Reservar unas vacaciones de esqu¨ª con garant¨ªa de nieve, y otras formas de construir mundos predecibles que nos hacen infelices
La modernidad aspira a hacer el mundo calculable y disponible, escribe para ¡®Ideas¡¯ el prestigioso fil¨®sofo Hartmut Rosa. La pandemia convierte la realidad que nos rodea en radicalmente indisponible
Las fuerzas impulsoras de la sociedad moderna pueden resumirse en un punto: el anhelo y la promesa de poner el mundo a disponibilidad. Es decir, de poner la vida bajo control y el mundo al alcance de la mano. Este proceso de puesta a disponibilidad puede ser desglosado en cuatro momentos parciales: en primer lugar, poner a disponibilidad significa hacer visible y cognoscible el mundo, ampliar el conocimiento de aquello que est¨¢ ah¨ª. Para esto tenemos la ciencia. En segundo lugar, significa volver alcanzable y accesible el mundo. Para ello sirve la expansi¨®n de las estructuras de transporte y las infraestructuras digitales, y tambi¨¦n el incremento de la riqueza econ¨®mica. El tercer elemento consiste en hacer dominable y controlable el mundo con los medios no solo de la t¨¦cnica sino tambi¨¦n de la pol¨ªtica. En cuarto lugar, y por ¨²ltimo, el programa de la puesta a disponibilidad implica volver aprovechables las fuerzas y los recursos que la naturaleza tiene para ofrecer: recursos pol¨ªticos, militares, t¨¦cnicos y econ¨®micos. Esta tendencia a subyugar el mundo y la vida se basa en dos fuerzas impulsoras centrales. Por un lado, la sociedad moderna est¨¢ estructuralmente obligada a adoptar esta actitud porque solo puede estabilizarse din¨¢micamente: debe crecer, acelerar, optimizar e innovar continuamente para mantener su sistema institucional ¡ªlos puestos de trabajo, el sistema de pensiones, el sistema de salud, el sistema de educaci¨®n¡¡ª. El incremento sistem¨¢tico est¨¢ entonces inscripto estructuralmente en la forma capitalista de la econom¨ªa. Sin embargo, por otro lado, en la idea de la puesta a disponibilidad tambi¨¦n reside una promesa cultural: la promesa de una vida buena. La modernidad incluso focaliza la idea de lo bueno en este principio: lo bueno y lo que promete felicidad es aquello que extiende el horizonte de lo visible, lo alcanzable y lo dominable, es decir, de lo disponible. Por ejemplo, m¨¢s dinero, m¨¢s educaci¨®n, mejor tecnolog¨ªa. La modernidad apunta entonces estructuralmente a poner la vida bajo control, a convertir el mundo, en todos sus aspectos, en calculable, dominable, predecible, disponible e incluso en legalmente demandable, y esto a trav¨¦s del conocimiento cient¨ªfico, la dominaci¨®n t¨¦cnica, la conducci¨®n pol¨ªtica, la eficiencia econ¨®mica, etc.
Bajo las condiciones del presente, se plantea con fuerza la pregunta acerca de hacia d¨®nde nos lleva esto. Mi tesis es que el programa de la puesta a disponibilidad fracasa por dos razones y en ambos planos: en el plano cultural, su radicalizaci¨®n no produce una vida buena, sino una creciente alienaci¨®n de los seres humanos; termina generando un desgaste colectivo. Y en el plano estructural conduce al retorno de la indisponibilidad del mundo de forma monstruosa: el programa de la puesta a disponibilidad engendra el verdadero monstruo de lo indisponible, el cual nos encuentra en la forma de cat¨¢strofes nucleares, pandemias globales o crisis clim¨¢ticas terminales.
?Por qu¨¦ la puesta a disponibilidad del mundo termina haci¨¦ndonos infelices? Cuando reflexionamos acerca de las situaciones en las que nos sentimos vivos, acerca de los objetos de nuestro deseo y aquellos sitios en donde experimentamos felicidad, advertimos r¨¢pidamente que siempre se trata de situaciones en las que nos encontramos con lo indisponible: amamos a otra persona precisamente porque no podemos disponer de ella, porque nos es constitutivamente indisponible. Nunca la comprendemos ni la dominamos completamente. De hecho, si nuestra pareja estuviera completamente ¡°disponible¡± para nosotros, ya no podr¨ªa sorprendernos y el amor se extinguir¨ªa. Esto es v¨¢lido para todos los ¨¢mbitos de la vida: una ciudad, un paisaje, una pieza musical o un libro solo aparecen para nosotros como atractivos e interesantes cuando tenemos el sentimiento de que a¨²n no los hemos investigado, penetrado o conocido completamente, cuando sentimos que no los dominamos del todo. En cambio, cuando los hemos puesto completamente a disponibilidad, cuando ¡°terminamos con ellos¡±, nos aburren. Nuestro deseo y nuestro amor se dirigen siempre a objetos que podemos alcanzar pero de los que no podemos disponer a voluntad, objetos que siempre contienen algo extra?o e ind¨®mito para nosotros. Por esta raz¨®n, muchas personas aman a sus mascotas, por ejemplo, a sus gatos o perros. Sus reacciones logran sorprendernos siempre de nuevo. En la interacci¨®n con una contraparte de esas caracter¨ªsticas ¨Cpuede ser una persona, un animal, una enigm¨¢tica pieza musical o un libro que siempre tiene algo nuevo que decirnos¨C experimentamos resonancia: nos sentimos conmovidos y vivos, respondemos al encuentro y nos transformamos siempre de nuevo. Son momentos de vida lograda; los sujetos los experimentan no solo en el tiempo libre, sino tambi¨¦n, a menudo, en el trabajo.
En nuestra vida anhelamos resonancia, la buscamos en todos los planos; pero solo acontece en el encuentro con un otro indisponible. Ahora bien, esto significa que un mundo completamente dominable y puesto a disponibilidad ser¨ªa para nosotros un mundo mudo y muerto. La vida se esfumar¨ªa. Los sujetos modernos, sin embargo, intentan lograr precisamente eso: un mundo completamente seguro y disponible. Con la ayuda de aparatos t¨¦cnicos, y tambi¨¦n con garant¨ªas legales y burocr¨¢ticas, por ejemplo, intentamos asegurar que en las vacaciones podamos ver una aurora boreal o un le¨®n en el safari, pero, por supuesto, sin correr ning¨²n tipo de riesgo: no nos gustar¨ªa mojarnos ni quemarnos con el sol. Las personas reservan unas vacaciones de esqu¨ª que incluyen ¡°garant¨ªa de nieve¡± y la seguridad de que no van a congelarse. El programa de la puesta a disponibilidad, entonces, no cumple la promesa de felicidad ligada a ¨¦l. Pero tambi¨¦n fracasa debido a una segunda raz¨®n quiz¨¢s m¨¢s importante: el mundo y la vida no pueden ser puestos a disponibilidad. El intento de someterlos al control y el dominio lleva a que su indisponibilidad constitutiva retorne a nuestra vida de manera monstruosa y por detr¨¢s de nuestras espaldas: engendra parad¨®jicamente el verdadero monstruo de la indisponibilidad. Esta nueva indisponibilidad, la indisponibilidad engendrada, es categorialmente diferente y peor que la indisponibilidad original de la vida, porque con ella no podemos entrar en ninguna relaci¨®n de resonancia.
Vemos esto de manera paradigm¨¢tica en el proyecto de la energ¨ªa nuclear: con la capacidad de dividir el n¨²cleo del ¨¢tomo y de utilizar la energ¨ªa liberada, la modernidad ha alcanzado un nuevo nivel en la puesta a disponibilidad de la materia; ha puesto al alcance su principio interno de movimiento, su ¡°n¨²cleo¡±, y de esa manera se ha convertido en creadora de mundo. Sin embargo, este poder sobre la materia, esta radicalizaci¨®n de la puesta a disponibilidad, ha dado surgimiento al monstruo quiz¨¢s m¨¢s horrendo y amenazante de los que conocemos: la radiaci¨®n nuclear. Ella es monstruosa en dos sentidos: en primer lugar, la radiactividad liberada no puede ser controlada ni dominada. Se muestra quiz¨¢s como la contraparte m¨¢s indisponible a la cual pueden enfrentarse los seres humanos. Esto es lo que ocurri¨® en Chern¨®bil y Fu?kushima. Pero la radiactividad tambi¨¦n es monstruosa porque es inaudible, invisible, inolora e imposible de ser tocada. Esto modifica categorialmente nuestra relaci¨®n con el mundo incluso all¨ª donde el mismo no es radiactivo; porque no podemos saber si un paisaje, una flor o una manzana son t¨®xicos y mortales o inofensivos y bellos. Un monstruo de la indisponibilidad emparentado nos acecha hoy en d¨ªa a nivel global: el virus SARS-CoV-2. Este virus es la quintaesencia de la indisponibilidad. Cuando apareci¨® no lo hab¨ªamos investigado cient¨ªficamente, dominado m¨¦dicamente ni controlado pol¨ªticamente, etc¨¦tera, y, tal como la radiaci¨®n nuclear, es inaccesible a nuestra percepci¨®n individual. El mundo se torna amenazante y, durante el confinamiento, radicalmente indisponible, porque un peligro invisible ¡°est¨¢ en el aire¡±: esta es la pesadilla por antonomasia de la modernidad. Otros monstruos de la indisponibilidad que surgen precisamente del programa de la puesta a disponibilidad son la cat¨¢strofe clim¨¢tica, como consecuencia de una subyugaci¨®n cada vez m¨¢s radical de la naturaleza, y la incontrolabilidad de los mercados financieros, que en cualquier momento puede desatar una crisis econ¨®mica. En nuestra vida individual, sin embargo, el mismo fen¨®meno nos encuentra en un plano totalmente cotidiano. Con el control remoto en la mano, en nuestro auto de ¨²ltimo modelo o en nuestra casa inteligente, somos pr¨¢cticamente todopoderosos: con un clic podemos volver nuestro entorno claro u oscuro, c¨¢lido o fr¨ªo, ruidoso o silencioso, azul o rojo. Pero puede ocurrir que el control remoto deje de funcionar. En ese caso, podemos convertirnos en prisioneros dentro de un espacio incontrolable cuya calefacci¨®n no podemos regular y cuyas puertas y ventanas no podemos abrir ni cerrar. Tambi¨¦n esta indisponibilidad es del tipo monstruoso: no entra?a ninguna cualidad resonante; no podemos entrar con ella en una relaci¨®n de respuesta. En este punto se ve resumida la tesis fundamental de mi investigaci¨®n: la indisponibilidad que ha surgido de procesos de puesta a disponibilidad produce una alienaci¨®n radical. Al final, y parad¨®jicamente, el programa moderno nos vuelve infelices e impotentes al mismo tiempo: all¨ª donde ¡°todo es disponible¡±, el mundo ya no tiene nada para decirnos; all¨ª donde se ha vuelto indisponible de una nueva forma, nos amenaza la destrucci¨®n. Lo que necesita la modernidad, entonces, es una nueva forma de tratar con la indisponibilidad constitutiva del mundo.
Hartmut Rosa, fil¨®sofo y soci¨®logo, es catedr¨¢tico de la Universidad Friedrich-Schiller de Jena y director del Max Weber Center en Alemania. Es autor de ¡®Resonancia. Una sociolog¨ªa de la relaci¨®n con el mundo¡¯ y ¡®Remedio de la aceleraci¨®n¡¯. Este es un ensayo, escrito para ¡®Ideas¡¯, al hilo de la publicaci¨®n de su libro ¡®Lo indisponible¡¯ (Herder).
Traducci¨®n de Alexis Gros.
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