Si la Polic¨ªa se pone creativa
El pasado 28 de octubre un juez de Barcelona absolvi¨® por falta de pruebas a un compa?ero de este peri¨®dico, el fotoperiodista Albert Garcia, de la acusaci¨®n de haber golpeado a un agente durante las protestas por la sentencia del proc¨¦s
El pasado 28 de octubre un juez de Barcelona absolvi¨® por falta de pruebas a un compa?ero de este peri¨®dico, el fotoperiodista Albert Garcia, de la acusaci¨®n de haber golpeado a un agente en 2019, durante las protestas por la sentencia del proc¨¦s. Por motivos obvios he seguido con inter¨¦s el caso, adem¨¢s de que yo tambi¨¦n estuve esos d¨ªas por all¨ª. Y ahora que ha terminado debo decir que estoy escandalizado. Debo decir que en este caso todo apunta a que la Polic¨ªa tuvo una capacidad fabuladora francamente notable, porque lo que me han contado los compa?eros implicados no tiene nada que ver. Digo ¡°debo¡± porque creo que es mi deber decirlo, y me da igual que d¨¦ argumentos a este o al otro, coincida con el caso del exdiputado de Unidas Podemos Alberto Rodr¨ªguez o con la reforma de la ley mordaza.
Creo que a la inmensa mayor¨ªa de los polic¨ªas les repugna este tipo de cosas, son gente profesional y honesta que hace su trabajo como mejor puede, a veces en condiciones muy dif¨ªciles, y aquella lo era. Pero es eso, una creencia, y bastante importante, porque en ella se sostiene el sistema. El problema es cuando tienes una experiencia directa con alguna instituci¨®n y resulta que no es como cre¨ªas. Son incluso deseables ciertos niveles de hipocres¨ªa para sobrellevar la vida social, pero los desajustes entre lo que se dice y lo que se ve no pueden ser exagerados porque transmiten una sensaci¨®n de farsa intolerable. As¨ª que todo parece indicar que era falsa la agresi¨®n de este reportero, otra m¨¢s que le atribu¨ªan en otro sitio y hasta una declaraci¨®n de otro compa?ero que fue a intentar arreglar el incidente (llegaron a decir que fue all¨ª a poner a parir a su colega y casi a darles la raz¨®n a los agentes). En este caso la cosa acab¨® bien, si no consideramos los dos a?os de gasto de dinero y recursos p¨²blicos, y el sufrimiento personal del acusado. El fiscal le pidi¨® a?o y medio de c¨¢rcel. Hasta que lleg¨® un juez con sentido com¨²n y desbarat¨® este disparate. Me pregunto qu¨¦ habr¨ªa pasado si no hubiera sido un periodista de un diario importante.
Son ese tipo de cosas que no se dicen en p¨²blico y cuando hablas con gente de tribunales te miran como si fueras un poco pardillo y no supieras que la vida es as¨ª, que a veces pasa. Tambi¨¦n se suman disfunciones de la justicia, h¨¢bitos discutibles, exceso de trabajo, escasez de recursos, prisas. Son ese tipo de cosas que no se dicen, y quiz¨¢ dentro de unos a?os, como ha ocurrido con otras, nos preguntemos c¨®mo es que nadie lo hab¨ªa dicho antes. As¨ª que por si acaso yo lo digo. Porque lo malo es que ya no te suena a chino la siguiente vez que lo oyes decir a alguien. Luego aparece una polic¨ªa patri¨®tica o jueces impresentables en el Constitucional y te preguntas de d¨®nde salen. Pues salen de un estado de cosas asumido como normal, y que al menos a m¨ª no me lo parece.
Al margen de que aquel agente se calentara en un momento de tensi¨®n y luego no quisiera recular, hay otro elemento de inter¨¦s: mi compa?ero estaba fotografiando c¨®mo los polic¨ªas sacud¨ªan a un individuo. No s¨¦ si se lo merec¨ªa o no, porque el caso es que no lo arrestaron, solo le arrearon. Seg¨²n el testimonio de Albert Garcia, este hombre pasaba por all¨ª, intercambi¨® unas palabras con los agentes y empezaron a pegarle. Seg¨²n la ley mordaza, uno no puede hacer y difundir fotos de actuaciones policiales. Eso se quiere cambiar ahora con la reforma de la norma, igual que otra cosa, la total presunci¨®n de veracidad de un atestado, para que sea, al menos, razonable. Despu¨¦s de lo que he visto, y del atestado que he le¨ªdo, pura ficci¨®n, a m¨ª me parece bien.
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