La planificaci¨®n ha vuelto
Los planes de recuperaci¨®n trascienden una legislatura. Por ello es preciso el consenso
El Plan Marshall y los planes de recuperaci¨®n actuales no tienen muchos elementos comunes. S¨®lo su finalidad: revitalizar a los pa¨ªses europeos tras dos crisis mayores del sistema: una guerra mundial y una pandemia tan mort¨ªfera como la covid-19. Se tratar¨ªa de que una vez dome?ada ¨¦sta y aplicados los est¨ªmulos pactados para la recuperaci¨®n, pudi¨¦ramos decir algo parecido a lo que el primer ministro brit¨¢nico, el conservador Harold Macmillan, declar¨® en 1957: ¡°Seamos francos, la mayor¨ªa de nuestro pueblo jam¨¢s ha vivido tan bien¡±.
Un concepto se ha puesto de moda, el de planificaci¨®n. A vuelapluma podemos recordar que en los EE?UU de Biden est¨¢n en vigor un plan de est¨ªmu?lo, un plan de empleo (infraestructuras) y un plan de familia (ampliaci¨®n de la cobertura social). O en la Espa?a de ahora mismo, el Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia, que acaba de aprobar (con sobresaliente) la Comisi¨®n Europea; un plan de Garant¨ªa Juvenil Plus, dentro del plan estrat¨¦gico Juventud Avanza; el plan de choque contra el paro, etc¨¦tera. Todos ellos, y cualquier otro que se incorpore a la lista, tienen una caracter¨ªstica central: su duraci¨®n es de medio y largo plazo. Casi todos ellos trascienden el ¨¢mbito de una legislatura electoral. Por eso, la llamada de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, al consenso pol¨ªtico para aplicar el plan de recuperaci¨®n espa?ol, que llega hasta el a?o 2026, no es ret¨®rica. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si en ese lance de tiempo cambia la mayor¨ªa legislativa y un nuevo Gobierno pretende rectificar ¡ªo anular¡ª las reformas que el anterior pact¨® con Bruselas a cambio de los 140.000 millones de transferencias y cr¨¦ditos? ?Se reabrir¨ªa todo el paquete?
Hoy, como en la Europa de la posguerra, la planificaci¨®n indicativa ha devenido en una suerte de religi¨®n pol¨ªtica. Entonces, la econom¨ªa de los planes se inspiraba directamente en las lecciones aprendidas en los a?os treinta del siglo pasado: una estrategia con ¨¦xito para la recuperaci¨®n deb¨ªa excluir cualquier retorno al estancamiento, la depresi¨®n, el proteccionismo y, por encima de todo, el desempleo. Como casi siempre que se analiza este periodo hay que volver al gran Tony Judt, que en su libro de referencia (Postguerra, Taurus) describe c¨®mo en toda Europa occidental gobiernos, patronales y sindicatos conspiraban juntos para formar un c¨ªrculo virtuoso consistente en un alto gasto p¨²blico, una imposici¨®n fiscal progresiva y unos incrementos salariales moderados; estos objetivos ya formaban parte del amplio consenso, forjado durante y despu¨¦s de la guerra, sobre la necesidad de unas econom¨ªas planificadas. Eran, por tanto, producto de las pol¨ªticas de los gobiernos, pero la condici¨®n que permiti¨® su ¨¦xito sin precedentes yac¨ªa m¨¢s all¨¢ de la acci¨®n de los sectores p¨²blicos: el desencadenante del milagro econ¨®mico europeo y de los cambios sociales y culturales que trajo consigo fue ese contrato social que vincul¨® a los gobiernos (tanto de la izquierda socialdem¨®crata como de la derecha conservadora) con los agentes econ¨®micos y sociales. En una coyuntura en la que se trataba de recuperar a la ciudadan¨ªa de la formidable devastaci¨®n de la guerra, la idea de que las econom¨ªas bien planificadas a medio y largo plazo significaban sociedades m¨¢s ricas, pero tambi¨¦n m¨¢s justas y mejor reguladas, fue adoptada por la mayor¨ªa de los electorados, que dejaron para otro momento las diferencias ideol¨®gicas.
El principal prop¨®sito de los diferentes planes nacionales (y del Plan Marshall, hecho p¨²blico en un famoso discurso de una ceremonia de graduaci¨®n en la Universidad de Harvard, en 1947, y que dur¨® cuatro a?os) era la inversi¨®n p¨²blica en un momento de escasez de capital y una enorme demanda de financiaci¨®n en todos los sectores.
Aunque hay muchas analog¨ªas entre aquel momento y la actual coyuntura, existe una gran diferencia a tener en cuenta: entonces se dio un r¨¢pido y sostenido crecimiento de la poblaci¨®n europea, por lo general muy joven; mientras que hoy la pandemia ha causado, por ejemplo, la mayor crisis demogr¨¢fica en un pa¨ªs como Espa?a desde la Guerra Civil, y el continente est¨¢ muy envejecido.
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