Queridos alien¨ªgenas, para entendernos viajen a la Edad Media
Individualistas, controladores y obsesionados con nuestro yo. El antrop¨®logo Joseph Henrich estudia los or¨ªgenes de la mentalidad occidental en un libro del que ¡®Ideas¡¯ adelanta un extracto
Quiz¨¢ seas una rara o un raro, un WEIRD, una persona criada en una sociedad occidental (Western), con estudios (Educated), industrializada (Industrialized), adinerada (Rich) y democr¨¢tica (Democratic). Si tal es el caso, es probable que seas bastante peculiar psicol¨®gicamente. A diferencia de la mayor¨ªa del mundo en la actualidad, y de la mayor parte de las personas que han vivido, nosotros, las personas WEIRD, somos muy individualistas, obsesionados con nuestro propio yo, orientados a tenerlo todo bajo control, reacios a conformarnos al resto y anal¨ªticos. Estamos centrados en nosotros mismos, en nuestros atributos, logros y aspiraciones, antes que en nuestras relaciones y papeles sociales. Aspiramos a ser ¡°nosotros¡± en todos los contextos y vemos las contradicciones en otros como hipocres¨ªa, antes que como flexibilidad. Al igual que ocurre con cualquiera, sentimos inclinaci¨®n a seguir los pasos de nuestros iguales y de las figuras de autoridad, pero no estamos tan dispuestos a adaptarnos a otros cuando se trata de entrar en conflicto con nuestras creencias, observaciones y preferencias. Nos vemos como seres ¨²nicos, no como nudos de una red social que se extiende por el espacio y hacia atr¨¢s en el tiempo. Cuando desempe?amos una acci¨®n, nos gusta tener la sensaci¨®n de control y de estar tomando nuestras propias decisiones. A la hora de hacer razonamientos, las personas WEIRD tendemos a buscar categor¨ªas y reglas universales con las que organizar el mundo, y proyectamos en la mente l¨ªneas rectas para comprender patrones y anticipar tendencias. Simplificamos fen¨®menos complejos, descomponi¨¦ndolos en sus elementos discretos y asign¨¢ndoles a estos propiedades o categor¨ªas abstractas, ya sea suponiendo tipos de part¨ªculas, pat¨®genos o formas de ser. A menudo obviamos las relaciones entre las partes o las similitudes entre fen¨®menos que no se ajustan de forma clara a las categor¨ªas que nos formamos. Por eso, sabemos mucho sobre cada ¨¢rbol, pero a menudo no vemos el bosque.
Las personas WEIRD tambi¨¦n somos particularmente pacientes y a menudo trabajadoras. Mediante una poderosa capacidad de autocontrol, podemos postergar la gratificaci¨®n de las recompensas financieras, el placer y la seguridad a un momento futuro, a cambio de una cierta incomodidad e incertidumbre en el presente. De hecho, la gente WEIRD a veces encuentra placentero el trabajo duro y concibe la experiencia como purificadora. Parad¨®jicamente, y a pesar de nuestro fuerte individualismo y nuestra obsesi¨®n con nosotros mismos, las personas WEIRD tendemos a ce?irnos a reglas o principios imparciales y podemos ser bastante fiables, honestas, ecu¨¢nimes y cooperativas con respecto a los forasteros o los desconocidos. Tanto es as¨ª que, en relaci¨®n con la mayor¨ªa del resto de las poblaciones, los WEIRD mostramos, hasta cierto punto, menos favoritismo hacia nuestros amigos, familias, gente de la misma etnia y comunidades locales que otros grupos. Pensamos que el nepotismo est¨¢ mal y fetichizamos principios abstractos por encima del contexto, la viabilidad, las relaciones y la conveniencia.
En lo emocional, es com¨²n que los WEIRD nos dejemos sacudir por la culpa, cuando no cumplimos con los criterios y aspiraciones que nos inspira la cultura pero que son en gran medida autoimpuestos. En la mayor parte de las sociedades que no son WEIRD, es la verg¨¹enza, y no la culpa, la que impera sobre la vida de las personas. Los individuos se averg¨¹enzan cuando ellos mismos, sus familiares o incluso sus amigos no cumplen con los criterios que sus comunidades les han impuesto. Alguien puede, por ejemplo, ¡°quedar mal¡± ante el juicio de los ojos ajenos si su hija se fuga con alguien externo a su c¨ªrculo social. Por nuestra parte, las personas WEIRD podr¨ªamos sentirnos culpables por echar la siesta en lugar de ir al gimnasio, incluso aunque no sea una obligaci¨®n y nadie se vaya a enterar. La culpa depende del propio criterio y la autoevaluaci¨®n, mientras que la verg¨¹enza descansa en est¨¢ndares sociales y el juicio p¨²blico.
Se trata tan solo de algunos ejemplos, la punta de ese iceberg psicol¨®gico donde se incluyen aspectos de la percepci¨®n, la memoria, la atenci¨®n, el razonamiento, la motivaci¨®n, la toma de decisiones y los juicios morales. Sin embargo, ?de qu¨¦ modo se volvieron las poblaciones WEIRD tan peculiares psicol¨®gicamente?, ?por qu¨¦ son distintas?
Rastreando las piezas de este rompecabezas en el tiempo, hasta la Antig¨¹edad tard¨ªa, veremos que una secta cristiana llev¨® consigo la diseminaci¨®n de un particular paquete de normas sociales y creencias que alteraron de forma radical el matrimonio, la familia, la herencia y la propiedad en algunas partes de Europa durante siglos. Semejante transformaci¨®n de las bases de la vida familiar puso en marcha un aparato de cambios psicol¨®gicos que alent¨® unos esquemas novedosos de urbanizaci¨®n y aliment¨® el comercio impersonal, al tiempo que suscit¨® la proliferaci¨®n de organizaciones voluntarias, desde gremios mercantiles y poblaciones con estatuto propio hasta universidades y ¨®rdenes mon¨¢sticas transregionales, las cuales eran gobernadas por normas y leyes de nuevo cu?o cada vez m¨¢s individualistas. En el proceso de explicar la psicolog¨ªa WEIRD, tambi¨¦n arrojaremos luz sobre la naturaleza ex¨®tica de la religi¨®n, el matrimonio y la familia WEIRD. Si no sab¨ªas que nuestros sistemas religiosos, matrimoniales y familiares eran tan extra?os, abr¨®chate el cintur¨®n.
Entender c¨®mo y por qu¨¦ algunas poblaciones europeas llegaron a ser psicol¨®gicamente peculiares hacia finales de la Edad Media tambi¨¦n nos ayudar¨¢ a esclarecer otro gran enigma, el del ¡°auge de Occidente¡±. ?Por qu¨¦ las sociedades de la Europa occidental se hicieron con una porci¨®n tan grande del mundo a partir de m¨¢s o menos 1500? ?Cu¨¢l es la raz¨®n de que, a finales del siglo XVIII y desde esta misma regi¨®n, comenzase a manar un crecimiento econ¨®mico, impulsado por las nuevas tecnolog¨ªas y la Revoluci¨®n Industrial, que dar¨ªa lugar a las distintas oleadas de la globalizaci¨®n que a¨²n siguen sacudiendo el mundo en la actualidad?
Si, desde la ¨®rbita correspondiente, un equipo de antrop¨®logos alien¨ªgenas hubiese llevado a cabo una investigaci¨®n sobre la humanidad en el a?o 1000 de la era com¨²n, o incluso en 1200, jam¨¢s se habr¨ªan imaginado que las poblaciones europeas llegar¨ªan a dominar el planeta durante la segunda mitad del milenio. Lo m¨¢s probable es que, en su lugar, hubiesen apostado por China o por el mundo isl¨¢mico. Lo que habr¨ªan pasado por alto desde su peana orbital es la silenciosa fermentaci¨®n de una nueva psicolog¨ªa durante la Edad Media en algunas comunidades europeas, una psicolog¨ªa proto-WEIRD que gradualmente ir¨ªa sembrando las bases para el surgimiento de los mercados impersonales, la urbanizaci¨®n, los gobiernos constitucionales, la pol¨ªtica democr¨¢tica, las religiones individualistas, las sociedades cient¨ªficas y una innovaci¨®n incesante.
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