Adaptaci¨®n y mitigaci¨®n: las dos estrategias de las que depende la lucha contra el cambio clim¨¢tico
Es fundamental reducir las emisiones, pero tambi¨¦n abordar el impacto medioambiental que ya se est¨¢ produciendo, coinciden los expertos

Las estrategias de mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico limitan y reducen las emisiones a la atm¨®sfera. Las de adaptaci¨®n abordan sus impactos y sus riesgos y reducen las vulnerabilidades frente a ¨¦l, lo que en la pr¨¢ctica se traduce en restaurar ecosistemas y asegurar cultivos o litorales amenazados. Sus investigaciones ¡ªc¨®mo desarrollar nuevas variedades de arroz, por ejemplo, en zonas invadidas por el mar¡ª constituyen un alivio inmediato para sectores afectados por el cambio clim¨¢tico. Las estrategias de mitigaci¨®n pueden resultar menos llamativas ¡ªson abstractas investigaciones de plantas que capturan di¨®xido de carbono de forma m¨¢s eficiente, o pr¨¢cticas agrarias que minimizan la emisi¨®n de metano¡ª, pero abordan las causas mismas del cambio clim¨¢tico y tampoco est¨¢n exentas de dificultad. Ambas est¨¢n obligadas a ir de la mano, no sin ciertas tensiones y obst¨¢culos al aplicarlas e integrarlas.
En dos d¨¦cadas han muerto 475.000 personas por fen¨®menos metereol¨®gicos extremos derivados del clima, de acuerdo con Germanwatch. Espa?a ocupa el puesto 32 de los pa¨ªses m¨¢s afectados (700 fallecimientos al a?o). Y el 29 con m¨¢s p¨¦rdidas econ¨®micas: 900 millones de euros. El cambio clim¨¢tico deja ya 23,9 millones de migrantes, y en 2050 esta cifra podr¨ªa ascender de 140 millones a 1.000 millones de personas, sobre todo en el sureste asi¨¢tico, Am¨¦rica Latina o el ?frica subsahariana, seg¨²n estimaciones del Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno. Esta es la ¡°era de las consecuencias¡±, en palabras del fil¨®sofo y ecologista Jorge Riechmann, e implica da?os inevitables. ¡°Las ilusiones del crecimiento verde suceden a las del desarrollo sostenible, mientras la din¨¢mica autoexpansiva del capital no se cuestiona y la base de poder de la clase dominante se mantiene pr¨¢cticamente inc¨®lume¡±, se?ala.
Hist¨®ricamente el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico de la ONU) ha hecho m¨¢s hincapi¨¦ en mitigar, pero, desde su tercer informe, autores como Mar¨ªa Jos¨¦ Sanz, directora del Centro de Investigaci¨®n para el Cambio Clim¨¢tico del Pa¨ªs Vasco, advierten de la importancia de la adaptaci¨®n. ¡°Hoy existe mejor balance entre ambas estrategias, y en muchos sectores deben ir de la mano. Urge mitigar, pero tambi¨¦n adaptarse a los impactos que vemos. Olvidar la mitigaci¨®n supone que los impactos ser¨¢n mayores sin esos esfuerzos por ¡®descarbonizar¡¯. Pero, aunque en 2050 logremos las emisiones netas cero como desea Europa, lo que hay en la atm¨®sfera crea una inercia de d¨¦cadas que experimentaremos mucho tiempo. Algunos eventos aparecen antes de lo previsto sin haber alcanzado su apogeo y obliga a adaptarnos¡±.
Aplicar estas estrategias depende, entre otros factores, de intereses geopol¨ªticos: 8 de los 10 pa¨ªses m¨¢s afectados por el cambio clim¨¢tico poseen ingresos per capita bajos o medios y menor capacidad de superar fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos. Por ello, reclaman el pago de la adaptaci¨®n a pa¨ªses m¨¢s ricos, que pueden llevar a cabo pr¨¢cticas de mitigaci¨®n en sus propios territorios. Por ahora, no han recibido los 100.000 millones de d¨®lares anuales prometidos para este fin por los pa¨ªses industrializados, como destaca el ¨²ltimo informe de la ONG Germanwatch.
Otro obst¨¢culo a?adido para aplicar ambas estrategias en armon¨ªa son los escasos resultados de las propuestas de mitigaci¨®n. La ONU ha alertado de que, aunque la pandemia ralentiz¨® temporalmente las emisiones en el a?o 2020, el mundo camina hacia un aumento catastr¨®fico de temperatura superior a tres grados cent¨ªgrados este siglo, por encima de los niveles preindustriales. El IPCC aboga por mantenernos entorno a los 1,5, mitigando el 45% de emisiones hasta 2030. Un objetivo lejano.
A nivel local, aplicar t¨¦cnicas de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n de forma correcta resulta complejo. En un escenario ideal, agentes sociales y cient¨ªficos multidisciplinares dise?ar¨ªan estrategias juntos, en espacios transdiciplinares, sumando esfuerzos y conocimientos para hacer aproximaciones respetuosas de acuerdo a los servicios ecosist¨¦micos (biodiversidad, agua, alimentos) de cada territorio, eligiendo el portafolio m¨¢s adecuado de opciones, facilitando herramientas a las administraciones y al sector privado. Sin trasladar soluciones est¨¢ndar. ¡°Por desgracia estos mecanismos de gran alcance para afinar soluciones en cada territorio, no est¨¢n lo suficientemente desarrollados, ni financiados¡±, advierte Sanz
Encontrar un equilibrio entre mitigaci¨®n y adaptaci¨®n requiere un gran esfuerzo, trabajo colectivo y transdisciplinar. En reforestaci¨®n se pueden dise?ar estrategias de mitigaci¨®n que resultan muy ambiciosas respecto a las toneladas de carbono capturadas, pero que son m¨¢s vulnerables al clima ¡ªpor ejemplo, cuando se introduce una ¨²nica especie de crecimiento muy r¨¢pido no aut¨®ctona, o sistemas muy simplificados que afecten al suelo, m¨¢s sensibles a plagas¨C; pero en cambio una estrategia de adaptaci¨®n ¡ª potenciar la biodiversidad local¡ª ofrecer¨ªa a los ecosistemas m¨¢s resiliencia y plasticidad para adaptarse, y garantizar¨ªa resultados a medio o largo plazo.
Tampoco es sencillo alcanzar un equilibrio en cada sector. ¡°La agricultura puede beneficiarse de las sinergias entre adaptaci¨®n y mitigaci¨®n dentro de unas condiciones propicias. Es cierto que debe incrementarse mucho m¨¢s el esfuerzo en mitigaci¨®n del sector agr¨ªcola. Sin duda muchos intereses econ¨®micos lo ralentizan¡±, reconoce Enrique Yeves, exdirector de FAO Espa?a y Director del Instituto de Estudios de Naciones Unidas.
Garantizar alimentos a la creciente poblaci¨®n mundial supone combinar ambas estrategias. Las emisiones de gases de efecto invernadero de los sectores agr¨ªcola y forestal suponen m¨¢s del 30% de las anuales. Pero las tierras de pasto y cultivo bien manejadas secuestran cantidades significativas de carbono. Si los agricultores, silvicultores o pastores (que directa e indirectamente manejan el 40% de la biomasa terrestre) diversifican sus pr¨¢cticas con sistemas de gesti¨®n m¨¢s sostenible ¡ªque a¨²nen adaptaci¨®n y mitigaci¨®n¡ª, mejorar¨ªan la seguridad alimentaria local y global. Pero de poco sirve si no se frena la deforestaci¨®n derivada del cambio del uso de la tierra del sector, un 11% del total de las emisiones seg¨²n el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). De seguir deforestando las selvas tropicales, el colapso clim¨¢tico podr¨ªa iniciarse en 2040, seg¨²n el estudio The Projected Timing Of Abrupt Ecological Disruption From Climate Change, publicado recientemente en la revista Nature. Solo en la Amazonia brasile?a se devastaron 8.500 kil¨®metros cuadrados de selva (1.100 campos de f¨²tbol) en el a?o 2020.
La doctora Concha Domingo Carrasco, del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, desarrolla variedades de arroz con tolerancia media a la salinidad, cultivables en terrenos con alguna intrusi¨®n marina y tratados con agua de calidad. Un alivio para el sector arrocero amenazado por el clima. Domingo Carrasco celebra que actualmente se realicen investigaciones en ambas l¨ªneas de trabajo, pero considera que son una peque?a parte de las medidas que deber¨ªan adoptarse para frenar el cambio clim¨¢tico globalmente.
Los litigios por asuntos del clima en el mundo pasaron de 884 a 1.550 entre 2017 y el a?o pasado, seg¨²n el PNUMA y el Centro Sabin de la Universidad de Columbia. Se diversific¨® el perfil de los demandantes (ONG, partidos, migrantes, pueblos ind¨ªgenas¡) y la casu¨ªstica: contaminaci¨®n, da?os clim¨¢ticos, violaciones de derechos clim¨¢ticos vinculados a derechos fundamentales; acusaciones de greenwashing (¡°lavados verdes¡± de imagen para parecer m¨¢s sostenibles) a corporaciones, o denuncias contra Gobiernos por no adoptar medidas de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n.
Martina Di Paula, coportavoz de Juventud por el Clima, a sus 19 a?os, reflexiona: ¡°Debemos aspirar a pol¨ªticas ambiciosas que aseguren la sostenibilidad del planeta. Las crisis transversales son c¨ªclicas en nuestro sistema socioecon¨®mico y no afectan a todos igual. Las soluciones deben tenerlo en cuenta, con m¨¢s diversidad de voces y de enfoques¡±.
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