El milagro de las guitarras en la era del ¡®autotune¡¯: c¨®mo la pandemia ha disparado la venta de un instrumento inmortal
La m¨ªtica Fender bate su record de ventas en el a?o de la pandemia, en el que adem¨¢s la mitad de sus compradoras y usuarias son mujeres. Las guitarras demuestran as¨ª que la m¨²sica nunca nos falla
En 1954, el mundo de la m¨²sica sufri¨® uno de los terremotos m¨¢s grandes de la historia: Fender lanz¨® su modelo Stratocaster. La Stratocaster era una extensi¨®n de la Telecaster que adem¨¢s de ser m¨¢s c¨®moda que su hermana mayor, incorporaba una palanca para el Vibrato. La guitarra enseguida conquist¨® a los apellidos m¨¢s grandes del planeta de las cuerdas: Gilmour, Beck, Dylan, Blackmore, Hendrix, Clapton o Ray Vaughan sucumbieron a su encanto y cimentaron para siempre la leyenda.
Desde entonces, la empresa fundada por Clarence Leonidas (m¨¢s conocido como Leo Fender) en California en 1946, ha sido siempre el Santo Grial de una tonelada de amantes del rock¡¯n'roll y uno de esos motivos por los que vale la pena romper la hucha. As¨ª que no ha pillado a nadie por sorpresa, que en tiempos en los que hay pocas cosas a los que agarrarse, el m¨¢stil de una Fender parezca algo fiable: la compa?¨ªa acaba de comunicar que 2020 se ha convertido en el mejor a?o de su historia. Para empezar, su aplicaci¨®n de iniciaci¨®n a la guitarra, pas¨® de 150.000 usuarios a 930.000 en el periodo que va a de marzo a junio y el 70% de los usuarios de la misma no superan la cuarentena.
Aunque Fender no ha revelado el n¨²mero exacto de instrumentos liquidados (la mayor¨ªa online), el jefe de ventas, Andy Mooney, declar¨® al New York Times que hablaba de ¡®dobles d¨ªgitos¡¯. Por si no era suficiente, los californianos refuerzan su amplio cat¨¢logo de guitarras con la llegada de la Offset, que adem¨¢s del cl¨¢sico sonido de la casa, ofrecen un precio mucho m¨¢s razonable: algo que gusta a aquellos que quieren incorporarse al mercado de m¨²sicos amateurs sin gastarse una fortuna o a aquellos mel¨®manos m¨¢s experimentados que desean a?adir otra guitarra a su colecci¨®n.
Fender empez¨® su camino hacia la gloria en 1909, con el nacimiento de Leo Fender. En los a?os treinta, Leo, que trabajaba en el taller de su t¨ªo reparando radios, decide abrir su propio establecimiento. All¨ª empieza tambi¨¦n a reparar amplificadores y casi como una extensi¨®n natural: guitarras. Cada vez m¨¢s m¨²sicos acuden a aquella peque?a tienda de Fullerton a que un tipo -que no toca la guitarra- llamado Fender les arregle la guitarra de la que saben mucho menos que el propio Fender.
En 1946, Fender decidi¨® que ya pod¨ªa mont¨¢rselo a lo grande y lanz¨® su propia marca. Con la ayuda del ingeniero Lloyd Loar, en 1950, la compa?¨ªa presenta el primer modelo de guitarra el¨¦ctrica: la Fender Broadcaster. El ¨¦xito es tan salvaje que solo cuatro a?os despu¨¦s, los californianos golpean de nuevo con la Stratocaster, cuya silueta cambiar¨ªa para siempre la historia del rock, y -ya de paso- de la m¨²sica.
Desde entonces, la lista de mitos que la han lucido, manoseado, mimado o destruido en sus conciertos es infinita: Pete Townshend, Alex Turner, Mark Knopfler, Ronnie Wood, George Harrison, The Edge, John Frusciante y un mill¨®n m¨¢s. Ellos han contribuido a hacer de la marca un fort¨ªn. Pero ahora son ellas que llaman a la puerta: la revista Billboard explicaba hace unos meses que casi el 50% de las nuevas compradoras y usuarias de Fender en el Reino Unido y EE UU son mujeres. Eso ha hecho que la factor¨ªa, que hab¨ªa pasado por alto la influencia del p¨²blico femenino, est¨¦ reconstruyendo su estrategia para adaptarse a una realidad tozuda, que no tiene planeado cambiar y que han empezado a abrazar.
En la era del autotune, los samplers, los sintetizadores, la inteligencia artificial y la m¨²sica electr¨®nica, Fender es un peque?o gran milagro: su facturaci¨®n superar¨¢ este a?o los 500 millones de euros, sigue manteniendo una plantilla de m¨¢s de 1000 trabajadores y es la factor¨ªa favorita de los que siguen creyendo el poder de lo tangible: m¨¢stil, seis cuerdas, palanca y, siempre que sea posible, un ruido infernal.
Lo explic¨® mejor Justin Norvel, uno de los jefazos de marketing de Fender: ¡°Lo que realmente conecta a la gente con esa guitarra y esa silueta, es la m¨²sica con la que han crecido¡±.
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