Enfrentado al Klan: El hombre que fue DJ y ahora lidera la mayor milicia afroamericana de EE UU
La organizacion Not Fucking Around Coalition dice proteger a la comunidad negra del supremacismo blanco y la violencia policial, y apuesta por crear un etnoestado negro
El 25 de mayo de 2019, nueve supremacistas blancos se plantaron en Dayton, Ohio, en un despliegue de m¨²sculo convocado por el Ku Klux Klan. Entre las muchas respuestas de rechazo con las que se encontraron estaba, por primera vez, algo llamado Not Fucking Around Coalition (NFAC, traducible como Coalici¨®n de No Vamos De Puta Broma), una milicia de nuevo cu?o que asegura defender a la comunidad negra de EE UU de las consecuencias m¨¢s violentas del racismo americano, partiendo las detenciones arbitrarias y los asesinatos, sobre todo los policiales. Juran no ser unos nuevos Panteras Negras ni ser el brazo armado de Black Lives Matter, pero su m¨¢s de un millar de miembros irrumpe con rifles de asalto en congregaciones supremacistas. Han pegado tiros, s¨ª, pero contados. Quienes han sido detenidos o sentenciados, ha sido, principalmente, por apuntar sus armas a agentes de la ley.
El fundador de la milicia, John Fitzgerald Johnson (Florida, 52 a?os), apodado Grand Master Jay, se resiste a toda definici¨®n llana. ¡°Antes que nada soy un hombre negro harto de gilipolleces¡±, declara por videollamada este soldado retirado con un curr¨ªculo que solo se puede encontrar en EE UU: ha sido productor y DJ de hip hop (sin mucho recorrido), y candidato a presidente en 2016 (con menos recorrido). Ahora hace de gu¨ªa espiritual en este grupo paramilitar. Esta ma?ana est¨¢ ataviado con un chaleco antibalas y gafas de sol. En la pared que hay a su espalda cuelgan fotos de Muhammad Ali, Malcolm X y de s¨ª mismo.
En 2020, el inter¨¦s en la NFAC se potenci¨® tras el asesinato, a manos de la polic¨ªa, de Breonna Taylor en Louisville, y el de Ahmaud Arbery en Brunswick, Georgia, esta vez a manos de dos civiles, Gregory McMichael y su hijo Travis. ¡°Eso nos preocupaba mucho, porque ya no es solo la polic¨ªa la que mata, sino tambi¨¦n la gente normal¡±, protesta Johnson. La autodefensa y la vigilancia en sus vecindarios son, asegura, la principal raz¨®n del nuevo grupo, otro rasgo que les acerca a las Panteras Negras. ¡°La polic¨ªa siempre dice que ataca en defensa propia, pero nadie les est¨¢ disparando. Defendernos es lo que hacemos nosotros. No amenazamos y nunca hemos disparado¡±, contin¨²a.
¡°Queremos participar en la planificaci¨®n de nuestras comunidades¡±, contin¨²a. ¡°La polic¨ªa tiene modelos de acci¨®n reactivos y no funcionan. Nosotros queremos hacer modelos proactivos: en el barrio conocemos a la gente, sabemos qu¨¦ pasa y podemos ver si ocurre algo antes de que ocurra¡±.
Un mill¨®n de soldados
Esta milicia parte de libros cl¨¢sicos de los derechos civiles como Negroes With Guns, del activista Robert F. Williams. Aspira a llegar al mill¨®n de ¡°soldados¡±, pero no aceptan a cualquiera. Para ingresar se debe ser negro, disponer de arma propia y tener 18 a?os, aunque plantean retrasar la edad m¨ªnima hasta los 21. ¡°Al principio hubo chavales que entraron y luego abandonaron. Se nos quieren unir muchos j¨®venes, pero deben dar el paso a la madurez. No pueden ir por ah¨ª con el rollo de ¡®Hey, tengo una semiautom¨¢tica!¡±, prosigue Johnson.
Se estudian los antecedentes penales de cada miembro. ¡°Preferimos a exmilitares. Esto no es un club de armas, no es una iglesia. Es una milicia. Necesitas recibir ¨®rdenes y tener un cierto grado de profesionalidad. Si has servido en el ej¨¦rcito entiendes lo que es la instrucci¨®n y la autoridad¡±, sostiene Johnson. ¡°No aceptamos a gente que haya sido polic¨ªa o funcionario de prisiones, porque aqu¨ª hay muchos amigos que han tenido malas experiencias con la polic¨ªa. No quiero que pase algo y alguien te dispare. Es por tu seguridad¡±.
Eso a corto plazo. A largo plazo ya es otra cosa m¨¢s difusa. Johnson apuesta por la idea de fundar un etnoestado negro. Cita The Destruction of Black Civilization, del historiador Chancellor Williams, para justificar la creaci¨®n, por parte de descendientes de esclavos, de ¡°un lugar al que volver y donde determinar nuestro destino¡± que se llamar¨ªa United Black Kemetic Nation (UBKN). ¡°Viene de Kemet, que quiere decir tierra de negros, era el nombre de Egipto¡±, explica. Por ahora a¨²n no tiene claro c¨®mo ni d¨®nde ocurrir¨ªa.
Grand Master Jay habla como un predicador y parece convencido de que lo es. De algo m¨¢s de cincuenta a?os, este militar veterano tiene un historial de vida hecho de retazos que es dif¨ªcil de resumir. Entr¨® en el ej¨¦rcito en 1989 y lo dej¨® en 1997, aunque al a?o siguiente volvi¨® y m¨¢s tarde fue expulsado: la baja fue por una raz¨®n ¡°distinta a la honorable¡±. Su trayectoria como m¨²sico, de la que hay poco registro, tambi¨¦n fue err¨¢tica, y Grandmaster Flash y DJ Jazzy Jeff lo acusaron de haberlos plagiado, seg¨²n The Atlantic. En 2016 se convirti¨® en un pol¨ªtico de mecha corta, presentando una candidatura independiente a la Casa Blanca bajo el lema ¡°Solo nosotros podemos arreglarnos¡±. Poco despu¨¦s, reapareci¨® en redes con una serie de v¨ªdeos ¨Choy ya un canal de YouTube¨C que, afirma, son el germen de la actual NFAC.
Mientras a¨²n resuena el eco del asalto al Capitolio del pasado enero, momento de ¨¦xtasis para milicias de extrema derecha, como los Oath Keepers o los supremacistas Boogaloo Boys, la NFAC no anda falta de pol¨¦micas. Johnson dio apoyo al movimiento pac¨ªfico Black Lives Matter en sus inicios, pero actualmente opina que ¡°no ha servido de nada y sus actividades ya no reflejan la lucha de la gente negra, han sido eclipsados por el movimiento LGTBI¡±, lo que le ha valido acusaciones de promover un discurso hom¨®fobo. A?os atr¨¢s, tambi¨¦n se encontraron comentarios en sus redes sociales, ahora suspendidas, en los que sembraba la duda sobre el holocausto nazi.
A finales de 2020 el FBI registr¨® el domicilio de Johnson en West Chester y lo detuvo, bajo la acusaci¨®n de haber apuntado y cegado con la linterna de un AR-15 a unos agentes de polic¨ªa en una manifestaci¨®n de Louisville. ¡°Es mentira, cualquiera que me haya visto sabe que no apunto a nadie¡±, protesta el l¨ªder de la organizaci¨®n, que est¨¢ en libertad bajo fianza y para el que piden 20 a?os de c¨¢rcel. ¡°Ahora no llevo armas [se las incautaron] pero me dedico a trabajar con la comunidad, no tengo problema¡±, a?ade. Espera ser juzgado.
Grand Master Jay sostiene sin pesta?ear que la administraci¨®n Trump inici¨® una persecuci¨®n contra ¨¦l. Sin embargo, pese a lo que podr¨ªa desprenderse de su tono visceral, es optimista con el nuevo gobierno del pa¨ªs: ¡°Con Biden la atm¨®sfera es m¨¢s liberal y diversa. Tienes a un indio, descendiente de indios, que se sienta en el Departamento de Justicia, y se est¨¢n librando de la gente que ayud¨® a Trump en su reinado del terror. El racismo sigue ah¨ª, pero los evidentes y cada vez m¨¢s al alza actos de racismo que se produc¨ªan durante la administraci¨®n Trump se han acabado. Lo ¨²ltimo que quiere la administraci¨®n de Biden es la continuaci¨®n de aquello, porque entonces surgen grupos como nosotros¡±, considera. Con todo, la que ya es la milicia negra m¨¢s grande de Estados Unidos corre el riesgo de perder a su comandante.
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