¡°Con ustedes, Fitos y el fitipaldi¡±: Las bandas tributo arrasan este verano en las verbenas
Formaciones que imitan a Izal, Lori Meyers, Hombres G o Fito y Fitipaldis pueden llegar a tener 40 conciertos por temporada. Las tradicionales orquestas de baile ven peligrar su hegemon¨ªa
El cartel de un concierto en San Esteban de Gormaz (Soria) provoc¨® un aluvi¨®n de furibundos comentarios en redes sociales a finales del mes pasado. ¡°Tributo al indie espa?ol¡±, rezaba el afiche. Los m¨¢s se hac¨ªan cruces ante la flagrante insolencia de que el venerado repertorio de Izal, Vetusta Morla, Lori Meyers y Love of Lesbian fuera manoseado por unos aficionados. La actuaci¨®n, contratada por el Ayuntamiento, era solo una m¨¢s de las que de un tiempo a esta parte proliferan en municipios de todo el pa¨ªs. ?A qu¨¦ se debe el auge de estos grupos de versiones? Algunos dentro de la industria van m¨¢s lejos y se preguntan: ?es l¨ªcito lo que hacen?
Dos tipos de formaciones se dedican a ello. Por un lado, los grupos de tributo, que fusilan material de una sola banda o un artista. No solo sus canciones: tambi¨¦n su vestuario, sus peinados, sus voces, su logo. Grupos de tributo a los Beatles, Elvis Presley, Pink Floyd o Queen funcionan desde hace d¨¦cadas y algunas son muy apreciadas. Pedro Andreu, bater¨ªa de H¨¦roes del Silencio, lleg¨® a tocar con unos clones de los zaragozanos. Distinto enfoque tienen los grupos de versiones, que replican canciones de varios artistas, al estilo de La D¨¦cada Prodigiosa. Entienden el tributo en un sentido m¨¢s amplio: abarcan desde el pop-rock espa?ol de los ochenta a, como vemos, el indie pop nacional. Grupos de tributo y de versiones tienen una cosa en com¨²n: explotan canciones compuestas, arregladas y grabadas por otros.
Por lo pronto, estas agrupaciones se han convertido en seria competencia de las tradicionales orquestas de verano. Cumplen similar funci¨®n, pero por mucho menos dinero. Chema Garc¨ªa, bater¨ªa y fundador de La Orquesta de la Luna, confiesa: ¡°Tengo miedo. Llevamos una infraestructura costosa y si los ayuntamientos empiezan a recortar presupuestos¡ ser¨ªa una pena. Las orquestas estamos cayendo en el olvido, y una de las razones es esta¡±.
Pero, ?acaso no hacen lo mismo unos y otros? ?No se dedican las orquestas a interpretar, adem¨¢s de cl¨¢sicos de la pachanga, los ¨¦xitos del momento? Y, sin embargo, nadie ha cuestionado jam¨¢s la labor de estos entra?ables colectivos, que con sus versiones inundan de alegr¨ªa plazas mayores. Chema Garc¨ªa encuentra varias diferencias: ¡°Una orquesta toca todos los palos: pasodoble, bolero, pop, rock¡ Para mayores, j¨®venes, ni?os. Adem¨¢s, no solo ofrecemos unas canciones, sino un espect¨¢culo. Llevamos camiones, pantallas, un gran equipo¡ Y estamos en el escenario tres y cuatro horas¡±.
Carlos Mari?o, m¨¢nager de Lori Meyers, Anni B Sweet o Fangoria, tambi¨¦n considera que son negociados distintos: ¡°Las orquestas son otra cosa¡±, despacha. ¡°Hacen versiones pero en plan orquesta, no pretendiendo imitar fidedignamente¡±. Adem¨¢s, las orquestas se anuncian con su propio nombre; no recurren a nombres de otros para venderse. Los grupos de tributo, en cambio, necesitan publicitarse con el nombre del artista homenajeado. Eso cuando no recurren a agudos anagramas que evocan el original. Adivina: ?a qui¨¦nes copian Fitos y El Fitipaldi, Fitopaldis, Milindri o Los G?
Mientras hist¨®ricamente se ha tolerado a los grupos de tributo de bandas disueltas, las que se especializan en artistas en activo empiezan a incomodar. ¡°Me parece l¨ªcito que haya grupos que hagan versiones e imiten a bandas ya extintas¡±, opina Carlos Mari?o. ¡°Cuanto m¨¢s fieles sean, tanto musical como est¨¦ticamente, mejor. Pero bandas que imiten a artistas que puedes ver m¨¢s f¨¢cilmente¡ me cuesta entenderlo. Por ejemplo, comprendo que haya bandas de tributo a H¨¦roes del Silencio o a Radio Futura, pero no a Bunbury o Juan Perro¡±.
En la misma l¨ªnea se pronunciaba Javier Adrados, bi¨®grafo de Mecano, en una entrevista en Subterfuge Radio: ¡°Que imiten a Ana Torroja, que sigue cantando¡ me parece muy feo. Que esperen a que se retire¡±. En la actualidad, grupos y solistas consagrados a tocar canciones de Manolo Garc¨ªa, Fito & Fitipaldis, Joaqu¨ªn Sabina, Melendi, Hombres G¡, todos ellos vigentes, encuentran f¨¢cil acomodo en peque?os escenarios de todo el pa¨ªs.
La relaci¨®n entre originales y calcos no siempre ha sido amistosa. En 2016, la cantante estadounidense Pink demand¨® a una imitadora por considerarla ¡°demasiado mayor¡± y ¡°demasiado poco atractiva¡± para remedarla (lo que pod¨ªa da?ar su imagen de marca). Ese mismo a?o, el abogado de Metallica envi¨® una amenazante misiva al grupo canadiense Sandman, exigi¨¦ndole que dejara de usar un logo demasiado parecido al del grupo de James Hetfield y Lars Ulrich (cuando estos se enteraron, echaron pelillos a la mar a cambio de un simb¨®lico d¨®lar). Este 2021, Pearl Jam ha emprendido acciones legales contra un grupo llamado Pearl Jamm (ahora llamado Legal Jam): la similitud del nombre, alegan los de Seattle, podr¨ªa confundir a los compradores de entradas. (Cabe recordar que Metallica y Pearl Jam son dos de las bandas m¨¢s combativas en tribunales: ¨¦picas fueron sus batallas procesales contra Napster y Ticketmaster, respectivamente.)
Los grupos de tributo son un fil¨®n para muchos municipios, que pueden llenar recintos con repertorios de grandes artistas, aunque en versi¨®n facs¨ªmil. ¡°Prohibir no se puede ni se debe¡±, explica Carlos Mari?o. ¡°Pero mucho sentido no le veo a los tributos a bandas de ¨¦xito actual. Por tanto, no me parece muy loable que ayuntamientos tiren de cacao Hacendado habiendo Cola-Cao¡±. Para este m¨¢nager, es cuesti¨®n de calidad. ¡°No creo que haya ning¨²n tributo a Vetusta que se le pueda asemejar. No veo peligro, al menos de momento, en que puedan hacerles competencia a los originales¡±, dice.
Los G es un grupo de tributo a Hombres G formado en Puertollano (Ciudad Real). En 2017 su cantante, Fran Herv¨¢s, estaba grabando una maqueta para un proyecto personal como cantautor cuando el productor le habl¨® de esta clase de bandas. ¡°Me dijo que se estaban poniendo de moda¡±, recuerda Herv¨¢s. ¡°Al rev¨¦s que la m¨²sica propia, m¨¢s en la cuerda floja. Me anim¨® a montarla. Entre varias propuestas sali¨® Hombres G. Como he sido seguidor y me parece un grupo entretenido, que divierte al p¨²blico, nos decantamos por ¨¦l¡±.
Cuando uno escucha cantar a Fran Herv¨¢s parece estar oyendo a David Summers: as¨ª de parecidas son sus voces (y eso que la de Summers es peculiar como pocas). Se ha empollado sus conciertos. ¡°Un grupo de versiones puede permitirse ciertas licencia, pero uno de tributo tiene que ser lo m¨¢s calcado posible: lograr que la gente cierre los ojos y est¨¦ escuchando el original¡±, cuenta. En 2019, solo dos a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, hicieron m¨¢s de 40 conciertos (este 2021, a¨²n marcado por la pandemia, esperan llegar a los 25). Aun as¨ª, no le da para vivir solo de ello: trabaja como vigilante de seguridad.
Herv¨¢s admite que estos formatos ¡°son una moda, como el reguet¨®n¡±. A los espectadores de m¨¢s de 40 les hacen revivir su juventud. De ah¨ª que muchos consistorios los elijan para animar sus festejos, en detrimento de otras modalidades. ¡°Las orquestas llevan mucha producci¨®n, y eso encarece los costes; el concejal prefiere contratar a un grupo de tributo que cuesta 2.000 euros¡±, dice Herv¨¢s, quien no ve ambas variedades incompatibles. ¡°Tambi¨¦n he estado ejerciendo en orquestas, y son cosas distintas. Estas van a perdurar siempre¡±.
El respeto con que, asegura, acometen las canciones de Summers y compa?¨ªa les ha brindado su benepl¨¢cito. ¡°Tenemos relaci¨®n con ellos por redes sociales. Interact¨²an con nosotros, nos dan ¨¢nimo, nos han felicitado. Alguna vez les hemos pedido alg¨²n v¨ªdeo promocional y no han tenido problema en hacerlo¡±. Y zanja la cuesti¨®n de fondo: viene a defender que encarnan un producto que rellena el vac¨ªo entre las tarimas de los bares y los grandes montajes de plaza de toros. ¡°Donde nosotros tocamos, Hombres G no van a tocar. Actuamos en auditorios peque?os, y ellos all¨ª, por cach¨¦, no van a ir. En ese sentido no nos pisamos¡±.
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