Europa, entre el precipicio y la p¨¦rtiga. Todo depende de c¨®mo se afronte la pospandemia
Preocupa el impacto de la crisis en los j¨®venes y el auge del populismo. Pero el futuro tambi¨¦n ofrece buenas expectativas: con el ambicioso fondo de recuperaci¨®n, los Veintisiete se endeudan juntos por primera vez. Un primer paso que invita a la esperanza
No. La pandemia no ha sido una guerra. Las ciudades est¨¢n intactas, no se ha destruido ning¨²n puente, las conducciones de agua funcionan con normalidad y las redes el¨¦ctrica o de telefon¨ªa no han sido inutilizadas. Sin embargo, ni el mundo ni Europa volver¨¢n a ser lo mismo despu¨¦s de la covid-19. Entre otras cosas, porque la crisis provocada por el virus ha ampliado la brecha de desigualdad entre clases sociales, entre pa¨ªses y entre continentes.
M¨¢s...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
No. La pandemia no ha sido una guerra. Las ciudades est¨¢n intactas, no se ha destruido ning¨²n puente, las conducciones de agua funcionan con normalidad y las redes el¨¦ctrica o de telefon¨ªa no han sido inutilizadas. Sin embargo, ni el mundo ni Europa volver¨¢n a ser lo mismo despu¨¦s de la covid-19. Entre otras cosas, porque la crisis provocada por el virus ha ampliado la brecha de desigualdad entre clases sociales, entre pa¨ªses y entre continentes.
M¨¢s de 150 millones de personas en el mundo han dejado de ser clase media para acercarse a la pobreza, seg¨²n un reciente an¨¢lisis de Pew Research Center. El mismo centro de investigaci¨®n calcula que esa pobreza ha crecido un 17% durante el ¨²ltimo a?o en Europa. La debacle econ¨®mica coloca a la Uni¨®n Europea ante la tesitura de dar un gran salto adelante, con un pacto generacional comparable al que cre¨® el sistema de bienestar social despu¨¦s de la II Guerra Mundial, o afrontar el peligro de un deshilachado econ¨®mico de inevitables consecuencias pol¨ªticas.
De momento, la UE recupera cierto optimismo. Y la cumbre europea de este lunes y martes celebrar¨¢ que ¡°el ritmo acelerado de la vacunaci¨®n, (¡) junto a la mejora en la situaci¨®n epidemiol¨®gica, permitir¨¢ la reapertura gradual¡± de las sociedades, seg¨²n el borrador de las conclusiones que aprobar¨¢n los l¨ªderes europeos. Pero bajo la piel sin cicatrices de las urbes europeas yacen ya millones de puestos de trabajo que pueden tardar meses o a?os en recuperarse. En algunos sectores, la actividad quiz¨¢ no vuelva a alcanzar nunca el ritmo trepidante que manten¨ªan antes del coronavirus, como es el caso de la hosteler¨ªa, el turismo, el transporte a¨¦reo, el de ocio y cultura, el de congresos y festivales de m¨²sica, o hasta el deportivo. La sensaci¨®n de bienestar de los europeos cay¨® hasta su nivel m¨¢s bajo desde 1980 en abril del a?o pasado, durante el gran confinamiento, seg¨²n la consultora McKinsey.
La hecatombe econ¨®mica deja a la Uni¨®n Europea en una situaci¨®n pol¨ªtica muy delicada, tal vez una de las m¨¢s complicadas de su historia, seg¨²n el profesor Timothy Garton Ash. Los m¨¢s optimistas esperan que la inmunizaci¨®n de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ¡ªv¨ªa vacunas¡ª provoque un rebote econ¨®mico tambi¨¦n sin precedentes, como ocurri¨® despu¨¦s de las guerras mundiales.
En esta ocasi¨®n no hay nada que reconstruir, salvo la convivencia social y las muestras generalizadas de afecto. El ahorro acumulado, en cifras r¨¦cord en casi todos los pa¨ªses incluida Espa?a, se asemeja m¨¢s a un colch¨®n para afrontar dificultades que a un bot¨ªn con el que embarcarse en una fiesta de consumo y diversi¨®n.
¡°Europa tiene por delante una gran oportunidad y un gran riesgo¡±, afirma Garton Ash, catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. ¡°La gran oportunidad estriba en el fondo europeo de recuperaci¨®n pactado el a?o pasado, que es un avance enorme¡±, explica.
El nuevo fondo de recuperaci¨®n supone un salto potencialmente gigantesco en la integraci¨®n econ¨®mica y presupuestaria de la Uni¨®n Europea. Por primera vez, los 27 miembros se endeudar¨¢n de manera conjunta y masiva (por unos 800.000 millones) para financiar un programa de subsidios y pr¨¦stamos destinados, sobre todo, a socorrer a los socios m¨¢s golpeados por la pandemia, con Italia y Espa?a a la cabeza.
Las formaciones m¨¢s europe¨ªstas conf¨ªan en que las emisiones de deuda para financiar ese fondo se conviertan en un activo de referencia como los t¨ªtulos del Tesoro estadounidense. Y en que el modelo del fondo y los impuestos que se introducir¨¢n para amortizarlo (como el de los pl¨¢sticos o el del CO2) se convierta en el embri¨®n de un verdadero Tesoro europeo.
No obstante, Timothy Garton Ash alerta de que, junto a ese avance, tambi¨¦n existe el riesgo de que el impacto de la crisis en la gente joven, el aumento de la deuda y la inflaci¨®n y la tensi¨®n internacional provoquen dentro de dos o tres a?os una escalada enorme del populismo.
Ambos bandos, euroentusiastas y euroesc¨¦pticos, son conscientes de la batalla en ciernes por hacerse con los r¨¦ditos electorales que deje la pandemia, una munici¨®n de votos que ser¨¢ imprescindible para llevar a la Uni¨®n hacia una u otra orilla pol¨ªtica. ¡°Europa ser¨¢ diferente despu¨¦s de la covid-19 y tendremos la oportunidad de repensarla¡±, se aprestaba al combate hace unas semanas el italiano Matteo Salvini, dirigente del partido euroesc¨¦ptico La Liga. ?l y sus potenciales aliados, como el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n y el polaco Jaroslaw Kaczynski, ya no abogan por repetir la f¨®rmula del Brexit, que llev¨® al Reino Unido fuera de la UE, sino por formar una masa cr¨ªtica suficiente para transformar la UE desde dentro. Hay que tener en cuenta que los populistas se encuentran en un momento mucho m¨¢s bajo, tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca. En Italia, Salvini fue desalojado del Gobierno (lleg¨® a ser vicepresidente) y no ha vuelto. Y el h¨²ngaro Orb¨¢n ha abandonado el Partido Popular Europeo ante el riesgo de su inminente expulsi¨®n.
Pero la fractura social provocada por la crisis puede avivar los rescoldos del populismo si una parte de la poblaci¨®n se siente abandonada en el proceso de recuperaci¨®n. ¡°Al principio, la pandemia golpe¨® a todas las clases sociales por igual, pero poco a poco fue afectando m¨¢s a las m¨¢s desfavorecidas y el golpazo econ¨®mico repercutir¨¢ sobre todo en los m¨¢s vulnerables¡±, avisa la eurodiputada socialista Lina G¨¢lvez.
En este caso, adem¨¢s, la pandemia ha acelerado una revoluci¨®n tecnol¨®gica que ya ven¨ªa acentuando desigualdades entre las profesiones m¨¢s beneficiadas por el cambio y las expuestas a una obsolescencia involuntaria o a un precariado sobrevenido. La UE se ha propuesto responder a la crisis sanitaria con una inyecci¨®n de recursos p¨²blicos sin precedentes que permita al mismo tiempo paliar el impacto de la covid-19 y suturar las brechas sociales previas y posteriores a la pandemia.
¡°Cuando se mira hacia atr¨¢s se ve que cada gran revoluci¨®n industrial ocurri¨® durante una generaci¨®n, y estoy convencido de que esta vez va a ser lo mismo¡±, apost¨® el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una entrevista a principios de mayo con EL PA?S y un grupo de medios europeos. Michel sit¨²a entre 2030 y 2050 el impacto de las medidas que se est¨¢n adoptando en el ¨¢mbito europeo, desde el establecimiento del fondo de recuperaci¨®n a la fijaci¨®n de objetivos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. ¡°En una generaci¨®n tenemos la responsabilidad de tomar la orientaci¨®n adecuada y garantizar que nadie se queda atr¨¢s¡±, apunta el dirigente comunitario.
La eurodiputada del Grupo Popular Pilar del Castillo aboga por destinar buena parte de esos fondos a fortalecer el tejido industrial, impulsando su digitalizaci¨®n. Lina G¨¢lvez, por su parte, cree que la UE debe aprovechar la oportunidad de esta crisis para revertir la corriente de neoliberalismo que flu¨ªa con fuerza desde hace a?os y que ha dejado, se?ala, ¡°unas econom¨ªas inestables, proclives a las crisis, y un crecimiento que generaba desigualdad¡±.
Pero G¨¢lvez, vicepresidenta de la comisi¨®n parlamentaria de Industria, Investigaci¨®n y Energ¨ªa, teme que no sea f¨¢cil. ¡°Sigue habiendo una corriente de fondo ultraliberal y ego¨ªsta que ni siquiera concibe o entiende por qu¨¦ se deben pagar impuestos¡±, afirma la europarlamentaria espa?ola. Y pone como ejemplo alg¨²n reciente caso de elusi¨®n fiscal. ¡°Antes, quien se iba a Andorra para no pagar impuestos lo hac¨ªa a escondidas y con cierta verg¨¹enza. Ahora [el youtuber] El Rubius se ha ido y lo pregona a los cuatro vientos para que lo sepan todos los j¨®venes¡±.
La crisis, adem¨¢s, ha dado p¨¢bulo a los reg¨ªmenes m¨¢s autoritarios o iliberales que, en ciertos casos, han demostrado una gran eficacia en la contenci¨®n del virus ¡ªcomo en China¡ª o una gran rapidez en las campa?as de vacunaci¨®n ¡ªcomo en la Hungr¨ªa de Orb¨¢n¡ª. ¡°La democracia est¨¢ en retirada¡±, avisaba el ministro brit¨¢nico de Exteriores, Dominic Raab, durante el Foro de Seguridad de Aspen el pasado mes de marzo. Y subrayaba: ¡°En esta d¨¦cada se espera que la suma del PIB de los reg¨ªmenes autocr¨¢ticos en el planeta supere al de los pa¨ªses democr¨¢ticos¡±. El hist¨®rico sorpasso supondr¨¢ que ¡°la tiran¨ªa ser¨¢ m¨¢s rica que la libertad¡±, conclu¨ªa Raab.
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, ha insistido en que, frente al autoritarismo, ¡°la ¨²nica respuesta que vale es la autoridad de la democracia¡±. Y esa autoridad solo se gana con eficacia y rapidez, a?adi¨® el pasado 9 de mayo en el Parlamento Europeo, durante la ceremonia de apertura de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, un foro llamado a debatir durante casi un a?o la posible transformaci¨®n de la UE.
Durante la Guerra Fr¨ªa, la URSS nunca lleg¨® a establecer un sistema de producci¨®n y consumo realmente competitivo con el de Occidente. Pero la China del siglo XXI se ha convertido en un rival sist¨¦mico capaz de plantar cara en casi todos los terrenos no solo a la UE, sino, incluso, a Estados Unidos. El gigante comunista ofrece una alternativa que puede resultar atractiva a pa¨ªses que antes solo miraban hacia Bruselas o Washington.
La supremac¨ªa mundial, en juego como durante las dos guerras mundiales del siglo XX, se decidir¨¢, con toda probabilidad, en el desenlace de una revoluci¨®n industrial ya en marcha y que, seg¨²n el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ¡°transformar¨¢ la producci¨®n energ¨¦tica, los transportes y las comunicaciones, como ya ocurri¨® con las anteriores revoluciones industriales¡±.
Numerosos an¨¢lisis auguran que Europa tendr¨¢ que conformarse en la nueva carrera industrial con asistir al duelo de EE UU y China, y resignarse a un tercer lugar en el podio. Pero fuentes comunitarias cuestionan ese fatalismo. Y se?alan que China puede estar sembrando las semillas de su propio estancamiento como consecuencia de las crecientes injerencias pol¨ªticas en la gesti¨®n de empresas de su pa¨ªs, que est¨¢n viendo obstaculizada su capacidad de innovaci¨®n.
Pascal Canfin, eurodiputado liberal y presidente de la comisi¨®n de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, entiende que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca tambi¨¦n marca un nuevo giro potencialmente favorable a Europa por el renovado apoyo de Estados Unidos a la lucha contra el cambio clim¨¢tico. ¡°China es una gran potencia exportadora, pero muy dependiente de los mercados de la UE y de EE UU, y eso nos da mucha capacidad de maniobra para fijar est¨¢ndares y marcar el camino¡±, subraya el eurodiputado franc¨¦s.
¡°El futuro no est¨¢ escrito, todo depender¨¢ de c¨®mo reaccionemos los europeos¡±, sentencia Pilar del Castillo, miembro de la comisi¨®n de Industria del Parlamento Europeo. Y recuerda que Europa parte con ventaja en ¨¢reas como la rob¨®tica, pero acusa un claro d¨¦ficit en superordenadores o en gesti¨®n de la nube. ¡°La pandemia ha sido una gran lupa que permite ver con gran nitidez la necesidad que tiene Europa de acelerar la transformaci¨®n digital¡±, asegura.
Las reverberaciones de los cambios llegar¨¢n a todos los campos de actividad y obligar¨¢n a hacer adaptaciones, comenzando por la educaci¨®n. Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra, recordaba en un reciente art¨ªculo que ¡°durante las tres revoluciones industriales anteriores, las habilidades de los trabajadores fueron transformadas por la llegada de la educaci¨®n primaria, secundaria y terciaria, respectivamente¡±. Carney cree que la actual revoluci¨®n requiere institucionalizar la formaci¨®n continua como parte del sistema de bienestar social.
La revisi¨®n del sistema de bienestar social tras la pandemia parece llamada tambi¨¦n a incluir nuevas pol¨ªticas de apoyo, tanto a los m¨¢s j¨®venes ¡ªque han sufrido buena parte del impacto econ¨®mico y social de la crisis¡ª como a los m¨¢s ancianos, entre quienes el virus se ha cobrado la mayor¨ªa de sus v¨ªctimas mortales. Ya antes de la pandemia, la tasa de paro juvenil triplicaba la de personas mayores de 55 a?os, seg¨²n el centro de estudios Bruegel, que recomienda dirigir parte de las medidas de apoyo macroecon¨®mico hacia la contrataci¨®n de j¨®venes. El Parlamento Europeo tambi¨¦n reclama que se ampl¨ªe el programa de la llamada garant¨ªa juvenil hasta los 29 a?os (y no los 25 como hasta ahora) para ofrecer a ese tramo de edad la posibilidad de un empleo o de unas pr¨¢cticas remuneradas.
Algunos analistas hablan incluso de la necesidad de un nuevo contrato social para evitar una brecha generacional y territorial que ponga en peligro la cohesi¨®n pol¨ªtica de la UE. Timothy Garton Ash cree que la respuesta europea a ese riesgo debe ser contundente, pero depender¨¢ de la evoluci¨®n electoral de los pr¨®ximos meses. ¡°Si de las elecciones de Alemania en septiembre sale una canciller de los Verdes, lo cual es posible; si Macron sale reelegido en 2022, y Mario Draghi tiene ¨¦xito en Italia, se formar¨¢ una masa cr¨ªtica suficiente que deber¨ªan completar Espa?a y Polonia para acometer cambios sustanciales¡±. ?Muchos condicionales? ¡°S¨ª, muchos condicionales¡±, reconoce el profesor Ashton. Aunque eso no le hace perder la esperanza.