Elena Touloupaki, la fiscal acusada por investigar a una gran farmac¨¦utica
El Gobierno griego se?ala a la funcionaria que indag¨® en la corrupci¨®n pol¨ªtica y m¨¦dica del ¡®caso Novartis¡¯
Eleni Touloupaki es desde hace a?os la fiscal m¨¢s conocida de Grecia. Nacida hace 56 a?os en Creta, fue jefa de la Fiscal¨ªa anticorrupci¨®n hasta que el nuevo Gobierno griego se encarg¨® de modificar esa estructura. Varias instituciones europeas hab¨ªan reconocido su labor pionera en la persecuci¨®n de delitos racistas. Desde anticorrupci¨®n, mientras Grecia sufr¨ªa los rigores de la austeridad de la crisis econ¨®mica, ella se centr¨® en perseguir la evasi¨®n de impuestos. A su juicio, la corrupci¨®n ten¨ªa mucho que ver con que Grecia estuviera en esa situaci¨®n. De esa ¨¦poca son la lista Falciani, la lista Borgians, los papeles de Panam¨¢ y otros importantes casos de corrupci¨®n que pasaron por sus manos. Tambi¨¦n el caso que ahora ha puesto en riesgo su carrera en plena pandemia: el esc¨¢ndalo de Novartis.
En 2016, dos altos ejecutivos de Novartis viajaron desde Grecia hasta Estados Unidos para declarar como testigos protegidos. Reconocieron que la multinacional farmac¨¦utica llevaba una d¨¦cada sobornando a miles de m¨¦dicos para que recetaran sus medicamentos frente a alternativas m¨¢s baratas. El FBI envi¨® los testimonios a Grecia y, con la coalici¨®n de izquierdas Syriza a¨²n en el Gobierno, la investigaci¨®n condujo a la imputaci¨®n de dos ex primeros ministros y ocho ministros de los ejecutivos anteriores, del conservador Nueva Democracia (ND) y del hist¨®rico Pasok. Sin embargo, el triunfo en las elecciones de 2019 por mayor¨ªa absoluta de los conservadores de ND supuso un vuelco tambi¨¦n en el sentido de las acusaciones: actualmente, los ¨²nicos imputados por el caso Novartis son tres fiscales y cinco periodistas que publicaron datos sobre los sobornos. De entre ellos sobresale Eleni Touloupaki.
En Estados Unidos le impusieron a Novartis una multa de 678 millones de d¨®lares para cerrar el caso. En Grecia, el mi¨¦rcoles 2 de marzo, ser¨¢ ella, la fiscal, la que declare como investigada. ¡°La experiencia que estoy viviendo como consecuencia de la apertura del proceso contra m¨ª por parte de un sistema pol¨ªtico-econ¨®mico estructurado y poderoso, deja en evidencia la debilidad de una persona frente a un sistema que se mueve sin normas ni reglas, solo por conveniencia¡±, relata a EL PA?S. Pero sabe verle el lado positivo. Cree que, aunque sea dolorosa, una experiencia as¨ª enriquece a los operadores jur¨ªdicos y les facilita la empat¨ªa con quienes padecen la administraci¨®n de justicia sin entenderla.
Kostas Vaxevanis, director del diario Documento y uno de los cinco periodistas imputados, cree que aunque en muchos pa¨ªses se ponen trabas a quienes persiguen la corrupci¨®n, el grado extremo con el que se est¨¢ haciendo en Grecia es ¨²nico. Nadie pod¨ªa imaginar hasta hace poco que tres fiscales anticorrupci¨®n podr¨ªan ser acusados simplemente por investigar un caso de corrupci¨®n. El abogado que defiende a Touloupaki, Vassilis Chirdaris, sostiene que la fiscal es un s¨ªmbolo, y que lo que est¨¢ en peligro es la independencia misma de las instituciones. Aunque la causa supera ya los 300.000 folios, para Chirdaris trabajar con ella en la preparaci¨®n de la defensa est¨¢ resultando sencillo. Es una jurista muy s¨®lida, dice, que analiza cada detalle.
Eleni Touloupaki es la primera jurista de su familia. Su padre trabaj¨® en una empresa de autobuses de largo recorrido. Describe a sus padres como personas comunes y corrientes con grandes valores, que le influyeron para dedicarse a hacer justicia. Como a su hermano, dice, que es cirujano y trabaja ¡°al servicio del sufrimiento humano¡±. Sostiene que no es casualidad que se le procese por un caso relacionado con el acceso a la salud p¨²blica. Seg¨²n dice, su firme convicci¨®n ¨¦tica es la que le gu¨ªa en todo momento y se siente apoyada por su familia y sus amigos.
En su tiempo libre, la fiscal escribe poes¨ªa y act¨²a en una compa?¨ªa de teatro cl¨¢sico, con la que ha protagonizado, entre otras, Las eum¨¦nides de Esquilo. El recurso f¨¢cil ser¨ªa compararla con la hero¨ªna de una tragedia griega, pero a ella no le gustar¨ªa el s¨ªmil porque sostiene que la administraci¨®n de justicia no puede, ni debe, ser una cuesti¨®n de hero¨ªsmo. Del mismo modo, niega categ¨®ricamente que su lucha sea pol¨ªtica, a pesar de que quien impuls¨® su acusaci¨®n fue el Gobierno, utilizando el Parlamento, es decir, destrozando la noci¨®n misma de separaci¨®n de poderes. Ella se ve como una simple funcionaria judicial y defiende que su lucha no es partidista, sino institucional. Alega que nunca entr¨® en el juego pol¨ªtico y solo plantea cuestiones relativas al Estado de derecho. Lo har¨ªa gobierne quien gobierne con la misma convicci¨®n. Su letrado, Chirdaris, tambi¨¦n insiste en que ella no es una activista, sino solo una fiscal que hac¨ªa su trabajo.
Aunque su procesamiento como acusada puede significar el fin de su carrera, no se arrepiente de nada. ¡°Intentamos identificar y llevar ante la justicia aquellas pr¨¢cticas del sector sanitario que costaron vidas o provocaron la discapacidad de personas que no ten¨ªan acceso a los medicamentos por culpa de los sobreprecios. Si mi compromiso con estos objetivos supone el fin de mi carrera, francamente, prefiero eso a la aquiescencia t¨¢cita con la injusticia¡±.
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