El gran camelo del reemplazo
Se supone que hay una gran conspiraci¨®n para que, con la inmigraci¨®n, el feminismo y los progres, el hombre blanco sea sustituido a gran escala. Vamos, lo l¨®gico
Imag¨ªnese que es usted Gerhard Schr?der, el canciller alem¨¢n antes de Merkel. Ha cobrado hasta ahora 600.000 euros al a?o por ser consejero de la petrolera rusa Rosneft. Si despu¨¦s de saber esto le cuesta menos imaginarse que es Gerhard Schr?der vamos bien. Ahora pasemos por alto que entr¨® usted en esta compa?¨ªa nada m¨¢s dejar su cargo y tras aprobar un grandioso gasoducto de Rusia. Ya da igual, pero plant¨¦ese qu¨¦ har¨ªa si Rusia invade Ucrania. Me dir¨¢ que de algo tiene que vivir, y entonces yo le puedo recordar que ya cobra usted 8.300 euros al mes por ser quien es. ?Se arreglar¨ªa usted con eso? Lo firma uno donde sea. Pues al aut¨¦ntico Schr?der le ha costado casi tres meses de guerra dejarlo, no hab¨ªa quien se lo quitara.
No le voy a pedir ya que se ponga en el lugar de los magnates Elon Musk (Tesla), Jeff Bezos (Amazon) o Mark Zuckerberg (Facebook), porque lo que voy a decir le volar¨ªa la cabeza, y para uno que me lee no lo puedo perder por el camino. Ellos y otros 23 multimillonarios de Estados Unidos ganaron 500.000 millones de d¨®lares entre 2013 y 2018, pero solo pagaron de impuestos, de media, un 4,8%. Decir esto en plena campa?a de la renta es una crueldad, lo s¨¦. Si le parece absurdo debe saber que al presidente de Estados Unidos tambi¨¦n se lo parece. Joe Biden ha dicho: ¡°Un bombero y un maestro pagan m¨¢s del doble de tasa impositiva que un multimillonario, y eso no es justo¡±. Por eso propone un impuesto para que quien gane m¨¢s de 100 millones de d¨®lares pague un 20% sobre sus ingresos. No saldr¨¢ adelante porque eso solo pasa en las pel¨ªculas, y porque estos millonarios est¨¢n indignados y har¨¢n de todo para pararlo. Lo curioso es que siendo ellos tan poquitos y los dem¨¢s, much¨ªsimos m¨¢s, no podamos quitarles algo de lo que tienen.
Lo siguiente que, por lo visto, debemos pensar es que en realidad quien nos quiere quitar lo que tenemos, y hasta el sitio, es un pobre o un inmigrante. Gente a la que uno comprende perfectamente si se pone en su lugar, porque uno har¨ªa lo mismo, buscar donde puedes vivir y comer, y trabajar en lo que nadie quiere. Pero no, lo que quieren es borrarnos de la faz de la tierra y llegar a la Moncloa, a la Casa Blanca, al El¨ªseo, a la Puerta del Sol. Esto se le ha ocurrido a un se?or que vive en un castillo en Francia, la teor¨ªa del Gran Reemplazo. Se supone que hay una gran conspiraci¨®n para que, con la inmigraci¨®n, el feminismo y los progres, el hombre blanco sea sustituido a gran escala. Vamos, lo l¨®gico. As¨ª en Estados Unidos a veces, como en 2019 en El Paso o el otro d¨ªa en B¨²falo, un tipo coge un rifle y se pone a cargarse gente de otra raza. En Europa tambi¨¦n hay partidos que juegan con estas tonter¨ªas, como Vox, y aqu¨ª al menos no venden armas en el quiosco, pero son cosas que ya te sueltan en el bar.
Como todo lo majara lo copiamos de Estados Unidos estoy muy atento a la ¨²ltima tendencia supremacista: broncearse los test¨ªculos. No se r¨ªan. La virilidad del hombre blanco est¨¢ en peligro, nos estamos amariconando, y ha surgido esta moda delirante, espoleada por el m¨¢s popular locutor televisivo de ultraderecha, Tucker Carlson. Es intrigante que haya coincidido con el auge del blanqueamiento anal, dos fen¨®menos contra natural total, que para un creyente deber¨ªan escapar al dise?o divino. Es muy importante no confundirse, y no blanquearse por delante y broncearse por detr¨¢s, porque si te pilla el Ku Klux Klan en un control te toma por un traidor a la causa y te cuelga. Ojal¨¢ Dios o el diablo les confunda. Con la empanada que tienen hay esperanzas.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.