Se oyen tiros, pero de verdad: c¨®mo los audiolibros han revolucionado nuestra forma de ¡®leer¡¯
Nos hemos acostumbrando tanto al formato audio que las novelas ya no solo se adaptan para ser le¨ªdas, sino que se escriben directamente para ser escuchadas. Hablamos con autores, editores y empresarios espa?oles que est¨¢n liderando la industria que nos permite consumir literatura subidos a la el¨ªptica
Benito Olmo es un escritor de novela negra que el 29 de enero de 2021 public¨® su ¨²ltima obra, Wonderland, una intriga criminal ambientada en un trasunto de la frustrada Eurovegas. Hasta aqu¨ª, todo normal. La novedad llega con el hecho de que Wonderland sea una audionovela, concebida y narrada para ser no le¨ªda, sino escuchada. Los audiolibros ganan peso a pasos agigantados, teniendo en cuenta que hasta hace unos a?os su presencia en el mercado editorial espa?ol era casi nula. Resulta que hab¨ªa miles de personas deseando leer de esta manera, pero no lo sab¨ªan.
Por supuesto, los audiolibros ya exist¨ªan desde hace muchos a?os, en formato de cintas de casete o ced¨¦s, seg¨²n la ¨¦poca tecnol¨®gica en la que quisi¨¦ramos disfrutarlos. Eran un recurso usado por invidentes o aficionados a la ¡°audiolectura¡±, pero un mercado absolutamente minoritario dentro del mundo editorial. Con el auge del podcast a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, se hab¨ªa ido generando un p¨²blico dispuesto a consumir historias de tipos muy diversos en formato sonoro, y de igual modo que podcasts muy distintos ¨Cde los m¨¢s profesionales surgidos de la radio tradicional a las conversaciones m¨¢s informales e improvisadas entre amigos¨C iban surgiendo como setas y aumentando oyentes, parec¨ªa l¨®gico que el audiolibro acabase por hacerlo tambi¨¦n. Estados Unidos, como en muchas otras tendencias editoriales, dictaba el camino. As¨ª lo se?ala Blanca Rosa Roca, de Roca Editorial: ¡°En 2018 vino Markus Dohle, el capo de Penguin Random House, a dar una charla a Barcelona. Dijo que los audiolibros iban a cambiar el mundo editorial porque iban a tener un boom muy importante. En Estados Unidos ha ocurrido ya; aqu¨ª algo menos y m¨¢s tarde, pero est¨¢ pasando tambi¨¦n¡±.
El crecimiento definitivo fue una de las inesperadas consecuencias de la crisis del coronavirus. ¡°Las escuchas de nuestros t¨ªtulos se han multiplicado por cuatro en 2020 a nivel mundial, en gran medida gracias al impulso de las plataformas Storytel, Kobo y Audible, entre otras¡±, nos cuenta Laura Guilera Vella, de Planeta Audio, la secci¨®n de la editorial Planeta responsable de este tipo de producci¨®n. Por su parte, Georgina Sol¨¦, marketing manager de Storytel, nos explica que durante el confinamiento ¡°la gente no ten¨ªa otra forma de acceder a la cultura y a la lectura y nuestros incrementos fueron de m¨¢s del 250%¡±.
Es un camino que se retroalimenta: la gente escucha m¨¢s audiolibros porque se ha acostumbrado a este tipo de ocio y consumo cultural, y tiene una oferta interesante de t¨ªtulos que escoger, y esa oferta existe porque las editoriales han ido siendo conscientes de que hay una demanda creciente. Los audiolibros pueden encontrarse en aplicaciones gratuitas como Ivoox, YouTube o en Spotify. Algunas plataformas ¨Ccomo Google Audiolibros o Kobo venden los audiolibros de forma independiente, de tal forma que se pueden comprar uno a uno, pero la f¨®rmula que se est¨¢ imponiendo es la que ofrecen apps como Audible -la plataforma de Amazon-, Podimo o Storytel, la empresa creada en Suecia en 2005 que revolucion¨® el mercado espa?ol con su aterrizaje en 2017. Todas funcionan con un modelo de suscripci¨®n en el que el usuario paga una tarifa plana mensual con la que puede o¨ªr cuantos libros desee. La analog¨ªa es sencilla: un Netflix o un Spotify de libros.
Y de igual modo que Netflix no solo pone a disposici¨®n del usuario contenido creado por otras productoras, sino que tambi¨¦n crea ella misma series y pel¨ªculas, plataformas como Storytel o Audible convierten ellas mismas libros en audiolibros. Es, de hecho, casi la ¨²nica posibilidad para muchas editoriales independientes de volcar parte de su cat¨¢logo a este formato. ¡°No tenemos el m¨²sculo financiero para financiar el desarrollo de todos los libros¡±, nos cuenta Blanca Rosa. ¡°La media de gasto de convertir un libro en audio puede ser unos 6.000 euros. Se necesita una buena voz, un estudio¡ los grandes grupos ya est¨¢n incluso creando sus estudios, pero nosotros no tenemos esa posibilidad¡±. Por eso, es habitual que se llegue a acuerdos con la vista puesta en hacer su cat¨¢logo accesible al oyente y obtener alg¨²n beneficio a largo plazo. ¡°Ellos se quedan la exclusiva del audio durante 4 o 5 a?os¡±, explica Blanca Rosa. ¡°Les cedemos los derechos, ellos asumen el costo de realizar el audiolibro y cuando el per¨ªodo acaba los derechos vuelven al autor y a nosotros¡±.
El mel¨®n del acento
El proceso de creaci¨®n de un audiolibro es complejo. La editorial o plataforma se pone en contacto con un estudio ¨Cya los hay especializados en este campo¨C, y se decide la voz adecuada del narrador o narradores que leer¨¢n el libro en voz alta. Suelen ser actores de doblaje o actores especializados en este formato, y la elecci¨®n de la voz adecuada para cada obra se realiza de forma individual y cuidada. Esto incluye el proceloso tema de los distintos acentos del castellano. Audible a menudo graba las dos versiones de un mismo libro, la latinoamericana con acento neutro y la espa?ola. El audiolibro de Nuestra parte de noche, por ejemplo, respeta la variedad dialectal de su autora, Mariana Enr¨ªquez, y est¨¢ narrado en espa?ol de Argentina (del mismo modo, es de suponer que un todav¨ªa no existente audiolibro de otro fen¨®meno editorial, Panza de burro, se grabar¨ªa con acento canario). ¡°A nosotros nos pasa con Nicholas Sparks, que es un autor que aqu¨ª vende bien pero en M¨¦xico much¨ªsimo m¨¢s¡±, a?ade Blanca Rosa. ¡°Cuando decidimos c¨®mo lo ¨ªbamos a hacer, elegimos acento latinoamericano¡±.
A veces se recurre a actores famosos como narradores. Recientemente, Jos¨¦ Coronado ha grabado novelas de Sherlock Holmes o Dr¨¢cula para Audible, Pastora Vega, Temblor, de Rosa Montero, y uno de los narradores de la misma Wonderland de Benito Olmo es el actor ?lex O¡¯Dogherty. En ocasiones, son los mismos autores los que graban las versiones en audio de sus obras. ¡°Hay casos en que determinadas obras son muy personales, ¨ªntimas para el autor y el hecho de que las lea hace que a¨²n se exprese m¨¢s lo que transmiti¨® a trav¨¦s de la palabra escrita¡±, explica Laura Guilera, de Planeta. ¡°Para muchos autores es emocionante leer su obra y nos expresan incluso que han llegado a comprender ciertas cosas de ellos mismos al releerse en voz alta¡±. Este es el caso de Jorge Carri¨®n, que ley¨® su ¨²ltimo libro, Lo viral, para Storytel, cuando los anteriores los hab¨ªan hecho actores.
¡°Tiene forma de diario personal y, por tanto, ten¨ªa sentido que yo le diera voz¡±, explica. Carri¨®n define la experiencia como ¡°interesante, pero extra?a. Por un lado, confi¨¦ en que a mis lectores les gustar¨ªa escucharme, sentir que era yo quien les contaba directamente mi experiencia durante la pandemia. Pero, al mismo tiempo, al leer ve¨ªa errores estil¨ªsticos, frases mejorables, de modo que me sent¨ªa inc¨®modo con mi propio texto¡±.
C¨®mo leer aquello que solo puede ser visto y escuchar lo que solo puede ser le¨ªdo
La fidelidad a la palabra escrita en este tipo de grabaciones es total. De hecho, como explica Georgina Sol¨¦, ¡°dentro de nuestro proceso de producci¨®n existe una fase denominada prooflistening o ¡®escucha de prueba¡¯ en la que una persona lee el texto a la vez que lo escucha para asegurarnos de la fidelidad del mismo. En algunos casos, cuando estamos ante libros de no ficci¨®n, informativos o que por cualquier causa contienen gr¨¢ficos, im¨¢genes y otros recursos dif¨ªciles de transmitir oralmente, hacemos una adaptaci¨®n de los mismos para poder ser explicados, pero siempre contamos con la autorizaci¨®n y validaci¨®n del autor o autora, porque al fin y al cabo el texto y la autor¨ªa son suyas¡±. El objetivo es que, aunque la experiencia de leer un libro y la de o¨ªrlo son distintas, el texto sea el material m¨¢s importante de trabajo.
Esto cambia con el siguiente paso que han dado las plataformas de audiolibros: ponerse a crear contenido propio y exclusivo, fabricar audiolibros desde cero dise?ados para ser solo escuchados y no le¨ªdos. En el caso de Storytel, ha producido ya unos 40 t¨ªtulos en su secci¨®n Storytel originals, con guionistas y autores reconocidos como Vicente Molina Foix, Carmen Domingo, Manuel Loureiro o el citado Benito Olmo, que tienen que adaptarse a un formato con exigencias distintas.
¡°Es un lenguaje a mitad de camino entre la novela y la narrativa audiovisual¡±, nos explica Olmo. ¡°Los lectores van a o¨ªr lo que t¨² est¨¢s escribiendo. No puede haber demasiados personajes ni demasiados saltos en el tiempo. Y puedes contar con un arsenal auditivo: ya no digo ¡°se escuch¨® un disparo¡±, sino que suena un disparo. Ya no digo: ¡°se escuchaba una canci¨®n en la radio¡±, sino que suena la canci¨®n. Todo eso enriquece la historia, y como narrador es muy divertido escribir as¨ª¡±.
¡°Creo que es un ¨¢mbito fascinante¡±, concuerda Jorge Carri¨®n. ¡°En Solaris, ensayos sonoros (Podium) he intentado experimentar con el territorio intermedio, entre el podcast y el audiolibro. Tambi¨¦n lo es el audiolibro expandido, con participaci¨®n de m¨²sicos y t¨¦cnicos sonoros¡±. Todo esto tiene como objetivo, adem¨¢s, enganchar al lector/oyente, como nos explica Sol¨¦: ¡°Cuantos m¨¢s elementos contenga una producci¨®n sonora, con m¨¢s facilidad y durante m¨¢s tiempo captamos la atenci¨®n del oyente¡±.
La voltereta definitiva viene cuando vemos que estamos ya en un punto en el que no es que los libros se editen primero en papel y luego se pasen a audio o algunos los creen directamente para ser audio, sino que se da el fen¨®meno inverso: obras nacidas como audiolibros que, una vez probado su ¨¦xito, pasar¨¢n a ser impresas en papel, convertidas en libros ¡°tradicionales¡±, fen¨®meno conocido como audio first.
?Qui¨¦n est¨¢ escuchando?
La usuaria media de una plataforma como Storytel es una mujer que vive en un ¨¢rea urbana y tiene entre 25 y 45 a?os. En esto coinciden con el perfil lector de Espa?a, donde siempre leen m¨¢s las mujeres que los hombres, pero difieren en la edad: para el libro tradicional, la franja que m¨¢s lee es la de mayores de 55 a?os. Al contrario de lo que ocurri¨® al principio con el libro digital, las editoriales y autores no ven el audiolibro como competencia del libro impreso, sino como un complemento, quiz¨¢ porque la pirater¨ªa que en un primer momento se tem¨ªa que amenazase al libro original ¨Choy ya existente pero contenida- es, en el caso del audiolibro y al menos por ahora, testimonial, y porque el audiolibro ocupa un hueco que el lector no iba a llenar de ning¨²n modo con un libro en papel, por falta de afici¨®n o de tiempo.
¡°Muchos de nuestros lectores nos explican emocionados que han conseguido ganar tiempo de lectura a?adiendo los audiolibros a sus lecturas¡±, explica Laura Guilera. En tiempos de hiperproductividad y multitarea, en los que siempre estamos faltos de tiempo, la posibilidad de poder hacer ejercicio, ir en un medio de transporte, cocinar o realizar tareas dom¨¦sticas y leer a la vez es una de las claves del ¨¦xito del formato audio. Tiene algo de rom¨¢ntico tambi¨¦n; de recuperar la tradici¨®n de la narraci¨®n oral de los tiempos en los que la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n era analfabeta y las leyendas, los mitos y las historias populares no se transmit¨ªan por escrito, sino de boca a oreja. El audiolibro ofrece, adem¨¢s, una sensaci¨®n de conexi¨®n humana, una compa?¨ªa, lo que se denomina la vieja magia de la radio. ¡°Lo sonoro se ha impuesto con fuerza por varias razones¡±, desarrolla Carri¨®n. ¡°Desde la sensaci¨®n de intimidad que comunica un canal que no es el principal de nuestras vidas (la vista, la pantalla) hasta la fuerza de la oralidad tradicional, pasando por la voluntad de llenar de sentido los momentos muertos¡±.
Al final, los audiolibros funcionan porque ponen todas las facilidades para que el usuario, el consumidor, el lector, el oyente ¨Ccomo se prefiera llamarle¨C, pueda acceder a una obra de otra manera, a veces m¨¢s c¨®moda. Y enganchan por el mismo motivo por el que lo hacen los libros o los cuentos junto a una hoguera: nos traen una buena historia bien contada. No hay m¨¢s misterio.
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