Las pol¨ªticas activas de empleo
Pol¨ªticas bien dise?adas y estructuradas pueden realizar los ajustes adecuados entre la oferta y la demanda de nuestro mercado de trabajo
Especial: El nuevo contrato social
Cuando terminaba el a?o 2019 ya sab¨ªamos que la crisis del coronavirus acechaba y tambi¨¦n sab¨ªamos que nuestro mercado de trabajo no podr¨ªa soportar otra embestida como la de la Gran Recesi¨®n. Los motivos de las crisis eran distintos, pero los problemas de nuestro mercado de trabajo no.
A?o tras a?o, expansi¨®n tras expansi¨®n, crisis tras crisis nos encontramos con que tenemos tasas de desempleo elevadas (15,5% en el segundo trimestre de este a?o), notablemente mayores entre la poblaci¨®n joven menor de 30 a?os (30%) y entre los trabajadores menos cualificados (21,4%) y las mujeres (16,7%), con un porcentaje alto de desempleados de larga duraci¨®n (m¨¢s de un 30%) y una tasa de actividad decreciente (55%). Tenemos muchos empleos temporales (todav¨ªa m¨¢s del 22%), en sectores como el comercio, transporte y hosteler¨ªa, con una actividad muy dependiente de la coyuntura y que, a pesar de la ca¨ªda que han experimentado, representan todav¨ªa el 22% de nuestro debilitado PIB, derrumbado en casi un 18% entre los dos ¨²ltimos trimestres, y con una productividad del trabajo que no logra crecer.
Nuestro sistema laboral sigue puesto en tela de juicio, la ciudadan¨ªa ve truncadas sus expectativas, la igualdad social empeora, sobre todo para los grupos m¨¢s vulnerables, siendo dif¨ªcil encarar el futuro con ilusi¨®n y esperanza. Sin embargo, no podemos desfallecer porque, a pesar de todo, algo se puede hacer.
El Estado debe establecer, de una vez por todas, como prioridad principal, el cambio estructural que necesita nuestro mercado de trabajo para conseguir que la poblaci¨®n trabajadora y empresarial encuentren el ¨¢nimo y las fuerzas para comprometerse y avanzar por el mismo camino. Todos sabemos que el Estado, nuestras instituciones y nuestra legislaci¨®n poseen instrumentos que pueden ayudar a reaccionar ante la situaci¨®n que vivimos, como se ha puesto de manifiesto con los ERTE y la recuperaci¨®n del di¨¢logo social. Ahora bien, los beneficios del cambio estructural no se dejar¨¢n sentir inmediatamente, ni en su totalidad, por lo que hay que buscar r¨¢pidamente herramientas que permitan resolver los problemas del corto plazo al mismo tiempo que se traza la senda del cambio estructural en el medio plazo. Y es aqu¨ª donde hay que destacar el papel que pueden jugar las pol¨ªticas del mercado de trabajo y, sobre todo, las pol¨ªticas activas de empleo. Estas pol¨ªticas, bien dise?adas y estructuradas, adecuadamente implementadas y evaluadas, pueden lograr lo que hasta ahora s¨®lo han conseguido t¨ªmidamente hacer, a saber: mejorar el entramado de relaciones y realizar los ajustes adecuados entre la oferta y la demanda de nuestro mercado de trabajo. Estas pol¨ªticas pueden ser la herramienta m¨¢s ¨²til para facilitar que empresas y trabajadores encuentren la manera de avanzar juntos de la mano del empleo digno y estable, de la productividad, de la eficiencia y de la igualdad.
Como dec¨ªa Keynes, la dificultad no est¨¢ en el desarrollo de nuevas ideas, sino en escapar de las viejas. Ah¨ª el reto de la pr¨®xima Estrategia de Activaci¨®n para el Empleo y del buen reparto de los fondos de la Uni¨®n Europea para el desarrollo de la recuperaci¨®n de la actividad y del empleo en nuestro pa¨ªs, dentro del marco de la digitalizaci¨®n y la transici¨®n medioambiental.
¡°Dejadme la esperanza¡± (Canci¨®n ¨²ltima, Miguel Hernandez)
Inmaculada Cebri¨¢n es profesora de Econom¨ªa en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.
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