¡°Masacre¡± aniquila a ¡°matanza¡±
Si hubieran ocurrido hoy, hablar¨ªamos de ¡°la masacre de Atocha¡±, ¡°la masacre de Iquique¡± y ¡°la masacre de Paracuellos¡±
El sustantivo ¡°masacre¡± y el verbo ¡°masacrar¡±, procedentes de massacre y massacrer en franc¨¦s, desplazan sin remisi¨®n a sus equivalentes genuinos en castellano.
Se trata de dos alternativas aparecidas en el siglo XX en textos escritos en espa?ol y que constan en el Diccionario apenas desde 1984 (masacre) y 1992 (masacrar). Pero ya antes de esas fechas exist¨ªan masacres en el mundo. ?C¨®mo nos las arregl¨¢bamos entonces sin decir ¡°masacre¡± y ¡°masacrar¡± en referencia a una gran mortandad, o sobre la acci¨®n de ejecutarla? Pues nos las arregl¨¢bamos muy bien, porque el idioma espa?ol dispone desde hace siglos del sustantivo ¡°matanza¡± y del verbo ¡°aniquilar¡±. De hecho, la definici¨®n de ¡°masacre¡± comienza con la palabra ¡°matanza¡±: ¡°Matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida¡±. (Sin embargo, el primer ejemplo registrado por la Academia, en 1916 en Argentina, habla de una masacre de t¨¢banos¡).
Esa situaci¨®n de v¨ªctimas indefensas fue la que se dio en enero de 1977 con lo que se denominar¨ªa ¡°la matanza de Atocha¡±: el asesinato a tiros de cinco abogados de Comisiones Obreras a manos de unos ultraderechistas. O con la ¡°matanza de la calle del Correo¡±, la explosi¨®n con la que ETA asesin¨® en 1974 a 13 personas en la cafeter¨ªa Rolando, junto a la Puerta del Sol. Y con la ¡°matanza de Paracuellos¡± (1936, m¨¢s de 2.000 presos del bando sublevado aniquilados por republicanos espa?oles). Y con la ¡°matanza de Santa Mar¨ªa de Iquique¡± (Chile, 1907, miles de obreros muertos durante una huelga). No parece arriesgado imaginar que todas esas atrocidades ser¨ªan llamadas ahora ¡°la masacre de Atocha¡±, ¡°la masacre de la calle del Correo¡±, ¡°la masacre de Iquique¡± y ¡°la masacre de Paracuellos¡±. Adem¨¢s, se habr¨ªa exhibido en los cines La masacre de Texas.
Nebrija ya recoge matan?a en su diccionario de 1495, con los equivalentes latinos occisio, occidio, cedes y strages. A su vez, el diccionario de Covarrubias (1611) define el significado de ¡°matan?a¡± (muy poco despu¨¦s se abrir¨ªa paso la graf¨ªa ¡°matanza¡±) como ¡°gran mortandad que se ha hecho en alguna batalla, a do han quedado muchos cuerpos muertos¡±. Entonces no hab¨ªa atentados terroristas, claro.
Por su parte, ¡°masacrar¡± puede equivaler ¡ªpara los contextos en que se usa en los medios¡ª a ¡°aniquilar¡±, verbo basado a su vez en el sustantivo latino nihil (nada), que progres¨® luego en annichilare y que significa ¡°reducir a la nada¡±, ¡°destruir enteramente¡± (¡°el Estado alem¨¢n aniquil¨® a seis millones de jud¨ªos¡±). Iago Aspas, futbolista del Celta, declar¨® el 20 de agosto tras la derrota ante el Madrid (1-4): ¡°Nos han aniquilado¡±. Si hubiera sido periodista, habr¨ªa dicho: ¡°Nos han masacrado¡±.
Los bancos de datos de la Academia ofrecen 5,5 casos de ¡°masacre¡± por mill¨®n de palabras en el siglo XX; y 8,8 en lo que llevamos de siglo XXI. Y, claro, cero casos en el siglo XIX y anteriores. Sin embargo, el verbo ¡°masacrar¡± desciende en el siglo XXI (2,1 casos por mill¨®n) frente a la centuria anterior (3,1).
¡°Masacrar¡± y ¡°masacre¡± son hoy palabras espa?olas, con todas las bendiciones; y las han escrito grandes autores (eso s¨ª, a veces para referirse a hechos ocurridos cuando el t¨¦rmino no se usaba todav¨ªa en castellano). El preferirlas o no a las opciones m¨¢s castizas concierne al estilo que cada uno se forme seg¨²n sus lecturas y su entorno. Ahora bien, quienes eviten emplearlas no tendr¨¢n m¨¢s remedio que toparse con ellas. Pronto oiremos hablar de la masacre del cerdo.
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