer cosas que no sean solo proveer, educar y ser padre¡±.
Neuman ve la vida, por definici¨®n, como un desequilibrio, mientras que las emociones fuertes dif¨ªcilmente tienden al equilibrio. ¡°Al ser la paternidad una de las emociones m¨¢s potentes, la utop¨ªa de equilibrio puede conducir a la frustraci¨®n. Hay otro tipo de equilibrios m¨¢s deseables, aunque hablar¨ªa de una cierta reciprocidad o proporcionalidad en los roles¡±, concluye. ¡°En las parejas, tener un reparto de desequilibrio es una meta m¨¢s razonable¡±.
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