Sois liberales solo con vosotros
Investigan la concentraci¨®n de poder, dinero e informaci¨®n de las grandes tecnol¨®gicas
El Departamento de Justicia de EE UU ha presentado una demanda antimonopolio contra Google, acusada de abusar de su posici¨®n dominante. El Comit¨¦ Antimonopolio del Congreso de ese pa¨ªs reclama leyes m¨¢s duras contra Google, Apple, Facebook y Amazon (GAFA) por lo mismo: estas empresas se habr¨ªan aprovechado de su predominio para erradicar la competencia. Al principio del pasado verano, los m¨¢ximos ejecutivos de dichas tecnol¨®gicas comparecieron por videoconferencia ante la Comisi¨®n de Justicia de la C¨¢mara de Representantes para negar que fueran monopolios; ante la idea de algunos representantes del poder legislativo estadounidense de que habr¨ªan de trocearse (como se hizo con grandes monopolios petroleros o telef¨®nicos), los Zuckerberg (Facebook), Bezos (Amazon), Pichai (Google) y Cook (Apple) avisaron: si la legislaci¨®n impide que sus empresas sigan creciendo o comprando otras empresas de la competencia, las compa?¨ªas chinas como Huawei ocupar¨¢n su lugar. Adem¨¢s de estos casos, hay m¨¢s investigaciones en marcha, especialmente sobre Google.
El final de la legislatura norteamericana ha coincidido con los intentos de controlar la concentraci¨®n de poder, dinero e informaci¨®n (a trav¨¦s de los datos) en manos de unas pocas compa?¨ªas frente a las que la pol¨ªtica se ha mostrado impotente. Son las m¨¢ximas representantes de lo que la profesora em¨¦rita de la Harvard Business School Shosana Zuboff ha denominado en un libro ¡°el capitalismo de la vigilancia¡± (Paid¨®s). Durante la ¨²ltima d¨¦cada en especial, las GAFA no han estado sometidas apenas a regulaci¨®n, no han sufrido obst¨¢culos legales para desarrollarse y para arramblar con todo lo que crec¨ªa a su lado y pod¨ªa constituirse en su competencia.
Tras unos inicios en que aparentaban funcionar como fuerzas sociales liberadoras y democratizadoras, poco a poco todo cambi¨®. En el a?o 2009, por ejemplo, la opini¨®n p¨²blica se enter¨® de que Google conserva nuestros historiales de b¨²squedas indefinidamente, y que esos datos est¨¢n disponibles como si fueran materias primas, y a disposici¨®n de los servicios de inteligencia y policiales de los Gobiernos. En 2011, Apple, la simp¨¢tica empresa de la manzana en la que invirti¨® por casualidad, haci¨¦ndose multimillonario, Forrest Gump, logr¨® superar a ExxonMobil ¡ªfruto del desgajamiento de la Standard Oil y, luego, de la posterior fusi¨®n de dos trozos de aquel monopolio petrolero de los Rockefeller¡ª como la empresa con mayor capitalizaci¨®n burs¨¢til del planeta.
Finalmente, el poder pol¨ªtico ha comenzado a investigar ¡ªcon la intenci¨®n de regular¡ª a las grandes tecnol¨®gicas, en muchos casos ya m¨¢s poderosas que el sistema financiero. El Comit¨¦ Antimonopolio escribe: ¡°Controlando el acceso a los mercados, estos gigantes pueden elegir a los vencedores y a los vencidos en nuestra econom¨ªa, cargando tarifas exorbitantes, imponiendo duros contratos y extrayendo datos personales y de negocios de tremenda importancia¡±. Lo que pretende Zuboff con su libro es destapar las tendencias del capitalismo de la vigilancia a ampliar las desigualdades, intensificar la jerarquizaci¨®n social, exacerbar la exclusi¨®n, usurpar derechos y despojar la vida personal de todo aquello que la hace justamente personal. Los capitalistas de la vigilancia saben todo sobre nosotros, pero nosotros no sabemos nada de ellos.
La juventud de las GAFA y de los que las gestionan y trabajan en ellas, su apariencia casual, alejan a estas empresas de la imagen de rapi?a del capitalismo tradicional, y de los potentados con sombrero de copa, puro entre los dedos y frac. M¨¢s a¨²n si Trump y su s¨¦quito opinan que sus pr¨¢cticas y contenidos est¨¢n sesgados hacia ¡°el liberalismo¡±. Zuboff desnuda el formato de la Red de todo ropaje moral y desmiente que estar ¡°conectados¡± sea algo inherentemente prosocial, inclusivo por naturaleza o autom¨¢ticamente tendente a la democratizaci¨®n del conocimiento. La conexi¨®n digital es hoy parasitaria y resucita aquella vieja met¨¢fora de Marx del capitalismo como un vampiro que se alimenta de la sangre del trabajador, pero le da un giro inesperado: en vez de trabajadores, la fuente de alimentaci¨®n del capitalismo de vigilancia es cualquier aspecto de la experiencia del ser humano.
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