¡°Esta canci¨®n es una mierda¡±: Frank Sinatra y el cl¨¢sico que odiaba pero del que nunca pudo librarse
El 9 de julio de 1966, ¡®Strangers in the Night¡¯ alcanzaba el n¨²mero 1 de la lista de ¨¦xitos Billboard. A pesar de haberla calificado como la peor canci¨®n que hab¨ªa escuchado nunca, el cantante italoamericano la interpret¨® durante a?os para agradar a su p¨²blico y mantener su alto nivel de vida. Esta es la cr¨®nica de una relaci¨®n mal avenida, pero necesaria, entre un astro y un cl¨¢sico
En 1960, Frank Sinatra fund¨® Reprise, su propio sello discogr¨¢fico. Despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas dedicado al mundo del espect¨¢culo, La Voz se dio cuenta de que solo as¨ª tendr¨ªa un verdadero control sobre su carrera art¨ªstica. Gracias a Reprise, Sinatra pod¨ªa elegir sus m¨²sicos, sus arreglistas, trabajar ajeno a fen¨®menos como el rock and roll, el auge de los cantantes folk, como Bob Dylan, la beatleman¨ªa, y, lo que es m¨¢s importante, decidir su repertorio.
No obstante, y a pesar de esa independencia, en 1966 Sinatra tom¨® una decisi¨®n un tanto incomprensible que le afectar¨ªa el resto de su carrera. En lugar de seguir su instinto art¨ªstico, se decant¨® por el criterio empresarial y grab¨® Strangers in the Night, un elep¨¦ que tuvo magn¨ªficos resultados econ¨®micos, pero del que no qued¨® demasiado convencido. ?La raz¨®n? Precisamente la canci¨®n que daba t¨ªtulo al trabajo.
El tema hab¨ªa sido compuesto por el director alem¨¢n de orquesta Bert Kaempfert, quien rescat¨® un fragmento instrumental que hab¨ªa utilizado previamente en la banda sonora de Esp¨ªas en acci¨®n, pel¨ªcula protagonizada por James Garner y Melina Mercouri. De hecho, en un primer momento se pens¨® en la artista griega para interpretar la canci¨®n. Sin embargo, Mercury la rechaz¨® con el argumento de que la tonalidad era m¨¢s apropiada para una voz masculina. De ese modo, y con una nueva letra en ingl¨¦s escrita por Charles Singleton y Eddie Snyder, fue a parar a manos de Sinatra.
¡°No quiero cantar esto. Es una mierda¡±. Fue, seg¨²n varias biograf¨ªas, la respuesta que Sinatra le dio a su ayudante Irving Weiss cuando le propuso interpretar Strangers in the Night. A pesar de esa mala opini¨®n y de su casi omnipotente capacidad de decisi¨®n, cuando en Reprise tuvieron noticia de que la canci¨®n tambi¨¦n se le hab¨ªa ofrecido al cantante Jack Jones, convencieron a Sinatra de la necesidad de grabarla antes que cualquier otro. El objetivo era, simplemente, ser los primeros. Lo que nadie esperaba, empezando por el propio Sinatra, era que la canci¨®n se iba a convertir en un ¨¦xito mundial.
Publicada en mayo de 1966, el 9 de julio Strangers in the Night lleg¨® al n¨²mero uno de la lista de ¨¦xitos Billboard, la m¨¢s influyente del mundo. Repiti¨® ese mismo puesto en la lista inglesa de sencillos m¨¢s vendidos y obtuvo tambi¨¦n muy buenos resultados en otros rankings europeos. Por si no fuera suficiente, en la edici¨®n de los Grammy de ese a?o, la canci¨®n y el ¨¢lbum salieron vencedores en las categor¨ªas de mejor interpretaci¨®n masculina pop, mejor disco del a?o, mejor arreglo musical para interpretaci¨®n vocal y mejor grabaci¨®n.
La acogida fue tan buena que, a partir de entonces, adem¨¢s de cl¨¢sicos como Night and day, I¡¯ve Got You Under My Skin, Witchcraft o Just One Of Those Things, en los conciertos de Sinatra sonaba, muy a pesar del artista, Strangers in the Night. ¡°Hay una canci¨®n que no soporto. Simplemente no la soporto, pero qu¨¦ diablos¡±, confesaba Sinatra en un concierto celebrado en Jerusal¨¦n en noviembre de 1975 refiri¨¦ndose a ella. No era la primera vez que despotricaba contra Strangers in the Night desde el escenario ni ser¨ªa la ¨²ltima. Seg¨²n relatan Anthony Summers y Robbyn Swan en Sinatra: the life, el artista habr¨ªa llegado a decir en una ocasi¨®n sin percatarse que el micr¨®fono estaba abierto: ¡°Esta es la puta peor canci¨®n que he escuchado en mi vida¡± o, dirigi¨¦ndose directamente al p¨²blico: ¡°Si os gusta esta canci¨®n, entonces os debe de chiflar el yogur de pi?a¡±. En todo caso, nada como cuando, en mitad de una actuaci¨®n en Las Vegas, lleg¨® a decirle al director de la orquesta: ¡°Si te atreves a tocar esa canci¨®n de nuevo, te meto el arco del viol¨ªn all¨ª donde no luce el sol¡±.
Por si no fuera suficiente tortura, la periodista Kitty Kelley relata en His way. The unauthorized biography of Frank Sinatra que Strangers in the Night fue una de las canciones que sonaron por el hilo musical del Hotel Sands de Las Vegas cuando, el 19 de julio de 1966, Frank Sinatra contrajo matrimonio con Mia Farrow. Un hecho que para los m¨¢s fabuladores podr¨ªa haber sido una premonici¨®n sobre el aciago futuro de la pareja.
Tropec¨¦ de nuevo con la misma piedra
Aunque pueda tratarse de uno de los casos m¨¢s llamativos, Sinatra no es el ¨²nico artista que odi¨® alguno de sus grandes ¨¦xitos. Madonna, por ejemplo, no soporta Like a Virgin, REM aborrece Shiny Happy People y Robert Plant acab¨® harto de Stairway to Heaven. Tampoco es un fen¨®meno ¨²nicamente anglosaj¨®n: a Loquillo nunca le gust¨® la versi¨®n m¨¢s popular de Quiero un cami¨®n ¡ªpor eso la volvi¨® a grabar con un nuevo arreglo en 2015¡ª, Amaral prefiere no tocar en directo Tarde de domingo rara y Radio Futura reniega de Enamorado de la moda juvenil.
En todo caso y a pesar de la ojeriza que le ten¨ªa Sinatra, Strangers in the Night nunca dej¨® de estar en el repertorio del artista. Como ¨¦l mismo reconoc¨ªa, la canci¨®n le hab¨ªa ayudado a mantenerse ¡°alejado de la pizza¡±. En otras palabras, le hab¨ªa permitido disfrutar de una vida rodeada de lujos y comodidades, entre las que se contaban un helic¨®ptero y avi¨®n privados, apartamentos, mansiones, manjares y excesos.
Tanto es as¨ª que Sinatra no tuvo problema en repetir una experiencia semejante tres a?os m¨¢s tarde y sacrificar de nuevo su criterio art¨ªstico en beneficio de su fortuna, la cual lleg¨® a rondar los doscientos millones de d¨®lares (casi ciento setenta millones de euros). Sucedi¨® con My Way, otro de sus grandes ¨¦xitos aunque, en su descargo hay que reconocer que, en un primer momento, esa canci¨®n s¨ª que le gustaba.
Escrita originalmente por el franc¨¦s Claude Fran?ois, Paul Anka adquiri¨® posteriormente los derechos para el mercado anglosaj¨®n y compuso una nueva letra. Aunque no ten¨ªa nada que ver con la original, encajaba perfectamente en la personalidad de Sinatra, que qued¨® complacido tanto por su partitura, como por esa imagen de hombre despreocupado y libre que dibujaban sus estrofas.
Aunque tan solo alcanz¨® el puesto 29 en las listas de pop, My Way se convirti¨® en el single m¨¢s vendido de su carrera y en un ¨¦xito internacional incontestable. Adem¨¢s de por Sinatra, fue grabada por Elvis, Nina Simone, Aretha Franklin, Raphael, Sid Vicious y todas las orquestas habidas y por haber. Desde la de Frank Pourcel a la Fausto Papetti, sin olvidar la de Miguel Ramos y su ¨®rgano Hammond. En consecuencia, hacia finales de los setenta, a Sinatra el tema comenz¨® a atragant¨¢rsele.
Aunque en algunos conciertos hac¨ªa lo posible por no interpretar My Way, el p¨²blico se la demandaba y no le dejaba abandonar el escenario hasta que la acababa cantando, aunque fuera como bis. Un trance al que el artista se enfrentaba con la misma sinceridad que demostraba con Strangers in the Night. ¡°Odio esta canci¨®n, ?si la cantarais durante ocho a?os vosotros tambi¨¦n la odiar¨ªais!¡±, declar¨® en una actuaci¨®n en el Caesar¡¯s Palace en 1978. Un sentimiento que el artista volvi¨® a compartir un a?o m¨¢s tarde en Los ?ngeles: ¡°Y por supuesto, ha llegado el momento tortuoso, no para vosotros, sino para m¨ª¡±. A pesar de lo cual, la cantaba. Eso es un artista.
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