El futuro de la humanidad: ?pensamos en nuestros nietos o en los humanos de 9022?
El Largoplacismo es una corriente que estima que nuestra ¡°prioridad moral¡± es garantizar una buena vida a los habitantes del futuro. Este verano sus postulados han generado debate por servir de coartada a las aventuras espaciales de Elon Musk
Anote este nombre: Largoplacismo. Longtermism en ingl¨¦s. Es posible que a partir de ahora no se hable de otra cosa. Ya es as¨ª en las ¨¦lites de la tecnolog¨ªa y del pensamiento donde se concentran las ideas y el dinero. Tambi¨¦n podr¨ªamos decir que el Largoplacismo es el cuerpo filos¨®fico que estaba esperando, por ejemplo, Elon Musk, para vestir de imperativo moral sus proyectos espaciales. Pero no es nuestra intenci¨®n predisponer al lector contra esta corriente. Al menos no tan r¨¢pido.
William MacAskill tiene 35 a?os y es profesor asociado de Oxford desde 2015. En su d¨ªa fue el acad¨¦mico de Filosof¨ªa m¨¢s joven contratado en la historia de esa universidad inglesa. Durante 12 a?os ha liderado el Altruismo Efectivo, un movimiento nicho que ha evolucionado al Largoplacismo. Entonces, MacAskill aconsejaba a los estudiantes de ¨¦lite buscar un empleo bien pagado en finanzas o ciencias de la computaci¨®n para luego donar al menos la mitad del salario a proyectos con un impacto tangible en la vida de los m¨¢s desfavorecidos. Con esa estrategia consigui¨® 460 millones de d¨®lares para luchar contra la malaria.
MacAskill comparte piso con otras dos personas y lava su ropa a mano. Limita su presupuesto anual a 26.000 libras y dona el resto a causas ¡°efectivas¡±, pero la frugalidad ha dejado de estar en el centro de su vida. Ese lugar lo ocupa ahora el futuro. No el suyo o el m¨ªo, tampoco el de sus hijos, nietos o bisnietos, sino el de las almas que llegar¨¢n dentro de varios milenios y encontrar¨¢n una civilizaci¨®n devastada. Porque de lo que no dudan los largoplacistas es de nuestra extinci¨®n, completa o parcial, pero inevitable. Algunos hablan tanto de ella y de sus planes para el d¨ªa despu¨¦s que casi parecen desearla. Toby Ord, uno de los referentes largoplacistas, asegura en su libro The precipice (El precipicio, 2020) que las probabilidades de una cat¨¢strofe existencial en el pr¨®ximo siglo son de una entre seis. Las mismas de jugar a la ruleta rusa.
En un reciente art¨ªculo en The New York Times ¡ªque coincide con la promoci¨®n de su ¨²ltimo libro: What we owe the future (Lo que le debemos al futuro, 2022)¡ª, MacAskill propon¨ªa a los lectores imaginar que se reencarnaban sucesivamente, una y otra vez, y viv¨ªan todas las existencias adjudicadas a nuestra civilizaci¨®n. ¡°Si supieras que ibas a vivir todas esas vidas futuras, ?qu¨¦ te gustar¨ªa hacer en el presente? ?Cu¨¢nto di¨®xido de carbono emitir¨ªas a la atm¨®sfera? ?Cu¨¢n cuidadoso ser¨ªas con las nuevas tecnolog¨ªas que pueden descarrilar para siempre el futuro? (¡) La idea de influir positivamente en el futuro a largo plazo es una prioridad moral clave de nuestro tiempo¡±. La promoci¨®n del libro, bendecido por un retuit de Elon Musk, constituye la presentaci¨®n en sociedad de este movimiento filos¨®fico.
Worth reading. This is a close match for my philosophy. https://t.co/cWEM6QBobY
— Elon Musk (@elonmusk) August 2, 2022
Para un largoplacista no hay nada peor que sucumbir a ¡°un riesgo existencial¡±, as¨ª llaman a los peligros que amenazan esas vidas futuras. Identificarlos es una de sus prioridades. Curiosamente, el cambio clim¨¢tico no est¨¢ entre los primeros de la lista. Ellos ven un mayor desaf¨ªo en una inteligencia artificial desbocada que convierta el futuro en una distop¨ªa totalitaria perpetua, en las 9.000 cabezas nucleares que amenazan a la humanidad y en los pat¨®genos modificados en los laboratorios. Para enfrentar estos peligros proponen acciones concretas, aqu¨ª y ahora, que protejan a unas personas que vivir¨¢n dentro de 7.000 a?os.
Nadie se atrever¨ªa a cuestionar estos nobles prop¨®sitos si no fuera porque algunos largoplacistas creen que para priorizar estas urgencias del futuro habr¨ªa que dejar de invertir en proyectos ¡°emocionales y cortoplacistas¡± que mejoran las vidas de hoy. Esta ha sido quiz¨¢s la primera antipat¨ªa que han levantado. Consciente de ello y de su labor de vender mejor el movimiento, MacAskill lo niega expl¨ªcitamente. ¡°?Implica el largoplacismo sacrificar el presente en el altar de la posteridad? La respuesta es no¡±, escribe en The New York Times. El libro nace destinado a ser la biblia amable del Largoplacismo, por eso resume la corriente en tres ideas sencillas: las personas del futuro importan; la gran mayor¨ªa de las vidas, si la inteligencia originada en la Tierra no se extingue prematuramente, existir¨¢n en el futuro, y, por ¨²ltimo, tenemos la obligaci¨®n moral de garantizar que estas personas existan y tengan una buena vida. ?Qui¨¦n podr¨ªa estar en desacuerdo?
Pero varios exaltruistas, llamemos as¨ª a los antiguos seguidores de MacAskill, alarmados con la deriva del movimiento, han aireado otras ideas mucho m¨¢s radicales que est¨¢n en los cimientos del Largoplacismo.
?mile P. Torres es profesor de la Leibniz Universit?t Hannover y estuvo ¡°muy metido¡± en el Altruismo Efectivo, y luego en el Largoplacismo. ¡°Conoc¨ªa a mucha gente de la comunidad, pas¨¦ tiempo en el Future of Humanity Institute de Oxford y fui profesor invitado en el Center for the Study of Existential Risk (CSER) de Cambridge, pero cuando comenc¨¦ a cuestionar en p¨²blico algunos de los supuestos filos¨®ficos subyacentes, el 70% de la comunidad dej¨® de hablarme de inmediato. Me bloquearon y pidieron a mis colegas que dejaran de colaborar conmigo. Son encantadores¡±, ironiza v¨ªa correo electr¨®nico.
En su opini¨®n, los or¨ªgenes del Largoplacismo hay que buscarlos en el art¨ªculo Astronomical waste (Residuo astron¨®mico), publicado en 2003 por el fil¨®sofo sueco Nick Bostrom, profesor de Oxford y considerado el padre del Largoplacismo. Bostrom afirmaba que como en el futuro podr¨ªa crearse un n¨²mero astron¨®mico de personas con simulaciones digitales, concretamente menciona la cifra de 10^58 seres, nuestras prioridades deb¨ªan ser, por un lado, reducir los riesgos existenciales que amenazaran a esa civilizaci¨®n poshumana, y por otro, colonizar el espacio cuanto antes para hacerles hueco. Un art¨ªcu?lo que tambi¨¦n ha retuiteado Elon Musk.
¡°Astronomical Waste¡±
— Liv Boeree (@Liv_Boeree) May 24, 2022
Likely the most important paper ever written:https://t.co/4DC9qVzjHm
¡°El Altruismo Efectivo surgi¨® alrededor de 2009, y se centr¨® en aliviar la pobreza global. Su objetivo principal era ¡®hacer el mayor bien posible¡¯, y usar toda la evidencia cient¨ªfica disponible para conseguirlo. El Largoplacismo es lo que surge del encuentro de los Altruistas Efectivos con las ideas de Bostrom. De repente lo vieron claro: si se espera que haya un n¨²mero inmenso de personas en el futuro, ¡®hacer el mayor bien posible¡¯ significa concentrarse en ellas en lugar de en nuestros contempor¨¢neos. En 2013 esta idea fue puesta negro sobre blanco en la tesis doctoral del fil¨®sofo largoplacista Nick Bestead, llamada On the overwhelming importance of shaping the far future (Sobre la abrumadora importancia de modelar el futuro lejano). Ambos textos, el de Bostrom y el de Bestead, son los documentos fundacionales de esta corriente de pensamiento¡±, precisa Torres, que advierte del peligro de popularizar una doctrina ¡°influyente y t¨®xica¡±.
Torres asegura que detr¨¢s del bum largoplacista hay mucho dinero. ¡°Han cortejado a multimillonarios y han usado su dinero para infiltrarse en los medios de comunicaci¨®n, los gobiernos mundiales y la ONU¡±. En 2023 Naciones Unidas celebrar¨¢ su Summit of the Future con una agenda que incluye algunas ideas largoplacistas. ¡°Esto supone un respaldo similar a lo que fue en los setenta la celebraci¨®n del D¨ªa de la Tierra para los ecologistas. Ser¨ªa una tragedia que esta ideolog¨ªa se extendiera de un modo acr¨ªtico¡±, advierte el fil¨®sofo de la Universidad de Hannover.
Aubrey de Grey es geront¨®logo biom¨¦dico. Su fe en el futuro es infinita. Est¨¢ convencido de que la medicina podr¨¢ conseguir que los seres humanos no mueran por causas relacionadas con la edad, y as¨ª lo ha explicado en dos libros fundamentales del movimiento Antienvejecimiento, The mitochondrial free radical theory of aging (1999) y El fin del envejecimiento (Lola Books, 2007). El Largoplacismo le parece un movimiento de ¡°pensamiento positivo¡±. ¡°Aunque no creo que las hipot¨¦ticas vidas del futuro sean m¨¢s valiosas que las que ya est¨¢n aqu¨ª, en la pr¨¢ctica eso no cambia nuestras prioridades. Todo lo que hagamos por las personas que vivir¨¢n en el a?o 3000 funcionar¨¢ para las que habiten en 2100¡å, asegura v¨ªa correo electr¨®nico.
La idea de ser visto con buenos ojos por los seres que habiten el futuro la ha desarrollado Roman Krznaric en su libro El buen antepasado: C¨®mo pensar a largo plazo en un mundo cortoplacista (Capit¨¢n Swing, 2022). Krznaric es un fil¨®sofo australiano que cree que las generaciones futuras podr¨ªan considerarnos unos aut¨¦nticos delincuentes. ¡°Tenemos que reconocer que hemos colonizado el futuro us¨¢ndolo de basurero para la degradaci¨®n ecol¨®gica y tecnol¨®gica, como si no hubiera nadie all¨ª. La tragedia es que el futuro est¨¢ habitado por millones y millones de personas que no tienen voz¡±.
En su libro, Krznaric afirma que nadie sabe explicar qu¨¦ es el pensamiento a largo plazo. ¡°La expresi¨®n puede generar casi un mill¨®n de resultados en una b¨²squeda online, pero rara vez va acompa?ada de una idea clara de lo que significa, c¨®mo funciona, que? horizontes temporales intervienen y que? pasos debemos dar para convertirla en la norma. Aunque figuras p¨²blicas como Al Gore defiendan sus virtudes, sigue siendo un concepto abstracto, amorfo, una panacea sin principios ni programa. Ese vac¨ªo intelectual es nada menos que una emergencia conceptual¡±.
Quiz¨¢s el Largoplacismo sea un intento de llenar esa ausencia de cuerpo te¨®rico, y el entusiasmo de Elon Musk y otros tecnomillonarios, la tranquilidad de encontrar, al fin, una coartada moral para conquistar el sistema solar. Krznaric quiere dejar claro que sus ideas no est¨¢n alineadas con el Largoplacismo y que no forma parte de esa corriente. ¡°Creo que subestiman el impacto futuro de una crisis ecol¨®gica global porque se interesan m¨¢s por riesgos tecnol¨®gicos como la inteligencia artificial y tienen una fe ciega en que la tecnolog¨ªa podr¨¢ revertir el cambio clim¨¢tico. Solo consideran como peligros existenciales aquellos que puedan provocar una extinci¨®n total de todas las especies o un colapso completo que haga retroceder nuestra civilizaci¨®n a niveles preindustriales¡±.
Seg¨²n esta definici¨®n, una inteligencia artificial asilvestrada que pueda acabar con la humanidad es m¨¢s peligrosa para la civilizaci¨®n que la muerte de cientos de millones de personas en las crisis ecol¨®gicas que con toda probabilidad marcar¨¢n las pr¨®ximas d¨¦cadas. ¡°Es moralmente inaceptable, y estoy usando palabras suaves, minimizar el sufrimiento humano derivado de los desastres naturales y poner tanto ¨¦nfasis en la amenaza m¨¢s lejana de los nanobots¡±.
Al libro de MacAskill, Krznaric le afea que solo considere entre los riesgos ecol¨®gicos el cambio clim¨¢tico y no mencione la p¨¦rdida de biodiversidad o una potencial ¡°sexta extinci¨®n¡±. ¡°Tampoco me parece bien que insistan en el crecimiento econ¨®mico para impulsar la innovaci¨®n tecnol¨®gica. No se puede tener un infinito crecimiento en un planeta finito, es una premisa fundamental de los economistas ecol¨®gicos y no veo nada de eso entre los pensadores largoplacistas. No est¨¢n interesados en cambiar a gran escala el sistema econ¨®mico neoliberal, y quiz¨¢s esto sea suficiente para explicar el apoyo de los tecnobillonarios¡±, remata en un largo correo electr¨®nico.
Los amigos tecnobillonarios son Elon Musk, que ha tuiteado que el libro de MacAskill ¡°es muy cercano a su filosof¨ªa¡± y ha donado 1,5 millones de d¨®lares a Future of Life Institute, uno de los brazos de Future Humanity Institute de Oxford, y Sam Bankman-Fried, un estudiante brillante de F¨ªsica del MIT que MacAskill trat¨® de seducir en 2012 para la causa del Altruismo Efectivo.
Bankman-Fried hizo una fortuna millonaria con las criptomonedas. Seg¨²n Forbes, ocupa el lugar 25? en la lista de los estadounidenses m¨¢s ricos y es uno de los mayores donantes del Partido Dem¨®crata. En 2021 cre¨® la Fundaci¨®n FTX Future y nombr¨® CEO a Nick Beckstead, uno de los autores de aquellos primeros textos del Largoplacismo. A MacAskill lo contrat¨® como consejero con un generoso salario de seis cifras, seg¨²n publica The New Yorker, y que el fil¨®sofo dona casi en su totalidad.
FTX Future colabora con 69 proyectos por valor de 27 millones de d¨®lares. Entre ellos, financiar a particulares para la compra de su propia mina de carb¨®n. El objetivo no es explotarla, sino conservarla intacta para garantizar que, en caso de aniquilaci¨®n, los supervivientes tengan combustible para empezar la revoluci¨®n industrial desde cero. Tambi¨¦n apoya a Allfed, una empresa que desarrolla alimentos ricos en prote¨ªna que puedan crecer sin luz solar en caso de invierno nuclear. Gideon Lewis-Kraus, un periodista de The New Yorker que pas¨® una semana entre los largoplacistas de Oxford, asegura que durante ese tiempo apenas escuch¨® hablar de la guerra de Ucrania, que entonces estaba en su primer mes. ¡°Pude entender cu¨¢n reconfortante puede ser, cuando el presente es aterrador, refugiarse en el elevado plano del milenarismo¡±, escribi¨®.
En San Francisco, en el n¨²mero 2 de Marina Boulevard hay un bar sin presente. Se llama The Interval y est¨¢ regentado por la Fundaci¨®n Long Now, fundada en 01996 ¡ªas¨ª cuentan el tiempo¡ª con el prop¨®sito de alargar nuestra noci¨®n del ahora a un intervalo de 10.000 a?os. No son expl¨ªcitamente largoplacistas, pero podr¨ªan serlo. En el piso superior han instalado una biblioteca con los libros necesarios para reconstruir la civilizaci¨®n en caso de colapso. Todo all¨ª est¨¢ pensado para sobrevivir hasta al m¨¢s joven de sus clientes. Dentro de una monta?a han instalado un reloj monumental que marcar¨¢ la hora exacta durante los pr¨®ximos 10.000 a?os. No les interesa nada que no pueda aguantar 10 milenios.
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